miércoles, 11 de febrero de 2015

La basura problema de todos

Víctor Cardona Galindo

De todos los problemas ambientales que enfrentamos, el de la basura es el más grave. Por todas las salidas de la ciudad de Atoyac proliferan basureros. Los desechos de la ciudad han sido el talón de Aquiles de todas las administraciones municipales. Este es un problema social que no atañe únicamente al gobierno. Todos tenemos que contribuir para resolverlo. Es un problema de pereza, de falta de conciencia y cultura. No queremos reciclar ni clasificar. Nosotros tiramos todo junto, plástico, vidrio, fierro y desechos orgánicos. No nos importa el daño que hacemos ni que todo finalmente se vaya a ríos y arroyos. O que terminen contaminando las playas.
Pero el colmo de la desfachatez, cuando llueve, algunas personas salen a tirar la basura a la corriente para que se la lleve el agua. No hay una sanción para ellos. En Atoyac los tricicleros, recolectores particulares de basura, cubren la deficiencia que dejan las autoridades.
Por eso durante mucho tiempo bajando por donde Champurro al río hubo un basurero que se negaba a desaparecer. Lo quitaron hasta que los habitantes del rumbo se manifestaron.
La demanda de recolección de basura es mucha, a veces no se alcanza a satisfacer y se acumula. Dando un mal aspecto, pero además el basurero que existe actualmente ya no es suficiente.
Durante el año 2011 el Ayuntamiento recogió un promedio de 38 toneladas de basura al día, con un promedio anual de 13 mil 870 toneladas, esos son los desechos que produce una ciudad de 20 mil habitantes. Comentan que ahora anda como en las 50 toneladas al día.
En la ciudad de México ya se recicla. Nosotros no queremos entender. En otros países se hacen clasificaciones de la basura. En Barcelona una ciudad de Cataluña, por ejemplo, se hace seis clasificaciones de la basura.
Antes la gente barría sus calles y quemaba la basura, pero no había tantos desechos tóxicos como ahora. Todavía hasta 1990 a las cinco de la mañana se escuchaban las escobas donde las mujeres estaban barriendo las calles. Ahora los carros de la basura que recorren la ciudad y los pueblos aledaños no son suficientes, pero además se descomponen a cada rato dejando la ciudad hecha un muladar.
La historia de la recolección comenzó en 1955, cuando el presidente municipal Rosendo Radilla Pacheco, compró ya usado el primer camión de volteo para el servicio de limpia, y el 1956 el alcalde doctor Segundo de la Concha adquirió a crédito con el gobernador sustituto del Darío L. Arrieta Mateos, un nuevo camión de volteo para sanear la ciudad.
Luego el 23 de enero de 1963, la administración Municipal que encabezaba el periodista Luis Ríos Tavera compro a crédito una camioneta Chevrolet 63, para el servicio de limpia, con un costo de 36 mil 694 pesos, pero luego fue vendida a don Artemio Maya Suárez al finalizar la administración porque no había recursos para cubrir sueldos pendientes a los funcionarios y a la policía.
Por eso entrando el año 1964, el nuevo presidente municipal Manuel García Cabañas adquirió el camión de volteo marca Chevrolet Modelo 58, que fue destinado para el servicio de limpia. Durante el gobierno de José Luis Ríos Barrientos varios camiones recogían la basura en la ciudad.
Luego un día José Francisco Ruiz Massieu visitó la ciudad para hacer  entrega de las escrituras a colonos de la 18 de mayo y también hizo entrega al alcalde atoyaquense de las llaves de un vehículo recolector de basura y de un trascabo que estuvieron durante mucho tiempo al servicio de limpia y se puso en marcha el primer relleno sanitario para acabar con el tiradero al aire libre.
Un tiempo el basurero estaba al Sur, a la orilla del río, luego se adquirió un terreno al Norte, por la presa derivadora que nunca funcionó. Durante el gobierno de María de la Luz estuvo en operación un relleno sanitario en la colonia Mártires que se acabó en el periodo de Acacio Castro Serrano, que luego compró el terreno donde está ahora y que ya no es suficiente, para la demanda que hay.
Un día llegó un individuo a presentarle un proyecto al entonces presidente Germán Adame Bautista, para construir una empresa recicladora. Interesado en el proyecto el alcalde compró un terreno a Marcelino Garibo en 200 mil pesos donde se pondría la tan ansiada empresa. Se les dijo que a todos las personas que fueran a limpiar el terreno se les daría empleo e instalaron una oficina en la unidad habitacional Bellamiel. Pero el banco les negó el crédito y los que habían trabajado comenzaron a tomar el Ayuntamiento a cada rato para exigir el pago de sus días.

Luego el 30 de mayo del 2005, un grupo de paracaidistas invadieron las tierras para fundar la colonia El Mirador. Crevert Rea encabezando a una fracción de los que habían trabajado gratis en esos terrenos con la esperanza de un trabajo, tomaron el predio. Así surgió El Mirador que también es conocido como colonia Recicladora. Pero esa es otra historia.

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