Víctor Cardona Galindo
A
raíz de los últimos acontecimientos del caso Ayotzinapa, se dio a conocer una
información absurda. La PGR filtró que según las declaraciones del jefe de
sicarios del cartel Guerreros Unidos, Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo o El Terco, un jefe de los Rojos pagó a director de la Normal José
Luis Hernández Rivera para enviara a los estudiantes el 26 de septiembre a
Iguala. Nada más ajeno a la realidad.
En
la Normal rural de Ayotzinapa quien rige es la Federación de Estudiantes
Campesinos Socialista de México (FECSM), existe una especie de autogobierno
estudiantil donde el Comité Ejecutivo, el
Comité de Orientación Política e Ideológica (COPI) y el Comité de Lucha juegan un papel importantísimo y
son los órganos donde descansa la actividad político-estudiantil, el director
no tiene nada que hacer en las acciones estudiantiles. Ahí gobierna una
tradición de lucha y hay quienes se atreven a decir que el director solamente
es una figura decorativa.
El Comité Ejecutivo Estudiantil juega un papel de
primera importancia en la vida de la comunidad normalista, que puede afirmarse
que el ritmo de la institución y el movimiento político de la escuela depende de
lo que haga esa instancia. Las mejoras materiales en la Normal dependen más de
la presión política del Comité Estudiantil, ante las autoridades educativas y del
gobierno estatal, que de la gestión que hace la dirección.
El Comité Ejecutivo Estudiantil es elegido al inicio de cada año
escolar, entre septiembre y octubre
y su práctica política se ajusta a lo señalado en los “Estatutos de la
Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México” mismos que durante décadas no ha sufrido
modificación.
Estatutariamente, el Comité de Orientación Política e Ideológica
(C.O.P.I.) tiene la función de capacitar intelectual, política e
ideológicamente, a todos los miembros de la población normalista, elaborar los
periódicos murales, volantes informativos y revistas. También tiene a su cargo la
organización de círculos de estudio
donde los alumnos adquieren la formación política necesaria.
El COPI asume su papel desde principios del año escolar reúne a los alumnos de nuevo ingreso para
ponerles “las cartas sobre la mesa”. Les dice, entre otras cosas, que la
comunidad normalista rural se rige por los estatutos de la FECSM. También, que
la escuela a la que han ingresado es exclusiva para los hijos de familias de bajos
recursos económicos, que es una conquista de la Revolución Mexicana que
garantiza espacios de educación para los sectores populares y que todos están
obligados a luchar. Esta ideología es la que sostiene, impulsa, dignifica y
justifica la acción política de los normalistas, que cada año tienen que
marchar en defensa de la escuela.
También estatutariamente, el Comité de Lucha es el responsable de la
dirección política de los movimientos estudiantiles, pero en la práctica, tal
papel se lo adjudica el Comité Ejecutivo, quien está en comunicación permanente
con su base y decide las acciones que han de ser emprendidas. El Comité de
Lucha, no obstante, tiene una participación muy activa en el control de la
disciplina durante los movimientos. Para cumplir eficazmente esta función,
nombra a dos o tres elementos de cada grupo escolar como auxiliares suyos para
controlar la participación individual de todos los miembros de la comunidad en
cada una de las comisiones encomendadas: bloqueo de carreteras, vigilancia,
reparto de volantes, “pintas” y retención de autobuses. También, en cada una de
las marchas, es quien organiza la autodefensa,
con grupos de alumnos que son designados para cubrir el frente, la
retaguardia y los costados de la base movilizada a fin de garantizar el orden
de la misma y la no intromisión de personas extrañas. Cuando es reportada la
existencia de problemas políticos en otras escuelas normales rurales, es este
órgano estudiantil el encargado de instrumentar las brigadas de apoyo, es decir
los contingentes que se desplazarán hasta esos centros para apoyarlos con su
presencia y experiencia. Al mismo tiempo, es el Comité de Lucha el responsable
de organizar los apoyos solidarios para todas aquellas agrupaciones sociales
que participan de su misma ideología, como: sindicatos democráticos, partidos
de oposición, organizaciones independientes de colonos y últimamente la policía
comunitaria.
La mayor parte de las veces los movimientos políticos se deciden en
asamblea general. Todos los alumnos, sin excepción, durante un movimiento
político, participan en el cumplimiento de alguna comisión: unos montan guardia
en la puerta de entrada a la Escuela Normal; otros, mientras tanto, realizan
marchas, bloquean calles y carreteras, hacen plantones, retienen vehículos,
pegan desplegados, elaboran y reparten volantes, realizan “pintas”, toman
instalaciones públicas, participan en mítines y llevan alimentos a sus
compañeros que los necesitan.
La fuerza política de la comunidad normalista, en caso de movimiento
reside en el carácter vertical de la toma de decisiones; radica en el hecho de
no permitir que se generen, al seno de una asamblea general o al mismo interior
de los grupos de clases, opiniones divergentes en torno de lo que tiene que
hacerse. Los portadores de esta información, avalada por el Comité Ejecutivo,
son los jefes de grupo, los cuales en los movimientos estudiantiles juegan un
papel importante en el control de la participación de los miembros del grupo que
representan. El director de la escuela en nada participa.
Para entender el caso Ayotzinapa los invito a leer el libro de Raúl
Mejía Cazapa El Normalismo Estudiantil
Rural. Una Recuperación de lo vivido
Cotidianamente.
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