Víctor Cardona Galindo
Se
generó un descontento en el ejido de Mexcaltepec porque la empresa que
construye el puente en ese lugar, estaba sacando material pétreo del río, que
al parecer vendía. Pero según la empresa únicamente lo extrajo para la construcción
de los puentes en El Camarón y El Cacao que están a punto de concluirse. Para
algunos habitantes resulta sospechosos que bajen camiones a media noche supuestamente
a cargar diesel. Nadie los supervisa.
Por
lo pronto ya se llegó a un acuerdo que una persona del pueblo, pagada por la
empresa, vigilará y supervisará el material que se saqué. ¿Y a esa persona
pagada por la empresa quien la vigilará?
De
ese lugar desde hace mucho tiempo han sacado material para diversas obras,
destruyendo los ecosistemas, sin ningún miramiento. No es la primera vez que se
inconforman sus habitantes por este tipo de explotación de los recursos. Pero
por esta vez ya hay acuerdos, que al parecer beneficiarán a todos.
Aspecto de la construcción del puente de Mexcaltepec. Foto Víctor Cardona |
Pero
en muchos casos no se hace nada, por ejemplo en la cabecera municipal se sacó
material pétreo, para hacer el bordo, que con recursos del Fondem se construyó
para defender la colonia Las Palmeras de futuras inundaciones. Con esa
extracción de materiales se afectó un arroyuelo, sin embargo no hubo sanciones
a la empresa. En nombre del bienestar común se afectan los ecosistemas que
nunca más se reponen. No volverán a ser los mismos.
Es
que nadie está haciendo nada. Otro ejemplo en El Ticuí el aproche del puente
está construyéndose todavía dentro del área donde llegaron las aguas con las
lluvias del huracán Ingrid y la
tormenta tropical Manuel. Nadie se ha
preguntado, tampoco, ¿Qué pasará con las casas de baja altura que están del
lado de la cabecera, si vuelve a crecer el río con la misma magnitud? Tampoco
nadie ha preguntado, si la compañía ya midió el aforo histórico del arroyo Cohetero,
porque de presentarse unas lluvias como las del 2004, el agua correría por la calle
Silvestre Castro, afectando muchas viviendas. Parece que a las autoridades les
preocupa resolver las cosas ahora, lo que venga mañana no importa. En fin, lo
que se necesitan es únicamente terminar los puentes con urgencia.
Así
se han venido haciendo las obras sin ver que afectan y cuanto afectan, por
ejemplo al Zócalo se le quitó el adoquín y se le puso concreto estampado. Sin
ver que con eso se afectaban los mantos freáticos.
Se
siguen pavimentando calles sin ton ni son. Sin tomar en cuenta que con eso se
incrementa el calentamiento de las casas. Al medio día no se aguanta el calor.
Pero también se afectan los mantos freáticos. Luego nos quejamos porque se
secan las norias y porque hace mucho calor. Es necesario cambiar de rumbo,
comenzar a pavimentar lo necesario y pensar que tenemos que dejar espacios por
donde se reincorporen las aguas a la tierra. Luego las calles parecen ríos y
nos que quejamos de las inundaciones, pero es que el agua como cae se va. Nada
la retiene. Por eso al construir primero debemos pensar que si nuestra obra
está acorde con el cuidado de la naturaleza.
Recogiendo datos de Wilfrido Fierro,
las aguas del Arroyo
Cohetero (llamado así
porque en sus orillas vivía un primer cohetero de Atoyac) se salieron de su
cauce el 7 de julio de 1955, inundando varias calles y casas, entre ellas el
consultorio del doctor Antonio Palós Palma. En el cine Álvarez el agua ascendió
hasta tres metros. Este fuerte ciclón ocasionó el desbordamiento del río y de
los arroyos de la región.
En
el 2004, azotó a esta ciudad una tromba y agua inundó varias casas de la rivera
del Arroyo Cohetero. Si vuelve a crecer así, el puente que se construye para
comunicar a El Ticuí serviría como tapón. Con fatales consecuencias.
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