Víctor Cardona Galindo
En el segundo comunicado fechado el 10 de junio de 1974 el Partido
de los Pobres confirma que tiene en su poder al “senador burgués, millonario y
explotador Rubén Figueroa Figueroa y que los dejaremos en libertad cuando la
burguesía y el gobierno federal cumpla las peticiones revolucionarias que les
haremos, después del retiro de tropas y policías, tal como lo indicamos en el
primer comunicado. Hasta el momento, las tropas y policías no se han retirado,
por el contrario nos están persiguiendo arriesgando así la vida del que dicen
querer salga vivo; de tal situación y de lo que venga, responsabilizamos a
Hermenegildo (Pinochet) Cuenca Díaz”.
Mural dedicado a la lucha social |
“A la burguesía y a sus funcionarios que afirman que hemos tendido
una trampa a Rubén Figueroa, les decimos: es cierto. Y recuerden señores
burgueses carrancistas que ustedes tendieron otra peor contra Emiliano Zapata;
ustedes señores de la trampa y del crimen, llamaron a Zapata a Chinameca para
unírsele en su causa redentora y lo recibieron a balazos; allí murió la
esperanza del pueblo y por eso hoy haremos la revolución socialista”.
“Ustedes señores criminales del pueblo, con López Mateos
prometieron a los campesinos que seguían a Rubén Jaramillo, para que éste se
pacificara dejando las armas; él se creyó; se pacificó y al poco tiempo lo
asesinaron soldados bestias cobardes con ráfaga de ametralladora. Ustedes
señores delincuentes del gobierno, el año pasado fueron a los poblados de El
Quemado y de El Camarón, dijeron que Echeverría los mandaba a entregar dinero
del banco a los campesinos y éstos se reunieron en la escuela de cada lugar;
pero era una verdadera trampa del gobierno contra el pueblo, porque enseguida
el ejército criminal bestializado rodeó las escuelas, comenzó las golpizas y
torturas contra los hombres y mujeres, conduciéndolos presos hasta Acapulco
donde personalmente los golpeó el comandante de la zona militar: en estas
torturas murió don Ignacio Sánchez con otro campesino, mientras el anciano Maximiliano
de la Cruz está convaleciente. Estos hechos son traiciones del PRI y del
gobierno contra el pueblo mexicano. ¿Por qué se espantan ahora con la trampa
que les hicimos a ustedes los tramposos? Nosotros somos los justos; ustedes son
los verdugos asesinos; nosotros no torturamos ni traicionamos al pueblo”, decía
el comunicado.
Desde los primeros días de junio la presencia y el número de
militares se intensificó, patrullaba todos los pueblos y recorría los cerros
más altos. Por todos los caminos había emboscadas esperando a los guerrilleros
y las detenciones arbitrarias de campesinos inocentes se multiplicaron. Por
ejemplo Domitilo Barrientos Peralta salió de su casa en
El Rincón de las Parotas el 10 de junio de 1974. Su hijo de cinco años, cuando
oía un ruido de carro subía rápidamente a un árbol de guayabas para ver las
camionetas que pasaban hacia la sierra. Esperaba que en una de ellas viniera su
padre. Nunca llegó, sigue desaparecido, por eso el niño después de llorar
varios días murió de tristeza.
El 15
junio se reunió la brigada en una asamblea general y esa fecha también bajó una
comisión encabezada por Gorgonio, para llevar las negociaciones con la familia
del senador secuestrado, ya para ésta fecha sobrevolaban la sierra dos
luminosos aviones de guerra. La gente recuerda que eran muy veloces, pasaban
rumbo al Río Chiquito y regresaban hacia el puerto de Acapulco.
El
gobierno intentaba cortarles el paso a los rebeldes, porque el 16 la guerrilla
se movió hacia el Río Chiquito. Rubén Figueroa le contó a Luis Suárez que
“Estaban a unos cuatrocientos metros de un poblado, del que se oían ladrar los
perros y el canto de los gallos. Le dijeron a Figueroa que se trataba del
barrio Río Chiquito. Toda la fuerza guerrillera eran unos cien hombres,
divididos en dos columnas. Setenta y tres formaban la Brigada de Apoyo, de la
que sólo veían diariamente a algunos de sus miembros, para intercambiar
alimentos e instrucciones. Allí estuvieron unos cuatro o cinco días”.
Como
he venido diciendo, al cerrarse el cerco militar se les termina la alimentación
y ante el hostigamiento aéreo del que estaban siendo objeto, se consideró que
el grupo era muy grande. Por eso del primer campamento en el Río Chiquito
salieron 35 guerrilleros de los 103 que para ese entonces integraban la Brigada
Campesina de Ajusticiamiento.
El 18
de junio en una asamblea de toda la Brigada, se les informó que se les concedía
permiso “a todo aquel que quisiera asumir sus propios riesgos, ya que todas las
salidas de los municipios de Tecpan, San Jerónimo, y Atoyac estaban sitiadas,
pues se decía que en estos municipios habían sido concentrados más de 20, 000
efectivos del ejército y la policía política, así como las demás corporaciones
policiacas, así que con toda esa información pidieron permiso 35 compañeros de
los cuales la mayoría salió bien de la sierra”, rememora un guerrillero en el
libro Lucio Cabañas y el Partido de los
Pobres. Una experiencia guerrillera en México.
Las
corporaciones policiacas actuaban sobre los pueblos, ese 18 de junio de 1974 la
Policía Judicial del Estado detuvo en la comunidad de
Los Valles al campesino Maurilio Castro Castillo. La judicial lo entregó
al Ejército que lo llevó al Campo Militar Número Uno,
donde fue visto por Lucio Castillo Gervasio quien también fue apresado dos días
después. Lucio Castillo fue liberado mientras Mauricio Castro está
desaparecido.
Desde
la sierra por medio de cartas Rubén Figueroa intentó influir sobre la
convención del PRI. En una misiva dirigida al profesor Victórico López y otra al
rector de la Universidad Autónoma de Guerrero Rosalío Wences Reza, el 19 de
junio, les pide que medien ante el priísmo para que se pronuncie por la
libertad de los presos políticos. En una parte de ese texto se lee lo siguiente:
“Considero que las negociaciones emprendidas por el Partido de los Pobres para
obtener la liberación de presos políticos, puede encontrar rápida solución si
en la Convención del PRI próxima a celebrarse en la ciudad de Chilpancingo, el
domingo 23 de mes en curso… aprueba aceptar o acelerar esa negociación”.
Ese mismo
día 19 de junio envía otra misiva al presidente de la República Luis Echeverría
Álvarez en la que dice: “consideró imperativamente necesario solicitar a Ud.
Muy respetuosamente, ordenar a donde corresponda, en su carácter de Jefe Nato
del Ejército Nacional, suspender toda persecución en contra del grupo armado
del citado Partido de los Pobres, a fin de poder salir de las recónditas selvas
donde nos encontramos, a zonas cercanas a los centros de comunicación que nos
permitiría dos objetivos fundamentales: preservar nuestra precaria salud, a
punto de zozobrar y agilizar las gestiones del arreglo ya que los correos
podrían tener una movilidad que al propio tiempo es deseable”.
La Brigada Campesina de Ajusticiamiento ese mismo día 19 envió el
tercer comunicado donde da a conocer sus demandas económicas para la
liberar al Senador Figueroa. Por su lado, el ejército
estrecha más el cerco y detuvo a los guerrilleros que en el medio urbano estaban
encargados de negociar con la familia.
Ese tercer comunicado se discutió en el primer campamento cerca de
El Río chiquito. Al debatir el contenido la dirección de la Brigada no logró el
consenso, entonces se llevó al pleno de todos los brigadistas, donde ganaron
las propuestas de Lucio Cabañas, como pedir la libertad de todos los presos
comunes en el estado. Porque Lucio argumentaba que en la cárcel únicamente
estaban los pobres. “Ese comunicado se discutió como cinco veces y lo aprobó la
Brigada porque la dirección no se puso de acuerdo. Ese es el comunicado donde
se pide la libertad de todos los presos comunes”, dice Pedro Martínez.
Otro
guerrillero recuerda que fue en ese primer campamento cerca de El Río Chiquito
donde se hizo el tercer comunicado. Aquí comenzaron a “lloverle críticas a
Lucio por parte de los disidentes encabezados por los miembros de la dirección.
La discusión era principalmente sobre dos puntos: donde se exigía la libertad
de todos los presos comunes y la exigencia de la solución a los problemas de
las obreras de Medalla de Oro… Lucio argumentaba que los asesinos no se
encontraban en las cárceles, que estos generalmente eran mandados a las Islas
Marías y que, en la cárceles, la mayoría de la gente estaba ahí era por haber
robado algo, que esa gente cuando era detenida no se la preguntaba cuantos días
llevaba sin comer, que cuanta familia tiene que mantener”. Lucio sabía
sensibilizar a la militancia tanto que al final quedaron integras sus
propuestas y el comunicado se escribió. Una vez que estuvo listo salió una
comisión para darlo a conocer y después
de eso la guerrilla se cambió su
campamento, al norte de El Río Chiquito.
Ese
tercer comunicado está fechado el 19 de junio de 1974, pero salió a la luz
pública el 25 a través de la prensa, radio y la televisión. A cambio de la
libertad de Figueroa Figueroa el Partido de los Pobres pide al gobierno federal:
cincuenta millones de Pesos, 100 fusiles M-1, con dos cargadores de 30 tiros
cada uno; 50 pistolas calibre 9 milímetros; la liberación de los presos
políticos; que los beneficios del Instituto Mexicano del Café pasen a manos de
los campesinos; el cese del comandante de la policía de Acapulco Wilfrido
Castro y que ese jefe policiaco liberara a los presos que tenía en su poder,
pues para ese tiempo muchos campesinos inocentes habían caído en manos de la
policía judicial y se sabía que estaban en cárceles clandestinas.
De
éste comunicado llamó mucho la atención que el grupo guerrillero pidiera al
gobierno del estado, “Que se abran todas las cárceles del Estado de Guerrero
después que el gobierno federal libere a los presos políticos; así quedarán en
libertad todos los presos comunes”, por eso muchos llegaron dudar de su
autenticidad.
Recordaba
Figueroa que una madrugada, la comisión de custodia y los detenidos partieron,
siguiendo la margen del río Tecpan y que encontraron gente que al parecer era
de Sinaloa y que unos amapoleros les prestaron unas bestias a los guerrilleros
para trasladarse. “Desde el 30 de mayo hasta el 25 de julio estuvimos en cuatro
campamentos, recorrimos la selva guiados por los hombres de la amapola y la
mariguana, que dominaban esas grandes áreas”.
El 28
de junio El Heraldo informaba: “Más
de 18 mil soldados cercaron la zona de las sierra en que se supone se encuentra
Lucio Cabañas, y a través de todos los medios avanzan hasta lo más recóndito en
su intento por rescatar al Senador Rubén Figueroa y sus acompañantes (…) Todas
las vías de acceso hacia la zona cercada se encuentran bajo el control militar.
Nadie puede salir ni entrar sin ser registrado y plenamente identificado. Las
barreras impuestas han arrojado un sinnúmero de detenidos, así como el decomiso
de miles de armas. Muchas de alto poder como metralletas y rifles M-1”.
“Las
tropas iniciaron su avance hacia la sierra desde las ciudades de Chilpancingo,
Iguala, Arcelia, así como de los poblados de Tierra Caliente, Tecpan, Atoyac,
Petatlán, La Unión y el puerto de Acapulco. Las acciones se encuentran
reforzadas por personal de la Policía Judicial del Estado y del Servicio de
Inteligencia Militar, quienes se han apostado en las laderas de la sierra”,
escribía ese 28 de junio Arturo González enviado especial de El Heraldo.
La voz
de un guerrillero participante en esa acción dice: “En los últimos días de
junio salimos de ese campamento y nos fuimos mucho más arriba, hicimos
campamento, permanecimos varios días ahí (…) comenzamos a sentir la dureza da
la represión, poco a poco los campesinos llevaban menos alimentos, la ración se
fue aminorando: té en la mañana, una o dos tortillas a medio día y té en la
noche. Llegan al poblado del Río Chiquito 3 mil soldados, abastecidos por tres
helicópteros, dos grandes y uno chico, que diariamente aterrizaban hasta 3 ó 4
veces. Empiezan a registrar los montes aledaños al pueblo, agarran de guías a
los compañeros campesinos, quienes los conducían a montes contrapuestos a donde
nos encontrábamos”.
“La
zona era muy espesa de monte, se nombró una comisión que diariamente se
encargaba de vigilar con los lentes los movimientos de los guachos desde un
punto donde se dominaba todo el barrio; cualquier movimiento era sabido
inmediatamente en el campamento. Ahí nos vimos obligados a recurrir a las
raíces de los árboles como alimento, descubrimos que una palma peluda era
comestible, así cruda, pero unos compañeros la hirvieron y sabía mejor”. La palma de la vida como le llamaron los
guerrilleros los estuvo sustentando por un buen tiempo, hasta Rubén Figueroa se
vio obligado a comérsela. No había de otra.
hubo un comunicado que se perdio y mandaron otro no recuerdo si fue el tercero, saben de ese comunicado?, la fecha en que se perdio?
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