Víctor Cardona Galindo
“Un buen método para
entender algo consiste en seguir una historia”.
Zlata Filipovic autora
de El Diario de Zlata.
Al egresar de la secundaria
Octaviano Santiago Dionicio presentó examen en la escuela normal rural “Raúl
Isidro Burgos” de Ayotzinapa. De 18 espacios que se otorgaban él quedó en el
lugar número 7, mientras su compañero Saúl Pérez Juárez se ubicó en número 13.
Pero no se concretó su ingreso a la normal porque su certificado no estuvo a
tiempo. Recordemos que el director de la secundaria se lo había retenido a
pesar de que tenía buenas calificaciones por participar en un movimiento
exigiendo maestros.
Octaviano Santiago Dionicio cuando fue detenido en 1972. Foto tomada de El Universal. |
Por eso Octaviano Santiago
aparecía en las listas de la normal, pero como sus documentos no llegaron a
tiempo perdió la beca. Esporádicamente iba de visita a la normal. Saúl Pérez lo
recuerda caminando por los pasillos de Ayotzinapa con sus libros de socialismo
y comunismo.
Regresó de la Unión
Soviética en 1969 y se inscribió en la escuela Preparatoria Número 1 de la Universidad
Autónoma de Guerrero ubicada en Chilpancingo y vivía en la Casa de Estudiantes
Número 1. Ahí lo conoció Nicomedes Fuentes junto a Rubén Ramírez Lozano “La
Chiquitilla”.
Santiago Dionicio no estaba
quieto, su activismo era total, ese mismo año se incorporó al movimiento en defensa de las normales rurales porque el gobierno
federal había iniciado una ofensiva para desparecerlas. Como los líderes
estudiantiles estaban siendo duramente acosados y vigilados, Octaviano le
propuso al líder de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de
México (FECSM) que salieran del centro del estado y que fueran a reunir en El
Ticuí un pueblito cerca de la ciudad de Atoyac.
Como todos los estudiantes tenían que pasar a El Ticuí
en el “pango” y ahí los detecto Wilfrido Castro Contreras y un tal Ochoa
quienes en ese tiempo eran madrinas de la judicial y enemigos declarados de los
comunistas.
Hubo una detención masiva de estudiantes: “Hoy
domingo elementos del Ejército, Policías judiciales y Agentes de Gobernación
hicieron acto de presencia en el poblado de El Ticuí, cuando se iniciaba un
mitin "en contra del Presidente de la República Lic. Gustavo Díaz Ordaz y
el Srío. de Educación Pública Lic. Agustín Yáñez. Según la prensa porteña el
mitin fue organizado por el Profr. Raúl Vázquez Miranda, estudiantes y
elementos "Cívicos" de ideas comunistas. La policía logró detener a 9
jóvenes estudiantes en ese poblado”. Escribe el Cronista de la Ciudad el 17 de
agosto de 1969, quien agregaba “El mitin de referencia fue para protestar por
las disposiciones de la Secretaría de Educación Pública, en separar las
Escuelas Secundarías de las Normales Rurales”.
Ese
día se hizo también un operativo en la Escuela Primaria Federal “Modesto
Alarcón”, miembros del ejército irrumpieron en las instalaciones de ese plantel
educativo y desmantelaron un pequeño taller donde se reproducían volantes para
información del movimiento. Se dijo que ese día se decomisó un mimeógrafo y 19
revistas de la URSS de fechas atrasadas.
Octaviano
fue detenido, ese día, en El Ticuí por
los militares que lo llevaron prisionero a la fábrica de hilados y tejidos
después lo trasladaron al cuartel de El Calvario en Atoyac junto con otros
estudiantes de normal de Ayotzinapa que fueron golpeados salvajemente. Su mamá
Juana Dionicio era una mujer que nunca lo dejaba, ésta vez como otras, lo sacó
de la cárcel.
Sin
mediar los peligros Octaviano Santiago Dionicio siguió su activismo y sufrió de
nuevo la represión. “Tres jóvenes que agitaban en Guerrero, presos”. Titulaba Últimas Noticias una nota de Rogerio C.
Armenta el 19 de mayo de 1970, donde publicaba que: “Tres estudiantes que según
la policía de seguridad estaban dedicados a la agitación en la sierra de Atoyac
de Álvarez, en la Costa Grande Guerrerense, fueron detenidos y encarcelados. Se
les recogió mucha propaganda en la que incitaban a la violencia”.
“Fueron
capturados durante una acción por sorpresa y puestos a disposición del agente
del Ministerio Público Federal en Acapulco. Ellos son: Valentín Nava Loza,
estudiante de la normal de Ayotzinapa; Julio Castro Vázquez, de la UNAM; y
Octavio Santiago Dionisio de la preparatoria local”.
“Toda
la propaganda en su poder fue decomisada por el mayor Joel Juárez Guzmán, jefe
de la Policía de Seguridad Pública del estado, quien al frente de sus hombres
hizo la captura. El propio Juárez informó a la prensa los hechos”. Los jóvenes
fueron acusados de incitación a la rebelión, disolución social y sedición.
Wilfrido Fierro registra el 18 de mayo de 1970 “En la
madrugada de hoy, fueron detenidos los jóvenes estudiantes Octaviano Santiago
Dionisio, Josafat Hernández Ríos, José Isabel Radilla Solís, Valentín Nava Loeza
y Julio Castro Vázquez quienes estudian en Chilpancingo y Ayotzinapa Gro. La
detención fue en esta ciudad de Atoyac, al ser sorprendidos pegando panfletos y
pintando fachadas, incitando a la rebelión y a la violencia armada, por
instrucción de los profesores Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas,
quienes operan como guerrilleros en la sierra de éste municipio”. “También fue
detenido al día siguiente el señor Julio Hernández Hinojosa, por la policía
judicial y puesto a disposición de las fuerzas federales, siendo golpeado
salvajemente, muriendo en la madrugada del 20 del actual a consecuencia de los
golpes”.
Como en otras ocasiones el cronista de la ciudad
relacionó a Lucio con Genaro cuando en realidad nunca existió esa relación y en
este caso menciona cinco detenidos esa noche por el mismo motivo. Pero después
se supo que Josafat y José Isabel fueron detenidos en otro lado y que no
formaban parte de los jóvenes activistas de izquierda.
En el libro Lucio
Cabañas y el Partido de los Pobres. Una experiencia guerrillera en México
su autor Eleazar Campos Gómez da su versión de lo que pasó esa noche “El 18 de mayo de 1970 fueron detenidos los
estudiantes Octaviano Santiago Dionisio, Israel (no recuero su apellido),
Ramiro Onofre y Valentín Nava Cabañas que repartían volantes la noche del 18 de
mayo en Atoyac. En esa misma noche fueron detenidos el mecánico Isabel y
Josafat Hernández Ríos, hijo del presidente del comisariado ejidal de San
Martín, Julio Hernández Hinojosa”.
Dice el Partido de los Pobres que “Isabel y Josafat
andaban de parranda, otros dicen que andaban comprando una pieza de carro. La
policía los detuvo acusándolos de subversivos. Al ser informado de esto don
Julio fue a preguntar por su hijo al Ayuntamiento de Atoyac. Allí fue entregado
a la policía judicial por un tal Benjamín que después se suicidó. La judicial
entregó a don Julio al ejército, que lo torturó y castró hasta matarlo,
acusándolo de colaborador de la guerrilla”.
La versión del Partido de los Pobres señala como
principal asesino de don Julio al teniente Vicente Sosa, que fue ascendido a un
grado más por este crimen y las torturas a decenas de detenidos.
Octaviano Santiago nos dijo en una ocasión que:
“Cuando agarran a don Julio nunca pensamos que las cosas llegarían hasta tal
extremo. Era un hombre de trabajo. Si un día pasó la guerrilla por su corral no
era culpable. Dicen que les dio unos cocos a los guerrilleros. Un hijo del
señor trabajaba en una camioneta pasajera con el hijo de Agustín Mesino y los
agarran sin deber nada. Los suben y los empiezan a golpear. Los llevan al
cuartel sin deber nada”.
El cuerpo de don Julio Hernández Hinojosa, que murió a
causa de las torturas, quedó tirado en un rincón de las instalaciones que la 27
zona militar tenía en Acapulco. Luego fue llevado a la funeraria Manzanares
donde lo reclamaron por sus familiares.
Los
estudiantes Octaviano Santiago Dionicio, Josafat Hernández Ríos, José Isabel
Radilla Solís, Valentín Nava Loza y Julián Castro Vázquez fueron puestos el
libertad el 21 a las tres de la tarde, habían sido detenidos el 18 de mayo,
informaron los periódicos.
Después de salir de la cárcel Octaviano se retiró una
vez más de su familia para seguir estudiando, pero también para seguir con su
activismo político. En 1971 junto con Francisco Fierro Loza, buscó en
Chilpancingo a su hermana Ángeles Santiago Dionicio para entregarle un rollo de
billetes para que le comprara todo lo necesario a la maestra Hilda Flores Solís
que había sido trasladada al penal de esa ciudad. Ya se vislumbraban sus pasos
en la guerrilla.
Octaviano
Santiago “guerrillero”
“Mi paso por la guerrilla no fue grande, fue
relativamente corto, fue más o menos de un año. Yo lo que valoré muchísimo ahí
fue la entrega de los hombres. El valor a cambio de nada, eso fue lo que a mí
me conmovió y me hizo aguantarme ahí porque yo al principio iba de visita, pero
cuando vi ese amor desmedido, yo lo veía hasta enfermizo pues me quedé ahí sin
ninguna duda que eran gentes que iban a morir en la batalla y así murieron”.
Eso dijo Octaviano Santiago en una entrevista que a la
doctora Judith Solís y yo le hicimos en la que habló de su paso por la
guerrilla regular del Partido de los Pobres, pero su participación guerrillera
va más allá de Brigada Campesina de Ajusticiamiento, integró los Comandos
Armados de Guerrero y estuvo en las Fuerzas Armadas de Liberación.
En esos tiempos de
persecución él utilizaba los seudónimos o nombres de guerra: Ángel Parra y
Abraham Molina, escribió Raúl Sendic García.
A mi juicio la actividad
que proyectó a Octaviano Santiago a la plataforma de la política estatal donde
se mantuvo, fue su participación en la retención con fines expropiatorios del
ingeniero Jaime Farill Novelo. Santiago Dionicio al ser detenido contestó con
firmeza las preguntas de la prensa lo que le ganó simpatía. “Somos gente del
Lucio Cabañas un profesor de mucho prestigio” habría dicho. Además de que ésta
acción armada motivó un gran interés de la comunidad estudiantil hacia el
movimiento armado.
El
secuestro de Farill se llevó a cabo el 7
de enero de 1972 a las 9 horas de la noche, la acción la hicieron los Comandos
Armados de Guerrero, pidieron 3 millones de pesos por su rescate. Por este
secuestro fueron detenidos: Guillermo Bello López “José”, Francisco Fiero Loza
“Abel Rodríguez”, Octaviano Santiago Dionicio “Abrahan Molina”, José Albarran Pérez
“Calvino” y Rubén Ramírez Lozano “La Chiquitilla”.
La prensa dio a conocer los hechos: “Cuatro hombres armados
con rifles, al parecer M1, se llevaron en este puerto, con lujo de violencia,
al ingeniero Jaime Farrill Novelo, cuando éste salía de la escuela preparatoria
número 2, de la que es director a las 21:05 horas”, informaba El Universal en su edición del 8 de
enero. En ese tiempo la preparatoria 2 estaba sobre la avenida Universidad.
“Eran cuatro hombres, uno de ellos con sombrero de palma y con tipo costeño, lo
sujetaron y lo subieron a un vehículo”.
Según
el Excélsior se lo llevaron cuatro
sujetos armados, cuando salía del plantel “lo obligaron a subir a un automóvil
y enfilaron hacia la costera Miguel Alemán”.
“Los
Comandos Armados de Guerrero y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del
Partido de los Pobres, pidieron tres millones de pesos, la publicación de un
documento y la devolución del cincuenta por ciento de las cuotas de cobra la
preparatoria local por inscripción del alumno, a cambio de la libertad del
ingeniero Jaime Farill Novelo”, escribió Enrique Díaz Clavel.
Nicomedes
Fuentes que en ese tiempo era estudiante de la Universidad Autónoma de Guerrero
dice “Me llamaron mucho la atención las demandas, porque el ingreso a la
preparatoria de Acapulco era carísimo, una de las demandas era que bajaran las
cuotas de inscripción. Era una demanda muy sentida para los estudiantes que les
daba la oportunidad de poder ingresar a la escuela”.
El
pago del rescate no llegó a entregarse porque Farill fue rescatado por la
policía y El Ejército en cerro del Veladero. Las otras demandas si se
cumplieron con el costo de la aprehensión de ocho miembros del Partido de los
Pobres, que fueron presentados a los medios. Sin embargo hubo otros detenidos
que fueron brutalmente torturados y luego fueron liberados a sufrir las secuelas
de la tortura. Pero de eso hablaremos en la próxima entrega.
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