Víctor Cardona Galindo
Dice
Adrián Jacinto que si el gobierno mexicano nos hubiera dicho que fue la
madrastra bruja la que le dio la manzana a Blanca Nieves no le hubiéramos
creído. Da risa la ocurrencia, pero es la verdad, al gobierno mexicano nadie le
cree ni los cuentos, porque ha construido a pulso ese descrédito. Por eso nadie
cree sus conclusiones en el caso Iguala-Ayotzinapa.
En
México, nunca hemos sabido cuantos muertos hubo en realidad el 2 de octubre de
1968, es el tiempo que nadie ha sufrido un condena por el caso. No sabemos la
verdad.
Sobre
la Guerra Sucia no se ha esclarecido ningún caso, ni siquiera el de Rosendo
Radilla Pacheco que fue llevado a la justicia internacional y el Estado
mexicano fue sentenciado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
De sus restos nadie ha dicho dónde quedaron. Los del Ejército que saben, nunca
dirán que hicieron con los campesinos que entraron a sus cuarteles y nunca se
les vio salir.
El
caso de Luis Donaldo Colosio a nadie convenció la conclusión del tirador
solitario. Que Mario Aburto lo mató únicamente porque quería pasar a la
historia como un magnicida. En el caso de José Francisco Ruíz Massieu nunca se
supo que pasó con el diputado Muños Rocha y de quienes eran los restos de la
finca El Encanto que fueron encontrados por medio de una vidente.
El
escandaloso caso de Paulette Gebara quien fue encontrada muerta dentro de una
bolsa negra de plástico dentro del departamento donde vivía, 10 días después
que había desaparecido, precisamente siendo gobernador del Estado México
Enrique Peña Nieto.
A
nadie dejo satisfecho el desenlace de la masacre de Aguas Blancas, algunos
policías acusados de perpetradores y algunos funcionarios menores fueron a la
cárcel, pero al parecer únicamente se trató de un linchamiento de pobres
funcionarios para darle al pueblo circo. No se diga las masacres de Acteal
Chiapas y de Agua Fría Oaxaca.
En
Guerrero todavía no se esclarece el caso Chavarría, el de Rocío Mesino y otros
tantos casos de luchadores sociales que van quedando en el olvido.
Ahora
Ayotzinapa. El gobierno quiere que nos traguemos el cuento de que fueron
quemados la noche del 26 y durante el 27 de septiembre en el basurero de Cocula,
cuando todos fuimos testigos que estuvo lloviendo en todo Guerrero, es más la
gente de Cocula comenta que ese día llovió en la zona. Porque más que filtren
supuestos reportes de la NASA que ese día en la zona hubo un calentamiento de grandes
proporciones que se veía debajo de las nubes. Que no nos cuenten. Luego que
recogieron las cenizas, donde seguramente los sicarios utilizaron pinzas microscópicas
para recoger todas las moléculas de los cuerpos e irlas a tirar al Río San
Juan.
Pero
todo el teatrito de la PGR se les viene abajo. Aunque ya tengan más de 100 personas
detenidas por el caso y que se quemaron a más de mil 600 grados. Pero los
amigos de la PGR no han detenido a los autores intelectuales del crimen como el
secretario de Seguridad Pública de Iguala Felipe Flores y el director Francisco
Salgado. El jefe regional de los llamados Guerreros Unidos apodado El Gil, a pesar de que manda a pegar las
llamadas Narcomantas del mismísimo centro de Iguala.
En
cuanto a los restos de Alexander Mora Venancio, el Equipo Argentino de
Antropología Forence (EAAF) no estuvo presente cuando los buzos de la marina y
peritos de la PGR encontraron la bolsa con fragmentos óseos en el río San Juan
de Cocula. Fueron convocados por la PGR a la orilla del río cuando la bolsa ya
se encontraba abierta y estaba siendo analizada por los peritos de la PGR y un
número importante de fragmentos aparentemente provenientes de esa bolsa, ya se
encontraban tendidos sobre una loma. Entre ellos se distinguía la muestra que
culminó con la identificación del joven Alexander Mora Venancio por ser la pieza
menos quemada y de mayor tamaño que las demás. Que conociendo a nuestros
agentes bien pudo haber venido de otro costal. La PGR contestó al equipo
argentino que no aceptaría dudas. Pues aunque no las acepte, ya las tenemos.
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