jueves, 19 de febrero de 2015

El magisterio debe cambiar sus formas de lucha


Víctor Cardona Galindo

Las últimas movilizaciones magisteriales, le han traído desprestigio al movimiento. Las avanzadas son muy radicales, van encapuchadas y han llegado a tener altercados con periodistas o con gente de la sociedad civil y no es que esté de acuerdo con el periodismo que hacen los que han sido agredidos o con su actividad al servicio del gobierno. Pero si considero que nadie debe ser agredido por manifestar lo que piensa. Nadie le debe cuartar a otro su libertad de pensamiento y expresión.
Porque como dice esa frase, “podría no estar de acuerdo con lo que dices pero daría mi vida por defender tu derecho a decirlo”.
Entre otras cosas, la semana pasada maestros  de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), le prendieron fueron fuego a uno de los jarrones históricos del Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, dañando gravemente nuestro patrimonio histórico. Hace tres años maestros de la misma organización ya habían destruido una puerta de 300 años de antigüedad, en el edificio de la SEP. Eso valió que Héctor de Mauleón, uno de los mejores cronistas de la ciudad de México, les dedicara en El Universal una columna donde decía que esos maestros no deberían entrar a las aulas.
Las últimas agresiones a los edificios y al agente de gobernación en Chilpancingo les han traído muchas críticas en las redes sociales. Sin contar las suspicacias de la quema del edificio del SUSPEG.
Nadie niega la justeza de sus demandas, además alabo que defiendan sus derechos, pero considerando el hartazgo de la sociedad a este tipo de manifestaciones, el magisterio democrático y de lucha tiene que buscar nuevas formas para presionar al gobierno para que les resuelvan sus demandas. Se tiene que innovar, para tener a la ciudadanía de su parte y también si se quiere parar la reforma educativa que les está afectando.
Al gobierno neoliberal, que tenemos, le conviene este tipo de manifestaciones, porque se envía un mensaje a la sociedad, de que esos salvajes maestros son los que les están dando clases a sus hijos. A un  gobierno que quiere privatizar la educación le conviene el desprestigio de los trabajadores de la educación y que no haya clases en las escuelas públicas, porque así se justifica socialmente la apertura de escuelas privadas por todos lados.
Porque debido a tantos paros la clase media no querrá enviar a sus hijos a las escuelas públicas, donde no hay calidad educativa, justificando cada vez más el discurso neoliberal de que era necesaria la llamada reforma educativa, para meter en cintura a los maestros y elevar la calidad de la educación.
Por eso considero que deben, los maestros, buscar otras formas de manifestarse, por ejemplo hacer un maratón de lectura en el zócalo de Chilpancingo, que lea un maestro tras otro, día y noche, durante el tiempo que estén en el plantón, así podrán devorar públicamente cientos de libros. Así la plaza principal de nuestra capital se convertiría en un centro del saber.
Podrían en lugar de estar en plantón afuera de las escuelas, mejor declararse en taller o seminario permanente, donde analicen y hablen de sus competencias educativas, compartan experiencias didácticas. No estoy diciendo que le den clases a nuestros hijos, para eso están en paro, les estoy proponiendo que hagan cosas diferentes, para que se ganen el respeto de la gente y que sepamos que nuestros hijos están en manos de maestros preparados. Hay un axioma que dice: “si quieres que las cosas cambien, primero cambia tu”, hay que cambiar las cosas desde la raíz. Si están defendiendo sus derechos, que ofrezcan preparación. Yo creo que anteponiendo los derechos a las obligaciones, los maestros tienen que ofrecer preparación y más preparación.

Hay que cambiar esa imagen de maestros huevones. Hay que enviar el mensaje de maestros pulcros y cultos. Maestros preparados para estar frente a grupo, para que todos volvamos a creer en el sistema educación pública. Que lleguen a las aulas alumnos hijos de obreros y campesinos, de clases media y  de ricos potentados. Porque el maestro de la escuela pública estará preparado para enfrentar cualquier competencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario