Víctor
Cardona Galindo
“Carretera
de Atoyac/ que subes para la sierra /donde se matan los hombres /por esa
maldita yerba /se quedan madres llorando /muchas mujeres solteras”, dice un
verso del corrido “Los Valientes de Guerrero” que resume la fama que tienen los
sierreños. Una fama que difunden grupos musicales como Los Armadillos y Los
Benítez de la Sierra. Sólo es cuestión de buscarlos en youtube.com.
“Allá
en lo alto de la sierra /el miedo no es conocido /muchos se rifan la vida
/cultivando de lo fino”. Los Benítez.
“Qué
lindo se ven los cerros /adornado de lo fino /con sus flores de colores /que
dejan los kilos /puro llanto de amapola /a cuanta raza ha hecho rico”. Los
Benítez.
En El
Paraíso no se produce amapola, eso es más arriba, pero como es la cabecera de
nuestra sierra sirve de referencia y lo relacionamos con esos preciosos
jardines de las laderas. Aquí lo fuerte es el café que ahora se ve amenazado
por la presencia masiva de la roya. Una plaga que siempre ha estado aquí, pero
sin la peligrosidad que ahora tiene. Se han anunciado muchos millones pesos
para combatirla, pero hasta esta fecha no se ha visto nada.
Petrograbado en la comunidad
de Los Planes ejido de El Paraíso.
Foto:
Archivo Histórico Municipal de Atoyac.
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En
esta populosa comunidad confluyen
cuando menos 20 comunidades de Atoyac y de Heliodoro Castillo, que llegan para
abastecerse de víveres y medicinas. Por eso el comercio es una de sus
actividades económicas más importantes sumado a una creciente ganadería.
El
Paraíso es un pueblo indómito, ni duda cabe, y sus pobladores tienen fama de
valientes y temerarios. No se saben rajar. Lo han demostrado a lo largo de su
historia, muchos paraiseños se
involucraron en la guerrilla de Genaro Vázquez Rojas. Hay
quien ha muerto peleando por un albur o defendiendo lo suyo. Otros han quedado
en el camino, fulminados por la bacteria 7. 62 x 39, al
tener una buena planta (de amapola).
La
siembra de amapola, desde 1970, sigue siendo atractiva para muchos como una
forma de salir de pobres, a pesar de todos los riesgos y sufrimientos que
implica. Pasar cuatro meses solo en lo más frío de la sierra, comiendo todo
secó y a veces hasta descompuesto, con el riesgo que los muerda una víbora o
que los soldados los “apañen” a medio plantío. Aun así el riesgo vale la pena.
Manuel
Bello trajo el café e instaló su finca, a la que bautizó como La Siberia punto que
todavía existe muy cerca de El Paraíso. El tixtleco tenía la fábrica de hilados
y tejidos La
Perseverancia en el lugar donde ahora está el mercado de Atoyac,
la dejó para dedicarse al cultivo del oro verde que por los tiempos del porfiriato
prometía ser un negocio rentable, máxime que era impulsado desde las altas
esferas del poder para hacer llegar divisas a nuestro país.
Hasta
hace poco en Atoyac eran 40 localidades cafetaleras donde vivían y cultivaban 4
mil 307 productores de los que alrededor del 39 por ciento estaban organizados
y el resto vendía su café con mucha desventaja a los comerciantes de la
cabecera municipal. El Paraíso contaba con la mayor producción y productividad.
A principios de la década pasada su producción era de 78 mil 198 quintales, en
una superficie cultivada de 7 mil 477 hectáreas.
Vestigios arqueológicos cerca
de la comunidad de Los Planes
ejido de El Paraíso: Foto: Archivo Histórico Municipal de Atoyac.
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Aquí
se han formado muchas agrupaciones productivas y políticas que luego se
disuelven, pero la comunidad no ha dejado de dar respuestas contundentes para
resolver sus necesidades o cuando se ven amenazados sus intereses. Para muestra
están los bloqueos carreteros que realizaron, en el periodo de René Juárez
Cisneros, para exigir el cumplimiento de sus demandas. También registra la
historia que a principios de 1964 muchos cafetaleros se reunieron en El
Paraíso, fundaron la Unión de Productores Independientes del Café (UPIC) y
nombraron como dirigente a Pedro Contreras Javier, esa organización se sumó a
la histórica Asociación Cívica Guerrerense (ACG).
El
Paraíso es una comunidad que está a 800 metros de altitud, es el centro poblacional más importante de Atoyac,
después de la cabecera municipal, tiene 15 colonias y más de 9 mil 500
habitantes. Cuenta con: tres primarias, la federal Cuauhtémoc se fundó en 1953;
tres jardines de niños en las colonias más importantes, una secundaria técnica,
un módulo del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario (CBTA 66) y ahora
con la Escuela Preparatoria número 45 Lucio Cabañas Barrientos, apenas creada
el 15 de diciembre de 2014.
Tiene una biblioteca pública con el nombre de Salvador
Morlet Mejía. Cuenta con servicio de telefonía celular que se instaló el 22 de
enero del 2011. También el 23 de enero del 2013 se inauguró la
Biblioteca en la escuela primaria Cuauhtémoc que lleva el nombre del escritor y
periodista Felipe Fierro Santiago.
Siempre ha sido centro de atención, en
los años cincuenta Salvador Morlet Mejía, quien escribía para El Universal, editó el periódico La Voz de El Paraíso y luego Eco del cafetal. Carlos Montemayor
estuvo en esa comunidad, su
esposa le dijo a Esteban Hernández Ortiz que el escritor chihuahuense guardaba
con mucho aprecio en el escritorio de su estudio muchos granos de café llevados
desde la sierra de Atoyac. Cuando iba para El Paraíso Montemayor pasó a visitar
a Arturo García Jiménez quien lo recomendó con don Malaquías Celis. De El
Paraíso Montemayor viajó a los pueblito aledaños buscando información para
escribir esa famosa novela Guerra en el
Paraíso que se ha traducido a diversos idiomas del mundo.
Del
nombre de la comunidad hay diversas versiones, una dice que le pusieron así
porque había en el centro del lugar un árbol de paraíso. En el periódico Así Somos número 145 dedicado a El
Paraíso se lee lo siguiente: “El nombre de El Paraíso se le adjudicó a esta
población por los soldados del general Juan Álvarez. Quien en ese entonces
luchaba en contra de Santa Anna, defendiendo su Plan de Ayutla. Mandaba a sus
soldados a cazar venados en el plan y en los arroyos del lugar. En este sitio
preparaban sus cecinas para alimentarse en el transcurso de los quince días que
dedicaban a la cacería de venados que, posteriormente tenían que llevar a la
parte baja del municipio donde esperaba el general Juan Álvarez quien se
sorprendía de ver tanta carne junta en tan poco tiempo, a los que sus soldados
contestaban que allá en lo alto de la sierra habían encontrado un paraíso, por
las grandes cantidades de venados que se podían cazar, además de sus hermosos
paisajes y su agradable clima así como sus lluvias continuas”.
Otra
versión dice que el guerrillero zapatista Tiburcio Cabañas le puso nombre al lugar.
Porque efectivamente parecía un paraíso, en aquellos tiempos que los hombres
que luchaban por “Tierra y Libertad” pusieron ahí su campamento. Estas dos versiones
no son descabelladas porque están ligadas a la historia de la región, hay que
recordar que cerca de allí ya en el municipio de Coyuca se encuentra el cerro
de La Señora, al que le pusieron así en honor a doña Faustina Benítez de
Álvarez, por el otro lado esa zona era paso obligado para los guerrilleros
zapatistas que iban y venían rumbo a Tlacotepec donde se encontraba su jefe el
general Heliodoro Castillo.
En
otra versión el cronista Regulo Fierro Adame dice que fue Ignacio Manuel
Altamirano el que dio nombre a la comunidad, quien también bautizó a otras
localidades como: El Edén y la Gloria.
La
población está a 48 kilómetros de la cabecera municipal, se fundó entre tres
arroyos: el que viene de Los Planes, el que baja del cerro de Río Verde y el
que viene de La Siberia. Un gringo ecologista al que le llamaban “El Señor Sol”
hace poco cuidaba una poza, dicen que se la pasaba sumergido en el agua del
arroyo de La Siberia, de donde sacaba unas piedras a las que les sonaba algo
dentro. En un principio esos afluentes eran la fortaleza del pueblo por la
productividad que le daban a la tierra y ahora son su principal debilidad.
Luis
Ríos Tavera en su libro El Guerrerense
dice que El Paraíso se fundó en 1900 y que los fundares fueron: Miguel
Rodríguez, Maximino Andrés Antonio, Silvano Domínguez, Hilario Hernández,
Alejandro Tolentino, Lucio Andrés Antonio, Bonifacio Bautista, Espiridión Nava,
Antioco González Poncelis, entre otras personas.
Rubén
Ríos Radilla escribió que El Paraíso: “Fue fundado aproximadamente en el año de
1930, siendo los primeros pobladores los señores: Miguel Rodríguez, Maximino
Andrés Antonio, Lucio Andrés Antonio, Silvano Domínguez, Hilario Hernández,
Alejandro Tolentino, Bonifacio Bautista, Espiridión Nava, Antíoco González
Poncelis, Severiana Ciprés Salinas, María Ciprés Salinas, Simona Salinas y
Gertrudis Nava”. El noventa por ciento de sus habitantes vinieron de Colorada y
de Yextla, Jaleaca, Isotepec, Chicahuales y Tecomazuchilt. Se asentaron primero
en Los Planes y después aquí donde está el pueblo ahora.
El
ejido se formó allá por 1939 con alrededor de 7 mil 800 hectáreas y en la
segunda mitad del siglo pasado se convirtió en el principal productor de café
con 80 mil quintales que representaba el 60 por ciento de la producción que
salía del municipio de Atoyac. Llegaron a funcionar cuatro beneficios húmedos y
secos a toda su capacidad. Ahora sólo funciona el beneficio de la familia
Sotelo Aguilar y el ejido solamente produce 16 mil 613 quintales, aun así El
Paraíso solo, como ejido, compite con la producción que se da en la Costa Chica
y Montaña juntas.
Ríos
Tavera escribió que dentro del ejido de “El Paraíso hay piedras de amatista,
aguamarina, y se tienen informes de algunos campesinos en el sentido de que
también hay esmeraldas y piedras rojas que parecen granate; existen asimismo rocas graníticas que tienen
tungsteno y algunos otros metales que no se explotan”.
En
cuanto a la arqueología dice Tavera: “En este ejido existen vestigios de
algunas de las razas indígenas antiguas: aztecas, cuitlatecas o tepuztecas,
pues por todos los rumbos se han encontrado los campesinos, al arar sus tierras
o sembrar árboles frutales haciendo pozos, figuras de barro, piedra y jade;
hachitas de cobre fino, cuentas de barro y piedra y de metal no definido; así
como idolitos y otras curiosidades antiguas más”.
“Por
el rumbo de los terrenos de riego que tienen en este ejido los agricultores,
punto que se llama Los Planes, existen varios momuxtles (momuxtlis) de
donde han sacado los agricultores figuras de piedra, barro, jade y uno que otro
pequeño objeto de cobre (…) Entre este ejido y el poblado de El Edén, en el
sitio o poblado de La Pintada, existe una enorme piedra de granito y en una de
sus caras se encuentra un jeroglífico que está esculpido con figuras de soles,
reptiles, aves”.
Peso
sin duda una de la riquezas de la comunidad son sus bosques maderables. El 7 de
noviembre de 1957 El Trópico
informaba que la empresa “Maderas Papanoa” realizaba explotaciones en: San
Vicente de Jesús, San Vicente de Benítez, San Francisco del Tibor y El Paraíso.
La compañía se había comprometido: a construir escuelas en San Francisco del
Tibor, El Paraíso y San Vicente de Benítez; ayudarlos para lograr la
introducción del agua potable y mejorarles sus vías de comunicación. Había una
fuerte oposición a esta explotación por parte del Comité Regional Campesino, de
la Asociación Regional de Cafeticultores y Liga Femenil, que alegaban que se
estaba explotando el bosque de manera irracional.
Últimamente
la familia Sotelo incursionó en el cultivo de la flor Anturium, durante un mes
después de la tormenta Manuel no pudieron sacar la producción de los
invernaderos. Una flor Anturium cuesta 20 pesos, una caja con 30 flores tiene
el valor de 500 pesos. La familia Sotelo Aguilar sufrió pérdidas importantes,
porque venden 80 cajas al mes que no pudieron enviar a Acapulco, México y
Cuernavaca.
En El
Paraíso se montan danzas como los tlacololeros, los Santiagos. Músicos como Los
Primaveros del Sur, y Gilberto Marcelo Figueroa nos sorprende con sus
composiciones como la que le hizo a la Octava región y una pieza que le trovó a
La Pintada.
II
Al
principio, únicamente caminando, en mula o a caballo se llegaba a El Paraíso.
Luego en los mejores tiempos del oro verde, Roberto Nogueda metió una avioneta
allá por 1955, que viajaba de Acapulco y aterrizaba en Los Planes.
Hoy en
día, la única vía de comunicación terrestre atraviesa la población, es la
carretera que se extiende desde Atoyac de Álvarez a Filo de Caballos con una
longitud de 200 kilómetros. Esta misma en un ramal pavimentado lleva a La
Pintada. Los demás ramales de terracería van a: Las Delicias, Los Piloncillos,
Río Verde, Puente del Rey, El Edén, Campo Morado y Toro Muerto. Este camino es
transitable todo el año aunque en época de lluvias, la parte de terracería,
queda en malas condiciones haciendo difícil el paso de vehículos.
Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en El Paraíso |
Una
parte de esa carretera llegó, al El Paraíso, por Puerto del Gallo municipio de
Heliodoro Castillo. “La compañía silvicultora San Román extraía recursos
maderables y venía abriendo la carretera, en esa zona del cerro mayor. Uno de
los operadores de las maquinarias para abrir caminos fue el señor Efraín Lucena
que trabajó en la carretera por el rumbo de Toro Muerto y hacia El paraíso”,
escribió Esteban Hernández Ortiz.
La primera brecha se abrió por La
soledad y La Peineta, el primer carro que llegó al pueblo fue el de doña Julia
Catalán. Dice Esteban Hernández Ortiz que don Efrén
Muñoz fue la primera persona que entró a El Paraíso conduciendo una camioneta
allá por 1956; el vehículo era de color blanco. Hasta antes de 1956, la
carretera llegaba al punto que hoy se conoce como Rancho Alegre, de ahí se
abrió el camino hasta llegar al poblado por el lado del Inmecafé.
Después
empezaron a llegar otros vehículos particulares y para 1962 principió el
servicio de transporte público. Dice Esteban Hernández que uno de los primeros
choferes de camionetas pasajeras era conocido como Chico Palo, otro era
conocido como Parota y a un tercero era El Pollollo. Mucho tiempo prestaron
servicio las camionetas de la Líneas Unidas de Atoyac y la comunidad de La Pintada
ha tenido su propio transporte.
Fue el 20 de enero de 1962
cuando se terminaron los trabajos de la reconstrucción de la carretera a la
sierra cafetalera, que comunica a los poblados de: El Rincón de la Parotas, San
Andrés de la Cruz, Santiago de la Unión, Río Santiago, San Vicente de Jesús y
de Benítez, El Paraíso, El Porvenir, San Francisco del Tibor, La Peineta y La
Soledad. La carretera había sido destrozada por el huracán Tara. La obra estuvo
a cargo del Comité Pro-Construcción de la Carretera a la Sierra encabezado por
Raúl Galeana Núñez.
Wilfrido Fierro asentó que fue el
6 de marzo de 1973 cuando la línea de autobuses Flecha
Roja abrió la ruta con destino a la zona cafetalera con terminal en el poblado
de El Paraíso. Por cierto el 12 de julio de 1982 a
las 11 horas el Autobús Flecha Roja BI-7, conducido por Eduardo Ponce Ramírez,
que venía de El Paraíso, se fue al abismo entre el poblado de San Andrés de la
Cruz y El Rincón de las Parotas, haciéndose pedazos, resultó muerto el marinero
Pedro Castro Martínez del poblado de Río Santiago y herido, de gravedad Ángel
Martínez Adame de El Paraíso, así como el chofer y otro, pasajeros. Al día
siguiente el herido Martínez Adame falleció en un sanatorio de San Jerónimo de
Juárez y fue conducido por la funeraria Olea a Chilpancingo donde residía.
El olmo mexicano, conocido en nuestra sierra como Palo Rey |
La carretera Nacional de Atoyac al
Paraíso se pavimentó el 2006, en julio de ese mismo año se introdujeron Urvans para
el transporte de pasajeros, dejando atrás a las camionetas piratas que un
tiempo dominaron el servicio. Ya el siguiente año se echó andar el servicio de
Taxis en El Paraíso y el primer taxista fue Catalino Reséndiz.
Por
eso ahora para ir a El Paraíso, desde la cabecera municipal, se puede tomar una
urvan en la calle Nicolás Bravo. O ir directamente en vehículo particular, en
hora y media estará en esa hermosa comunidad. Al subir notará como cambia la
vegetación de transitar del bajo a la parte media y luego parte alta de la
sierra.
Desde
el rancho Las Gemelas, luego subiendo, se ve toda la ciudad de Atoyac. Al
encumbrar está La Antena, la Virgencita o El Plan
de las Cruces. Es un lugar famoso por tres acontecimientos. El
domingo 27 de julio de 1969 un grupo de hombres armados atacó a la Policía del
Estado en ese lugar. Fue a las 11 de la mañana, un grupo de la motorizada cayó
en la emboscada cuando se dirigían, a bordo de un Jeep particular placas 46-84,
a San Andrés de la Cruz. En los hechos resultaron heridos el comandante del
grupo Delfino García Nava y los policías: Cirilo Juárez García y Pedro Benítez
Gálvez, quienes fueron atendidos de sus lesiones en el Centro de Salud de
Atoyac y luego trasladados al puerto de Acapulco en una ambulancia de la Cruz
Roja.
Luego el
11 de abril de 1970 a las 11:30 horas fue asaltado el Jeep propiedad de la
compañía Silvicultora Industrial, S. de R. L. cuando iba a la sierra cafetalera
llevando una fuerte cantidad de dinero para el pago de peones que trabajan en
la construcción de la Carretera Atoyac-Paraíso-Puerto Gallo. Tres individuos
con el rostro cubierto con paliacates salieron al paso y al no detenerse el
chofer dispararon sus armas e hirieron a José Hernández Meza y Eleuterio
Castrejón Sánchez con lesiones leves.
Además,
la virgen de Guadalupe se apareció en un
trastero de barro de una humilde vivienda del Plan de la Cruces (lugar mejor
conocido como La Antena porque ahí está instalada la antena de la radiodifusora
local). La descubrieron el 11 de septiembre de 1999, en los terrenos de Petra
Gómez Alvarado, en la pequeña casita donde vivía José Luis Mata Gómez. Los
dueños de la vivienda desprendieron el pedazo de barro y lo pasaron a la
capilla que se edificó en ese lugar con la misma limosna que fueron recibiendo
y desde ese año se le festeja. El 11 de diciembre por la noche se hace una
velada y hay fiesta durante el día 12.
Arribita de ahí está El Chachalaco o
El arroyo del Chichalaco donde la
naciente guerrilla de Lucio Cabañas hizo un ataque a la policía judicial. Como
el grupo era inexperto ni siquiera recogió las armas que dejaron los
judiciales. Fue a las 9 de la mañana, de un día no preciso, ajusticiaron a tres
y los demás quedaron heridos. Fue la primera emboscada de los cabañistas. En el
2010 cuando se recrudecía la violencia alguien construyó, en la mera curva del
arroyo, una capillita a la Santa Muerte.
En esa
vía está El Rincón de las Parotas y luego el 20 donde vivía Zacarías Barrientos
el testigo de la Guerra Sucia asesinado el 2003. Luego se pasa por la desviación
a La Florida donde ahora se convirtió en un tiradero del narco, han aparecido
muchos asesinados en ese lugar. A la vuelta están El Ciruelo de donde se
observa un bello panorama de cerros; el cabeza de perro y las estribaciones
donde se ubican San Juan de las Flores, Agua Fría y El Escorpión.
En San
Andrés de la Cruz en los años setentas El Ejército y la policía judicial, instalaban un retén donde
operaban los famosos madrinas que
denunciaron a muchos campesinos que luego fueron desaparecidos en ese periodo
negro que se llamó Guerra Sucia.
Arriba de ahí como a dos kilómetros
está el Arroyo de Las Piñas, donde la guerrilla cabañista atacó por primera vez
al Ejército aquel domingo
25 de julio de 1972, según la propia versión del Partido de los Pobres,
emboscaron a personal del 50º Batallón de Infantería, a las 9:30 horas, en el
Arroyo de las Piñas, entre los poblados de San Andrés de la Cruz y Santiago de
la Unión, cuando estos se transportaban en un vehículo militar. En esa acción
murieron 10 militares, 2 heridos fueron puestos en libertad y decomisaron 6
armas automáticas que quedaron al servicio de la guerrilla.
Ahí
también fue fusilado el ganadero Francisco Sánchez, el 17 de abril de 1973, que
había sido secuestrado por el Partido de los Pobres. Por su libertad se exigió
a la familia dos millones y medio de pesos, pero esta nada más ofreció medio
millón y cuando deberían de pagar el rescate, únicamente se presentaron con
medicinas y ropas para el secuestrado, entonces la guerrilla concluyó que
pensaban alargar las negociaciones esperando que el Ejército los encontrara y
liberara al retenido, sin que tuvieran que pagar el rescate, por eso lo
ejecutaron.
Sigue
Santiago de la Unión, llamado así porque ahí se reunían los campesinos que
buscaban la dotación de las tierras. Bonitos son Los Llanos de Santiago de
donde era el escritor, universitario y periodista Francisco Pérez Fierro, quien
murió el día jueves 22 de agosto de 2013 en Acapulco.
Luego
se ubica el Balneario La Floresta, adelantito la entrada al Cucuyachi y
Achotal. Ese camino lleva también a la Escuela Preparatoria Popular. Cerca de
ahí el 22 de abril de 1971 fue encontrado muerto Agustín Bautista de El Paraíso,
quien estaba secuestrado por la guerrilla de Genaro Vázquez y ese lugar
escogieron para ajusticiarlo con un balazo de 380 en el cráneo. Río Santiago,
una de las comunidades más viejas mencionadas por Las Relaciones Geográficas del siglo XVI. Cerca está el mítico cerro de La Cal donde se dice quedó enterrado parte del
tesoro de la Aduana.
En El Arroyo Oscuro, hay una densa
vegetación, ahí se
dio el 23 de agosto de 1972 el segundo ataque de la guerrilla al Ejército. Como
a las 2 de la tarde fueron emboscados personal del 50º Batallón de Infantería.
La versión de la Brigada de Ajusticiamiento es que mataron a 18 soldados, apresaron
a 20 que luego dejaron en libertad y les recogieron 40 armas de fuego.
Luego
la entrada a El Porvenir lugar donde nació Lucio Cabañas Barrientos el 15 de
diciembre de 1936, a las 10 horas. Lucio fue el segundo hijo del matrimonio
formado por Rafaela Gervasio Barrientos de 20 años y Cesáreo Cabañas Iturio de
25, quienes vivían en una pequeña casa de adobe de El Porvenir. Pasado los años
en ese lugar, Lucio asaltó al Inmecafé de donde se llevó el M-2 que portaba cuando murió
combatiendo contra el Ejército mexicano.
En San
Vicente de Benítez que fue la cabecera de la Unidad Agraria de la Sierra de
Atoyac, se refugió un grupo de revolucionarios que peleó al lado del general
Zapata. Ahí se instaron
Pablo y Pedro Cabañas Macedo. Aquí nació el 23 de enero de 1940
doña Margarita Cabañas Ocampo, fundadora del comité Eureka, y falleció el 5 de
octubre del 2009 en la ciudad de México. Era esposa del desaparecido político
Miguel Nájera Nava a quien se llevaron militares vestidos de civil el 23 de
abril de 1973.
Aquí
el español Lorenzo González Díaz llevó la primera sinfonola que hubo en la
sierra. También instaló el primer molino y la primera planta de luz y una
despulpadora en 1948. Aquí también Wilfrido Cadena tuvo una botica donde curaba
a los enfermos de la región.
Está
el entronque a San Vicente de Jesús, San Francisco del Tibor y La Remonta. Luego la entrada a La Soledad, donde dice
Álvaro López Miramontes que el general Juan Álvarez extraviaba a sus presos.
Ese ramal lleva al Estudio, donde el ingeniero guatemalteco Salvador Gálvez sembró
las primeras huertas de café que hubo en Guerrero.
Más
adelante está el entronque al Puente del Rey y Puente de los Lugardo, La Estancia,
El Imperial, Río Verde, Rancho Alegre, El Retén (llamado así por ahí estuvo el
retén militar en los setentas) luego entrada a la preparatoria número 45 y a la
colonia Campo de Tiro, llamada así por ahí realizaba sus práctica el club de
tiro y caza en los setentas y ochentas.
Lego
sigue el entronque al Panteón y la carretera a Arroyo Grande o Plan del Cuche,
hasta topar con Los Mangos que la primera colonia de El Paraíso. “Nuestros
abuelos, que plantaron las primeras
casas, bautizaron el lugar con el nombre bíblico de El Paraíso, porque la
naturaleza llenó de prodigios estas
tierras: una fauna diversa y vegetación exuberante. Rodean el lugar cinco cerros,
con abundante agua; bañan la comunidad tres ríos y un arroyo. Desde su creación el pueblo se ha
caracterizado por su entrega al trabajo, ser siempre alegre y que abre sus
puertas al visitante. El pueblo tiene una historia llena de hazañas, páginas
gloriosas que han escrito mujeres y hombres que se volvieron inmortales en el
tiempo; las proezas han sido tan grandes que sirvieron de fuente de inspiración
para las sucesorias generaciones”, dice
un manifiesto de la sierra, redactado por Wilibaldo Rojas y Mario Valdez.
III
El alcatraz, es una flor que se cultiva en
los pueblos cercanos al Filo Mayor como El Edén y El Molote. También siembran
velos de novia y lirios. Las mujeres campesinas de la zona bajan a la cabecera municipal
a vender sus flores, donde se les encuentra caminando por la ciudad con su
producto en las manos, ofreciendo casa por casa.
Las flores se dan por doquier en El Paraíso y
sus alrededores, incluso sus ríos y arroyos están poblados de una flor que llamada
mariposa, que se utiliza para llevar en los sepelios y adornar altares.
Según
los datos recabados, uno de los primeros comerciantes que subieron de Atoyac al
Paraíso fue don Artemio Maya y la gente recuerda que a uno de sus ayudantes le
llamaban Alma Grande. Años después llegó, también de Atoyac, don Polo Cadena
que estableció una pequeña tienda de abarrotes y “puso en marcha la primera
tortillería que los ojos de este pueblo vieron en su vida”, recuerda Esteban
Hernández Ortiz, quien agrega que la primera apiladora de café la llevó doña
Julia Catalán, cuando iniciaban los tiempos del auge de la cafeticultura
atoyaquense. En ese tiempo en la colonia El Porvenir el ingeniero Guillermo Avellaneda,
instaló maquinaria para procesar café, en lo que posteriormente se convirtió en
las instalaciones del Instituto Mexicano del Café.
Vendedora de Alcatraces |
De acuerdo al testimonio aportado
por doña Sofía Villa Cisneros la caseta telefónica rural se instaló por primera
vez en 1976 en casa de Mario Hernández, después pasó a manos de Macario Araujo
Calderón y doña Manuela Vargas Borja en 1994. A partir de 1996 ya hubo de
servicio de lada para toda la población. Por su parte Esteban
Hernández dice: “El primer servicio telefónico fue una pequeña caseta que se
instaló en casa de doña Justina García, frente a la tienda de don Dustano
Ocampo, un señor que un día llegó para quedarse, procedente de su tierra natal,
Buena Vista de Cuéllar”.
La oficina de correos llegó el 5
de marzo 1985 con Josafat Valdez. Hasta hace poco la difusión de
las noticias se hacía a través de un altoparlante. Actualmente la población de
El Paraíso, nos dice doña Sofía Villa, cuenta con servicio telefónico interno,
que funciona durante las 24 horas, los 365 días del año, únicamente falla
cuando no hay energía eléctrica y en esa zona de la sierra son muy frecuentes
los apagones. Actualmente existen dos casetas telefónicas con servicio de ocho
de la mañana a ocho de la noche.
Por
estar en una hondonada en El Paraíso es difícil sintonizar la radio, en forma
irregular puede captarse la estación de radio STEREOSOL ubicada en Atoyac. En 1991 eran populares las antenas
parabólicas, llamaba la atención al llevar a la comunidad la cantidad de ellas
sobre los techos de las casas.
Ahora
en cuando a la televisión abierta, se limita únicamente a la transmisión de los
canales de TV Azteca, o por la compañía de Sky que existe desde 2006 y que llegó con Miguel Ángel García Marcelo.
Ahora se cuenta también con un sistema por cable local. Actualmente el pueblo
cuenta con servicio de internet en buena parte de los domicilios y también
siete cafés internet dan servicio a la población. Los periódicos no llegan a El
Paraíso y si los pobladores quieren comprar uno tienen que venir hasta la
cabecera municipal.
La
comisaría municipal se fundó en 1940, el primer comisario fue Silvano Domínguez
y en su honor así se llama la calle que divide a las colonias Vista Hermosa y
Morelos, y el otro comisario fue Bonifacio Bautista. El panteón según Sofía
Villa se fundó en 1929, antes que el pueblo, unos muertos de Arroyo Grande se
fueron a sepultar a ese lugar.
El 12
de septiembre de 1939 el gobernador del Estado, mandató la dotación de 7 mil
692 hectáreas, de las cuales 50 estarían destinadas para el fundo legal.
Seguramente ese espacio destinado para las viviendas ya fue rebasado, porque actualmente
El Paraíso cuenta con las siguientes colonias: Los Mangos, Hermita, El
Porvenir, Las Flores, Guadalupana, El Mirador, El Recodo, Pacífico, Centro,
Cuauhtémoc, Morelos, Vista Hermosa y Nuevo Oriente, mismas que eligen delegados
cada año en febrero.
Fruto del cuajinicuil en Los Planes |
La construcción de la iglesia
católica Guadalupana fue 1941 en la colonia que antes se llamó La Discordia o La
Disco, ahora es La Guadalupana. La oficialía del registro civil número 07 se
fundó en 1954 y el primer oficial del registro civil fue Salvador Morlet. Para
honrar su memoria el pueblo puso su nombre la calle que divide la colonia Ermita
con Las Flores.
La colonia Pacífico antes fue la colonia
Militar o El Cuartel cuando se instaló la partida militar a cargo del teniente
Chávez Azueta, siendo comisario municipal don Martín Araujo, en 1960. De
noticias militares Wilfrido Fierro cronista de Atoyac nos informa, el primero
de mayo de 1963, “Hoy arribaron a esta población 6 Comandos
Militares con elementos del 32º Batallón habiéndose distribuido parte de este
contingente a la zona cafetalera en los poblados de El Paraíso y San Vicente
de Jesús”.
El Centro de Salud llegó a El
Paraíso en 1967 cuando era comisario municipal Esteban Sánchez. La capilla de
la Ermita se construyó 1986. En la colonia Pacífico se instaló la comisaría
municipal en 1992 siendo comisario municipal Adolfo Ortiz Gómez y la construcción
del mercado municipal fue 1994-1995 siendo comisario municipal Evaristo Ríos.
En los noventa funcionó una oficina auxiliar agencia del Ministerio Público del
Fuero Común de Atoyac en la colonia Las Flores en casa de Juan Lucena.
La instalación del drenaje fue en
1995-1996. La construcción del Tanque de agua en la colonia Vista Hermosa
1997-1998 con el comisario Macario Araujo Calderón y la antena repetidora de
televisión se instaló en colonia Vista Hermosa con el comisario Francisco
Vázquez. Construcción del kiosco de la plaza cívica del Paraíso fue en 1997
siendo comisario Elías Valdez Lucena. Con el comisario Herminio Celís se
pavimentó la carretera al Panteón. Las primeras calles pavimentadas con las que
contó el pueblo fueron: La Ermita, La Paz, Lázaro Cárdenas.
La pavimentación de las calles
Las Flores, Tepeyac, Nicolás Bravo, Ejido y Juan Diego, se dio en 2001 cuando
fue el síndico municipal Alberto Sotelo Lucena. Y la construcción del puente de
Los Planes se ejecutó por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en el
2002 con el comisario municipal Román Abarca Corona y la edificación del Rastro
Municipal sobre la carretera Paraíso-Filo de Caballo con Vicente Pinzón Cortés.
La antena para la señal de
celulares, también quedó instalada en la colonia Vista Hermosa.
Actualmente existe la Iglesia de la
secta Luz en el mundo en la colonia Guadalupana, un templo de los Testigos de
Jehová en la colonia El Porvenir y otro en la colonia Vista Hermosa, La Iglesia
Evangélica tiene su adoratorio en la colonia Las Flores y los Sabatistas se
reúnen en la colonia Morelos.
Raúl Caballero Aburto fue el
primer gobernador que visitó El Paraíso en 1960, después de coronar la reina
del café en San Vicente de Jesús. Luego el 7 de enero de 1998 el gobernador
interino Ángel Aguirre Rivero visitó la población, en su segundo periodo,
volvería cuando menos dos veces, durante la contingencia del huracán Ingrid y
la tormenta Manuel. También los llegó a visitar René Juárez Cisneros.
En lo que se refiere al ejido la Comisión Agraria Mixta publicó en
el diario oficial dos acuerdos para beneficiar
a 21 comunidades de la sierra, uno el 25 de agosto de 1939 que benefició a
nueve poblados: Agua Fría, San Andrés de la Cruz, El Camarón, el Cacao, el
Cucuyachi, Cerro Prieto, Las Juntas. San Francisco del Tibor y San Juan de las
Flores. El 5 de septiembre de 1939 se otorgaron las tierras a las 12 comunidades
restantes: Mexcaltepec, El Paraíso, El Porvenir, El Quemado, Rincón de las
Parotas, Río Santiago, San Martín, San Vicente de Benítez, San Vicente de
Jesús, Santiago de la Unión, Las Trincheras y Los Valles.
Ya
formalmente el ejido se formó en 1946 con 14 ejidatarios a los que les dieron
los primeros certificados de derechos agrarios, posteriormente se les
entregaron a los demás. El primer comisario ejidal fue Domingo Negrete y el
último es Leonel Sotelo Lucena.
Al
norte el ejido colinda con terrenos del ejido El Tambor, El Molote y terrenos
de Puerto Gallo, Corralitos y la Guitarra, terrenos comunales de Campo Morano
de Tlacotopec municipio de Heliodoro Castillo.
Al sur
colinda con el ejido de San Vicente de Benítez, El Porvenir Limón, Ejido de San
Francisco del Tibor, al oriente colinda con el ejido de Tepetixtla a la altura
del cerro de Las Tres Tetas y Coyuca de Benítez. Al poniente colinda con: La Galera, El Puerto
de la Gallina, terrenos comunales de la comunidad de Coronilla Municipio de San
Miguen Totolapan y el ejido de Santo Domingo municipio de Atoyac.
Durante el periodo negro de la Guerra Sucia el ejido no quedó
exento de los abusos militares. El Comisariado Ejidal de El Paraíso denuncia el
17 mayo de 1966 y una semana después precisa que el propio comandante de 27ª Zona
Militar fue quien se presentó en la reunión de ejidatarios el 21 de agosto de
1966, tratando de suspenderla y los amenazaba porque sospechaba una
conspiración, el Estado Mayor de la Defensa Nacional realizó una investigación
que finalmente no llevó a nada.
El 29
de mayo de 1995, el Tribunal Unitario Agrario del Distrito 12 con residencia en
Chilpancingo de los Bravo, Guerrero, resolvió en definitiva el juicio que
promovieron Mario García Marcelo, Valeriano Reséndiz Hernández y Adrián Araujo
Carrillo, presidente, secretario y tesorero del comisariado ejidal del ejido de
El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, Gro., en el expediente T.U.
XII-012/95. La resolución final del citado tribunal estableció que era legal la
asamblea ejidal celebrada el día cinco de noviembre de 1994, mediante la cual
se había ampliado el padrón pasando de 559 a 750 ejidatarios.
Dice
Esteban Hernández Ortiz que si un campesino no tenía la calidad de ejidatario
sencillamente no tenía derecho a voto en las asambleas ejidales. De ahí que por
varias décadas, las autoridades ejidales no simpatizaban con la idea de que
hubiera nuevos ejidatarios, aun cuando todo el pueblo conociera que los
campesinos eran dueños de una parcela y que además la trabajaban. Con el
trabajo de Mario García Marcelo y compañeros del comisariado ejidal se
regularizó el padrón y el nombre de muchos ejidatarios fallecidos se cambió por
el de sus sucesores.
El Paraíso tiene una importante
oferta educativa, la escuela primaria Cuauhtémoc comenzó a funcionar en 1949 y
en 1953 se le asignó una parcela de café para que los alumnos la cultivaran en
su beneficio. En 1953 se le extendió un documento que se entregó a su director
el profesor Salvador Morlet. Para ayudar a los hijos de los jornaleros
agrícolas, de 1979 a 1984 funcionó una escuela internado en la colonia Nuevo
Oriente, que después se convirtió en la escuela de servicios técnicos de 1987 a
1992. Ahora también El Paraíso cuenta con una biblioteca y una Plaza
Comunitaria. Un kínder y una primaria atendidos por el Conafe en colonia El
Mirador. Actualmente se lleva a cabo la construcción de la escuela primaria
Cuauhtémoc en los terrenos que ocupaba el Instituto Mexicano del Café. Las
instalaciones de la escuela primaria Cuauhtémoc salieron afectadas por la el
huracán Ingrid y la Tormenta tropical
Manuel, por eso ahora mismo se
construyen las nuevas instalaciones en un lugar más seguro.
IV
La preparatoria número 45
El 15
de diciembre de 2014, el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de
Guerrero (UAGro), encabezado por el rector Javier Saldaña Almazán, se trasladó
a la comunidad de El Paraíso donde aprobó la creación de la Unidad Académica
preparatoria número 45 a la que denominó Lucio Cabañas Barrientos.
La
historia de esa preparatoria comenzó a escribirse el 6 abril de 1996, cuando la
planilla encabezada por Amadeo Valdez Rayo, ganó el comisariado ejidal, con lo
que adquirió la oportunidad de representar a El Paraíso con sus tres anexos: La
Pintada, El Edén y Río Verde. El Consejo de Vigilancia lo encabezó Vicente
Pinzón Cortez. Una vez integrada esa administración ejidal aprovechó la
oportunidad de trabajar por su terruño.
Amadeo
Valdez Rayo ex presidente del comisariado ejidal de El Paraíso. Foto: Archivo Histórico Municipal de Atoyac. |
Al
respecto Amadeo Valdez Rayo escribió un texto denominado Génesis de la preparatoria de El Paraíso. “Se nos dio la
oportunidad y logramos varias cosas, que al correr de los años van quedando en
el olvido. En ese tiempo no existían programas de inversión fuerte para los
ejidos como los hay actualmente, pero logramos hacer algunas gestiones casi sin
recursos y pudimos obtener un fondo ejidal que estaba en el Fideicomiso Fondo
Nacional de Fomento Ejidal (Fifonafe) y con anuencia de la asamblea general de
ejidatarios se gestionó el reembolso de este fondo que ascendía a la cantidad
aproximadamente de 50 mil pesos, de ahí se pagaron algunas expropiaciones a
ejidatarios: Julio Sánchez Ciprés, de La Quebradora; Telésforo Leyva Ciprés, de
Los Planes y Lorenzo Sánchez Ciprés, de La Finquita”.
En ese
tiempo estaba en su apogeo el Consejo Estatal del Café (Cecafé) que coordinaba
el ingeniero Gregorio Juárez Zamora, quien implementó programas que abarcaban
varios aspectos del desarrollo en el campo, que incluía eventos artísticos que
fueron de importancia para el ejido. “También tuvimos la suerte de contar con
los amigos del Instituto Maya, quienes nos ayudaron a gestionar recursos con
fundaciones para un programa de rescate ecológico que se implementó para la
limpieza de los ríos y promocionales de concientización para preservar el medio
ambiente. Con los pocos recursos obtenidos se adquirió el terreno donde se
instaló el centro operacional de Teléfonos de México, que era propiedad de la
señora Cutberta Tolentino Sánchez… el comisario municipal Bernardino Ríos
Castillo, se solidarizó con una cantidad de dinero para la adquisición del
terreno en el año 1997”.
En
1998, al asumir la comisaría municipal Alfredo Lucena Sandoval, con Amadeo
Valdez Rayo acudieron a la Unidad Académica Preparatoria 22 para platicar con
los profesores, ese tiempo todo eran jóvenes: Roque Peralta Valle era el
director. “No tuvimos grandes dificultades para lograr su apoyo que se fortaleció
con la intervención de Wilibaldo Rojas, Francisco Téllez, Policarpo Valdés,
Fortunato Hernández y Atanasio Peralta Valle”. Ellos hicieron la propuesta al
Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Guerrero y este aprobó la
creación del módulo en El Paraíso.
En el
periodo de Amadeo como comisariado
ejidal, también se hicieron rehabilitaciones en las instalaciones del Inmecafe,
que todavía funcionaban y sirvieron como aulas provisionales para que los
alumnos del módulo de la preparatoria recibieran clases.
Más
tarde Fortunato Hernández recordaría que los módulos periféricos de la
preparatoria número 22 fueron fundados por personal de izquierda, por profesores que concurrieron a las
comunidades para construir sin sueldo. Maestros de la prepa que todavía
mantienen la vocación de la Universidad Pueblo. Para su formación se privilegió
a los pueblos con destacada participación de lucha como El Quemado donde se
produjo la mayor represión hacia los campesinos en los años 70, luego en Río
Santiago, El Paraíso, San Juan de las Flores que ahora tiene una extensión en
Santo Domingo.
Comenta
Amadeo, “casi sin recursos pero con mucho entusiasmo y el apoyo de los amigos
universitarios, se había dado otro paso en esta tarea. Faltaba conformar el
equipo de maestros que tuvieran disposición y las agallas para enfrentar la
situación, pues no se contaría con un pago a sus servicios y sólo era trabajo y
más trabajo”.
En lo
sucesivo la universidad fue apoyando esporádicamente con algún recurso para
solventar un poco la situación laboral de los maestros. “Pues bien nos dimos a
la tarea de entrevistar a varias personas profesionistas del pueblo, pues ¿Quién
más querría echarse semejante compromiso? A saber, el doctor Crescencio
Gallardo Mateos (finado), Profr. Hugo Cuevas, doctor Leonel y Mariano Moreno.
Fortunato Celis llegó por su cuenta a ofrecer su participación, la cual le fue
otorgada sin reserva, se requería de gente decidida y con él habíamos
participado años atrás en un programa de alfabetización en nuestro pueblo al
lado de Mario Lucena Bautista, Gilberto Rayo Trujillo, Gaudencio Benítez
González, Silvestre García y la profesora Ruth, de quien sólo recuerdo el
nombre. Llevábamos un buen tiempo pues en estas lides de la educación”.
Psicóloga Lucina Calderón Vega, egresada de la
Universidad
Autónoma de Guerrero. Hoy es
directora de la Preparatoria 45 en El Paraíso.
Foto Archivo Histórico Municipal de Atoyac.
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Sofía
Villa Cisneros dice que el 24 de agosto de 1998 fue fundado el módulo
periférico de la escuela preparatoria número 22 en El Paraíso, por los
ciudadanos Amadeo Valdez Rayo, Alfredo Lucena Sandoval y Fortunato Celis
Hernández. En sus inicios se encontraba ubicado en el beneficio húmedo del café
hasta el año 2004, iniciando el ciclo escolar 2005-2006 en las instalaciones
donde se encuentra actualmente en la colonia El Porvenir.
Por su
parte Amadeo Valdez dice: “Se logró el módulo, pero nuestra tarea no terminó
allí. Como mencioné antes, se habilitaron las instalaciones del beneficio húmedo
conocido popularmente como Inmecafé, pero el proyecto contemplaba por obvias
razones, la adquisición de un terreno para la construcción de la escuela y
también nos dimos a la tarea como mesa ejidal para la obtención del mismo y no
fue fácil pero hoy ahí está con algunas aulas de madera hechas por los padres
de familia y otras de concreto construidas en el periodo de Vicente Pinzón
algunos años después en su función como comisario municipal de la comunidad y
que son las únicas que se han hecho. Para la obtención del terreno hubo
aportaciones voluntarias de ciudadanos y aquí algunos que recuerdo: Adolfo
Ortiz, Adán Quiñones, José Luis Ocampo, Ignacio Sotelo y otros más. Esta tarea
la realizó Vicente Pinzón y él llevó la relación de las personas que apoyaron
económicamente. Pero no alcanzaba el dinero, entonces acudimos al Ayuntamiento
municipal que encabezaba Javier Galeana quien también se solidarizó con una
cantidad”.
El
gobernador René Juárez Cisneros visitó a El Paraíso, en el acto participó
Amadeo Valdez quien le solicitó el apoyo para las distintas instituciones
educativas de la localidad incluyendo el naciente módulo de la preparatoria. El
mandatario otorgó algunos apoyos pero lo del módulo quedó pendiente. “En una
reunión posterior en Chilpancingo a la que me invitó el coordinador del Cecafe
en ese entonces, Esteban Castro Sánchez, le recordé al gobernador la promesa
hecha sobre el módulo, sólo me preguntó si yo me hacía responsable a lo que por
supuesto asentí, dando en esa reunión pública la cantidad de 100 mil pesos,
despertando la inconformidad de los demás representantes ejidales de Atoyac que
no se quedaron atrás y aunque nos tuvimos que esperar hasta en la noche de ese
día también lograron algunos apoyos, que no quisieron decir en cuanto
consistían. A algunos los ‘ajuararon’ con cobijas y colchonetas, pero algo
habían logrado. Si no hubiera hablado, nadie hubiera traído nada y es que René
Juárez, estaba blandito y no era para menos, pues Félix Salgado lo traía a ‘carrilla’”.
El
dinero conseguido por el presidente del comisariado ejidal se le entregó al
comité de la escuela que encabezaba Efraín Valdez Rayo y Adrián Araujo
Carrillo, con eso se adquirió una fracción de terreno para abrir un acceso y se
retajó el que ya se tenía, donde actualmente se encuentran ubicadas las aulas. “Algunas
cosas no se dan por generación espontánea y requiere de un gran esfuerzo para
lograrse, este es un ejemplo de ello. Con el transcurrir de los años, se han
ido integrando otros actores necesarios para el avance en la consolidación del
proyecto universitario que un día varios locos soñadores echamos a andar”, dice
Valdez Rayo.
Como
se ve nada ha sido gratis, se ha tenido que luchar, el 7 de noviembre del 2005
cerca de 150 vecinos de la comunidad tomaron el Ayuntamiento de Atoyac para
exigir que se cumpliera el acuerdo del gobierno municipal con la rectoría de la
Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) para pagar un adeudo con 10 maestros de
la prepa y la entrega de los recursos del programa Piso Firme. Encabezados por
el comisario del lugar, Liborio Araujo Sánchez, llegaron de manera sorpresiva
al Palacio para esperar que los trabajadores entraran al inmueble después del
homenaje de cada lunes en la explanada del Zócalo.
El
coordinador del módulo de la prepa 22 en El Paraíso, Esteban Hernández, expuso
que exigían que se cumpliera por el Ayuntamiento el convenio de cubrir el
sueldo de los 10 maestros del módulo. Al día siguiente de acuerdo a la nota de
Francisco Magaña −publicada en El Sur
el 9 de noviembre de 2005− “Los vecinos de la población serrana de El Paraíso,
entregaron las instalaciones del Palacio Municipal de Atoyac, después de que el
gobierno municipal liberó 63 toneladas de cemento del programa Piso Firme y un
cheque de 20 mil pesos para la nómina de los maestros del módulo de la prepa
22”.
En
algunos casos el Ayuntamiento ha dado una compensación a los maestros de las
prepas populares quienes han cobrado como maestros municipales, el alcalde
Pedro Brito García por ejemplo llegó a destinar 50 mil pesos mensuales para
este rubro.
Doña
Sofía dice que entre los principales profesores iniciadores del primer ciclo
escolar, podemos citar: Leonel Lorenzo Valle, Crescencio Gallardo Mateos (quien
falleció el 2008), Fortunato Celis Fernández, Alfredo Lucena Sandoval, Ismael
López Salas, Mariano Moreno, Cándido Chanita, el sacerdote Joel Salazar Bailón
y Romualda González Ortega, continuando en la actualidad sólo dos de ellos
(Leonel Lorenzo del Valle y Fortunato Célis Fernández).
Los
primeros coordinadores para esa época se encuentran: Hugo Enrique Cuevas
Martínez de 1998 a 1999, quien falleció en año 2002; Policarpo Valdez Rayo de
1999 a 2000, designado coordinador de los Módulos periféricos de El Paraíso y
Río Santiago, delegando la coordinación de la escuela en el profesor Fortunato
Célis Fernández quien a su vez fue elegido para el periodo 2000-2003, siendo
reelecto para el segundo periodo de 2003 a 2005. Esteban Hernández Ortiz de
2005 a 2006, Alfredo Lucena Sandoval de 2006 a 2010 y actualmente como
directora funge Lucina Calderón Vega.
La actual
directora Lucina Calderón Vega ha jugado un importante papel en este proyecto y
siguiendo el comentario de Amadeo: “Algunas de ellas y ellos, maestras y
maestros que aún permanecen y que aguantaron las inclemencias y sacrificaron
muchas cosas hay que reconocerles su labor sin mezquindad de ninguna índole y a
quienes no llevan mucho tiempo pero que se han abocado a gestionar la
consolidación de la institución, que pasó por un efímero período como Preparatoria
Popular. También el reconocimiento y sin duda a los padres de familia que
confiaron a sus hijos a los maestros, originarios o adoptados paraiseños, para
que fueron receptores de sus enseñanzas que a la postre desde entonces, ha dado
a El Paraíso muchos profesionistas que hoy viven decorosamente gracias a su
aplicación”.
Doña
Sofía Villa en una breve monografía que escribió de la escuela dice que: entre
los profesores que han pasado por las aulas de esta Unidad Académica, cabe
mencionar a: Jesús Jacobo Hernández Mayo, Kisai Tolentino Dávalos, Eva Iris
Cruz Andrés, Ignacio Sotelo Aguilar, entre otros. Con respecto al personal
administrativo que ha laborado en esa institución, podemos mencionar a: Romualda
González Ortega, Adriana Nara Araujo, Maribel Hernández Dimas, Alba Barragán
Dávalos y Sandra Luz Celis Ríos.
Los
primeros alumnos que se inscribieron fueron veinticuatro, de los cuales
únicamente diez terminaron su bachillerato y fueron: Alondra Célis Ríos,
Domitila Adame Araujo, Rosario Solís Bouzán, Kisaí Tolentino Dávalos, Yuridia
Tolentino Moreno, Cristina Sánchez Téllez, Rocío Palma, Blanca Estela de la
Cruz Nava, Luis Manuel Araujo Bouzán y Melecio Díaz Zamora. De ellos Domitila
Adame Araujo se graduó como ingeniero en sistemas, Kisaí Tolentino Dávalos es
licenciado en psicología y Rocío Palma
es contadora pública.
V
La
creación de la Unidad Académica Preparatoria número 45, Lucio Cabañas
Barrientos, como hemos visto, no se desmarca de la historia de la preparatoria
número 22 que ha influido en la vida municipal de Atoyac. Tampoco se desmarca del
viejo proyecto Universidad-Pueblo retomado por maestros de izquierda.
Comenzó
con la formación de los módulos periféricos de la prepa 22, que más tarde se
convertirían en las prepas populares en San Juan de Las Flores, Santo Domingo,
Río Santiago, El Paraíso y El Quemado. También maestros de la preparatoria
dieron vida al módulo del Instituto Internacional de Estudios Políticos
Avanzados “Ignacio Manuel Altamirano” (IIEPA-IMA) que todavía funciona en las
instalaciones de la Ciudad de los Servicios y que ya sacó a la primera
generación de politólogos.
El
embrión de ese proyecto educativo surgió en El Quemado y los fundadores del
primer módulo fueron: Fortunato Hernández Carbajal, ahora candidato a diputado
local por Morena, y Carlos Quevedo Quevedo, éste último ya fallecido, de
filiación troskista. Esos módulos fueron incorporados a la preparatoria 22 y
sólo tenían el reconocimiento de los estudios basados en los programas de la
UAG.
Dice
Fortunato Hernández que la fundación de los módulos: “no fue una acción
voluntarista fue basada en un principio de izquierda, particularmente cuando la
derecha no da un paso sin huarache”.
En
noviembre de 2009, con la nueva reforma educativa de la Universidad Autónoma de
Guerrero, y por decreto del Consejo Universitario, todos los grupos periféricos
se convirtieron en Preparatoria Populares. Iniciándose así una nueva etapa en la
vida académica de las escuelas incluyendo la de El Paraíso, pues a partir de
entonces el cargo de coordinador se sustituyó por el de director.
Noé Medina Catalán, actual Comisario
de El Paraíso. Foto cortesía de
Esteban
Hernández Ortíz.
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Dice
Fortunato que luego los módulos trataron de constituirse en un Consejo
Municipal de Prepas Populares buscando homogeneizar los problemas
administrativos y los asuntos pedagógicos. Este tipo de escuela popular ha ido
mejorando cada vez más impulsados por una fuerza renovadora, pues los
fundadores se hicieron a un lado para dar paso a nuevas generaciones de
maestros que todavía trabajan sin prestaciones. Aún muchos maestros de la prepas populares de la
sierra trabajan sin cobrar. Lo hacen por altruismo y por las ganas que algún
día se les reconozca su esfuerzo y se les otorgue la plaza.
Fueron
José Teodoro Hernández, Fortunato Hernández Carbajal, Atanasio y Roque Peralta
Valle los que participaron en el proyecto inicial de los módulos periféricos.
Gracias a ese esfuerzo ahora Atoyac es el municipio con más preparatorias
populares en todo el estado, es posible que únicamente le gane Acapulco. Las
prepas populares siguen la tradición de lucha estudiantil junto a las normales
rurales y las casas de estudiantes. Pero además tienen un alto compromiso con
su comunidad, los alumnos de las prepas populares han destacado en las campañas
de alfabetización. Fortunato considera que en esas prepas el profesor tiene más
oportunidad de ejercer la libertad de cátedra, “el currículo trata de rescatar
el entorno, más que la didáctica, interesan los contenidos”.
Después
de 19 años que se inició este proyecto ya
existen profesionistas egresados de esos módulos: doctores, licenciados y
maestros. Estos módulos una vez convertidos en prepas populares desarrollan una
lucha constante por conseguir los salarios para los maestros. Los directores
salen de la planta maestros. Ahora los directores de las preparatorias
populares de Atoyac son puras mujeres y están haciendo las cosas muy bien y
mejor que en las preparatorias establecidas, son maestras muy entusiastas y
luchadoras. A El Quemado, por ejemplo, han venido observadores cubanos. Todas
las prepas ya tienen sus claves y en muchos casos ex alumnos son los que están
impartiendo clases.
Como
se puede ver de estas prepas populares la que más avanzó fue la de El Paraíso,
donde el extinto presidente municipal Germán Adame Bautista les construyó tres
aulas durante su periodo y el rector Javier Saldaña Almazán, les hizo
importantes visitas hasta que se logró el reconocimiento y se incorporó a la
Universidad como Unidad Académica Preparatoria número 45, Lucio Cabañas
Barrientos.
Actualmente
esta escuela preparatoria cuenta con una matrícula estudiantil de 130 alumnos,
atendidos por una planta de 10 profesores: Leonel Lorenzo del Valle, Lucina
Calderón Vega, Fortunato Celis Fernández, Juan Manuel Hernández Carrillo,
Francisco Santos Castro, Guzmán Reyna, Violeta Catalán González, Tonanzin Rojas
Ríos, Salvador Sotelo Mesino y Ferdinaldo Benítez Castro.
Ante
los maestros y ante la mirada incrédula todavía de muchos, durante la sesión
permanente del Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Guerrero
(UAGro), que se llevó a cabo, el 15 diciembre de 2014, ahí en la sierra, los
consejeros universitarios aprobaron por unanimidad que la que la Preparatoria
Popular de El Paraíso se convirtiera en la Preparatoria 45 de la UAG, a la que
se le asignó el nombre de Lucio Cabañas Barrientos.
También
durante la sesión del consejo, que duró cerca de tres horas, se aprobó la
creación de la escuela de Ciencias en Desarrollo Regional que tendrá su campus
en El Pericón, municipio de Tecoanapa y que llevará el nombre de Alexander Mora
Venancio, uno de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala y cuyos restos son
los únicos identificados hasta la fecha.
Esta
histórica sesión del Consejo inició con un minuto de silencio en memoria de
Alexander Mora de quien estuvieron presentes su padre Ezequiel Mora y su
hermano Omar, así como una representación de estudiantes de la normal de
Ayotzinapa que iban vestidos con playeras negras, con leyendas de “Justicia” o
“Alexander vive” y una manta que decía: “Los estudiantes no dejaremos que
nuestras voces sean calladas por balas”.
“Esta será la primera institución de nivel
medio superior que se constituye oficialmente en la sierra guerrerense”, señaló
el rector Javier Saldaña Almazán, al incorporar la preparatoria número 45.
El
rector, que estuvo acompañado en todo
momento por el presidente municipal de Atoyac, Ediberto Tabares Cisneros, manifestó
que ese hecho era histórico, que era el pago de una deuda educativa de la UAG
con el pueblo guerrerense, un tributo para Rosalío Wences Reza iniciador del
proyecto Universidad-Pueblo y para los caídos del movimiento de 1960 en
Chilpancingo. Yo agregaría que también fue la consolidación de los sueños de
aquellos hombres y mujeres que iniciaron el proyecto, que lo impulsaron y lo
mantuvieron vivo.
Los
consejeros, el rector y el presidente municipal encabezaron una marcha desde la
entrada del pueblo a la cancha del Inmecafé donde se llevó a cabo la histórica sesión
del Consejo Universitario. En la caminata participaron alumnos y maestros de
las preparatorias populares de Rio Santiago, El Paraíso, San Juan de las
Flores, autoridades locales, así como académicos de la Universidad Autónoma de
Guerrero que asistieron a ese evento sin precedente en la Sierra de Atoyac y de
Guerrero.
Aquí
también el rector entregó reconocimientos y medallas a los maestros eméritos de
la Universidad de Guerrero: Berenice Illades Aguilar, José Legorreta Soberanis
y Ramón Reyes Carreto, así como equipos de cómputo a profesores de las
preparatorias asistentes.
Por su
parte el presidente Municipal Ediberto Tabarez Cisneros en su mensaje recordó
que el reconocimiento a la preparatoria era una petición que tenía la población
de El Paraíso desde hace 16 años y gracias a la gestión conjunta con la
directora del plantel, Lucina Calderón Vega hoy es una realidad “es un hecho
que le agradecemos rector por qué es lo que necesita Guerrero a ciudadanos
comprometidos con la educación y con esta acción hace un municipio más fuerte
en beneficio de nuestros jóvenes”.
Aprovechó
para pedirle al gobernador del estado, Rogelio Ortega Martínez que se destinen
recursos suficientes para la educación y no solo para la UAGro si no también
para la normal de Ayotzinapa “porque es así como tenemos que salir adelante en
Guerrero a través del fortalecimiento a la educación, por eso, en Atoyac somos
el único municipio donde le estamos dando esa importancia a las preparatorias
populares”.
El
alcalde anunció que mes de enero del 2015 se empezaría la construcción de aulas
escolares en las preparatorias populares de las comunidades de San Juan de las
flores, El Quemado, Rio Santiago y en estas dos últimas localidades se dotarán
de una camioneta para que los alumnos de los pueblos aledaños puedan
trasladarse a tomar sus clases “yo creo que lejos de falsos discursos esto es
lo que necesita la educación en nuestro estado que verdaderamente exista ese
compromiso de los gobiernos municipales, estatales y federales”.
Así
mismo informó que su gobierno apoya con los gastos de transporte a los maestros
para que acudan a laborar a la extensión de la preparatoria 45 en El Edén “y
para el próximo año les estaremos entregando una camioneta”.
Solicitó
la intervención del rector para que se consolide la construcción de un hospital
regional en El Paraíso. Esa fue una petición que le hicieron los habitantes al
presidente de México Enrique Peña Nieto cuando visitó a La Pintada en mayo
pasado y es un compromiso con el gobernador Rogelio ortega Martínez.
“Por
muchos años rector, El Paraíso ha luchado por ser cabecera municipal, porque
aglomera desde Rio Santiago hasta El Tambor y El Iris el 30 por ciento de la
población del municipio, por eso estamos en la mejor disposición de contribuir
como gobierno en esta iniciativa; porque necesitamos que El Paraíso y nuestra
sierra realmente progrese”, dijo con convicción del presidente municipal de
Atoyac.
Luego
a inicio de este año, el 16 de enero, la comunidad de El Paraíso se volvió a
vestir de fiesta y se convirtió en el
escenario de la firma del decreto con el que la Sierra se constituye como la
Octava Región económica de Guerrero. Luego de 25 años de gestión por parte de
dirigentes de organizaciones y líderes
sociales.
El
primer mandatario del estado Rogelio Ortega Martínez decretó el pasado 16 de
enero el reconocimiento de la Sierra como octava región económica del estado,
en un acto bien lucido en la comunidad de El Paraíso. Con éste decreto se modificó
la geografía estatal. En los libros de texto del próximo siclo escolar ya
vendrá incluida la octava región: La Sierra, que sin duda como orografía y su
gente, tienen rasgos identitarios que los hacen diferentes de la Costa Grande y
de la Tierra Caliente, pero habrá que definirlos todavía académicamente con un
estudios histórico y antropológico, para esto la Universidad Autónoma de Guerrero
ya tiene trabajo.
Este
fue otro acto sin precedentes. Desde temprana hora, en la cancha deportiva de
El Paraíso se llevó a cabo una audiencia pública, con la participación de
funcionarios y personal de las dependencias del gobierno del estado de
Guerrero. También se dio atención médica, se hicieron estudios de la vista y de
papanicolau de manera gratuita en módulos que instaló la Secretaría de Salud.
La Secretaría
de Cultura, instaló una muestra con la gastronomía típica de la zona serrana y
se presentaron danzas tradicionales de la región, como la danza de El Cortés de
Mariano Arroyo y Los Chinelos de El Paraíso, las bandas de viento acompañaron
el momento con su particular estilo y se escucharon las melodías del trío Los
Primaveros del Sur que son originarios de la localidad.
En su
intervención, ese día, Rogelio Ortega remarcó que con la firma del decreto se les
hacía justicia jurídica y social a comunidades que han permanecido en el rezago,
además que representaba un homenaje al profesor Lucio Cabañas Barrientos. Como
ven.
VI
El
Paraíso siempre ha ocupado páginas en los periódicos, no únicamente por los
desastres naturales como las trombas recurrentes que lo azotan, sino también
por su convulsión política. Los paraíseños no son dejados: se movilizan,
marchan y protestan. Es común que los síndicos de Atoyac sean de esa comunidad,
segunda en importancia después de la cabecera municipal.
El
20 de febrero de 1994, cerca de 200 priistas bloquearon la carretera a un
kilómetro de la comunidad “protestaron así por la elección extraordinaria de
comisario municipal, convocada por el Ayuntamiento de extracción perredista,
que en el trascurso del día se realizó en Zócalo de la localidad”, escribió
Maribel Gutiérrez.
Los
priistas esperaban la llegada de la presidenta municipal, María de la Luz Núñez
Ramos, para dialogar con ella y exigirle respeto al comisario Quintín Hernández
Bernal quien estaba en funciones desde el 27 de junio de 1993.
En
El Paraíso han quedado abandonadas infraestructuras
como ésta, testigos de la
época de oro del café, bien
podrían servir de museo. Foto: Víctor Cardona
Galindo.
|
En
La Curva, lugar donde se plantaron, los priistas impidieron, por varias horas,
el tránsito de algunos vehículos y peatones por el único camino de entrada a El
Paraíso. Los manifestantes estaban encabezados el presidente del Sub comité del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) Lázaro Bautista Catalán quien dijo
que a ellos los estaba apoyando directamente el gobierno del estado, cuyo
titular era Rubén Figueroa Alcocer.
Se
decía que atrás de éste grupo de priistas estaba el principal cacique de la
región, Epifanio Hernández Vélez, apoyado por el ese entonces secretario
general de Gobierno Rubén Robles Catalán, quien intentó a toda costa, incluso
amenazando a María de la Luz, impedir la elección del nuevo comisario. Pero
Núñez Ramos se aferró a defender la autonomía del municipio Libre y decidió llevar
adelante la elección.
A
pesar del bloqueo priista las elecciones se realizaron en el Zócalo de la
población, con el empleo de urnas y credencial de elector, donde se presentó
únicamente la planilla Emiliano Zapata encabezada por Evaristo Ríos Castillo e
integrada como suplente Rafael Adame Juárez, vocales: Alberto Sotelo Lucena y
Ricardo Lucena Basave. Esta planilla tuvo el respaldo de 694 votos, de un
padrón de mil 900 ciudadanos, nos informaba Maribel Gutiérrez en El Sur del 22 de febrero.
Las
autoridades nombradas resultaron de una alianza de perredistas y de priistas ex
miembros del grupo de Epifanio Hernández. Alberto Sotelo Lucena sería después
sindico priista en el cabildo que encabezó Acacio Castro Serrano.
En
el año 2000, se formó en El Paraíso un fuerte movimiento ecologista que se
opuso a la explotación maderera de la sierra, porque las compañías “rapamontes”
ya estaban acabando con la vegetación del cerro donde nace el río Atoyac. El 5
de enero, de ese año, campesinos de diferentes comunidades de la parte alta de
la sierra detuvieron dos camiones que transportaban trozos de pino. Decomisaron
la madera que fue llevada a la bodega del Inmecafé.
Los
campesinos instalaron un plantón en la entrada de la comunidad y con una cuerda
cerraron el paso a los camiones madereros que bajaban un promedio de seis al
día con madera del pino, que cortaban en un lugar conocido como El Iris, una
zona boscosa donde nace el río Atoyac. La madera decomisada era propiedad del
industrial Marcos Pineda Gómez, un talamontes que tenía su aserradero en Tecpan
de Galeana.
Luego
el 2 de febrero los ecologistas de El Paraíso detuvieron dos camiones cargados
de trozos de madera de la comunidad de El Tambor. Los dos camiones quedaron estacionados
atrás de la iglesia del pueblo. Uno de los dirigentes de ese movimiento
ecologista fue Lázaro Bautista Catalán. Los bloqueos continuaron uno se realizó
en la entrada de la ciudad de Atoyac.
Después
el 20 de octubre del 2000, alrededor de 100 cafeticultores priistas afiliados a la Confederación Nacional
Campesina (CNC) bloquearon la carretera que sube de la cabecera municipal de
Atoyac a Puerto Gallo, en la entrada de la comunidad de El Paraíso, y no
dejaron pasar a nadie que fuera con dirección al Festival de la Selva Cafetalera
que había comenzado en la comunidad de La Pintada.
Los
cafeticultores fueron encabezados por el líder
municipal de la CNC y regidor del ayuntamiento, Humberto Gómez Flores, y
colocaron una manta en la carretera que decía: “Señor gobernador, los ejidos cafetaleros
del municipio de Atoyac exigimos igualdad de trato y solución al conflicto
ejidal de El Paraíso”. Aseguraban que el primer mandatario de la entidad tenía
preferencias por la cooperativa La Pintada y que estaría en la inauguración de
Festival.
Por
eso comenzaron a bloquear la carretera a las 11
de la mañana y se levantaron a las 7 de la noche, después de llegar acuerdos
con los secretarios de Desarrollo Económico, César Bajos Valverde y de
Planeación, Carlos Sánchez Barrios.
Ese día yendo rumbo a La Pintada llegamos, con Francisco
Magaña corresponsal de Radio y Televisión de Guerrero y encontramos el bloqueo,
entrevistamos a los dirigentes y pasamos rumbo a El Paraíso para almorzar y
realizar algunas llamadas. El bloqueo estaba en una curva antes de llegar a la
comunidad hasta donde nos regresamos. Estábamos platicando con algunos
campesinos cuando en un vehículo llegaron Obdulio Severiano Gómez, Pablo Alonso
Sánchez y Horacio Galeana. Luego que don Obdulio entró a una casa a platicar,
un grupo de mujeres se dirigió hacia a mí con toda la intención de sacarme del
lugar o de lincharme. Diciéndome –tú eres gente de María de la Luz-. Estaban
muy violentas, con temor les contesté que sí, que había trabajado con ella.
Pero que también lo había hecho Mario García Marcelo quien se encontraba entre
los dirigentes de esa movilización, después de mi respuesta me dejaron en paz.
Los
de El Paraíso, los principales promotores del bloqueo, querían que se resolviera
su conflicto ejidal porque estaban impugnando la elección del presidente del
comisariado ejidal, José Luis Sotelo Aguilar, un cafeticultor muy cercano a la
ex presidenta municipal, María de la Luz Núñez Ramos.
Los
primeros en llegar al bloqueo fueron un grupo de reporteros de Acapulco, que en
una Suburban iban a cubrir el acto en La Pintada. Los priistas no los dejaron
pasar y se regresaron. Luego se regresó también un grupo de la Base de
Operaciones Mixtas (BOM) integrado por efectivos del Ejército, Policía Federal,
estatal y judiciales. El personal policiaco se quedó acampando todo el día a
prudente distancia del bloqueo. También había un campamento del Ejército a la
entrada de la comunidad de Río Verde.
Corno
a las 4:30 de la tarde llegaron en un helicóptero Bajos Valverde y Sánchez
Barrios y el director de Gobernación, Rey Hilario Serrano, y el subsecretario
de Asuntos Agrarios, Esaú Tapia, quienes iniciaron negociaciones con los
miembros del plantón. César Bajos se comprometió con los manifestantes a que no
habría represalias contra todos los que participaron en esa movilización.
Carlos Sánchez dijo que se elaborará el proyecto de una torrefactara y que se gestionará ante el gobierno federal que
las instalaciones del Inmecafé que desde entonces estaban en manos del Ejército
fueran devueltas a los cafeticultores.
Por la noche, el dirigente de la
Cooperativa La Pintada, Arturo Martínez Nateras informó que el festival se inauguró como estaba previsto, y
que el bloqueo afectó el programa porque no pudo pasar el grupo de teatro ni
los periodistas de Acapulco.
Entre otros acontecimientos importantes el 9 de noviembre
del 2000, el secretario de Desarrollo Rural del gobierno del estado,
Héctor Manuel Popoca Boone, inauguró en El Paraíso los trabajos del segundo
Congreso Estatal del Café en el que participaron cerca de 400 delegados de los
11 municipios cafetaleros de la entidad y representantes de las principales
organizaciones campesinas.
Durante
los trabajos estuvieron presentes el delegado de
la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar) en Guerrero,
Joel Dueñas Rodríguez; el coordinador del Consejo Estatal de Café, Esteban
Castro Sánchez; el presidente municipal, Acacio Castro Serrano; el diputado
local Javier Galeana Cadena, la ex alcaldesa de Atoyac, María de la Luz Núñez
Ramos y el fundador de la Cooperativa La Pintada Arturo Martínez Nateras.
Llegaron
delegados de municipios de La Montaña como Malinaltepec, Zapotitlán Tablas y de
Cuautepec y San Luis Acatlán en la Costa Chica. Pero en su mayoría los
delegados eran de Atoyac que es el principal productor de café en el estado. Las organizaciones campesinas representativas
como la Unión de Ejidos y Comunidades Luz de la Montaña, la Coalición de Ejidos
de la Costa Grande, la Unión Estatal de Productores de Café de la CNC, la
Cooperativa La Pintada registraron sus delegados
para defender sus posiciones en el Congreso.
El encuentro se inició con conferencias magistrales como la del director de Asuntos
Ambientales del Consejo Mexicano del Café, Hugo Martínez Paz, quien habló del
cultivo del café bajo sombra y de la
importancia que tiene en el cuidado del ambiente. Expuso el proyecto donde se
pretendía cobrar un bono por protección ambiental, porque, dijo “no podemos
hablar de protección al ambiente si tenemos gente que no tiene para comer todos
los días”.
El
congreso de clausuró el 10 de noviembre del 2000 por la tarde, en esta
comunidad de la sierra de Atoyac. La clausura estuvo a cargo del presidente municipal, Acacio Castro Serrano y estuvo presente
el presidente del Consejo Mexicano del Café, Ricardo Lecumberri López. Presidieron
la plenaria y el acto de clausura el secretario
de Desarrollo Rural, Héctor Manuel Popoca Boone, quien llevó la representación
del gobernador del estado, René Juárez Cisneros; el delegado de la Secretaría
de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar) en Guerrero, Joel Dueñas
Rodríguez; el presidente de Coyuca de Benítez, Julio César Diego Galeana; el
diputado federal Celestino Bailón Guerrero y el local Javier Galeana Cadena.
El
lugar donde se realizó el evento fue insuficiente para albergar a más de 600
cafeticultores participantes, muchos se quedaron
afuera y no pudieron entrar a la plenaria.
Después
de leer las resoluciones de las cuatro mesas de trabajo, el presidente del
comisariado ejidal del El Paraíso, José Luis Sotelo Aguilar, dio a conocer el manifiesto
a la Nación que emitió ese Congreso.
Luego
unos 3 mil cafetaleros, con un grupo mayoritario de El Paraíso, llevaron a cabo
un bloqueo durante seis horas en la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo, a
la altura de la comunidad de la Y griega, 22 de enero del 2001.
Los cafetaleros marcharon a mediodía desde las
instalaciones del Cecafé hasta la carretera federal con mantas que decían: “Entrega
inmediata del beneficio de Atoyac”, que sigue ocupado por soldados de la 27
Zona Militar. “Demandamos recursos para la revolución productiva”, “Suspensión
del decreto de libre importación del café”, “Reconstrucción inmediata de la
carretera Atoyac-Paraíso-La Pintada”. La manifestación fue atendida
personalmente en el lugar de los hechos, por el secretario de Desarrollo Rural
Héctor Manuel Popoca Boone.
El
velo de novia es una flor que se produce en las
inmediaciones de El Paraíso,
aquí una vendedora
recorriendo las calles de Atoyac. Foto: Víctor Cardona
Galindo.
|
Este
movimiento aglutinó a productores de café de todas las tendencias políticas,
tanto perredistas encabezados por Decidor Silva Valle; de la cooperativa La
Pintada, dirigidos por Arturo Martínez Nateras; y los productores priistas al
mando de Humberto Gómez Flores y Lázaro Bautista, que bloquearon la carretera
de la sierra en octubre del año anterior intentando boicotear el festival de la
Selva Cafetalera que se llevaba a cabo en La Pintada. Asimismo, se encontraban
los dos grupos políticos antagónicos de El Paraíso, el primero encabezado por
el presidente del comisariado ejidal, José Luis Sotelo Aguilar, y el segundo
por Lázaro Bautista Catalán y Mario García Marcelo.
Recuerdo
que ese día, el líder del PAN en El Paraíso, Juan Lucena, invitó a creerle a
Popoca, pero si no cumplía pidió a los presentes “quemarlo” la próxima vez que
visitara el municipio de Atoyac. Dijo que si por eso él iba a la cárcel, “que
digan que fue Juan Lucena el que dijo eso”. Pero que no sólo quemarían a Popoca
también a los líderes corno Leonel Jaimes, Lucio Mesino, Lázaro Bautista, José
Luis Sotelo y Arturo Martínez Nateras.
Después
de la plática con el secretario, los líderes se llevaron a su gente, pero
todavía un pequeño grupo, encabezado por Santos Fabián y José Luis Arrollo, se
quedó bloqueando por otros cinco minutos. A las 6:15 de la tarde pasaron los
primeros vehículos.
VII
Estando
Genaro Vázquez en la cárcel de Iguala, en junio de 1967, concertó la formación
de un primer comando guerrillero integrado por: Roque Salgado Ochoa, José
Bracho Campos, Donato y Pedro Contreras Javier, Filiberto Solís Morales,
Abelardo Velázquez Cabañas y Prudencio Casarrubias. Los noveles revolucionarios
“escogieron para establecer su campamento de entrenamiento, la huerta de café
de la familia Contreras de San Vicente de Benítez, en la Sierra de Atoyac. Se
hacían pasar como peones para la limpia de dicha huerta”, nos dice Arturo
Miranda Ramírez en su tesis: La violación
de los derechos humanos en el estado de Guerrero durante la “Guerra Sucia”; una
herida no restañada.
Los
jefes del comando fueron: Roque Salgado como el primer responsable y José Bracho
el segundo. “En noviembre de 1967, -nos dice Miranda- el primer comando
guerrillero de la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), después de seis meses de
entrenamiento en San Vicente y en las inmediaciones de El Paraíso, decidió
realizar una expropiación (asalto) en contra del cacique Domingo Ponce Fajardo,
un rico cafetalero de la región señalado como déspota por sus trabajadores. El propósito
de quitarle dinero que sabían guardaba en una caja fuerte, tenía dos
propósitos: por una parte adquirir recursos para resolver las necesidades del
comando y por otra, serviría para fogueo de sus elementos”.
“El
cacique estaba en su beneficio de café en La Soledad, cerca de El Paraíso.
Llegaron a robarle el dinero y las armas, pero se defendió. En el lugar
murieron un trabajador de Domingo Ponce de nombre Pedro Pascasio y uno de los
noveles guerrilleros que se hizo pasar por indito de la región de la Montaña de
nombre Prudencio Casarrubias, originario de Chilpancingo, quien se había unido
al grupo de Genaro desde las jornadas de lucha electoral de 1962. El cacique
quedó herido y murió cuando era transportado al hospital para ser atendido, al tiempo
que el guerrillero era sepultado en el panteón del lugar como desconocido”.
En el
primer comando que formó Genaro Vázquez también estaba Samuel Adame Flores
quien vivía en El Paraíso y Santos Méndez Bailón de El Zapote, del municipio de
Coyuca de Benítez. Contaban con una red de colaboradores: Jesús Rebolledo de
Atoyac, Magdalena Hernández de El Paraíso, Ángel Gómez de El Ticuí, Rogelio
Juárez Godoy de Atoyac, Tiburcio Flores de El Quemado, José Sandoval en Las
Delicias, Natividad y Eliseo de Jesús de Santiago de la Unión, reveló una
fuente de Arturo.
Desde
antes de sumarse a la guerrilla, el dirigente cívico de El Paraíso, Samuel
Adame Flores quien hacía trámites legales a favor de los campesinos, era
hostigado de manera permanente por la partida militar que se encontraba en esa
localidad.
Según
datos encontrados por Arturo Miranda en el Archivo General de la Nación el 30
de septiembre de 1968, la Central Campesina Independiente (CCI) a través de un telegrama
solicitó al entonces secretario de Gobernación Luis Echeverría, que
interviniera para que cesara la persecución de la partida militar acantonada en
el poblado de El Paraíso, municipio de Atoyac, contra el dirigente de esta
organización Samuel Adame Flores.
De
nuevo, el 12 de enero de 1969, la Central Campesina Independiente denunció ante
el secretario de la Defensa Nacional
Marcelino García Barragán, que el dirigente de la región de la sierra cafetalera
de Atoyac Samuel Adame Flores, ejidatario de El Paraíso, que lucha contra los
atropellos y abusos de ricos comerciantes, grandes acaparadores de parcelas
ejidales, monopolistas de café, ganaderos invasores de tierras comunales, era
hostilizado por el comandante de la partida militar de El Paraíso por órdenes
de los caciques; “por lo que se pide cambien a este militar por otro oficial de
mayor responsabilidad y que sea honesto”.
El 13
de junio de ese año, el general de brigada Juan Manuel Enríquez, comandante de
la 27 Zona Militar contestó, a través del oficio número 1277, donde señala que
el día 11 se dirigió al Estado Mayor de la Defensa Nacional, donde turna la
investigación sobre estas quejas: en su oficio número 5661 precisa que le
preguntó al subteniente Efraín Méndez Gaona por qué hostilizaba a Samuel Adame,
su respuesta, obviamente fue, que esas denuncian “eran puras mentiras. Que
Adame era ‘simpatizador’ (sic) y colaborador de Genaro Vázquez Rojas”. Que
Adame estaba en la cárcel municipal de Tecpan desde el 17 de mayo de 1969 por
una querella de los hermanos Juan y Sulpicio Araujo Carrillo, vecinos del
poblado de El Paraíso, quienes acusaban de que Adame hacía labor de agitación,
soliviantando a algunas facciones y creando desorientación... en la Sierra de Atoyac.
Que en una ocasión los federales agarraron a su sobrino Francisco Guerrero por
motivos que se sabía tenía relaciones con el maleante Genaro Vázquez y que
querían que les enseñara su escondite.
A
pesar de que el subteniente Méndez Gaona dijera que era mentira que lo
persiguieran, con su informe confirmaba el hostigamiento al dirigente campesino
Samuel Adame, conocido ya en los tiempos de la guerrilla como Chamel. “Así mismo, pretendía
desacreditar la denuncia, porque tiene un sobrino que tiene relaciones con
Genaro. Al tener un pariente con problemas con la justicia se justificaba la persecución”,
concluye Arturo Miranda.
El 8
de noviembre de 1969, se denunció ante el agente del Ministerio Público de
Tecpan de Galeana, que las dificultades entre ciudadanos del ejido El Molote y
de El Paraíso se debían a que el señor Jorge Bautista quería cultivar droga
y amapola y, como los vecinos del lugar
no aceptaron, acusó a la gente de El Molote de dar de comer a Genaro Vázquez,
cuando pasó por allí. Alejandro Simbras Bernal (Rojas), soldado de la 1ª Reserva Rural de El Molote, con sus
compañeros reservistas tuvieron que acudir a El Paraíso al llamado de la
partida militar, para responder de dicha acusación. La misma noche regresaron
todos a sus casas, menos Alejandro, del que hasta la fecha sólo se sabe por
rumores, que está enterrado en el potrero de los Araujo.
Se
pudo constatar por los denunciantes, que los principales sembradíos de amapola
eran de los “bien conocidos y temidos gavilleros al servicio del cacique
Saturnino Sánchez”. Fue tanta la impunidad de sus fechorías, que se dice que algunos
comandantes de la partida militar de El Paraíso les proveían de parque y armas,
con la condición de que les ayudaran a localizar a Genaro Vázquez.
En el
caso de Alejandro Simbras se habla de una ejecución extrajudicial por “el grave
delito” de dar alimentos a Genaro. Dice Miranda: “a ese campesino no se le dio
la oportunidad del debido proceso que
señala la Constitución y el Derecho Internacional para que le probaran o no la
acusación que le hicieron los caciques. Desgraciadamente en nuestro país es el
indiciado el que debe probar su inocencia y no el impartidor de la justicia
quien debía demostrar su acusación”.
Según
el informe de la Fiscalía Especial: “En noviembre de
1969 se reporta el primer caso de ejecución extrajudicial por motivo de darle de comer a Genaro. Es el caso de Alejandro
Simbras. También aparecen los primeros reportes en que se menciona la alianza
del ejército con narcotraficantes en contra de la guerrilla”.
El 11 de abril de 1971 guerrilleros de la ACNR,
secuestraron a Agustín Bautista Cabrera, lo bajaron de un camión en el que
transportaba café. Los revolucionarios exigieron por su vida
250 mil pesos y su familia ofrecía 150 mil, pero como no se concretó la
operación, fue pasado por las armas cerca del Río de Santiago. La ACNR se adjudicó el secuestro mediante un
comunicado firmado el mismo día del plagio en el campamento Revolucionario José María Morelos, entre otras cosas
dice el texto: “Consecuentes con la línea de lucha trazada por nuestra heroica
fuerza dirigente la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, el Comité Armado
de Liberación ‘Emiliano Zapata’ se responsabiliza de la expropiación de 60
quintales de café y del secuestro del Sr. Agustín Bautista, hijo de Jorge
Bautista, cacique explotador, perseguidor y asesino de campesinos; guía del
ejército y amapolero con apoyo oficial (…) Nuestro acto es el castigo a la familia Bautista, de El
Paraíso, Gro., cuya cabeza, junto con el detenido, son principales responsables
de la muerte de los campesinos Jesús Pérez, Lucio Reyes, Máximo Vélez, Severo
Pérez, Pedro Guerrero y Alejandro Simbras”.
En El
Paraíso se sabe que efectivamente Jorge Bautista, su medio hermano Mateo Ávila
y el mismo Agustín Bautista fueron pioneros en la siembra de esos vistosos y
coloridos jardines que florecieron arribita del Edén Viejo.
Como
consecuencia del secuestro, y después ejecución de Agustín Bautista Cabrera, fueron
detenidas más de 10 personas. El 23 de abril de 1971, apresaron en El Paraíso a
Juan Hernández Rivera y al siguiente día en Santiago La Unión, a Simplicio De
Jesús de la Cruz, Francisco Garay González y Marcos Saldaña Nava.
A Juan
Hernández Rivera, Juanillo, lo agarró
la policía estatal cuando iba por el monte saliendo de El Paraíso, rumbo a San
Vicente: con dos morralas llenas de comida, un “tambache” de tortillas y un uniforme
militar que lo comprometió. El comandante Pablo Flores Espejo lo llevó a la
comisaría para interrogarlo. En el grupo policíaco iba Jesús Romero Martínez,
compadre de Juan y a cuya amistad quiso aferrarse para salvarse, pero el
comandante abusivo le pidió a Romero que le echara el lazo al pescuezo y lo
colgara de una solera. Al primer tirón Juanillo
habló y dijo entre otras cosas que: él había quemado la huerta de Eufemio
Ocampo García por órdenes de Epifanio Hernández Vélez, desde entonces cacique
de la localidad.
También informó que lo habían invitado a participar,
apenas el 10 de marzo. Se unió a otros veinte hombres, entre los que identifica
a Trinidad y Bernabé Garay González, Francisco Garay y a Genaro Vázquez Rojas,
quienes portaban fusiles 30, M-1, pistolas y mochilas. Comentó que los
guerrilleros se reunían para comer en la casa de Trinidad Garay.
A
Simplicio De Jesús de la Cruz, la Dirección Federal de Seguridad (DFS) lo
relacionaba en actividades conjuntas con Samuel Adame y Genaro Vázquez.
Simplicio al igual que Marcos Marcelo Saldaña Nava, están desaparecidos.
Posteriormente el 28 de abril, entre las 9:30 y las
11:00 horas –según datos encontrados por la Comisión de la Verdad- agentes de
seguridad pública del estado, sostuvieron un encuentro a balazos con seis
individuos encabezados por Trinidad Garay González, donde resultó muerto el policía
Jesús Romero Martínez de 35 años, quien estaba bajo el mando del comandante
Pablo Flores Espejo. Los hechos se desarrollaron en las orillas de Santiago de
la Unión y también murió el padre de Trinidad Garay González.
El
policía Jesús Romero Martínez, Chucho,
llegó herido a El Paraíso, su tierra natal, de ahí sus colegas quisieron
bajarlo a Atoyac, pero murió en el camino. En El Paraíso quedó la sospecha de
que fue asesinado por sus propios compañeros, porque a raíz del incidente con
su compadre Juan Hernández él había pedido su baja. Ya no se sentía a gusto en
su trabajo. “Y qué casualidad que fue el único policía muerto”.
A raíz
de esa época negra llamada Guerra Sucia quedó de recuerdo, antes de llevar a El
Paraíso, el paraje conocido como El Retén porque ahí se estableció un puesto de
revisión militar. La esposa de Francisco Garay, Juana Godínez vivió por muchos
años en la colonia Vista Hermosa, del matrimonio nacieron varios hijos, entre
ellos Sergio y Zenón. “Juan Hernández y Francisco Garay fueron llevados a
Chilpancingo, donde permanecieron recluidos por varios años”.
Después
de muerto Genaro Vázquez se volvió a saber de Samuel Adame en El Paraíso. Por
una vieja disputa de un lindero en una huerta de café, atacó a Juan Araujo
Carrillo en su casa. En los primeros disparos una bala le atravesó la panza a
Juan Araujo, pero con una escopeta alcanzó a contestar y le pegó a su atacante.
Cuando los pobladores fueron a rescatar a Juan, más adelante, entre el monte,
encontraron muerto a Samuel Adame Flores. Así acabó aquel valiente guerrillero
genarista.
VIII
En el periodo de 1981 a 1983 el cargo de presidente
municipal de Atoyac recayó en Ladislao Sotelo Bello y la sindicatura en
Epifanio Hernández Vélez el hombre fuerte de El Paraíso muy cercano a los Figueroa.
Al contender Ladislao por una diputación local Epifanio Hernández se convirtió el
alcalde sustituto, acrecentando el poder que ya tenía en su ejido donde
manipuló a las autoridades ejidales hasta 1993.
En 1987 otra vez, Epifanio Hernández fue síndico, pero
ésta vez de Apolinar Castro Zamudio a quien el gobernador José Francisco Ruiz
Massieu depuso inventándole una enfermedad y puso en su lugar a Alejandro
Nogueda Ludwig.
Fue ampliamente conocida la oposición de Hernández
Vélez a la designación de Alejandro Nogueda en sustitución de Castro Zamudio,
incluso en protesta renunció a la sindicatura, pero luego fue reinstalado en el
cargo. Incluso mucho se habló de una posible emboscada al nuevo presidente
municipal cuando visitó El Paraíso invitado por Alberto Sotelo Lucena.
Alejandro Nogueda tuvo que “apadrinarse” para que nada le ocurriera en sus
recorridos por la sierra. Mucho se comentó que campesinos de El Paraíso y El
Porvenir vendrían a tomar a sangre y fuego el Ayuntamiento de Atoyac para echar
a Nogueda Ludwig a patadas.
Epifanio
Hernández Vélez fue dos síndico municipal y presidente municipal sustituto, durante casi dos décadas hombre fuerte de El Paraíso. Foto: Archivo Histórico de Atoyac. |
Según
los datos que se tienen, Epifanio Hernández Vélez fue agente de la policía
judicial en los tiempos de la persecución a la guerrilla en los setentas,
cuando se desarrollaron de manera masiva acciones extralegales de detención,
secuestro y asesinato de campesinos sospechosos de simpatizar con la guerrilla.
Después de la desarticulación de la guerrilla Epifanio Hernández apareció como
hombre fuerte y como cacique con propiedades en El Paraíso, donde se le ligó a
los preciosos jardines que crecen en las laderas de la Sierra Madre del Sur de
ahí el mote de “Comandante Jardines o Epifanio Jardines”.
Entonces,
Epifanio Hernández adquirió poder económico y político como policía y después
de pertenecer a la PJE controló durante la década del 80 y parte del 90 a las autoridades de El
Paraíso, que el ejido cafetalero más importante del estado. Fue conocido como
el principal cacique de la sierra de Atoyac y en El Paraíso llegó a encabezar
un grupo llamado “Ingeniero Rubén Figueroa Figueroa”.
Como les decía, en 1988, Epifanio Hernández Vélez era otra vez síndico
municipal, y los priistas de El Paraíso eligieron como comisario de unidad a
Lorenzo Araujo Olai, todavía no existía el PRD. Al siguiente año iniciaría una
pugna mortal por las autoridades municipales y ejidales que duraría más de una
década y el nombre del llamado “Comandante Jardines” estaría en el centro de la
intriga.
En 1989 el PRI perdió la hegemonía en El Paraíso, el
PRD ganó y el comisario Adrián Araujo, como presidente
del Consejo Consultivo de Comisarios, le tomó protesta Octaviano Roque Ruíz,
como presidente municipal popular, el lunes primero de enero de 1990, después
de las fraudulentas elecciones del 3 de diciembre.
El 14 de junio de 1990 el comisario era Mario Valdez
Lucena y publicaba El Acusador número
2, una hojita volante mimiografiada que era el boletín oficial de la comisaría
municipal. Daba a conocer la planilla electa el segundo domingo de enero de
1990 integrada por: Mario Valdez Lucena, suplente Javier Ocampo y los
auxiliares Ricardo Lucena Basave y Bernardo Martínez Valdez, quienes ya habían
buscado una camioneta para recolectar la basura que lo haría por primera vez en
la historia de la comunidad y habían invitado a instalarse al “Tianguis de
Guerrero” que traía buenos precios accesibles al bolsillo popular.
Pero había dualidad de funciones, porque el 8 de abril
el otro bando había nombrado comisarios a: Juan Lucena, Manuel Arzate, Efraín
Lucena y Tobías Marcelo. El Acusador número
3, del 26 de junio de 1990, denunciaba que el grupo de poder que encabezaba
Epifanio Hernández, Guadalupe Andrés y Nacho Sotelo, habían comprado un sello
sin autorización de la asamblea para dárselo a Juan Lucena. En este contexto se
dio un primer atentado a Mario Valdez Lucena encabezado por Epifanio Hernández
donde el dirigente perredista únicamente salió golpeado a cachazos.
Pero para 1993 Ignacio Sotelo, Alberto Sotelo Lucena y
Mario García Marcelo entre otros priistas se le revelaron a Epifanio Hernández,
se aliaron con los del PRD y le arrebataron el poder colocando a Mario García
Marcelo como presidente del comisariado ejidal. Cuya principal acción consistió
en hacer una revisión del padrón de ejidatarios.
Para 1993, el priista Quintín Hernández Bernal había
sido electo el 27 de junio, como comisario municipal y la planilla de la
disidencia encabezada por Alberto Sotelo Lucena que perdió por un voto no
reconoció el triunfo y al llegar María de la Luz Núñez Ramos a la presidencia
municipal se convocaron a nuevas elecciones.
Por eso el 20 de febrero de 1994, cerca
de 200 priistas bloquearon la carretera a un kilómetro de la comunidad
“protestaron así por la elección extraordinaria de comisario municipal,
convocada por el Ayuntamiento de extracción perredista, que en el trascurso del
día se realizó en zócalo de la localidad”, escribió Maribel Gutiérrez.
Los
priistas esperaban la llegada de la presidenta municipal, María de la Luz Núñez
Ramos, para dialogar con ella y exigirle respeto al comisario Quintín Hernández
Bernal quien estaba en funciones desde el 27 de junio de 1993.
A
pesar del bloqueo priista las elecciones se realizaron en el Zócalo de la
población, con el empleo de urnas y credencial de elector, donde se presentó
únicamente encabezada por Evaristo Ríos Castillo e integrada como suplente
Rafael Adame Juárez, vocales: Alberto Sotelo Lucena y Ricardo Lucena Basave,
694 votos respaldaron esa planilla.
Después de eso se vinieron años de conflicto interno
profundo y violento que llegó a su clímax, cuando el 6 de
septiembre de 1994, alrededor de 22 priistas, que se habían constituido en
grupo de trabajo “Rubén Figueoa Figueroa”, encabezados por Mariano Bautista
Catalán que de acuerdo al rol priista le tocaban ser comisario de El Paraíso, fuertemente
armados secuestraron un camión cervecero a las 12 del día. Y estuvieron a punto
de enfrentarse con la policía comunal del comisario perredista Evaristo Ríos
Castillo, quien había firmado un convenio de exclusividad con la cervecería Corona,
de 75 mil nuevos pesos por el año.
Las
cosas estuvieron así: a las 12:30 horas, llegó un camión cervecera Corona a El
Paraíso conducido por el chofer Guadalupe Gregorio Díaz Hernández cuando se
presentó el grupo encabezado por Mariano Bautista Catalán tomaron el camión y
lo metieron en la casa de la señora Sostenes Catalán donde quedó retenido. Los
priistas armados y los comunales de Evaristo estuvieron a punto de desencadenar
una tragedia al cortarse cartucho, cuando decenas de niños salían de la escuela
primaria.
En
respuesta a estos hechos el viernes 9 de septiembre de 1994, habitantes de El
Paraíso hicieron una marcha al Ayuntamiento de Atoyac y luego bloquearon la
carretera para exigir se acabara la dualidad de comisarios en El Paraíso y
denunciaron que el grupo Rubén Figueroa secuestró un camión cervecero. Con
pancartas que decían: “Fuera grupos armados protegidos por Figueroa”, después
de realizar un mitin en el zócalo frente
al Ayuntamiento se dirigieron a tomar la carretera federal que bloquearon a
partir de la 1:30 de la tarde con alrededor de 300 personas encabezadas por
Evaristo Ríos Castillo y Mario García Marcelo. Los manifestantes realizaron
pintas en algunos camiones de pasajeros.
A los
dos días el Ayuntamiento que encabezaba María de la Luz Núñez Ramos respondió y
el 11 de septiembre de 1994, por primera vez se realizó un cabildo abierto en
El Paraíso, donde se trató el asunto de dualidad de comisarios. A pesar de esto
y de las intercesiones del gobierno de Rubén Figueroa Alcocer las cuestiones
continuaron, porque de alguna manera el gobierno del estado tomó partido a
favor de los priistas y la comuna municipal a favor de los perredistas.
En
este conflicto los priistas acusaban a los perredistas de ser dueños de las cantinas
que proliferaban en la población y los perredistas acusaban a los priistas de
paramilitares y de delincuencia organizada.
El día
5 de noviembre de 1994, se llevó a cabo una reunión del ejido en la cual se
revisó el padrón y se autorizó su ampliación, pasando de 559 a 750 ejidatarios.
Luego vendría el fallo el 29 de mayo de 1995, el Tribunal Unitario Agrario del
Distrito 12 con residencia en Chilpancingo de los Bravo, Guerrero, resolvió en
definitiva el juicio que promovieron Mario García Marcelo, Valeriano Reséndiz
Hernández y Adrián Araujo Carrillo, presidente, secretario y tesorero del
comisariado ejidal del ejido de El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez,
Gro., en el expediente T.U. XII-012/95. La resolución final del citado tribunal
estableció que era legal la asamblea ejidal celebrada el día 5 de noviembre de
1994.
Por
varias décadas, las autoridades ejidales no apoyaron la idea de que hubiera
nuevos ejidatarios, “aun cuando todo el pueblo conociera que los campesinos
eran dueños de una parcela y que además la trabajaban. Con el trabajo de Mario
García Marcelo y compañeros del comisariado ejidal se regularizó el padrón y el
nombre de muchos ejidatarios fallecidos se cambió por el de sus sucesores”,
escribió Esteban Hernández.
Las cosas se pusieron al punto de la exposición cuando
el 15 de septiembre de 1996, fue baleado Mario Valdez Lucena, por un grupo de
priistas, en el ataque usaron cuernos de Chivo, rifles R-15 y escopetas
automáticas, hecho que le dejó ocho cicatrices de bala, el ojo izquierdo
totalmente perdido y el derecho sin pupila, sin iris y recuperada su
visibilidad en un 50 por ciento. Actualmente está a punto de quedar ciego por
completo.
Epifanio
Hernández Vélez se ausentó de El Paraíso y refugió de nuevo en la Policía Judicial
del Estado y reapareció en la región en 1997 como comandante comisionado en
Atoyac para investigar los homicidios políticos y el secuestro de Pablo Gerardo
Morales Román, el campesino José Luis Blanco Flores que fue detenido el 29 de
marzo, identificó a Epifanio Hernández como su torturador.
Luego
el 2001, Hernández fue nombrado director encargado de la Policía Judicial del
Estado, entonces en respuesta en Atoyac se formó el Movimiento por la Seguridad
de los Pueblos lo conformaron: la Afadem, OCSS, PRD, Frente Ciudadano, RASA, personal
de la Preparatoria número 22, el Comucan, Unidad Democrática Atoyaquense, la
iglesia “Dios único”, el Partido Revolucionario de los Trabajadores y la CETEG,
quienes denunciaron a Epifanio Hernández Vélez como torturador, saqueador,
tener nexos con el narcotráfico, acopiador de armas prohibidas, asesinatos y
promover los grupos paramilitares y asociación delictuosa. Pidieron que se le
enjuiciara por delitos de desaparición forzada y delincuencia organizada.
El Movimiento
Ciudadano por la Seguridad del Pueblo de Guerrero realizó una manifestación con
antorchas el sábado 15 de septiembre por la noche, dos horas antes del grito de
Independencia, para exigir que no fuera ratificado Epifanio Hernández Vélez
como director de la Policía Judicial del Estado (PJE). El 17 de octubre del 2001 un grupo ciudadanos a las 13
horas le pintarrageó las oficinas al síndico Alberto Sotelo Lucena, por haber
declarado a favor de Epifanio Hernández Vélez.
La
última noticia que se tuvo del hombre fuerte de El Paraíso, fue cuando el
viernes 8 de octubre del 2010 fue asesinado en la ciudad de Chilpancingo. Un
solitario pistolero le disparó con una 3.80, pegándole nueve tiros en
estacionamiento del hospital del “Niño y la madre” del ISSSTE a las 12 del día.
El comandante abordaría un Tsuru blanco, después de salir de consulta.
IX
Desde
tiempos remotos la violencia se ha enseñoreado en El Paraíso y la muerte
siempre ha estado presente, tanto que las rezanderas se hicieron preponderantes
y el levantamiento de sombra un ritual frecuente.
El
mejor cronista de Atoyac, Wilfrido Fierro registra que el 6 de marzo de 1955, “fueron muertos en un zafarrancho en el
poblado El Paraíso, Alfonso Arguello, Pascual y Bonifacio Andrés, y heridos
Margarito Vázquez y Anastasio Catalán; viejas dificultades salieron a relucir
al calor del alcohol con las consecuencias anotadas”.
Otra
página de la Monografía de Atoyac, de
Wilfrido, describe que el síndico municipal, profesor Luis Cabañas Ocampo fue herido
el 4 de marzo de 1962 en El Paraíso, quien luego sería cesado del cargo el 17
de marzo, al parecer porque su esposa respondió la agresión y asesinó a Inocencio
Ríos. “La esposa de Cabañas, Adolfina Pino, al ver a su esposo herido y en el
suelo le sacó la pistola que portaba en la cintura y disparó la carga sobre el
agresor, matándolo en el acto”, escribió Salvador Román historiador del
movimiento de Los Cívicos de Guerrero que encabezada Genaro Vázquez. Por eso Cabañas
negociaría con el gobierno del estado la libertad de su esposa a cambio de la
sindicatura de Atoyac.
Un
buen día, el 24 de junio de 1979, se registró
un tiroteo entre civiles y policías. Los preventivos intentaron desarmar a
Josafat Lucena Adame dándose la balacera. Un informe del Ejército dice que la
Policía Sub-Urbana “es culpable de los hechos ocurridos el día 24 de junio de
1979 en la que perdieron la vida tres personas y resultaron cinco heridos”.
Señala que en un primer enfrentamiento en la calle,
frente al cabaret de la señora Esperanza Zamora, murió el policía Esteban Romero
de Jesús y salió herido el segundo comandante Ciro Tinoco Morales y el
campesino Josafat Lucena. En el segundo enfrentamiento murió Juventino Ávila. El
reporte no da los pormenores del otro muerto y de los demás heridos.
El Año Nuevo de 1990, muchos campesinos de todas las
comunidades del municipio llegaron a reforzar el plantón que el PRD tenía en el
zócalo de la ciudad. Esa noche el padre Máximo Gómez llevó comida y se hizo
acompañar de muchos de sus feligreses. Si ese Año Nuevo, hubieran caído a
desalojar hubieran quedado muchos muertos. En ese tiempo estaban construyendo
el hotel Alameda, dentro de la construcción se ocultaron muchos sierreños
armados, entre los que se encontraba Ricardo Lucena Basave y otros perredistas
de El Paraíso.
El grupo de autodefensa se incorporó en todas las
guardias que había alrededor del zócalo, uno de los activos era Porfirio
Alarcón, y Placido Domínguez se paseaba con un casco de acero, caminando por
arriba de la bóveda de la iglesia armado de un M-1. Ese Año Nuevo se fue muchas
veces la energía eléctrica, así que toda la noche los plantonistas estuvieron
alerta. En la madrugada llegó la noticia que el plantón de Coyuca de Benítez fue
atacado por unos pistoleros y habían matado a tres perredistas.
Al día siguiente se formó una comisión para ir a
reforzar a los campesinos de Coyuca. El grupo iba encabezado por Oscar Rivera,
Elio Dionisio Ponce y Ricardo Lucena. Otra comisión se fue a la toma de
protesta de Salvador Flores Bello como presidente municipal de Tecpan de
Galeana. Por la tarde al regresar la comisión de Coyuca, Ricardo Lucena venía
herido y un perredista de Tecpan había muerto en un enfrentamiento a tiros.
Ricardo Lucena Basave sería posteriormente el
comandante de la policía preventiva de la Comuna Popular Revolucionaria que
funcionó, por los tres primeros meses de 1990, en el palacio municipal, pasado
los años, el 9 de abril de 1995, Ricardo fue asesinado en las estribaciones de
la sierra Madre del Sur, adelante de Toro Muerto cerquita de Cruz de Ocote. La
misma suerte correría Porfirio Alarcón. Oscar Rivera, Elio Dionisio y Placido
Domínguez también serían asesinados, pero esa es historia de otras comunidades.
Entre
otros registros encontrados, en el Archivo Histórico Municipal, el campesino Ángel
Fierro Martínez de El Paraíso, fue asesinado a balazos en la cabecera municipal
el 13 de marzo de 1994. Ángel Fierro era suplente de Mario Valdez en la
regiduría de desarrollo rural del Ayuntamiento que presidía María de la Luz
Núñez Ramos y que había tomado posesión apenas el 1 de diciembre de 1993,
postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El 17
de septiembre de 1994, asesinaron a Antonio Adame Reyna en El Paraíso, recibió
tres balazos de 38 súper, en diferentes partes del cuerpo y el 22 de noviembre
de 1994, hubo tres balaceados durante el torneo de basquetbol.
Luego
el 4 de septiembre de 1995 serían emboscados y asesinados en un lugar conocido
como El Venado, en la carretera que conduce a El Paraíso, el comandante de la
policía comunal de esa localidad, Adalid Araujo Ávila y al policía Armando
Simbras Torres. Durante su gobierno María de la Luz Núñez Ramos llevaría un
registro de las muertes violentas al que llamó Banco de sangre y violencia. Se
puede encontrar en el Archivo Histórico Municipal.
Aquel
18 de febrero de 1996, la Policía Judicial del Estado, a las 11 horas, cerca de
La Florida, emboscó a Agapito Rojas Hernández, Genaro Martínez Sánchez y Miguel
Rojas Cortés. “Al trasladarse cinco familiares de las víctimas del poblado El
Paraíso a La Florida, se encontraron con un grupo de agentes de la PJE,
percatándose por las huellas de sangre que uno de los agentes había sido
herido”, dice un oficio de la CNDH firmado el 2 de junio de 1997.
Por la
noche al estar velando a los difuntos, se enteraron que el agente judicial
estaba siendo llevado al puerto de Acapulco y por eso José Rojas Hernández,
Isaías Rojas Osorio, Mauro Altamirano Osorio, Benigno Figueroa Alquisiras y
Héctor Aguilar Navarrete decidieron trasladarse a Acapulco para conocer la
identidad del policía y denunciar los hechos, pero al ir tras el policía en el
punto denominado El Roble, entre El Papayo y El Zapote, fueron acribillados por
los judiciales dentro del vehículo en que viajaban y arrastrados fuera de él.
Todos tenían múltiples heridas y tiro de gracia.
Esa noche también asesinaron a Marco Antonio
Fierro Camacho, quien se encontraba en el velorio y al trasladarse a su casa,
fue acribillado frente al panteón con seis balazos calibre 380 en la espalda. A
raíz de esos crímenes fueron destituidos de la policía judicial Leopoldo
Benítez Pérez como comandante y Leonel González Garduño como agente. También
fueron consignados campesinos que nada tenían que ver con el crimen.
El
lunes primero de abril del 2002, gran conmoción provocó al descubrirse el
cadáver de una niña entre 10 y 12 años, semienterrado al interior de una
vivienda en la pequeña comunidad de Las Finquitas, perteneciente al ejido de El
Paraíso. El cadáver fue encontrado en estado de putrefacción, por personas que
querían habitar la casa, sólo estaba el cráneo y una parte de los huesos al
interior de la vivienda.
Según
lo que informó el comisario de El Paraíso, Román Abarca Corona, la niña María
Javier era hija del matrimonio que conforman Crescencio Javier Peralta e Isabel
Manzanares, indígenas originarios de Chilapa, quienes llegaron a trabajar a Las
Finquitas.
El
cadáver estaba siendo devorado por los perros cuando llegó el agente del
Ministerio Público al levantamiento, el cuerpecito fue traído en una bolsa de
plástico a la cabecera municipal. Se presumió que la niña era robada, pues sus
presuntos papás no la dejaban platicar con nadie mientras estuvo en la
comunidad.
Lázaro
Bautista Catalán, fue asesinado a balazos a las cinco y media de la tarde, del
5 de diciembre del 2005, cerca de El Paraíso. Lázaro era uno de los más
connotado líderes priista de la comunidad y había sido dos veces candidato a síndico,
la primera vez con Juan Méndez Mejía que perdió ante María de la Luz y la
segunda vez con Elías Salomón que se quedó en el camino ante Pedro Brito
García.
Y el 15
de junio 2007, a las 8: 40 de la mañana, fue baleado en El Paraíso otro
connotado priista. Román Abarca Corona de 63 años de edad fue trasladado herido
al hospital Juventino Rodríguez. Sus agresores le tiraron del monte, en su
rancho llamado El Retén, y le dieron dos balazos en la espalda. El lugar donde
fue atacado el ganadero Román Abarca, se ubica casi al frente del sitio donde
fue asesinado Lázaro Bautista Catalán.
El 28
de junio del 2007, caería abatido por balas asesinas en el centro de la
comunidad Alberto Sotelo Lucena, ex comisario municipal y el síndico priista en
el periodo de Acacio Castro Serrano. Alberto era hombre valiente y buen amigo.
Luego
sujetos armados dispararon contra familiares y vecinos que estaban en el
velorio de Roberto Lucena Pérez, los hechos fueron a las 7 de la noche del
domingo 26 de agosto del 2007, en la comunidad de El Paraíso. Los pistoleros
dieron muerte a Flavio Amado Delgado de 43 años originario de Alcholoa, con
domicilio en El Paraíso. También fue herido de gravedad el hijo del velado,
Salvador Lucena Rayo de 25 años. En el ataque se usaron armas de calibre 9
milímetros y 38 súper.
También
el ex presidente del comisariado ejidal, Benjamín Martínez Enríquez fue
asesinado a tiros en la inmediaciones de El Paraíso en abril de 2008.
El 17 de septiembre de 2008 el
candidato a síndico del Partido Revolucionario Institucional, Mario García
Marcelo, sufrió un atentado en el que murió Ángela Nava Vargas una de sus
acompañantes quien recibió tres balazos. Los hechos ocurrieron subiendo a la
sierra, a la altura del rancho Las Gemelas. Sujetos armados salieron de la
maleza y dispararon en contra de la camioneta en que viajaban cuatro personas.
Mario García fue presidente del comisariado ejidal de El Paraíso apoyado por el
PRD con quienes ganó las elecciones el 5 de abril de 1992 y luego regresó al
PRI ocupando cargos como director de gobernación municipal y director del agua
potable.
El 21 de marzo de 2013 fue
ejecutado a balazos, el ex presidente del Consejo Consultivo de comisariados
ejidales, Agustín Sotelo Aguilar de aproximadamente 48 años de edad, en el
interior de la casa de la familia Gómez donde se refugió de un primer ataque,
en la calle Independencia de la cabecera municipal. Los hechos fueron a las
seis y media de la tarde a una cuadra del zócalo. Sotelo Aguilar fue presidente
del comisariado ejidal de El Paraíso, precandidato a la alcaldía de Atoyac por
el Partido de la Revolución Democrática pero al no ser favorecido apoyó al PRI,
partido por el que era un prospecto para estas elecciones.
Por último 16 de noviembre de
2013, en la tarde, dos dirigentes campesinos de la comunidad El Paraíso fueron
asesinados en pleno centro de Atoyac, cuando regresaban de una reunión con cafetaleros,
se dijo que las víctimas organizaban una policía comunitaria, pues ya habían
asistido a una reunión a Xaltianguis. A las 14:20 horas, Juan Lucena Ríos y
José Luis Sotelo Martínez estaban en una camioneta, cuando un hombre les
disparó cuatro balazos certeros a cada uno.
Hacía más de un mes que a Sotelo Martínez le habían
secuestrado a su hija de 27 años, pero la gente del pueblo se armó. Unos 300
hombres lograron rescatarla. Eso motivó que la gente hablara de la creación de
una policía comunitaria en El Paraíso. Juan Lucena, había sido comisario de El
Paraíso por el PRI, un tiempo se afilió al PAN por el que llegó a una regiduría
que luego se llevó al PRD y hace seis años contendió por el Partido Verde por
la presidencia municipal de Atoyac. Anteriormente se había salvado de dos
atentados.
Luego la muerte alcanzaría a Alfredo de los Santos
Ávila de 60 años de edad, presidente del Consejo de Vigilancia de El Paraíso, asesinado
el lunes 2 de marzo de 2015, a la altura del basurero que está en la periferia
de la ciudad de Atoyac, en la carretera que conduce a la comunidad de El
Paraíso, “fue atacado cuando viajaba en coche Matiz rojo”, publicó la prensa.
X
El Año
Nuevo de 1964, en las montañas de la comunidad de El Paraíso, de la zona
cafetalera, debido a una perturbación ciclónica cayó una fuerte helada,
alcanzando una capa de 20 centímetros de espesor, este fenómeno nunca se había
visto en la región, causando un daño importante en la cosecha de café de esa
temporada. Por ello ese año el 12 de abril la comunidad recibió la visita del
gobernador del estado Raymundo Abarca Alarcón.
El
primer mandatario, dice Wilfrido Fierro, fue recibido por las autoridades
municipales y ejidales y por los promotores de su visita el médico Fructuoso
Méndez Guizar y el profesor Salvador Morlet. En su vista el gobernador fue
acompañado por el presidente municipal Luís Ríos Tavera y los regidores Antonio
Galeana Hernández, José Ríos y Alfredo Reynada Castro. Ríos Tavera escribiría
después la primera monografía de El Paraíso.
De El
Paraíso en el Archivo General de la Nación sobre el periodo negro de nuestra
historia que se denominó Guerra Sucia se pueden encontrar múltiples documentos.
El día 11 de julio de 1974, Tomasa Terán de
Urióstegui y Elidia Terán Hurtado, envían un telegrama al Secretario de la
Defensa nacional solicitándole su urgente intervención “en contra de los
atropellos que estamos sufriendo por elementos de la partida militar
destacamentada en este lugar en agravio y perjuicio de nuestros hijos Isaías
Urióstegui Terán, y Reynaldo Urióstegui Terán, personas que fueron detenidas
desde el día treinta de junio del año en curso y que hasta la fecha no sabemos
en qué cárcel los tengan recluidos..”. Los mencionados hasta la fecha siguen
desaparecidos.
El basquetbol
En la
sierra el deporte más socorrido es el basquetbol y en El Paraíso se lleva a
cabo año con año, en noviembre, uno de los torneos más importantes de la región.
El cronista de la comunidad, Esteban Hernández Ortiz nos dice que los primeros
torneos de basquetbol se realizaron en la cancha de la escuela primaria
Cuauhtémoc, “recuerdo que en ese tiempo las reglas de este deporte no
contemplaban canastas de tres puntos, así el jugador encestara desde la media
cancha, el enceste valía dos puntos. De El Puente del Rey se organizaba un
equipo, en el que había dos hermanos hijos de don Toño Bravo, un señor que por
muchos años vivió en El Paraíso, en la calle Salvador Morlet. Uno de los Bravo
era buen encestador, apenas daba uno o dos pasos, cruzando la media cancha y
lograba anotar puntos para su equipo”.
De Esteban
Hernández Ortiz, quien prepara la edición de un libro sobre la comunidad,
tomamos los datos para hablar de ese tan importante torneo de la sierra. “En
esos años, el batallón 49 del ejército, radicado en Atoyac, participaba en los
torneos y daban partidos muy alegres a la población. Los paraiseños podían
disfrutar aquellos reñidos encuentros deportivos”.
Varios
años después, de Cuernavaca comenzó a venir un equipo de segunda fuerza, rama
varonil; encabezado por Isidro Urioso, un joven nativo de El Paraíso que
culminó sus estudios de primaria en la Francisco Villa (de 1980 a la fecha el
edificio escolar ha sido de dos turnos, por la mañana funciona la primaria
Cuauhtémoc y por la tarde la Francisco Villa). Isidro se fue a la ciudad de la eterna primavera y regresaba con sus amigos en noviembre a
participar en el torneo conmemorativo al inicio de la Revolución Mexicana.
Después,
jóvenes morelenses, patrocinados por la familia Urioso, dejaron de participar
en segunda fuerza y ascendieron a primera fuerza, pero también trajeron otro
equipo para que participara en segunda fuerza. Dice Esteban: “hubo varios años
en que viajaban de la capital morelense en dos microbuses hasta la sierra
atoyaquense, pues también traían un equipo femenil”. De Yextla iba un equipo,
en el que participaba un jugador apodado La
Crema. De El Paraíso, el equipo más organizado era Los Cheyenes, con
Ignacio Ávila y Víctor Sotelo. Después vendría otra camada de jóvenes, entre
ellos los hermanos García y su equipo Loguin, en el que también participaban el
difunto Anselmo Tinoco, Temo Sotelo y Jorge Bautista.
Después
de realizarse mucho tiempo en las primarias, el torneo se trasladó a la cancha
que estaba por el cuartel, donde ahora está la comisaría municipal. Luego se
construyó la cancha, cerca del ex tinto Instituto Mexicano del café, donde se
desarrolla actualmente el torneo. Otros equipos que se recuerdan: Los
Transportistas de Chilpancingo y Campo Morado, que en realidad eran jugadores
de Morelia que casi no erraban cuando uno de sus elementos se decidía tirar a
la canasta. “La Barra de Coyuca era otro equipo de buena competencia”, comenta
Hernández Ortiz. Casi no subían jugadores de la costa, argumentaban que había
mucha inseguridad, pero poco a poco tomaron confianza y llegaron a participar
muchos equipos. De El Ciruelar jugaba duro un basquetbolista conocido como El Patón. Ya después fue Pepe con Los
Kings. La premiación se hacía en un baile en el zócalo, que llegaron amenizar
grupos como Los Kumbers de Hacienda de Cabañas.
Mario Valdez Lucena
Nació
el 17 de abril de 1959, en El Paraíso Guerrero, estudió en la escuela primaria
Cuauhtémoc, la secundaria en una escuela particular incorporada que existía en la
comunidad y que ahora es la Escuela Secundaria Técnica. Fue el jefe de grupo
los tres años de la secundaria.
Luego
cursaría estudios superiores en la Escuela Normal Urbana Federal de
Chilpancingo y la especialidad de Matemáticas en la Escuela Normal Superior de
la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG). Salió a trabajar como profesor a El
Cedral municipio de Coatzacoalcos Veracruz, estuvo ahí de 1980 a 1986. Su
llegada al magisterio coincidió con la fundación de Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) a la que se incorporó como miembro activo.
Con Norberto
Fernández Galicia, director de la primaria donde trabajaba, encabezaron la
Coordinadora de Lucha Campesina y Popular, con trabajo en el norte de Veracruz.
En enero de 1983 cuando se refundó la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria
(ACNR) en Tuxpan Iguala, Mario Valdez vino como delegado por el estado de
Veracruz.
Mario
fue inquieto desde muy joven, en la Normal fue representante en Consejo Estudiantil.
En 1884 salía a botear a la Universidad de Veracruz para ayudar a la de Guerrero,
cuando nuestra Alma máter enfrentó el
retiro del subsidio por parte del gobierno. Organizó en Veracruz la lucha para
exigir la liberación de María Luisa Gómez Saavedra, Eliana García Lagunas y
Javier Alvabera Viveros quienes fueron reprimidos y encarcelados en los ochentas.
Mario
es un beneficiario del proyecto Universidad-Pueblo pues vivió en la casa de
estudiante Pancho Villa mientras
estudiaba en Chilpancingo, por eso se solidarizaba con la universidad de
Guerrero boteando en las industrias de Veracruz y con los estudiantes de aquel
estado. Para 1986 junto con otros compañeros maestros habían organizado un
pequeño bloque afiliado a la CNTE, por eso fue expulsado de Veracruz y lo
enviaron a Los Magueyes municipio de la Unión, en ese pueblo dejó la plaza porque
al estar organizando un comité de lucha fue amenazado de muerte por la caciques
locales.
Desde
entonces se refugió en su pueblo natal El Paraíso, donde formó parte del primer
comité promotor de Frente Democrático Nacional (FDN) que impulsó en 1988 la
candidatura del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la presidencia de la
República, participó en los grupos de trabajo colectivo que organizaba la Coalición
de Ejidos de Costa Grande y luego se incorporó al Partido de la Revolución
Democrática con el que fue comisario, regidor en el trienio 1993-1996 y dos
veces candidato a diputado federal.
El 15
de septiembre de 1996 sufrió un atentado. Un grupo de priistas armados le
disparó en El Paraíso, dejándole en el cuerpo múltiples heridas que le trajeron
secuelas, una de ellas es que perdió la vista en un sesenta por ciento y ahora
está en peligro de quedar ciego completamente.
German Adame Bautista
El ex
alcalde de Atoyac fue asesinado en un ataque con armas de alto poder en la
sierra, en el que también murió su madre Ernesta Bautista de 58 años.
La
emboscada ocurrió el 8 de febrero del 2007, a las 4:30 de la tarde, en la carrera que conduce al poblado de Río
Verde y a 30 minutos de El Paraíso. Adame Bautista regresaba con su madre de
Río Verde manejando una camioneta Nissan azul, sin placas, rumbo a la ciudad de
Atoyac, cuando les dispararon con armas de grueso calibre a quema ropa,
quedando los dos en el interior de la camioneta.
Germán Adame Bautista. Foto: Víctor Cardona Galindo |
Los
cuerpos fueron trasladados a la ciudad de Atoyac. Llegaron a las 10 de la noche
a la funeraria donde se les practicó la necropsia de ley. En el lugar se
encontraban cientos de amigos y familiares que rompieron en llanto cuando
bajaron los cadáveres. Germán era muy querido.
Al día
siguiente con música de viento fueron sepultados Germán y su madre Ernesta
Bautista Catalán. El cortejo fue acompañado por una caravana de autos y
personas a pie que llevaron a despedir los cuerpos a la iglesia Santa María de
la Asunción.
En la
puerta principal de la parroquia, una mujer familiar de los acribillados gritó
entre llanto: “¡Gracias al cambio,
gracias, ahí están las consecuencias!”, “¡Ese era el cambio que querían!”, reclamó
al señalar los ataúdes, en referencia· al primer gobierno no priista que
encabezaba Zeferino Torreblanca Galindo.
Vicente
Adame Reyna, esposo y padre de las víctimas, despidió los cuerpos con agua bendita
en el arco de la iglesia. Los cuerpos en
ataúdes de madera fina fueron cargados por la avenida principal en un numeroso
contingente hacia el panteón de las Lomas del Sur, ubicado en la periferia de
la ciudad y propiedad de la familia Adame Bautista. Al sepelio acudieron muchos
políticos priistas entre los que estaban: Celestino Bailón, Héctor Astudillo
Flores y Fredy Barrera Méndez.
Las
palabras de despedida fueron pronunciadas por Héctor Astudillo Flores, quien
dijo que con Germán Adame se iba un trabajo serio de un político joven que hizo
mucho y dejó su ejemplo.
Germán
Adame Bautista, nació el 29 de mayo de 1967, en El Paraíso, hijo de Vicente
Adame Reyna y de Ernesta Bautista Catalán, contrajo nupcias con la señora María
del Carmen Bello Castillo, con quien procrearon dos hijos. Era licenciado en
derecho egresado de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).
Estudió
en la escuela primaria rural federal José María Morelos y Pavón de la comunidad
de Río Verde donde pasó su niñez. Luego se vino a la ciudad de Atoyac para
estudiar escuela secundaria federal número 14 Mi patria es primero, cursó la
escuela preparatoria número uno en Chilpancingo. Fue presidente municipal
sustituto del 12 de agosto al 01 de diciembre de 1999 y presidente municipal
Constitucional del 2002 al 2005.
Germán
Adame Bautista fue un hombre muy querido,
tanto que desde el primer día que tomó posesión como director de obras públicas
en el Ayuntamiento de Javier Galeana Cadena se le auguró que sería presidente
municipal y se generó en torno a él un fuerte movimiento social.
Sus
eventos siempre fueron multitudinarios como cuando la diputada Rosaura Carrillo
Rodríguez le tomó protesta el 21 de julio de 2002 como candidato a presidente municipal
por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) después de que una convención
con la presencia de 410 delegados le avaló su candidatura.
Germán
Adame impulsó un gobierno democrático, en el que hubo cabildos abiertos en las
principales comunidades y los dirigentes sociales tuvieron la oportunidad de
discutir las propuestas de inversión pública en los Comités de Planeación para
el Desarrollo Municipal (Coplademun).
XI
En
1984, un grupo de priistas que promovían la candidatura de Jaime Coria Gómez se
rebeló en contra de las decisiones del centro, realizó marchas y tomó las
instalaciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Atoyac. En ese
movimiento participó Rubén Ríos Radilla de la colonia Miranda Fonseca,
Margarito Pérez Ocampo de Corralfalso, Leónides Martínez Gómez de El Porvenir, Sabas
Peralta Juárez de Los Valles y Evodio Arguello de León de El Paraíso, entre
otros.
Siendo
todavía gobernador Alejandro Cervantes Delgado, los priistas se opusieron a la
designación José Luis Ríos Barrientos como candidato a la presidencia municipal.
Esa vez se unieron los representantes de las comunidades, de la sierra y el
bajo, para enfrentar el cacicazgo del PRI que en ese tiempo ejercía el presidente
de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) José Nogueda y el ex
alcalde Ladislao Sotelo Bello. Ellos tenían el sartén por el mango en el
tricolor.
En
1986 todos apoyaron a José Francisco Ruíz Massieu para la gubernatura y el año
siguiente se aglutinaron entorno a la candidatura a la alcaldía de Apolinar
Castro Zamudio. Más tarde ese movimiento que encabezó Jaime Coria Gómez se
dividió, una parte se quedó en el PRI y la otra se fue a conformar el Frente
Democrático Nacional en Atoyac, que en 1988 lanzó para la presidencia de la
república al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Este fenómeno electoral
cambió la historia del país y afectó hasta las más pequeñas comunidades del
país. El Paraíso no podía ser la excepción.
Un grupo de profesionistas,
donde se encontraban miembros de la familia Valdez Lucena, había comenzado a
trabajar en El Paraíso con obra social, haciendo por pura cooperación
empedrados en tramos de calles, el grupo no tenía nombre ni partido. Por eso en
la primera visita de Cárdenas creció el Partido del Frente Cardenista de
Reconstrucción Nacional (PFCRN) al que le decían el ferrocarril. Todos se fueron con él porque oportunistamente
usaba el apellido de Cárdenas. Más tarde Octaviano Roque Ruíz llegó a El
Paraíso, los Valdez Lucena que le dieron hospedaje, alimentación y lo
acompañaron a todos los pueblitos cercanos a esa comunidad para promover la
candidatura cardenista.
Después de la jornada
electoral del 6 julio, que mediante el fraude electoral se impuso a Carlos
Salinas de Gortari, muchos actores políticos decidieron conformar en mayo de
1989 el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Tres meses después el nuevo
instituto político enfrentaría su primera elección municipal y el PRI por
primera vez competiría en serio. En
esa elección algunos sectores campesinos del PRI se organizaron para promover la
candidatura de Pedro Magaña Ruíz de San Vicente de Jesús. Pero los comerciantes
de la cabecera no vieron con buenos ojos al líder campesino, a quien
consideraban un huarachudo, y le antepusieron a Octavio Maya Suárez. Es cuando
el PRI, presionado por la existencia del PRD, realiza su primera elección
interna en la historia del municipio de Atoyac.
De ese proceso interno salió
electo Pedro Magaña quien nació el 9 de septiembre de
1937, había sido presidente del Comisariado ejidal de San Vicente de Jesús en
1977, líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Presidente de la
Unión de Ejidos Alfredo V. Bonfil y Secretario General de la Unión Estatal de
Productores de Café. También había sido suplente del diputado local Luis Armijo.
El
naciente PRD decidió registrar a como candidato al profesor Octaviano Roque
Ruiz miembro del magisterio disidente y líder indiscutible de la izquierda
local.
La jornada electoral del 3
de diciembre de 1989, se llevó acabo de manera irregular, como no había
credencial de elector con fotografía ni tinta indeleble muchos votaron varias
veces, en diversas casillas los representantes del PRD fueron corridos bajo
amenazas. Se denunciaron todas las anomalías habidas y por haber.
Después de la jornada
electoral, el 10 de diciembre, los simpatizantes y militantes del PRD montaron
guardia con palos y piedras afuera del Comité Electoral Municipal bloqueando la
calle Aquiles Serdán, una de las dos vías principales de la cabecera. Se
hablaba de 2 mil ciudadanos “engarrotados” que no iban a permitir que se consumara un segundo
fraude electoral.
Por la noche la calle Aquiles Serdán hervía de
perredistas, ahí estaban todos. Carlos García filmaba y llegó la dinastía
Lucena de El Paraíso. Fulgencio Hernández puso una vendimia de refrescos de la
Coca Cola y Mariano Magaña ayudaba con los mandados en su combi. Wilibaldo
Rojas y Otilio Laurel eran los representantes dentro de la Comité Electoral y a
cada rato salían a dar información, adentro estaban las cosas que ardían.
En un momento sacaron una urna y la quemaron. Ya en la
madrugada se vieron llegar cientos de policías antimotines, venían formados,
con sus cascos, escudos, toletes, coderas y rodilleras. De lejos parecían
guajolotes. En la primera envestida comenzaron a caer piedras de río sobre los
perredistas que comenzaron a defenderse con todo lo que había. Las botellas con
Coca Cola y embaces vacíos cayeron sobre los policías, incluso los tizones de
la cocina improvisada fueron arrojados contra los atacantes que los regresaban
en el acto. Los tizones, al volar por el aire, soltaban muchas chispas que parecían
juegos pirotécnicos.
El enfrentamiento terminó cuando intervinieron los
soldados y los antimotines se llevaron las urnas. Los soldados se pusieron a la
mitad entre los perredistas y la policía. Dicen que para proteger a la gente,
pero en realidad fue una estrategia para garantizar que se llevaran las urnas y
escaparan los miembros del Comité Electoral.
Después del encontronazo Jesús Valdez Lucena se veía
empapado de sangre, una piedra le rompió un diente y de
paso el labio. Lo llevaron al hospital
para que le suturaran la herida. El paraiseño era suplente del síndico en la
planilla que encabezó Roque Ruíz.
Después
por la mañana los perredistas hicieron una marcha a las instalaciones de la
Secretaria de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) porque se creía que
funcionarios de esa institución habían participado junto con los antimotines en
el ataque, también se rumoraba que Joel Dueñas y Morelos Vargas habían sido los
asesores del fraude electoral. Cuando los manifestantes se introdujeron en esas
oficinas federales, muchos trabajadores corrieron hacia el río. Luego marcharon
hacia el Zócalo donde se realizó un mitin.
Ese 11
de diciembre 1989 a las cuatro de la mañana, según la prensa, resultaron 17
heridos en el desalojo de perredistas frente al Comité Municipal Electoral,
además de que hubo una persona desaparecida. Se informaba que llegaron 200 policías
en tres autobuses. Los heridos fueron: Adolfo Pino Castrejón, Felipe Ponce,
Gregorio Flores, Francisco Blanco, Faustino Onofre, Marcial Vargas, Eugenio
Balderrama, Ranulfo Delgado Sotelo, Jesús Francisco Bolívar, Irineo Adame
Barrera, José Hernández Benítez, Luis González Ramírez, Eusebio de Jesús,
Carlos N y Gonzalo Jaimes Blanco, éste último padre del líder de la Coalición
de Ejidos de la Costa Grande Zohelio Jaimes Chávez.
Como
el 13 de diciembre los dirigentes perredistas se entrevistaron con José Francisco
Ruíz Massieu quien les dijo que su policía había quedado muy deteriorada y que
si seguían con las movilizaciones ahora les iba a mandar al Ejército.
Al día
siguiente la prensa publicaba que Atoyac de Álvarez era un polvorín, militantes
priistas y perredistas están dispuestos a pelear la alcaldía en una guerra sin
cuartel. Ese comentario sería una realidad en el siguiente año y medio.
El
párroco de la iglesia del Dios único, Máximo Gómez Muñoz exigió, el 15 de
diciembre, que el gobierno respetara la voluntad popular y reprobó la violencia
vivida en las localidades de la Costa Grande. Al día siguiente Eduardo
Valderrama denunció que bajaron las ventas por cuestiones electorales, pidió al
colegio electoral que decidiera cuidadosamente, para evitar mayores
confrontaciones.
Más de
mil perredistas marcharon el 16 de diciembre e iniciaron un plantón indefinido
frente al palacio municipal y el 19, las 2 de la mañana, decidieron tomar
definidamente la comuna, procedieron a cerrar con candado la única entrada que
era utilizada por los funcionarios.
El 20
de diciembre el Congreso del Estado concedió los triunfos al PRI en Tierra
Colorada y Atoyac de Álvarez. El cuerpo del dictamen dado a conocer por la
diputada Mónica Leñero especificó que Atoyac de Álvarez no se realizó el
cómputo final. Lo hizo el congreso donde
el PRI sacó 5 mil 386 votos y el PRD 3 mil 755.
Aquel
jueves 21 de diciembre, se publicó en la prensa que el PRD entregaría la
alcaldía si el Ejército se lo pedía. Los perredistas iniciaron pláticas con el
coronel Francisco Meza Castro, comandante del 49 Batallón de Infantería para
evitar un desalojo violento. Al medio día de ese jueves, los dirigentes
perredistas Decidor Silva Valle, Guadalupe Galeana Marín, Octaviano Roque Ruíz
y Ángeles Santiago Dionisio asistieron a una primera plática con el alcalde
Alejandro Nogueda Ludwig, que se llevó a cabo todavía en las instalaciones del
Ayuntamiento.
El PRD
no se movió de su postura de que le reconocieran el triunfo, Alejandro Nogueda les
dijo que le correspondían dos regidurías.
El día 22 se publicó el
dictamen que daba el triunfo a Pedro Magaña. Los perredistas no reconocieron el
triunfo del candidato del PRI. Luego se
apoderaron totalmente del palacio municipal, ese el viernes 22, después de
romper las pláticas con Alejandro Nogueda Ludwig. A las 15:30 horas los casi
300 perredistas establecidos alrededor del palacio municipal abrieron las
cerraduras de las dos puertas del Ayuntamiento, se instalaron dentro del
inmueble y cerraron todas las oficinas al interior colocando sellos con el
escudo del PRD. Únicamente se permitió la entrada de 10 líderes que fueron
Rubén Ríos Radilla, Otilio Laurel, Decidor Silva Valle, El Negris; Octaviano Roque Ruíz, Rommel Jaimes Chávez, Fulgencio
Hernández, Agustín Campos, Elio Dionisio, Oscar Rivera Leyva y Tomas Gómez Ruíz.
El
sábado 30 el PRD llamó a su militancia para que se concentrara el 31 de
diciembre en el zócalo y evitar que tomara posesión el presidente electo del
PRI, el último día de ese mes, mil perredistas con garrote en mano y piedras se
instalaron en la plaza Morelos y el palacio municipal para para evitar la
entrada del alcalde priista. Con esto Atoyac se sumó a otros 30 municipios de
Guerrero tomados por el PRD después de las elecciones de 1989.
Al día
siguiente Adrián Araujo de El Paraíso, como presidente del Consejo Consultivo
de Comisarios le tomó la protesta a Octaviano Roque Ruíz como presidente
municipal popular. Ese lunes primero de enero de 1990 y se integró la llamada
Comuna Popular Revolucionaria.
Al
mismo tiempo que Pedro Magaña rendía protesta en un domicilio particular con el
síndico Carlos Santiago Solís y los regidores: Carlos Solís Martínez, Celia Fajardo
del Valle y Victorino Castillo Iturio éste último ocupaba ese cargo a propuesta
de una asamblea de ejidatarios promovida por la CNC.
Por su
parte el PRD continúo con la tradición de darle a El Paraíso la sindicatura,
porque al renunciar el titular Tomas Gómez entró al quite Jesús Valdez Lucena,
por eso un paraiseño fue el síndico de la Comuna Popular Revolucionaria. Su
primera actividad como síndico popular fue acudir al lugar del accidente, que
sufrieron sus compañeros perredistas, donde murió Rocío Mesino Martínez, un
hijo de Isaías Reyes Téllez y salió lastimada Lucía Chávez Hernández.
Jesús
Valdez Lucena estuvo tres meses en el cargo, porque a raíz de la negociación realizada el 7
de marzo del 1990 con el gobernador José Francisco Ruíz Massieu en la que
participaron dirigentes del PRD y de la Coalición de Ejidos de Costa Grande se
acordó poner como presidente a Jaime Coria Gómez y como sindico a Amadeo Valdez Rayo
también de El Paraíso.
XII
En el acuerdo que resolvió
el conflicto electoral de 1990, correspondieron al Partido Revolucionario
Institucional (PRI) tres regidores, al Partido de la Revolución Democrática (PRD)
tres y la planilla se completó con dos regidores de la Coalición de Ejidos de
la Costa Grande. Como dije en la entrega anterior el síndico procurador fue Amadeo Valdez
Rayo originario de la comunidad de El Paraíso que entró a propuesta de la
Coalición de Ejidos.
Este convenio pasó a
destituir a Pedro Magaña Ruíz y a propuesta también de la Coalición de Ejidos
el Congreso nombró a Jaime Coria Gómez como alcalde, bajo la creencia de que
todavía representaba a los priistas que se revelaron en 1984. Al tomar Jaime
Coria las riendas del municipio invitó a Evodio Argüello como colaborador, pero
éste no aceptó. De los regidores priistas que entraron en el convenio,
únicamente Carlos Solís Martínez se presentó a laborar al Ayuntamiento.
El gobierno de Coria siempre fue bloqueado e intimidado,
tanto por el Ayuntamiento paralelo que mantuvo Pedro Magaña, como por el
gobierno del estado que lo ahorcó económicamente.
Pedro Magaña nunca desarmó a su policía y la
procuraduría estatal nunca accedió a las solicitudes del síndico Valdez Rayo de
desarmarlos.
Amadeo
Valdez Rayo que nació el 10 de mayo 1957, en El Paraíso y con estudios de preparatoria,
en la 9, de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), recuerda así las cosas:
“El
gobierno del estado encabezado por José Francisco Ruiz Massieu intentaba resolver
los problemas en todo el estado a través de negociaciones con los actores
involucrados y en Atoyac la Coalición de Ejidos encabezada por Arturo García
Jiménez fue pieza clave para dar una salida política a la situación. En una
ocasión acompañé a Arturo a una entrevista con Ruiz Massieu y René Juárez en el
aeropuerto de Acapulco para tratar el asunto, sin que hasta ese momento hubiera
una solución satisfactoria, sin embargo la suerte de Pedro Magaña estaba
echada. Por su parte Rubén Figueroa, dirigente estatal del PRI, por su cuenta y
a su manera trataba de dar salida a la problemática del estado. No estaba en
sintonía con Francisco Ruiz Massieu, pues su postura era más radical y era
proclive a la represión, claro Ruiz Massieu, tampoco se quedaba atrás, pues en
el conflicto poselectoral la policía antimotines estatal desalojó violentamente
y en distintos espacios a la gente que se manifestaba y antes hubo operativos
policiacos que irrumpían en los consejos electorales para robarse las urnas y
Atoyac no fue la excepción”.
“Para
no hacerla larga diré que la ‘solución’ al conflicto poselectoral de 1989, en
Atoyac se dio entre el gobernador del estado (sin Rubén Figueroa), la Coalición
de Ejidos y el PRD y quienes participaron, entre otros están Arturo García,
Ranulfo Ventura y Zohelio Jaimes por la Coalición, por el PRD, el doctor Elio
Dionisio, Francisco Arroyo y Octaviano Roque. Acordaron que se nombraría un
concejo municipal encabezado por el contador Jaime Coria Gómez y yo como
síndico municipal, dándose el trámite legal a través del Congreso del Estado,
claro está, dominado por el gobernador”.
“A partir de que
asumimos los cargos, comenzamos a trabajar en un ambiente de zozobra siempre y
aunque había por parte del gobierno un relativo apoyo, este realmente nunca fue
de manera decidida ni para atender a las comunidades, que fue mínimo el apoyo
que se les daba. Todo el tiempo vivimos en ascuas por los rumores cotidianos de
que quitarían a Coria y en su lugar pondrían a otro. Todo esto motivado por
Rubén Figueroa que nunca estuvo de acuerdo con la negociación dada entre el
gobierno y los actores locales y que no había participado precisamente para no
avalarla, ya que como dirigente del PRI y principal aspirante de ese partido a
la gubernatura del Estado, necesitaba despejarse el camino. Entonces hasta se
instaló personalmente en la cabecera municipal, estableciendo su cubículo en lo
que es la oficina de finanzas del gobierno del estado. Desde ahí se comenzó a
fraguar lo que vendría después”.
Los priistas se habían declarado en rebeldía y
resistencia, después de no obtener el apoyo de Nabor Ojeda decidieron tomar las
oficinas de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), hoy
Sagarpa. Pedro Magaña fue amenazado varias veces por funcionarios del gobierno
del estado que le pedían dejara el movimiento, pero siendo un hombre campesino
y de la sierra no se amedrentó y continuó en resistencia.
El 19 de octubre de 1990, cerca de 100 agentes del
grupo antimotines causaron desconcierto y pánico entre la población, porque se
hablaba del desalojo a uno de los dos ayuntamientos. Los agentes amanecieron en
la ciudad. Ese día la escuela primaria Juan Álvarez suspendió clases y muchos
comercios cerraron sus cortinas. A los pocos días, el 23 de octubre renunció el
síndico del Ayuntamiento paralelo Carlos Santiago Solís, pero siguió al frente
del Partido Revolucionario Institucional del que era presidente.
Y comenzaban a surgir conflictos de otra índole, el 8
de noviembre de 1990, unos 600 ejidatarios de El Paraíso tomaron, por la tarde,
la promotoría agraria para demandar se abriera una investigación sobre
usufructo parcelario y pedían que se convocara a elecciones para renovar el
comisariado ejidal de esa población.
Cuando ya se venían las elecciones para diputados
federales, El Sol de Acapulco
publicaba el 17 de mayo de 1991 que en Atoyac se vivía en la inseguridad, caos,
falta de obras y vacío de poder. Pedro Magaña Ruíz se declaraba dispuesto a
abandonar la presidencia municipal paralela, “confía en que en estos días se
encuentre una solución, o antes del 18 de agosto, a fin de evitar que eso se
refleje en los comicios”. Para éstas fechas Pedro tenía un adeudo de 400
millones de pesos con sus alrededor de 40 empleados. Eran ya 15 meses de
sostener con sus propios recursos la alcaldía paralela.
Ya se preparaba la caída de Jaime Coria Gómez. Los
priistas propusieron una terna para sustituirlo, Pedro Magaña planteaba al
doctor Silvestre Hernández Fierro, El
doctor Chico y a Eudocio Téllez Santiago, mientras el líder estatal del
PRI, Rubén Figueroa Alcocer, proponía a Bertoldo Cabañas Ocampo. En una reunión
interna que tuvieron los priistas de Atoyac sacaron a Eudocio Téllez de la
terna y en su lugar nombraron a Víctorino Castillo Iturio porque como regidor
tenía el respaldo de todos los comisariados ejidales.
Pero luego Rubén Figueroa los presionó y Victorino
Castillo se hizo a un lado y quedó la propuesta de Evodio Argüello de León,
aunque condicionado, Figueroa le advirtió que con cualquier mínimo error que
cometiera se nombraría inmediatamente Bertoldo Cabañas.
Por presiones del mismo gobierno del estado Jaime
Coria Gómez presentó su renuncia el 21 de mayo de 1991 y ese día bajo el
decreto número 136 el congreso eligió a Evodio Argüello de León como presidente
del consejo municipal de Atoyac.
El 22 de mayo de 1991, Wilibaldo Rojas Arellano
andaba, como precandidato a la diputación federal, en la Unión. Hablaba en un
mitin en el quisco de esa ciudad cuando le avisaron que en el Ayuntamiento de
Atoyac estaba Israel Soberanis Nogueda que intentaba darle posesión a Evodio
Argüello de León como presidente municipal. La comitiva que se apersonó al
Ayuntamiento, estaba encabezada por el dirigente estatal del PRI, Rubén
Figueroa Alcocer y el líder de la CNC Nabor Ojeda Delgado. Ese día Evodio
declaró a la prensa que buscaría “la unidad de los atoyaquenses y que
trabajaría en bien del municipio sin ver los colores ni partidos en su función
pública”.
Se hizo la revuelta. Los perredistas tras denunciar
golpe de estado subieron a la iglesia a tocar las campanas y exhortaron a la
población a acudir al palacio municipal al día siguiente para evitar que Evodio
Argüello despachara. Reclamaban que nunca se llamó a las partes que firmaron el
convenio del 8 de marzo de 1990. Rojas Arellano abandonó su gira proselitista y
se vino a toda velocidad en su coche para auxiliar a sus compañeros.
Por la noche los militantes del PRD comenzaron a
levantar barricadas frente al Ayuntamiento para evitar que entrara, con su
comitiva, el nuevo presidente municipal.
La prensa publicó que Rubén Figueroa e Israel
Soberanis acompañados de los también diputados Jorge León Robledo y de David
Augusto Sotelo Rosas fueron retenidos por casi dos horas dentro del palacio
municipal cuando vinieron a darle posesión a Evodio Agüello. Se decía que, ese
22 a medio día, un grupo de 20 perredistas los encaró y les grito improperios.
Aun así los diputados le tomaron protesta a Argüello de León como presidente
del consejo municipal. Por la mañana Pedro Magaña había entregado el
Ayuntamiento paralelo que funcionaba en una casa particular.
Dice Amadeo Valdez: “Quiero
comentar que el contador no informó nada al cabildo de esta decisión y aunque
se veía venir, un día por la mañana que llegamos a laborar, nos encontramos con
la sorpresa de que el Ayuntamiento estaba rodeado de policías que llegaron a
instalar al nuevo presidente municipal que se hacía acompañar de la plana mayor
del PRI y representantes de los poderes del estado, Israel Soberanis y Efraín
Zúñiga Galeana, se presentaron a la oficina de la sindicatura, para informarme
del asunto y decirme que yo no me preocupara, que al único que se cambiaría
sería al presidente municipal y que el resto del cabildo quedaría intacto. En
ese momento les dije que yo no aceptaba y por lo tanto no me quedaría. De los
miembros del cabildo del PRD, fui el único que no continué en la presidencia
municipal encabezada por Evodio Argüello. Aun no entiendo por qué después de no
aceptar quedarme se desató contra mí una campaña de desprestigio innecesaria,
pues no andaba haciendo nada en contra de la decisión que a nivel estatal se
había tomado. Quizá haya sido para que el Congreso del Estado tuviera una
justificación para destituirme y nombrar a Carlos Solís Martínez como síndico
municipal, único miembro del PRI que estuvo en el cabildo que encabezó Jaime
Coria Gómez, después de aquel acuerdo con José Francisco Ruiz Massieu”.
Ya
para el 24 de mayo de 1991, militantes perredistas mantenían un plantón frente
al palacio municipal en protesta por la designación del nuevo alcalde Evodio
Argüello de León y pedían la reinstalación de Jaime Coria Gómez. El sábado 25
de mayo el que se consideraba cabildo legal, integrado por perredistas y
miembros de la Coalición de Ejidos, se declaró en sesión permanente hasta que
se resolviera el problema.
Al día
siguiente 26 de mayo, alrededor de 500 ciudadanos de Atoyac, celebraron al
medio día una manifestación contra el presidente del consejo municipal, Evodio
Argüello de León. Se habló de una falsificación de firma de Jaime Coria Gómez
sin embargo esto nunca se aclaró.
Al
calor de las manifestaciones se formó el Frente de Ciudadanos Democráticos del
Municipio de Atoyac. A ese movimiento se sumaron priistas como Leonides
Martínez y Guadalupe Andrés Rodríguez que alegaban que no se les había
consultado y la Coalición de Ejidos de la Costa Grande una vez más fue la punta
de lanza en este movimiento.
El
presidente del PRI Carlos Santiago Solís también se sumó al rechazo y dijo que
al gobernador lo estaban engañando los mismos priistas. Carlos Santiago dijo a El Sol de Acapulco, el 30 de mayo: “la
imposición de Evodio Argüello de León, es repudiada por los mismos priistas
honestos de éste municipio, ya que fue designado por caprichos personales de una
fracción del partido” y a él como presidente del PRI no lo tomaron en cuenta.
Pero
ya en los días sucesivos Carlos Santiago fue sustituido por Juan Méndez Mejía
al frente del PRI. Efraín Zúñiga Galeana resultó candidato a diputado federal y
Pedro Magaña Ruiz el suplente.
El
domingo 9 de junio, al medio día, marcharon los miembros del Frente Ciudadano y
pintarrajearon la casa donde funcionaba el consejo municipal. “La policía
disparó, en respuesta, a los ciudadanos que lanzaron piedras y garrotes contra
los guardias. No hubo muertos ni heridos en el incidente”, decía la prensa.
El
domicilio estaba ubicado en la calle 16 de septiembre número 6. Los
manifestantes arrojaron pintura y piedras consta el edificio, un policía
disparó con su M1, los proyectiles dieron en la pared de una construcción que
estaba a lado y ahí se parapetó Filiberto Gómez Mauno, El Palangano para
contestar con su 380. Ese día se acusó a
Mario Valdez de disparar con un 38 súper hacia el edificio. Y lo único que hizo
el paraiseño fue lanzar una bolsa con pintura negra contra la blanca pared
recién pintada.
XII
La
noche del 17 de junio de 1991, el Congreso estatal destituyó a Amadeo Valdez
Rayo y nombró en su lugar como síndico al cetemista Carlos Solís Martínez, y en
la madrugada, para amanecer 18, cientos de policías antimotines de la Dirección
de Seguridad Pública Estatal y de Tránsito desalojaron a 35 perredistas que
tenían 27 días haciendo guardia en el Palacio Municipal, en protesta por la
designación de Evodio Argüello de León.
En el
operativo hubo 12 detenidos. Se hablaba de la participación de 250 elementos de
seguridad pública, readaptación social y transito encabezados por Agustín
Montiel López, “el hombre fiera” lo llamó una dirigente del movimiento
Guadalupe Galeana Marín. Los detenidos fueron llevados al Centro de
Readaptación Social de Acapulco y luego puestos en libertad tras amenazarlos.
Días antes Montiel se había presentado borracho, con sus guardaespaldas, al
plantón y había advertido que tenía un pequeño ejército de cinco mil policías
estatales.
Ese 18
de junio por la mañana, los policías estatales se apostaron en todos los
caminos, las “perreras” negras circulaban por toda la ciudad y los antimotines
rodeaban la plaza con escudos y toletes. Luego el centro de la ciudad fue
pintado de un sólo color. Cuando cayeron los estatales, los perredistas que
cuidaban el Palacio estaban dormidos y fueron sorprendidos, quisieron
reaccionar cuando ya los uniformados estaban encima. Solamente Porfirio Alarcón
intentó usar su M1 y se encañonó con la policía, pero debido a que ya llevaban
a Hermenegildo García Villalba como rehén tuvo que soltar el arma.
De los
detenidos ese día recuerdo a Heriberto Muñoz Castillo, Ulises Flores Santiago,
Pascual Mesino, Aarón Corona, Hermenegildo García Villalba y al mismo Porfirio
Alarcón. Entre otros perredistas que habían sido policías municipales. Después
del desalojo la dirigencia perredista se congregó en la colonia Antonio Campos
en la calle Juan Álvarez Sur.
Ese
día, frente a la casa de doña María Manríquez de Campos la policía del estado
encabezada personalmente por Agustín Montiel López detuvo a Mario Valdez Lucena
a quien confundieron con Wilibaldo Rojas Arellano. A Lucio Castillo Gervasio,
que estaba también fuera del domicilio platicando con Mario, le quitaron su
machete envainado y con él mismo le dieron sus fajos. Lo soltaron bien
calientito.
Valdez
Lucena fue trasladado a la oficinas de recaudación de rentas donde fue
identificado por un agente de gobernación, quien constató que se trataba de
Mario Valdez y no de Wilbaldo Rojas aun así fue sometido a tratos crueles y
llevado en una “perrera” hasta el Cereso de Acapulco, donde luego fue liberado
con los demás detenidos en la madrugada.
Al día
siguiente del desalojo perredista, 36 representantes de diversas agrupaciones y
organizaciones de Atoyac firmaron un documento en el que reconocían y
respaldaban como alcalde a Evodio Argüello de León. Después el 27 de junio en
una reunión convocada por el gobernador José Francisco Ruíz Massieu, a la que
asistió Rubén Figueroa Alcocer presidente del Comité Directivo Estatal del PRI;
Rosalío Wences Reza, dirigente estatal del PRD y Wilibaldo Rojas Arellano,
Guadalupe Galeana Marín entre otros líderes del movimiento en Atoyac, quedó
resuelto y conciliado el conflicto político.
En esa
reunión Rosalío Wences Reza demandó ante el gobernador el desistimiento de
acción penal contra nueve militantes del PRD, que participaron en la toma del
Ayuntamiento de Atoyac. Existían órdenes de aprehensión en contra de Wilibaldo
Rojas Arellano, Mario Valdez Lucena, Víctor Cardona Galindo, Elio Dionisio Ponce
y Fulgencio Hernández Benítez. Esa vez Ruíz Massieu le regaló una camioneta al
PRD, para sus actividades, era una Ford blanca del año.
Después de esas negociaciones se integró el Ayuntamiento
encabezado por Evodio Argüello de León, un prominente priista y miembro del grupo de El
Paraíso para gobernar lo que quedaba de 1991 hasta 1993. El periodo de 1989 a 1993, fue de cuatro
años por una reforma del gobernador José Francisco Ruíz Massieu. La comuna atoyaquense
quedó integrada por Carlos Solís Martínez como Síndico y como regidores: Zoila Hernández
Flores, Victorino Castillo, y Andrés Reyes Valverde por el PRI; Guadalupe Galeana Marín, Octaviano Roque
Ruiz y Oscar Rivera Leyva, por el PRD; además
de Elio Dionisio Ponce y Gregorio Campos Bello que entraron a propuesta de la
Coalición de Ejidos de Costa Grande que en ese momento dirigía Arturo García
Jiménez quien, en un mensaje enviado a este cronista, opinó: “Evodio
fue impuesto a sangre y fuego por Figueroa. A la Coalición de Ejidos la cercaron
1000 motorizados con el capitán Montiel al mando. Atoyac amaneció tomada y no
se permitía la salida ni entrada de nadie, inclusive a los campesinos se
les decomisaban sus machetes. La fotografía de Evodio no debería de estar en la
sala del Ayuntamiento, porque la verdad simboliza represión”.
Evodio
Argüello de León, nació el 6 de marzo de 1951, en la comunidad de La Estancia,
muy cercana a El Paraíso, pero que pertenece al ejido de San Vicente de
Benítez, sus estudios primarios los comenzó con maestros particulares o
municipales en su pequeña comunidad natal, pero luego pasó a estudiar en la
primara Cuauhtémoc de El Paraíso.
A
la secundaria fue a la federal Antonio I. Delgado de Chilpancingo y a la
preparatoria 2 en Acapulco. Dejó de estudiar para no seguir sufriendo “porque
el estudiante sufre mucho” y en su casa tenía la comida asegurada. Su padre
Alfonso Arguello murió asesinado en El Paraíso aquel 6 de marzo de 1955. Es el segundo de cuatro
hermanos.
En
una entrevista que le hice recientemente recuerda que como estudiante de la
prepa 2 participó en marchas y movilizaciones a principios de los setentas, ahí
nacieron sus inquietudes políticas, incluso participó en una marcha para
repudiar la detención de Octaviano Santiago Dionisio en 1972.
En
1974 después de casarse se concentró a vivir en El Paraíso, cerca de donde
estaban sus tierras, y se involucró en la política ejidal. En ese tiempo imperaba
la terna caciquil de Epifanio Hernández Vélez, Guadalupe Andrés e Ignacio
Sotelo quienes por muchos años controlaron y manipularon el ejido a sus
intereses y antojos.
En
1988 fue invitado a formar parte del movimiento cardenista, pero era cenecista
desde 1975 y pensaba que desde adentro también se podían lograr cambios, en
lugar de estar “ladrándole a la luna”. Cuando se integró a la Confederación
Nacional Campesina (CNC) todo el municipio estaba controlado por caciques
locales, que era gente que tenía las relaciones en el partido oficial y con el
gobierno del estado, con cierto poder económico.
Evodio
participó con los priistas, del bajo y de la sierra, que se revelaron por
primera vez contra el gobierno en 1984, al impulsar la candidatura de Jaime
Coria Gómez. Ahí conoció a gente como Margarito Pérez Ocampo que para ese
tiempo militaba en el Consejo Central del Lucha del magisterio. El movimiento contra
de la designación de José Luis Ríos Barrientos tuvo un amplio apoyo del pueblo,
pero no tuvieron éxito porque de todas maneras impusieron a Ríos Barrientos que
por cierto no fue malo como presidente municipal.
Cuando
salió electo Pedro Magaña, en las primeras elecciones internas en la historia
del PRI, todos apoyaban de corazón. Evodio puso las dos camionetas que tenía al
servicio de la campaña y como otros de sus compañeros, con sus propios recursos
compró pintura y se fue a realizar pintas en todas las comunidades. “Al menos
Acacio, Victorino y yo no íbamos por un hueso no sabíamos ni lo que era un regidor”.
Pero al asumir Pedro Magaña la presidencia municipal le pidió que se hiciera
cargo de la dirección de obras públicas y le tocó realizar la obra del drenaje
en Corral Falso.
Por
eso al ser designado presidente municipal en mayo de 1991, dice Evodio que con
un poco de sentido común y dejándose asesorar salió adelante. Su principal
asesor fue Armando Federico González quien ya había sido alcalde de
Zihuatanejo.
Las
propuestas se cabildeaban primero con los regidores priistas antes de ir al
pleno. Con pocos recursos se hizo mucho. Evodio se considera satisfecho porque
a pesar de ser detractado, la mayoría lo saludan con respeto y algunos hasta
con afecto: “Soy de los pocos que se pueden dar el lujo de andar en la calle y
nadie me señala con el índice de fuego”.
Con
el programa cemento, se comenzaron a pavimentar las primeras calles, el
gobierno del estado ponía el cemento, el Ayuntamiento la mano de obra
calificada y la comunidad material de la región y la mano de obra no
calificada. Por eso se comenzó a trabajar con los que apoyaban, después no
alcanzó el cemento y fueron por el que les sobró al municipio de San Jerónimo
de Juárez. Ahora Evodio recuerda que pavimentó la calle Montes de Oca, Allende,
Vicente Guerrero, Francisco González Bocanegra, Corregidora y Juan Álvarez Sur.
Inauguró
la biblioteca pública de El Paraíso a la que bautizó como Netzahualcóyotl y
realizó reparaciones en la primaria Cuauhtémoc, su escuela. Dio apoyo puntual a
sus paisanos que salieron afectados con la tromba que calló en 1991.
Se instituyó el escudo municipal lo que
considera su mejor obra. El
8 de noviembre de 1992 se creó el escudo municipal de Atoyac, mediante un
concurso convocado por el Instituto Guerrerense de la Cultura y el Ayuntamiento.
De los trabajos presentados ninguno reunió los requisitos, así que tomaron los
elementos de los dos mejores trabajos presentados por Juan José Alvarado Lezma
y José Hernández Meza para formar el escudo que ahora luce el municipio de
Atoyac.
Durante el gobierno Evodio Argüello de León como
presidente municipal los grupos culturales recibieron un excepcional apoyo y se
realizaron investigaciones históricas, uno de los grupos que se beneficiaron
fue el Convivencia Cultural Atoyac que estuvo formado por Juventina Galeana
Santiago, el presbítero Pedro Rumbo Alejandri, Guadalupe Anahí Xóchitl García
Galeana, Enrique Hernández Meza, Eduardo Parra Castro, Paloma Torreblanca
García, Mireya Ma. de la Gracia García Galeana, Patricia Parra Cabañas,
Margarito Ríos Orbe, Rafael Hernández Guerrero, José Hernández Meza, Dagoberto
Ríos Armenta y el mismo Evodio Argüello de León. Del trabajo de este grupo
surgieron los libros Modismos
Atoyaquenses y Medicina
Tradicional. También realizaron investigaciones sobre el origen
de Atoyac y sobre la vida del general Juan Álvarez.
Dice
Evodio que con él se realizó el primer pacto de civilidad política con los
partidos de ese tiempo que eran PRI, PRD y el Partido del Frente Cardenista de
Reconstrucción Nacional (PFCRN). Se instituyó la feria del café, los domingos
culturales que se realizaban durante su periodo no han sido superados. Se
comenzó la tradición de los honores a la bandera con la presencia de una
escuela cada lunes. Las jornadas médicas también fueron memorables.
A
Evodio le gusta leer se considera autodidacta y dice que la escuela de la vida le
ha enseñado mucho más.
Uno de
los actos en su periodo que registra la historia, fue el jueves 11 de marzo
1993 cuando ante la presencia de cientos de ciudadanos de los municipios de
Atoyac de Álvarez y Tecpan de Galeana, los presidentes municipales, Evodio Argüello
de León y Sandra Belkis Ocampo Hernández, el gobernador José Francisco Ruiz
Massieu inauguró, el puente que comunicaba a la cabecera municipal con la
comunidad de El Ticuí. El mismo día
también entregaron títulos de propiedad a ciudadanos de ambos municipios, donde
se beneficiaron colonos principalmente de la 18 de mayo.
En
fin. Evodio Arguello de León gobernó sin sobresaltos después del movimiento de
mayo y junio de 1991 y al finalizar tendría que entregarle el poder al partido
que lo cuestionó. “No hay vencedores ni
vencidos en Atoyac, el pueblo decidió”, diría María de la Luz Núñez Ramos al
tomar protesta como alcaldesa de Atoyac, el 1 de diciembre de 1993, cargo al
que llegó postulada por el PRD. Pedro Magaña Ruíz ganaría esa vez la diputación
local y el trienio 1993-1996 estaría en el Congreso del Estado.
Hola, excelente página, me gustaría saber si se puede adquirir en algun lugar el libro en fisico de mil y una cronicas de atoyac, de atemano le agradezco la información.
ResponderEliminarExcelente reseña de la Historia de El querido paraíso y su gente hermosa y luchadora. Un saludo enorme. IUA
ResponderEliminarHola quisiera saber si me podrían apoyar para localizar una persona de los años 50's para mi árbol genealógico
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