Víctor Cardona Galindo
Con el esfuerzo de padres de familias y por iniciativa del licenciado
Justino García Téllez, el 6 de octubre de 1976, se fundó la Escuela
Preparatoria Número 22, ahora
llamada Unidad Académica Preparatoria número 22 dependiente de nuestra alma
mater la Universidad Autónoma de Guerrero. Actualmente este plantel da
formación a más de mil alumnos en 30 grupos atendidos por 46 profesores y 17
trabajadores administrativos. Su primer director fue el profesor Celso Villa
García. La institución cuenta con dos turnos y el módulo de Cacalutla. En sus
instalaciones funciona el módulo local de la Escuela Preparatoria Abierta de la
misma Universidad.
Comenzó a funcionar con
carácter de prepa popular el 13 de septiembre de 1976. En ese tiempo el
municipio de Atoyac ya rebasaba los 35 mil habitantes, existían
seis secundarias, dos con doble turno, en la cabecera había tres y las otras
estaban en El Paraíso, Río Santiago y Zacualpan. Habían egresado durante ese
periodo 750 alumnos y la mayoría buscaba opciones para entrar a una institución
de educación media superior.
Antes de que se fundara la preparatoria, si alguien quería seguir
estudiando tenía que viajar diariamente hasta Tecpan de Galeana o estudiar en
otro lado. Porque a principio de los años setentas en Guerrero había únicamente
seis preparatorias en: Chilpancingo, Acapulco, Teloloapan, Taxco, Ometepec y
Tecpan. Fue a partir de 1972 con la llegada de Rosalío Wences Reza a la
rectoría y hasta 1984, que se crearon preparatorias para dar opciones a los
hijos de los pobres a una mejor educación. Así la universidad llegó a tener
hasta 38 planteles de bachillerato, por eso la fundación de la prepa 22 se
enmarca dentro del proyecto Universidad Pueblo.
Aquel
6 de octubre de 1976 previa investigación del Consejero Universitario Felipe
Monroy Sandoval el Consejo Universitario aprobó la incorporación a la UAG de la
escuela preparatoria popular de Atoyac, junto con la de San Jerónimo de Juárez,
San Marcos y Buena Vista de Cuellar siendo rector Arquímedes Morales Carranza.
La doctora Judith Solís Téllez escribió las Memorias de la escuela preparatoria
No. 22 de Atoyac de Álvarez, Gro. 1976-1996, donde da
a conocer los pormenores de la fundación y de donde obtuvimos la información
para esta crónica.
Por el proyecto Universidad Pueblo, “Atoyac aparte de su preparatoria,
obtuvo, a finales de los años setentas y principios de los ochentas, su bufete
jurídico, en donde se asesoraba gratuitamente a las personas de escasos
recursos; servicios médicos, la casa de la cultura; coordinada por el profesor
Juan Abarca, en donde había talleres de música, de danza y de pintura”.
Escribió Judith Solís.
El
grupo de danza dirigido por “los lobos”: Alfonso y Armando García Parra llegó a
ser ampliamente reconocido en toda la Costa Grande, y quien la haya visto, no
podría olvidar su vistosa danza de los machetes. Al taller de pintura podía
acudir la gente de la población y son muchos los hogares que, hasta hace poco
todavía, exhibían los cuadros con la técnica de la marquetería enseñada por el
pintor taxqueño Juan Meza Fitz. Los alumnos foráneos residían en la casa del
estudiante. Había un comedor universitario, bien atendido por doña Carmen
Torres Valente, Hermila Olayo Gómez y Paula Nogueda Otero, se podía comer
sabroso a un precio accesible. Estos servicios se perdieron en 1984 cuando la
administración del gobernador Alejandro Cervantes Delgado le retuvo el subsidio
a la Universidad y pretendió desaparecer a las preparatorias.
El
subsidio de la UAG se retuvo desde diciembre de 1983, siendo aún rector José
Enrique González Ruiz, por lo que los trabajadores dejaron de recibir salario.
Wences Reza tomó posesión el 7 de abril de 1984, cuando Alejandro Cervantes
Delgado intentaba desaparecer las prepas y comenzó la lucha. Finalmente se
mantuvieron las preparatorias pero desaparecieron algunas instituciones de la
UAG.
Las
primeras gestiones para fundar esa escuela estuvieron a cargo de Justino García
Téllez y Celestino Fierro, en respuesta a una inquietud que tuvo don Rosendo
Radilla Pacheco que había intentado que la preparatoria 6 creada en Tecpan de
Galeana en 1964 fuera para Atoyac. Por eso algunas de las primeras reuniones
para organizar el comité fueron en el domicilio de Romanita Radilla Martínez y
José Hernández Meza.
Salvador
Hernández Guerrero fue el presidente del primer comité promotor que se llamó
“Comité Pro Fundación de la Escuela Preparatoria No. 22”. Los orejas del
Ejército y de otras corporaciones se hacían presentes en las reuniones de los
entusiastas promotores y padres de familia. Recordemos que aún vivíamos aquel
periodo negro de la Guerra Sucia.
Bolívar
Reyna Vergara y José Guadalupe Jiménez Polanco fueron los primeros maestros.
Iniciaron clases en el turno vespertino con dos grupos y al año siguiente
comenzó el turno matutino. De Chilpancingo vino Celso Villa, que se sumó al
equipo donde ya estaba Aurelio Ponce Díaz.
Fue
Justino y Celestino quienes invitaron a Celso Villa García y se quedó a cargo
de la dirección. Justino también invitó a Fortunato Hernández Carbajal, José
Teodoro Hernández y Victoria Enríquez. En la gestión Leticia Galeana Luna ponía
su camioneta y la gasolina. Había tanto entusiasmo por lograr una preparatoria
en Atoyac que no se escatimaban esfuerzos. Don Pedro Torres López, Don Pedrito fundador de la prepa durante
todo el primer año no recibió salario.
En la
preparatoria 22 han impartido clases personalidades como: Victoria Enríquez,
Alba Teresa Estrada Castañón y el maestro Delfino Daniel Ortiz Guzmán.
De
nuestra prepa han egresado personajes conocidos como: Anselmo Sotelo Albarrán,
Leticia Galeana Luna, Maricela Quiñones, Francisco Arroyo Delgado, Joel Iturio
Nava, Angélica Castro Rebolledo, Pedro Rebolledo Málaga, Eleuterio Benítez
Nogueda, Acacio Castro Serrano, Martín Fierro Leyva, Julio César Cortés Jaimes,
Armado Mariscal, Armando Bello, Pablo Solís, Felipe de Jesús Téllez y Jesús
Bartolo Bello López. Son los más conocidos de los que me acuerdo ahora. Ya
haremos otra lista después, para soportar los reclamos.
El
primer edificio se construyó con el apoyo del pueblo en un terreno donado por
la señora María Dolores Torres viuda de Mariscal. El maestro Delfino Daniel
encabezó el comité Pro-construcción, después vino el rector a iniciar los
trabajos. José Carlos Quevedo, El Pope
siempre defendió que él puso la primera piedra y la segunda la colocó Rosalío
Wences Reza.
Los
trabajos iniciaron el 26 de octubre de 1986 todavía con Wences y terminaron el
13 de junio de 1987, siendo rector de la Universidad Ramón Reyes Carreto. Fue
un trabajo colectivo, los alumnos trabajaron de peones y haciendo tabicones.
Los maestros ayudaban y se fletaron parejos para echar los colados. Las mujeres
también acarrearon botes de cemento e hicieron la comida para los voluntarios.
Ya
construido el edificio en 1988 se hizo el cambio a las nuevas instalaciones
siendo Fortunato Hernández Carbajal el director. Todos agarramos nuestra butaca
nos la pusimos en la cabeza y dejamos para siempre la calle de Zaragoza número
6 donde la prepa había funcionado por 12 años, desde su fundación.
Recién
fundada los estudiantes de la 22 se metieron a alfabetizar y se vincularon en
otras actividades de solidaridad con los trabajadores y campesinos. Aun cada
año el 31 de octubre en la prepa 22 se hacen concursos de altares y ofrendas.
Sigue siendo un espacio democrático muy importante. Ellos recibieron a la
delegación zapatista el 15 de marzo de 1999, cuando vinieron a promover la
consulta por la paz y la democracia, cobijaron los restos del guerrillero Lucio
Cabañas Barrientos, el 3
de diciembre del 2001, cuando los antropólogos forenses clasificaban lo
encontrado esa mañana en la fosa del Panteón Municipal.
Dieron hospedaje al subcomandante Marcos cuando vino el 16 de abril de 2006.
Los preparatorianos marchan por la paz o exigiendo seguridad y por solidaridad
política.
Desde
el principio: “En términos políticos la prepa jugó un papel importantísimo;
después de la guerrilla, fue quien reinauguró la marchas de protesta; a partir
de entonces se organizaron los trabajadores del Inmecafé, los campesinos
cafetaleros, hubo pues, una participación en el movimiento social”, explicó
Roberto Cañedo Villareal.
Celso
Villa le dijo a Judith Solís Téllez que el frente de la prepa durante el año de
1976-1977, estuvo vigilado por una patrulla militar. “Incluso un teniente
entraba a clases. Hasta que tuve el valor de decirle que podía acudir, pero
tenía que quitarse el uniforme; lo hizo y siguió asistiendo. La idea era
fiscalizar lo que se decía, casi el año aguantaron y después dejaron de ir”.
Según
Roque Peralta “La preparatoria, tuvo el mérito, a finales de la década de los
70’s de romper el silencio que el gobierno por medio de la represión había
impuesto a la región. La marcha del silencio, organizada por la escuela, fue la
primera manifestación de protesta posterior a la guerrilla. En la cual también
participaron trabajadores del Inmecafé, sector de profesores democráticos,
familiares de desaparecidos y el pueblo en general”.
A la
marcha que rompió el silencio el 18 de mayo de 1979 asistieron todos los
trabajadores y alumnos de la Escuela Preparatoria Número 22. La organizó la
célula del Partido Revolucionario de los Trabajadores, encabezada por Roberto
Cañedo Villareal. Caminaron por las principales calles de la ciudad, hablando
por un megáfono, mientras muchos soldados los miraban. De esa marcha se recuerda
la participación de: Irma Hernández Meneses, Ignacio Rebolledo y Rafael Rojas.
Había
miedo de participar, porque en Atoyac decir mitin era un palabra de terror.
Recordemos que al año de ocurrida
la masacre del 18 de mayo, en 1968, Juan García Fierro, Octaviano Santiago
Dionicio y Decidor Silva Valle intentaron organizar un acto conmemorativo al
primer aniversario de la masacre pero el evento fue inhibido por el Ejército.
“Cualquier manifestación que se organizara sería disuelta” les informó el
comandante del 32 Batallón de Infantería coronel Gilberto Torres Pujol. Ese día
soldados de dos batallones y demás cuerpos policiacos pusieron en estado de
sitio la ciudad.
Por
eso marchar aquel 18 de mayo de 1979 fue heroico, tenían la amenaza de no
dejarlos manifestarse y se corrían rumores que habría un desalojo violento.
Muchas madres presionaban a sus hijos para que no fueran, “que vayan otros
menos tú”, le dijo su madre a un entusiasta estudiante de la 22.
Sin
embargo todo se organizó bien y no hubo incidentes. Al frente iba un
representante de cada grupo, acompañando en la descubierta a Rosario Ibarra de
Piedra y a Rosalío Wences Reza. Ese día desfiló toda la prepa y se marcó la
costumbre de marchar cada 18 de mayo para conmemorar la masacre de 1967.
La
marcha salió de la calle Zaragoza, luego caminó por Aquiles Serdán, Reforma,
Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Hidalgo, Juan Álvarez y el zócalo. El discurso
principal estuvo a cargo del alumno Pedro Rebolledo Málaga, con un texto que le
formuló el maestro Fortunato Hernández Carbajal. Ese discurso le valió a Pedro
para que el alcalde Alfonso Vázquez Rojas le quitara su empleo de mozo de
oficio y su padre lo enviara a estudiar a Michoacán. Pero Pedro Rebolledo
volvería a las andadas y más tarde llegaría a ser miembro de la dirigencia de
la Federación de Estudiantes Universitarios Guerrerenses y luego líder de
solicitantes de viviendas.
Wilibaldo
Rojas recordó que desde 1979 al 1984 hubo marchas, el 18 de mayo del 84 se
interrumpieron hasta 1988. En mayo de 1984 únicamente llegó el contingente del
Padre Máximo Gómez y algunos de Petatlán y no se marchó porque eran pocos.
Ahora muchos recuerdan con orgullo haber participado en la primera
manifestación. “Fuimos nosotros los que rompimos el silencio y el miedo”.
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