domingo, 17 de marzo de 2019

Carmelo Cortés Castro


Víctor Cardona Galindo
El líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) nació en El  Rincón de las Parotas, el 16 de julio de 1942. Fue hijo de Juan Cortés Morales (Cuyuco) y Aurelia Castro Millán. Sus primeras letras las aprendió en la Escuela Primaria “Venustiano Carranza”, luego por falta de maestros en su tierra natal continúo estudiando en la cabecera municipal de Atoyac. Tenía que caminar todos los días, desde el Rincón de las Parotas, para asistir a la primaria “Modesto Alarcón”. Se hacía dos horas a pie de su casa a la escuela. Sus compañeros de aula lo recuerdan por su capacidad analítica de preguntar. Hacía preguntas que muchas veces metía en aprietos a sus maestros.
Carmelo Cortés Castro

Sus paisanos recuerdan que Carmelo Cortés Castro vio la luz “en una casa que estaba donde fincó su vivienda Margarito Barrientos de Jesús, al sur de la comunidad, a la derecha de la carretera que va rumbo a El Paraíso”. Delgado de niño, siempre con una resortera colgada en el cuello con la que mataba pájaros e iguanas para contribuir al sustento familiar.
El camino de regreso de la escuela a casa era largo con el sol de medio día se hacía pesado al principio, pero después se internaba en ese bosque frondoso de parotas, amates, mangos, guajurucos, bocotes, ilamos y guamúchiles que poblaban el camino, donde con resortera en mano iba cazando las iguanas, palomas moradas y torcazas, unos pajaritos que les llamaban guachitos y tudecos que caían bien muertos al recibir una pedrada en el pecho, en el camino les quitaba las plumas para asarlos llegando a casa y comer.
Por las tardes iba con la gamba de chamacos a bañarse en el arroyo de la comunidad a la poza de Los Cualillos o a la poza de El Gallo que tenía hasta 15 metros de profundidad, donde jugaban a la “roña” y al “encantado”. Su papá Juan Cortés hacía milpa por el rumbo del arroyo de la Horqueta, donde sembraba: maíz, frijol, chile y calabaza. Carmelo desde niño se hizo muy amigo con Gabriel Barrientos Reyes.
Sobre Carmelo Cortés Castro se han escrito varios libros, yo conozco tres: La Guerrilla en Guerrero de José Arturo Gallegos Nájera (2004); Carmelo Cortés Castro y la guerrilla urbana, Fuerzas Armadas Revolucionarias FAR, de Agustín Evangelista Muñoz que circuló en  el 2007 y la obra de Simón Hipólito Castro, Carmelo Cortés Castro. Su lucha, sus FAR. La traición… Su muerte (2010). En esos textos nos basamos para hacer está semblanza, además de los datos que proporcionó el jefe del archivo municipal Dagoberto Ríos Armenta y pobladores de El Rincón de las Parotas.
Al terminar la primaria, continuó sus estudios en el internado de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, ubicado en las afueras de la ciudad de Tixtla Guerrero, en donde ingresó en 1962 para cursar la secundaria. Durante el ciclo escolar 1964-1965 fue miembro del Comité Nacional de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM).
Concluida la secundaria, salió del internado para continuar sus estudios en la Universidad Autónoma de Guerrero, en la preparatoria número Uno, en Chilpancingo, quería ser abogado. Ahí hizo contacto con miembros del Partido Comunista Mexicano y su filial, la Juventud Comunista (JC) a la que ingresó en 1966, en la cual militaban los jóvenes Pablo Sandoval Ramírez, Pedro Helguera Jiménez, Virgilio de la Cruz Hernández  y los hermanos César y Serafín Núñez Ramos. La relación con gente de izquierda le abrió el camino al estudio del marxismo, y se convirtió en un estudioso de esta ciencia.
Cuando era estudiante Carmelo frecuentaba las oficinas de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata (LARSEZ) en Chilpancingo, donde lo comisionaban para que acompañara a los campesinos a la oficina del departamento agrario y tratara los problemas respectivos.
En octubre de 1966, Carmelo participó en la toma del edifico docente. Como estudiante de la preparatoria Uno, enfrentó  al rector de la UAG Virgilio Gómez Moharro en su pretensión de reelegirse en el cargo, lo que originó un gran movimiento estudiantil y popular que desembocó en una huelga general, primera que registra esa casa de estudios después de obtener su autonomía en 1963. El cardiólogo Gómez Moharro tuvo que renunciar al cargo en 1966. Por esos acontecimientos, el Consejo Universitario, enjuició a 47 universitarios, académicos, administrativos y estudiantes; entre estos últimos a Carmelo.
El 23 de marzo de ese año concluyó el juicio y se dictaminó la expulsión definitiva de todos ellos, con una diferencia, en el caso de Carmelo había una nota especial con la leyenda: “sin ningún derecho a revisión”. Así quedaron truncados los sueños de quien aspiró a estudiar la carrera de abogado, apuntó Arturo Gallegos.
Mario García Cerros en su libro Historia de la Universidad Autónoma de Guerrero dice que “los líderes más sobresalientes, claros y consecuentes del movimiento de octubre de 1966; al cerrarle los espacios de lucha legal y democrática en el terreno universitario y consecuentemente en el terreno político-social, al solicitar su encarcelamiento; motivó que se incorporaran a otras formas de lucha, siempre consecuentes con sus ideales y en defensa de las causas más nobles del pueblo, tal es el caso de Carmelo Cortés Castro”.
Después de ser expulsado, participó de manera activa en distintos movimientos sociales; en La Gran Marcha, programada para caminar del estado de Michoacán al Distrito Federal en pro de la libertad de Rafael Aguilar Talamantes y posteriormente fue delegado por Guerrero para apoyar al movimiento estudiantil de la ciudad de México en 1968.
El 3 de marzo de 1968 se celebró en la ciudad de México el primer Seminario Nacional por la Reforma y Democratización de la Enseñanza, evento al que asistió un numeroso grupo de jóvenes comunistas de avanzada, entre ellos el inquieto Carmelo.
En 1969, el Partido Comunista Mexicano le consiguió una beca de estudios en la URSS de donde regresó en 1970. Ahí conoció a luchadores sociales de Centro y Sudamérica, que con los años se convertirían en dirigentes importantes de la insurgencia guerrillera de Latinoamérica.
 Gallegos escribió que: “De regreso a México impulsó las discusiones de deslinde en el seno del PCM y su filial, la JC, con la intención de lograr un apoyo más allá de lo declarativo, para la lucha que había iniciado ya en Guerrero el profesor Lucio Cabañas Barrientos. Sin embargo todo esfuerzo fue inútil y vino el rompimiento definitivo en una reunión que se efectuó por el rumbo del Peñón de los Baños de la ciudad de México”. En esa discusión los representantes del PCM fueron barridos y regados por ese par de jóvenes guerrerenses (Carmelo y Octaviano) que asumían posturas radicales, que comprometían seriamente la línea del partido.
Las posturas radicales en su tiempo de dirigente estudiantil, le valieron varias detenciones por parte de la policía, con las consiguientes sesiones de tortura.  A principios de 1970, se incorporó al Partido de los Pobres. Fue detenido el 19 de noviembre de 1971, en Atoyac de Álvarez junto con Carlos Ceballos Loya y Gabriel Barrientos Reyes, después de participar en una expropiación a un banco de Acapulco. Fue llevado con su compañeros al Campo Militar número Uno, donde fue torturado y luego fue regresado a Guerrero para ser recluido en la penitenciaría de Chilpancingo de donde se fugó el 20 de agosto de 1972, junto con Carlos Ceballos Loya, con quien regresó al Partido de los pobres.
En los primeros meses de 1973, quedó como responsable de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del PDLP, al salir Lucio Cabañas de la sierra a la ciudad de México, para atenderse de una enfermedad, por ese tiempo se redactó un nuevo ideario del PDLP, el segundo que se conoció, mismo que fue publicado por la revista ¿Por qué? Esta iniciativa le costó perder la confianza de Lucio y la dirección política de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, lo que le valió la sanción, dictada en mayo de 1973, por ocho meses fuera de la brigada, aunque oficialmente se argumentó cuestiones de “moralidad”.
Un 8 diciembre de 1973, fundó junto con otros jóvenes el grupo urbano denominado Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), que originalmente pretendía estrechar lazos de colaboración con el PDLP, pero el rechazo de Lucio terminó con esa posibilidad, en enero de 1974.
Los miembros de las FAR cayeron en una emboscada en Plan de Lima el 12 de septiembre de 1974 y el 20 de septiembre del mismo año, fueron hechos prisioneros los primeros miembros de esa organización, entre ellos Juan Manuel, responsable de mover a Carmelo en sus actividades revolucionarias; afortunadamente las medidas de seguridad adoptadas por las FAR, permitieron al líder de esa organización guerrillera salir del acoso policíaco.
Luego el 25 de julio de 1975 dirigió y participó personalmente en la expropiación al  Banco Nacional de México, sucursal la Selva, en Cuernavaca Morelos. Se dio una persecución que continuó hasta las afueras de la ciudad, donde los perseguidos se vieron forzados a pararse y enfrentar a sus perseguidores; el saldo fue de un subjefe  policíaco muerto y un agente herido. El monto de lo expropiado fue de más de dos millones de pesos, de los cuales la policía recuperó ochocientos mil la madrugada del siguiente día.
Después del asalto Carmelo Cortés se refugió en el Cerro de las Tetillas, junto con Pedro Helguera, pero por un descuido de Valentín Ontiveros Abarca que abandonó un saco en uno de los taxis robados que se usaron en el asalto la policía siguió la pista de la prenda y comenzaron a dar con los guerrilleros.
Luego de la detención de Pedro Helguera y Simón Hipólito Castro, la policía sitió a Carmelo en el Cerro de las Tetillas, por eso don Simón Hipólito está convencido que Carmelo Cortés murió el 5 de agosto de 1975 en dicho lugar y que la policía lo fue a tirar al DF para quedarse con el dinero del asalto que Carmelo cargaba en una mochila de piel color café.
Después de eso los periódicos difundieron que Carmelo estaba cercado en Morelos y que no tenía escapatoria; en la radio decían que se dirigía al Distrito Federal herido de bala. Aunque según la versión de Agustín Evangelista Muñoz llegó a la ciudad de México sin ninguna herida.
De su caída hay varias versiones una de ellas es que cuando fue a ver a un oculista en la ciudad de México alguien lo delató y “cuando Carmelo salió del consultorio había mucho movimiento sospechoso; aunque quiso burlar el cerco esto no le fue posible y se enfrentó valientemente al enemigo eliminando a dos agentes antes de caer en compañía de un desconocido para varios de nosotros” escribe Evangelista Muñoz.
Existen otras versiones, que a Carmelo lo detuvieron el día 29 de agosto en el consultorio y que después de torturarlo y al no obtener ninguna información los agentes de la Dirección Federal de Seguridad y demás corporaciones policíacas lo asesinaron e hicieron aparecer que murió en un enfrentamiento. Evangelista agrega que “El parte oficial sostiene que Carmelo acompañado por otros dos sujetos, había amenazado con dinamitar el Centro Comercial Sears Reebuck; el gerente, de nombre Luis Smelka, recibió una llamada anónima exigiéndole doscientos mil pesos para no detonar el artefacto”.
El 31 de agosto de 1975 en la madrugada; supuestamente fue detectado un Volkswagen donde viajaban tres sujetos, uno de ellos era Carmelo, quienes al verse descubiertos huyeron y fueron perseguidos hasta que se enfrentaron en las calles de Presa San Martín y Presa Cointzio donde fueron abatidos por el enemigo.
El 2 de septiembre de 1975, el periódico La Prensa publicó que el guerrillero muerto junto a Carmelo Cortés fue identificado y se llamaba Daniel Flores.
La otra versión es la de don Simón Hipólito: “Carmelo murió después de cometer este asalto… El Comandante de las FAR fue ultimado en una de las faldas del Cerro de las Tetillas por elementos judiciales, cuyo cadáver fueron a tirar a la periferia del Distrito Federal, donde corrieron la versión de que fue ultimado en el momento que se disponía a asaltar una negociación”. Corrieron esa versión para quedarse con la mayor parte del millón seiscientos mil pesos que cargaba el comandante de las FAR en la mochila de piel color café y en su cinturón.
Lo cierto es que el cuerpo de Carmelo Cortés Castro sigue desaparecido y su muerte es un misterio.

2 comentarios: