Víctor Cardona Galindo
Al
candidato del PRI a la gubernarura, Héctor Astudillo lo legitimaron 17 mil 288
delegados de todas las regiones del estado. La cuestión es cómo se eligieron
esos delegados. El PRI así se las gasta y atenta siempre contra la inteligencia
de sus militantes. Todos los que llegaron a la concentración fueron delegados y
todos alzaron la mano para ratificar al chilpancinguense. Sin que muchos supieran
a ciencia cierta para que la alzaban. De cómo se planchó la candidatura de
Astudillo sigue siendo un misterio. Los procesos del PRI no son transparentes y
la disciplina que mostraron sus aspirantes parece hasta sospechosa.
Por
otro lado en el PRD de los 315 consejeros estatales que tiene, únicamente 135
legitimaron a Beatriz Mojica. Con la diferencia que estos poquitos consejeros
fueron electos en proceso interno, cuestionado como todos los del PRD, pero
proceso interno al fin. De Beatriz Mojica se sabía, que a partir de la renuncia
del Jaguar, ella encabezaba las encuestas, medida con todos los de la izquierda
iba después de Walton. La dirigencia nacional intentó consensar su postulación con
todas las corrientes pero no pudo. Ahora hay una inconformidad, y así debe ser.
Aunque ¿Cómo querían esos inconformes que después del escándalo de los
aguirristas, Sofío saliera postulado como candidato, cuando no le favorecían
las encuestas?
El
PRI desde mucho tiempo elije a sus dirigentes en lo oscurito. Los priístas no
pueden alegar que Astudillo ganaba las encuestas, cuando es claro que los que
punteaban eran Mario Moreno y Manuel Añorve, pero eso digo que la designación
del chilpancinguense siempre será sospechosa. Aunque en PRI la disciplina
religiosa de sus militantes es su fortaleza. Mientras en el PRD la disciplina
es volátil y la militancia endeble, esa es su debilidad. Por eso en un
encontronazo de partido a partido siempre gana el PRI. Aunque ahora veremos que
puede hacer una candidata mujer, carismática e inteligente, ante un gris
Astudillo. Aunque en éstas tierras de misóginos y misóginas no se puede esperar
mucho.
Lo
importante es que los dos partidos con estructura estatal ya tienen candidatos.
También el Movimiento Ciudadano y Partido del Trabajo, ya tienen candidato,
aunque estos dos partidos carecen de estructura estatal. No tenerla siempre es
una desventaja aunque sus abanderados sean muy populares, porque como dijo un
día Facundo Cabral “un puño de plumas no pueden volar si no tienen un pájaro
dentro”.
Morena
tampoco es un partido estatal a ellos los une la figura de Andrés Manuel López
Obrador que se manifiesta con la designación de Andrés Manuel López Beltrán
como coordinador de campaña en estado. Y a este partido que se autodefine como
“La esperanza de México”, además de carecer de estructura estatal tiene un
candidato gris y desconocido. Pero además no pudo completar aspirantes en los
28 distritos electorales de Guerrero. Entonces no está en la competencia.
En
esta elección los votos del PRD por primera vez serían los votos del partido y
no los votos reunidos en torno a un caudillo carismático y mesiánico. Por eso
si Beatriz Mojica no gana la ganancia serán los votos de perredistas puros con
cariño al solecito azteca. El PRD en esta elección se sacudirá a los caudillos,
a una izquierda vieja y trasnochadas que cree más en los postulados del
subcomandante Marcos que los del mismo partido, esa izquierda cuyos miembros se
sienten luchadores sociales antes que políticos. Pero también se sacudiría a
los arribistas que llegaron del PRI para hacer negocios con el dinero de un
pueblo pobre como el de nuestro Guerrero.
La
filosofía esa de que la gente vota por el mono, ha hecho mucho daño al PRD por
eso se han colado Zeferino Torreblanca, Ángel Aguirre y José Luis Abarca. Y
ahora todos pretenden que se cuele Walton cuando no hizo un buen papel en
Acapulco y en su partido también impera el cacicazgo de Dante Delgado que lo sigue controlando.
A
como están las cosas la gente tiene que valorar quien es menos peor. Si la
candidata de Los Chuchos o el candidato del partido de los Salinas y los
Figueroa. Porque el PRI tiene en su haber grandes escándalos de corrupción y
nada a dicho de sus gobernadores Moreira y Murat. Y de la sinvergüenzada de exonerar
a Raúl Salinas de Gortari.
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