jueves, 29 de noviembre de 2018

Octaviano Santiago Dionicio II

Víctor Cardona Galindo
 En su natal Atoyac, Octaviano Santiago Dionicio cursó hasta el quinto año en la Escuela Primaria del Estado “Juan Álvarez”, pero en sexto se cambió a la “Modesto Alarcón” donde fue alumno de Serafín Núñez Ramos. Se sentía solo donde estudiaba por eso se fue siguiendo a sus amigos de la Hora Santa, del catecismo y del futbol. Ahí comenzó su historia.
Octaviano Santiago Dionicio cuando se pasó a estudiar
sexto año a la escuela primaria Modesto Alarcón. Foto:
Cortesía de Javier Núñez Navarrete.

Era un niño que a todos lados acompañaba a su madre Juana Dionicio. Aprendió a labrar la tierra con su burrito pardo y a sembrar maíz por el rumbo de La Pindecua donde hacía milpa para ayudar a su familia. 
Según el maestro universitario Juan Martínez Alvarado en la vida de Octaviano “no se puede desligar su trayectoria en primaria y secundaria porque prácticamente fue una sola etapa y cuyos inicios están en el curato de la iglesia, bajo la catequesis de Nachita Castro y la cobertura eclesiástica del padre Ángel Bustos Castro”.
Ángeles Santiago Dionicio cuenta que su hermano fue monaguillo porque quería mucho al padre Ángel Bustos, era del coro infantil, se colgaba su reliquia e iba a la Hora Santa, pero se retiró porque el padre Isidoro Ramírez lo castigó sin motivo.
El maestro Juan Martínez considera que: “en el atrio de la iglesia se torció la vida del prospecto de cura, ahí le nació la idea a Octaviano de cambiarse a la Escuela Primaria “Modesto Alarcón”, por ser la escuela que más se identificaba con los ‘huarachudos’ y por la entrega de los maestros rurales que ahí impartían clases, principalmente Serafín Núñez Ramos, Salvador Castro Navarrete, Ángel Gómez, Francisco Navarrete y por supuesto Lucio Cabañas Barrientos, entretenido siempre con las rondas infantiles en el patio de la escuela y en los salones amenizando las clases con una guitarra”.
“En la ‘Modesto’ la doctrina fue otra, ahí conoció de la diferencia de clases sociales, del capitalismo, socialismo, de los países que se querían liberar de yugo imperialista de USA: Vietnam, Laos y Panamá. Declamó poemas de Neruda, supo de Fidel Castro, del Che Guevara y su Gramma, de Camilo Cienfuegos, de David Alfaro Siqueiros y de Othón Salazar Ramírez”.
Fue en ese tiempo cuando en un viejo tocadiscos de baterías se ponía en su casa a escuchar quedito el canto de La Internacional, himno de los comunistas en el mundo. Así lo recuerda su hermana María Cristina.
La Escuela Primaria “Modesto Alarcón” ya era un semillero de inconformidad desde 1963, porque en el desfile del 20 de noviembre de ese año pasó algo inusitado, dicha escuela presentó un carro alegórico con un texto que decía: “La Revolución se hizo ¿Para quién? Y en otro escrito pedía la libertad de los presos políticos cívicos. 
Comenta Juan Martínez que en la “Modesto Alarcón”, junto a Serafín, Octaviano “en lugar de tratar de entender la Santísima Trinidad trataba de entender Así se templó el Acero y los siete tomos del Capital de Marx repetidos a discreción incansablemente en conferencias, ex profeso para un grupo de niños de primaria, impartidas por uno de los miembros más connotados del Partido Comunista en Guerrero: Félix Bautista Matías”.
“Ahí empezó todo, fue adoctrinado no para consagrarse a Dios sino a la lucha de los pobres contra los ricos, su niñez quedó desestructurada por la llegada de nuevas ideas ‘exclusivas’ de los maestros que tenían conciencia social, muy orgullosamente contados con los dedos de las manos”.
Ese año que Octaviano Santiago se cambió a la “Modesto Alarcón” los maestros federales comenzaron un movimiento por democratizar la administración de la escuela y el 5 de febrero de 1964 los maestros lograron sustituir a Genara Reséndiz de Serafín como directora por el profesor Francisco Guerrero y en abril las autoridades de la SEP la regresaron al cargo. Entre otras cosas que se organizaban en la “Modesto Alarcón”,  el 10 de mayo de 1964 a las 12 del día Ramón Danzós Palomino realizó un mitin en la plaza principal de Atoyac. Ahí fue el debut de Santiago Dionicio como activista político de izquierda.
El 27 de abril de ese mismo año, el alcalde Luis Ríos Tavera informaba al Secretario de Gobernación Luis Echeverría sobre los movimientos de los enemigos del PRI, al referirse a los militantes del Frente Electoral del Pueblo (FEP) y decía que el 75 por ciento de los maestros federales eran agentes del FEP. Informaba que el candidato a senador Luis Cabañas Ocampo desplegaba gran actividad moviendo a sus familiares de la sierra.
Luego el 17 de mayo ocho maestros de la “Modesto Alarcón” entre ellos Serafín Núñez Ramos publicaron su inconformidad en los periódicos de Acapulco en contra de la maestra Genara Reséndiz alegando incapacidades para ostentar el cargo de directora, lo cual es relatado por el Cronista de la Ciudad Wilfrido Fierro Armenta.
Ante el creciente activismo político de izquierda el Presidente Municipal Luis Ríos Tavera comenzó a tachar a los maestros federales como aprendices de comunistas. Los mentores protestaron. El 14 de junio a las 10 de la mañana frente al Ayuntamiento, Lucio Cabañas en un elocuente discurso dijo que Ríos Tavera los tildó de comunistas en una reunión con presidentes municipales en Zihuatanejo. En respuesta Cabañas acusó a Tavera de proteger a los talamontes y de no dejar trabajar a la fábrica de El Ticuí.
En otro escrito el 22 de julio de 1964, Ríos Tavera se dirige a la Dirección de Investigaciones Políticas niega haber tratado de comunistas a los maestros federales y culpa al periódico La Verdad que “hace labor con el objeto de crear un clima de agitación e intranquilidad que perjudica a nuestro estado de Guerrero”.
Una vez más Luis Ríos Tavera relataba al Secretario de Gobernación Luis Echeverría el 19 de marzo de 1965 que los maestro ayudantes de la “Modesto G. Alarcón” encabezados por los líderes Lucio Cabañas Barrientos y Serafín Núñez: “han sembrado un estado de inquietud y desasosiego entre alumnos y padres de familia y en contra de la directora del mencionado plantel Profra. Genara Reséndiz de Serafín”.
Dice el reporte que “los mencionados líderes apoyan a Danzos Palomino y han vociferado en contra de las autoridades federales, estatales y municipales”. Enfatiza que “la tranquilidad del municipio de Atoyac está en zozobra desde que los mencionados maestros agitan desde el 10 de mayo de 1964”. Por esas fechas se fundó formalmente la célula del Partido Comunista en Atoyac.
En un panorama en que el café y la copra estaban a merced de los acaparadores y las compañías madereras talaban los montes sin dejar beneficio a las comunidades, se llevó a cabo en abril de 1965 un congreso de la Central Campesina Independiente en el “Cine Álvarez” entre los organizadores del evento que Wilfrido Fierro registra se pueden encontrar nombres conocidos: Elizabeth Flores Reynada, Juan Mata Severiano, Isidoro Sánchez López “El Satélite”, Serafín Núñez Ramos y Lucio Cabañas Barrientos. A los participantes de este evento se les comenzó a llamar “rojillos” y se fortaleció la exigencia de parte de los reaccionarios para que sacaran de Atoyac a ese “par de agitadores” como eran conocidos Lucio y Serafín.
El Cronista de la Ciudad Wilfrido Fierro Armenta asienta el 4 de diciembre de 1965: “Con ésta fecha fueron retirados los profesores Lucio Cabañas Barrientos y Serafín Núñez, de la escuela “Modesto Alarcón” acusados –según el decir de los padres de familia del referido plantel- de estar impartiendo a los alumnos doctrina comunista”. Fueron enviados a Tuitán Durango.
La respuesta de los padres de familia y alumnos no se hizo esperar y el 15 de diciembre tomaron las instalaciones de la escuela. Exigen que se revoque la decisión y los maestros vuelvan a la escuela. A finales del mes el gobernador Raymundo Abarca Alarcón vino a esta ciudad a atender el conflicto.
Doña Tita Radilla Martínez recordó que los alumnos de Serafín Núñez tenían muchos problemas con unos padres de familia, porque decían que los estaban volviendo comunistas: “A una compañera la querían excomulgar de la iglesia por estar en el grupo. Ese fue el motivo por el que al profesor Serafín se lo llevaron de la escuela, porque había protestas de algunos padres de familia”.
“Cuando él se despidió el último día que estuvo con nosotros, nos dio la clase y se despidió de mano de uno por uno. Todos se agachaban en su butaca a llorar, pero cuando salió el profesor se para Octaviano Santiago y dice ¿así nos vamos a quedar, nada más llorando? Hay que hacer algo. Hay que ir a la SEP para pedir que nos lo regresen”.
Saliendo de la escuela fueron a pedirle un consejo a don Rosendo Radilla Pacheco quien les dijo que se lanzaran a la ciudad de México. “Se fueron los chamacos a México con Octaviano a la cabeza, algunos sin permiso”. Las alumnas se pusieron a pedir cooperación casa por casa. Se dio la lucha y se logró que los maestros regresaran. A decir de Juan Martínez fue por iniciativa propia del grupo “Jóvenes democráticos” que se llegó hasta las oficinas de la SEP, a pedir el regreso de Lucio y Serafín cuando fueron desterrados hasta el Estado de Durango. Parte de  los gastos se los dieron en la Ciudad de México miembros del Partido Comunista Mexicano”.
Tita Radilla recuerda que Octaviano era de los más chicos del grupo pero era el más aventado: “Se distinguía porque no le gustaba que un niño discriminara a otro”. 
Una vez terminada la primaria, Octaviano Santiago se fue a estudiar a la escuela Secundaria Federal “Benito Juárez” que estaba en la calle Independencia de esta ciudad. Cuando los iban cambiar a las instalaciones del Sur de la ciudad, en un homenaje a la bandera de los lunes, Octaviano Santiago tomó la palabra y protestó diciendo que los iban a trasladar a unos gallineros. Las aulas de la secundaria eran galeras divididas con tablas solamente.
Javier Núñez Navarrete recuerda a Octaviano en la primaria y en la secundaria como un buen compañero que le gustaba el futbol y que jugaba en el equipo “Oro”, pero también era bueno para el volibol y basquetbol. En ese tiempo estaba enamorado de una jovencita llamada Estela a la que seguía en la secundaria y al Zócalo. Escribía en un periodiquito mimeografiado, era muy estudioso y andaba en bicicleta.
Celina Orbe Torres dice que Octaviano fue un buen compañero, excelente estudiante, humilde y sincero. “Desde la primaria traía sus ideas, cuando llegó a la secundaria él ya iba a las reuniones del maestro Lucio, con Juan Martínez y Elías Bello.” Recuerda que cuando regresaba a Atoyac siempre saludaba a sus compañeros de la adolescencia con mucho cariño: “Nunca cambió su manera de ser”.
Saúl Pérez Juárez escribió en El Sol de Acapulco, que Octaviano organizó un movimiento con los padres de los rechazados de la Escuela Secundaria Federal y logró que se ampliara un grupo más de primer año. Lo recuerda como “un alumno humilde, con su uniforme gastado, sus libros usados, pues siempre los adquiríamos con quienes ya cursaban un grado superior, pero con un carácter decidido y unos ojos tan expresivos que parecía manifestar todas las inconformidades que muchos no nos atrevíamos hacer”.
Retomando el recuerdo de Juan Martínez: “fue él y otros niños los que tuvieron la idea (claro con la influencia de Núñez Ramos) de exigir unidos –todos los alumnos egresados de las primarias Juan Álvarez, Modesto Alarcón, Valentín Gómez Farías y la Herminia L. Gómez-- una ‘secundaria para todos’ (antes del examen de admisión para 60 lugares) y sí el encabezó el movimiento. En la Escuela Primaria Juan Álvarez el grupo de ‘niños conscientes’ fue totalmente rechazado en su lucha por la directora Julita Paco Pizá. Puesto que percibió que esa idea no nacía en nosotros sino en Lucio Cabañas y Serafín Núñez”.
“El grupo que buscaba ‘secundaria para todos’ aprobó el examen de admisión, iban bien preparados gracias al trabajo integral de los maestros de la ‘Modesto Alarcón’, quienes se preocupaban por transmitir no tan sólo ideas socialistas sino la preparación en general. Fueron esos maestros auténticos apóstoles de la educación”.
“Cuando ese grupo ingresó a la secundaria estaba formado entre otros por Gaspar de Jesús Reséndiz, “Reyes”; Javier Gutiérrez Ávila, “Champurrito”; Félix Bello Manzanares, “El Cuche”; Roberto Quevedo Fajardo, “El Güero Quevedo”; Juan Martínez Alvarado  y por supuesto “Octa” para Juana Dionicio y “El Crudo” para nosotros. El grupo ya estaba fichado, de tal manera que se consideraba como un grupo de ‘revoltosos’, alumnos de los profesores de la Modesto”.
La mayoría de estos adolescentes: “Ya habían participado antes de entrar a la secundaria en 1964 en un Congreso campesino encabezado por Ramón Danzós Palomino dirigente del Frente Electoral del Pueblo, en diferentes actos en apoyo a la Autonomía Universitaria, publicaron el primer (y único ) periódico infantil  en el país de corte izquierdista –así lo reconoció Othón Salazar Ramírez en un mitin en Atoyac, el periódico se llamaba Vanguardia Infantil, cuyo primer tiraje en mimeógrafo se realizó en la casa de Jacob Nájera en San Jerónimo y continuamente se constituían como grupo en defensa de las clases más desprotegidas”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario