lunes, 26 de enero de 2015

La región Sierra, como comenzar


Víctor Cardona Galindo

El gobernador del estado Rogelio Ortega Martínez decretó el pasado 16 de enero el reconocimiento de la Sierra como octava región económica del estado, en un acto bien lucido en la comunidad de El Paraíso. Los oradores, principalmente dirigentes de organizaciones campesinas del Filo Mayor coincidieron que ese decreto será palabra nula sino no va acompañado con programas y recursos para sacar a la zona del atraso en que se encuentra.
Para empezar el gobernador ya modificó la geografía estatal. En los libros de texto del próximo siclo escolar ya vendrá incluida la octava región. Sin duda la Sierra como orografía y su gente, tienen rasgos identitarios que los hacen diferentes de la Costa Grande y de la Tierra Caliente, pero habrá que definirlos académicamente con un estudios histórico y antropológico, para esto la Universidad Autónoma de Guerrero cuyo rector es un sierreño ya tiene trabajo.
Considero que habrá que comenzar creando delegaciones de las dependencias estatales en la zona. No estaría mal que la Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos de Guerrero, comience instalando una oficina allá arriba de los mil  metros sobre el nivel del mar, para que nos diga cómo anda el rezago educativo en la nueva región. Me parece que las comunidades de Linda Vista o Coronillas podrían ser la capital de la sierra donde comiencen a instalarse las delegaciones o subdelegaciones por ejemplo de la Secretaría de Medio Ambiente (Semaren) o de la Secretaría de Salud, ya la secretaría de Seguridad Pública tiene un cuartel sectorial en Toro Muerto. Aunque parezca mentira la región Sierra es la zona más segura de todo el estado en este momento.
Muchos dicen que la creación de la octava región vendrá a afectar a los municipios costeros por la remunicipalización que se proyecta a futuro. Pero por ejemplo El Paraíso municipio de Atoyac en menos de 10 años será cabecera, porque las mismas necesidades de la población lo ameritan. Aunque creo que en el 2013 con la contingencia de la tormenta Manuel y el huracán Ingrid las autoridades desearon que esa zona ya perteneciera a otro municipio, por la impotencia y faltas de recursos para enfrentar el siniestro.
Cuando estuvo Enrique Peña Nieto en La Pintada, habitantes de El Paraíso como don Román Abarca le solicitaron la construcción de un hospital regional a cuya gestión se ha sumado el presidente municipal Ediberto Tabares Cisneros. Si se concreta la construcción de ese hospital, sumado a la preparatoria número 45 que la Universidad les acaba de crear, se están dando pasos agigantados para que se cree otro municipio, cuya integración no necesariamente respetaría la octava región porque muchos pueblos que a pesar de estar bajo los mil metros sobre el nivel del mal pertenecerían a El Paraíso por la cercanía. Así tendríamos un municipio dentro de dos regiones.
Para sorpresa de muchos, en la sierra no se produce únicamente amapola. Se cultiva aguacate y durazno, peras, higos y manzanas. También nacen los ríos, hay bosques que con un manejo adecuado se pueden todavía explotar, hay muchos minerales en el subsuelo que se pueden sacar. En fin la sierra es una gran fuente de riqueza. Pero lo que a todos nos conviene es que se pongan a cuidar los bosques y que no corten ni un solo árbol y que no cacen ni un solo animal. Allá, en esa parte de Guerrero nacen los ríos de los cuales disfrutamos en la costa y nos conviene que sigan fluyendo porque de ello depende nuestra vida.
Se han venido planteando proyectos tendientes a que los costeños paguemos a los sierreños un bono ecológico que podría venir incluido en nuestro recibo de agua para que ellos cuiden sus bosques en nuestro beneficio. Eso se antoja difícil ante el alto grado de morosidad que presentan los sistemas municipales de agua potable. Pero sería necesario brincar este obstáculo para pensar en su implementación y así garantizar los bosques que además de darnos agua, fijan el carbono que produce nuestra vida moderna.
La región Sierra es un estuche de monerías, abundan duetos de cuerdas y compositores de corridos y canciones populares, como el dueto Los Compitas. Aunque los principales exponentes de la música del Filo Mayor son: Los Armadillos, Los Benítez, Los Faisanes y Los Cuervos de la Sierra. Los corridos esdrújulos tomaron carta de naturalización en esa región. Algunos cantores han ido hasta Los Piloncillos, municipio de Atoyac, donde los viejos todavía en la década pasada mantenían la tradición.
De esa región son los cantores: José Solano Santiago, Jonás Romero Moctezuma y Joel Cortés Barona y el compositor Salvador Carrera Martínez. Las bandas de música de viendo abundan, como la que existe en Jaleaca de Catalán y Yextla, que amenizan los bailes tradicionales
En la sierra se bailan múltiples danzas tradicionales como Los Tlacololeros, Los Pescados y la danza de Los Viejitos. En Xichipala se monta la danza de La Corona, la Del Tesoro y Los Manueles en Zopilostoc.
La realización de jaripeos y corridas de toros están muy arraigadas en la zona, donde aún existen los consejos de vigilancia de corral y de las fiestas; así como las mayordomías. Las corridas de toros se realizan por correspondencia, que consiste en apoyarse mutuamente entre los pueblos llevando las corridas. Esta actividad hermana a los pueblos porque el único deporte que se practica es el basquetbol.

El fotógrafo Ramiro Reyna Aguilar ha hecho maravillas con su cámara y ha publicado dos libros: Tlacotepec Guerrero y Toro muerto, paraíso escondido, donde revela fascinantes fotografía de la región. El poeta Isidoro Barrera Molina nació un 4 de abril de 1949 en Vallecitos de Zaragoza. Carpoforo Cortez Barona de Otatlán es economista e investigador que actualmente realiza estudios en Alemania.

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