Víctor Cardona Galindo
La
maestra Hilda Flores Solís pasó sus últimos días en la casa de Día del Adulto
Mayor ubicada en la colonia Loma Bonita. Recibía una modesta pensión de 7 mil
pesos mensuales de parte del Ayuntamiento, que además por un tiempo hizo cargo
de comprarle sus medicinas. Doña Estela Arroyo Castro y Ángeles Santiago
Dionicio se encargaron de su atención. Las regidoras del PRD y de Movimiento
Ciudadano en su momento la visitaron con frecuencia. Algunos familiares y
supuestos acreedores acechaban, con cierta codicia, sus pocos bienes. Ella
hasta el final mantuvo su lucidez sin renunciar a sus principios.
La profesora Hilda Flores Solís cuando fue detenida en 1971. Foto: Tomada de El Universal. |
El
nombre de la maestra Hilda Flores Solís está ligado a la historia reciente del
pueblo de Atoyac y a los reclamos sociales de equidad de género, democracia,
paz y justicia social. Nació el 3 de diciembre de 1933, fue hija del líder obrero
socialista David Flores Reynada y de Concepción Solís Jiménez quien murió al
darla a luz. Hilda procreó un hijo con José Guadalupe
Mendoza Aguirre originario de Tlapehuala Guerrero y lleva el nombre de David
Mendoza Flores.
Su
padre fue fundador del comité agrario en los años 20 y del Partido Socialista
en Atoyac, durante los tiempos del general Adrián Castrejón. Fue fusilado el 9
de abril de 1934 en el campo aéreo de El Ticuí durante la gubernatura del
general Gabriel R. Guevara, tras una intriga urdida por sus enemigos los
reaccionarios de Atoyac y del estado.
A la muerte de sus padres, Hilda fue cuidada y
educada por su tía Elizabeth Flores Reynada, una luchadora social de la época
cardenista, que fundó una organización de mujeres campesinas. Elizabeth Flores
fue la primera mujer que participó en la política en nuestro municipio, al
encabezar a las mujeres que exigían el reparto de tierras.
Hilda
estudió la primaria en la escuela Juan Álvarez (Antes Escuela Real) hasta segundo año, luego pasó al colegio América en
Acapulco en donde estuvo internada gracias a una beca que pagaba la cooperativa
de la fábrica de hilados y tejidos de El Ticuí, que llevaba el nombre de su
padre, dirigida en ese tiempo por Enedino Ríos Radilla y Rómulo Alvarado.
Su
labor docente la inició a la edad de 13 años como maestra municipal, en la
escuela Juan Álvarez, su pago era de 12 pesos a la quincena, allá por el año
1947.
Con
ganas de saber, siguió estudiando por su cuenta y en los meses de julio y
agosto asistía a los cursos de la Escuela Normal de la Universidad Autónoma de
Guerrero, donde hizo la secundaria y estudió parte de la Normal.
Luego
por intervención del líder magisterial Othón Salazar Ramírez llegó a estudiar
en La Escuela Nacional de Maestros, al mismo tiempo era secretaria del
Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM) y trabajaba haciendo documentos
para el público en la calle de Donceles en La Ciudad de México. Su
participación en el MRM la llevó a cultivar amistad con luchadores sociales de
la talla de Gilberto Rincón Gallardo y a conocer el frío de la ciudad de México
cuando llevaba comida al plantón de maestros y se quedaba a dormir en el suelo
en improvisadas camas de cartón.
Cuando
regresó a su tierra trabajó de nuevo en la escuela Juan Álvarez y se incorporó
al movimiento local de revolucionarios que querían mayores oportunidades para el
pueblo. Formó parte de aquella histórica célula del Partido Comunista Mexicano
en Atoyac. Fue en la calle Hidalgo 20, en la casa de la maestra Hilda Flores
donde comenzaron a reunirse los comunistas atoyaquenses.
“Porque
fue el Partido Comunista Mexicano quien dio forma, estructura y dirección al
movimiento popular y democrático. La célula del partido nació en 1964, la
conformaron además de Hilda Flores y Elizabeth Flores Reynada, hombres como
Juan Mata Severiano, Isidoro Sánchez López, Juan Reynada Víctoria, Juan Fierro
García, Serafín Núñez Ramos, Lucio Cabañas Barrientos, Carmelo Cortés Castro,
Dagoberto Ríos Armenta, Antonio Onofre, Luis Gómez, Guadalupe Estrella,
Telésforo Ramírez Castro, Inés Galeana, Franco Castillo Téllez, Raúl Vázquez
Miranda, Francisco Zamora Baez, Gabino Hernández Girón, Félix Bautista Matías y
Jacob Nájera”. “Entre los jóvenes comunistas destacaban Octaviano Santiago
Dionicio, Pedro Martínez Hernández, Francisco Fierro Loza, Félix Bello Manzanares,
Andrés Gómez y Gaspar de Jesús”, recuerda Decidor Silva Valle. También estaban:
Francisco Estrella y Armando Bello Pérez.
La
Unión Nacional de Mujeres filial del PC logró importantes avances bajo la
dirección de la maestra Hilda Flores Solís, quien también colaboró activamente en
el movimiento cívico que provocó la caída del gobernador Raúl Caballero Aburto,
en la formación de la Central Campesina Independiente, en el MRM y apoyó de
manera decidida la formación de la colonia Mártires de 1960.
Con Lucio
Cabañas participó en el Frente Electoral del Pueblo que lanzó para presidente
de la república a Ramón Danzós Palomino. Los dirigentes nacionales del Partido
Comunista llegaban a su casa, en donde se realizaban las reuniones.
Eso
llevó a despertar la ira de las oligarquías que gobernaban en ese tiempo. Tanto
que el día primero de mayo de 1971, fue detenida y secuestrada por 13 agentes
de la Policía Judicial encabezados por el general Vicente Fonseca, quienes se
la llevaron de forma violenta a las 7:15 de la mañana, cuando ella se estaba
preparando para ir a dar clases, a la escuela primaria Herminia L. Gómez.
Cuando
su tía Elizabeth les pidió la orden de aprehensión los judiciales le
contestaron “usted no diga nada”. Vicente Fonseca no se metió a su domicilio,
esperó afuera, mientras los agentes la sacaron de su casa y la subieron a un
coche rojo. Al inicio del trayecto hacia Acapulco le pusieron una capucha.
En las
afueras de Atoyac, en el lugar conocido como La Trozadura, la bajaron sin
sandalias y la metieron a un lugar lleno de espinas donde se lastimó los pies. Recuerda
que ahí en La Trozadura le dijeron que se quitara el vestido, ella se negó, fue
cuando dijo el oficial al mando: “Esta vieja está bien preparada vamos a
subirla otra vez”..
Ese
mismo día el general Hermenegildo Cuenca Díaz informaba a la prensa en Acapulco
sobre las “aprehensiones de personas ligadas a las actividades de grupos
terroristas que operan en la zona cafetalera”. Los detenidos además de Flores
Solís eran: el padre de Genaro Vázquez, Alfonso Vázquez, Agustín Flores,
Bertoldo Cabañas, Luis Cabañas y Onésimo Barrientos. Todos fueron trasladados
al Campo Militar Número Uno.
“Hilda
Flores Solís, colaboradora y contacto vital con los cabecillas bandoleros
Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos, fue aprendida ayer en su
domicilio (Hidalgo 24) de Atoyac. En dicho lugar se efectuaban reuniones
periódicas con individuos como Othón Salazar, Ramón Danzós Palomino, Manuel
Marcué Pardiñas, Miguel Arroche Parra y otros, calificados como izquierdistas
recalcitrantes y agitadores”, publicaba El
Universal en su edición del 2 de mayo.
Hilda
después de su detención fue trasladada a las instalaciones de la 27 Zona
Militar en Acapulco. Durante su cautiverio la sacaron en una lancha y le dieron
un paseo por el mar, y así como estaba vendada de los ojos la agarraron de pies
y manos como si fueron aventarla al agua. También la amenazaron con subirla a
un helicóptero y lanzarla al mar. Le exigían declararse culpable de ser cómplice
de la guerrilla de lo contrario su hijo David, en ese entonces, de 2 años iba a
pagar las consecuencias, porque que ya lo llevaban en otro vehículo rumbo al
Fuerte de San Diego.
La
maestra Hilda Flores recuerda que sus torturadores querían información sobre el
maestro Lucio Cabañas: “Les dije que al profesor lo había visto el 19 de mayo
de 1967, un día después de la masacre del 18 de mayo que estuvo en mi casa, con
un grupo de mujeres y hombres que lo fueron a dejar”.
Hilda
Flores siempre ha sido clara en decir que su participación con Lucio Cabañas
fue en la lucha cívica y después que se fue a la guerrilla se perdió el
contacto. Porque fue de su casa de donde salió Lucio Cabañas aquél 19 de mayo
de 1967 rumbo a la sierra para formar el Partido de los Pobres y su Brigada
Campesina de Ajusticiamiento.
La
maestra permaneció sometida a tormento físico y psicológico durante cuatro
meses en el Campo Militar Número Uno. Luego fue trasladada por Acosta Chaparro
a la penitenciaría de Chilpancingo el 7 de septiembre de 1971, de donde salió el
17 de diciembre de 1974, a
los pocos días que en El Otatal muriera en combate contra el ejército Lucio
Cabañas Barrientos.
A los
dos meses de estar presa en Chilpancingo, el Comité Armado de Liberación
“General Vicente Guerrero” que encabezaba Genaro Vázquez en su comunicado del
24 de noviembre de 1971, pidió como una de las condiciones para liberar al
rector de la Universidad Autónoma de Guerrero, Jaime Castrejón Díez: “poner en
manos de los tribunales legales de justicia a todos los campesinos que padecen
detención indefinida e incomunicación y declaraciones arrancadas con torturas
de participación en nuestro movimiento revolucionario armado”. Y da una lista
de 15 personas entre ellos la única mujer, Hilda Flores Solís.
Se
preparaba la salida a Cuba de los presos políticos: Florentino Jaimes
Hernández, Mario Menéndez Rodríguez, Demóstenes Onofre, María Concepción Solís,
Ceferino Contreras Ventura, Antonio Sotelo, Ismael Bracho y Santos Méndez
Bailón.
Hilda
Flores contestaba al enviado especial de El
Sol de México, S. Paredes Quintana el 21 de noviembre del 71: “Soy inocente
y nada tengo que ver con Genaro Vázquez, a quien ni conozco. No puede aceptar
la liberación en tales condiciones. Genaro no es mi abogado. Sólo me sacaran de
aquí con una boleta oficial de libertad, a la que tengo derecho porque soy
inocente de todo lo que me achacan”.
Eduardo
Téllez Vargas escribió en El Universal
en la edición del 22 de noviembre: “Hablamos con la profesora Hilda Flores Solís,
la cual niega también ser gavillera, aunque si confiesa ser admiradora de
Genaro y que de serle posible se iría con él a la sierra. Explicó que si es
amiga personal de Lucio Cabañas, otro gavillero”.
En ese
contexto el 27 de noviembre Hilda Flores declaró a Rogelio C. Armenta
corresponsal de Ultimas Noticias “yo
no conozco a Genaro. Mejor que no haya pedido mi libertad. Eso demuestra que
nada tengo que ver con él”.
El
periodista la describió “de baja estatura, humildemente vestida, de mal humor,
morena de rasgos indígenas”.
Al
salir de la cárcel Hilda Flores siguió su militancia en el PCM, después en el
Partido Socialista Unificado de México, luego en el Partido Mexicano
Socialista, donde su activismo la llevó a ser candidata a diputada local y a síndica. Su
última hazaña es la de haber participado en la fundación del Partido de la
Revolución Democrática.
Hilda
Flores hizo gestiones para recuperar su plaza en la Escuela Primaria Herminia
L. Gómez que perdió cuando fue detenida. Pero los gobiernos del estado y
federal le condicionaron el retorno a su plaza siempre y cuando abandonara sus
ideas y al movimiento social. Ella no aceptó. Prefirió seguir en la pobreza que
claudicar, por eso no tiene pensión federal. Fue durante el interinato del
alcalde Wilbaldo Rojas Arellano y con la colaboración decidida de Julio César
Ocaña Martínez que por acuerdo de cabildo se instituyó esa modesta pensión
municipal de la que gozó hasta su muerte.
El
Ayuntamiento de Atoyac, durante el periodo de Pedro Brito García y a iniciativa
de la regidora Ángeles Santiago Dionicio, reconoció a Hilda Flores Solís el día
17 de octubre del 2007 cuando se realizó una sesión solemne de cabildo, para homenajear a una vida de lucha. Se
rindió homenaje a más de 60 años de participación social. Ese día se instituyó
la presea “Hilda Flores Solís” que fue recibida por la propia Hilda Flores
Solís.
A
cinco años de su creación esa presea para honrar el mérito femenino ha sido
otorgada a la ex alcaldesa María de la Luz Núñez Ramos, a la defensora de los
derechos humanos Tita Radilla Martínez, a la escritora Judith Solís Téllez, a
la fundadora del PRD, María Manríquez Cuevas y a la cantante Kopani Rojas Ríos.
Hilda
Flores murió el 12 de marzo de 2014 alrededor de las 10 de la mañana, sus
restos descansan ya en el panteón principal de Atoyac a lado de su madre de
crianza Elizabeth Flores Reynada quien fuera también su mentora y compañera de
lucha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario