Víctor Cardona Galindo
“Largo,
zancudo, bigote amalditado y
ranchero, cabellos ondulados y negros; voz suave, campirana, con diminutivos de
aldea, líquida casi la voz, terminaciones en u, y jota en vez de efe acá y
allá. Graves dolencias reumáticas y ceguera progresiva. Cuarentaiseis años”. (Ricardo Garibay en 1979)
Párroco Máximo Gómez Muñoz a los 80 años. Foto: Cortesía de Marisol´ Ramírez Carpio. |
“Es un
hombre alto, de pelo tupido y canoso elegantemente peinado, de bigote bien
recortado, y con anteojos de lentes gruesos, benévolo y de voz suave; pero con
aires de autoridad y de confianza absoluta de sí mismo”. (Elijah Wald en 1998).
“Ha
sido un apoyo fuerte y decidido de los luchadores sociales de la región y del
estado. Incluso aquellos que en la lucha han caído abatidos, han encontrado en
el padre Máximo su más fiel defensor para que se les dé un lugar en la historia
y un pedacito de tierra donde reposar sus restos”. (Carlos Armando Bello Gómez en el 2010)
Los
comentarios anteriores se refieren al padre Máximo Gómez Muñoz el “cura
rebelde” quien lleva ya casi la mitad de
su vida con los atoyaquenses, antes había estado nueve años en Xochistlahuaca
donde aprendió el idioma de los amuzgos y cuando lo cambiaron de ese lugar, en
rebeldía, se pasó tres meses vendiendo tortas en un parque de la ciudad de
México. Después fue rector del Seminario de Acapulco donde enseñó filosofía,
ahí lo encontró Ricardo Garibay trabajando como albañil, pegando ladrillos,
como lo narra en su libro Acapulco.
Dice que a veces la hacía de plomero, carpintero o electricista. “recorre el
Seminario sin parar, trabajando desde las cinco de la mañana; es el rector”.
Cuando
Máximo llegó a Xochistlahuaca un
municipio mucho más antiguo que Ometepec y sin embargo no tenía ni agua ni luz,
ni brecha y estaba prácticamente en manos de tres o cuatro caciques que eran
los que explotaban todo. “Muchas veces amenazaron con matarme, pero ya murieron
los tres y yo sigo en pie”.
“Ellos
explotaban todo las tierras de los indígenas las tenían como parcela o como
potreros, tenían muchísimo ganado caprino y vacuno. Cada año enviaban miles y
miles de caprino a Tehuacan Puebla”. Era el dominio total de los caciques, los
indígenas no podían tener ganado y sólo les permitían sembrar para su
sobrevivencia.
Los
caciques no querían que se abriera la brecha porque iba a dar vialidad a los
indígenas y ellos tenían su recua de bestias para acarrear mercancía. Eran los
dueños de las únicas tiendas de la cabecera municipal y no dejaban que nadie
más llevara mercancía, pues si alguien lo intentaba lo asesinaban en el camino.
Abrir la brecha era actuar en contra de ellos, por eso Máximo centró sus esfuerzos
en gestionar la carretera de terracería.
Luego
que hubo brecha el padre como buen gestor buscó la introducción del agua y la energía eléctrica, logró esos
beneficios, por eso fue administrador del sistema agua potable cinco años del
70 al 75 entregó el cargo cuando para dejó esa población.
Para
lograr que los caciques sacaran su ganado de las parcelas de los amuzgos Máximo
se plantó dos meses en la banqueta del Departamento Agrario en la ciudad de
México, hasta que le firmaron la orden de que los caciques sacaran su ganado de
las parcelas. De regreso en Xochistlahuaca, reunió a los caciques y a los líderes indígenas, y
“les dije a los caciques tienen tres meses para sacar su ganado, y les
dije a los indígenas a partir de esta fecha el ganado que encuentren mostrenco
pueden cazarlo como vendado y comérselo”. Corría el año de 1971, cuando los
hombres más pudientes de la localidad sacaron su ganado.
Después
de eso lo amenazaron, “que dice fulano que lo va a matar, le dije dile que no
me mata ni en sueños”. Aunque varias veces encontró a los fulanos esperándolo
en el camino. Pero de lejos gritaba el nombre del matón “hola Odilón como está
tu gente” para que oyeran los que iban delante de esa manera pudo salir bien
librado.
Ya en
Atoyac luego de fundar la iglesia del Dios Único en 1982, puso a funcionar un
dispensario médico gratuito que daba consulta a los que menos tienen. En su
parroquia todos los que han buscado cobijo lo han encontrado. Es gestor,
sacerdote, defensor de los derechos humanos, se ha jugado la vida por salvar a
otros. Máximo ha apoyado todas las luchas justas del pueblo. Fue de los
primeros hombres que comenzaron a organizar la conmemoración del 18 de mayo. Siembre
de guayabera, sombrero y huaraches Máximo es un hombre sencillo.
A Máximo
el gobierno lo mantuvo vigilado mucho tiempo las 24 horas del día, por la
sospecha de que pertenecía a los un grupos guerrilleros. Gente vestida de civil
al menos hasta antes del 2000 vigilaba su iglesia. Eso era notorio, porque si
alguien iba a visitar la iglesia, luego en el camino lo abordaban para
preguntarle a que había ido.
Al
padre Máximo han recurrido muchas personalidades que se han encontrado privadas
de la libertad y han encontrado en él un intermediario decidido para traerlos
con vida.
Se le
ha encargado entregar las sumas exigidas para salvar la vida de varios
plagiados. Su acción más famosa es cuando participó como intermediario para
rescatar al presidente de Banamex, Alfredo Harp Helú, se habla que se entregó
un superior a los 188 millones de pesos. Entregó el rescate para salvar a Adán
Quiñones, a Jorge Espinosa Mireles, empresario de Printaform y participó como
intermediario para traer vivo a Marco Antonio Galeana. Entre otros muchos.
Ha
hecho composiciones, es poeta y corridista. Una de las primeras composiciones
que le escuché va así: Ya nos vamos
pasando de Pénjamos/Vamos rumbo a la chingada/ El gobierno sigue matando/Y no
hay quien les diga nada. Por sus muchas composiciones Elijah Wald le dedica
un importante espacio en su libro Narcocorrido.
Un viaje al mundo de la música de las drogas, armas y guerrilleros. Muy
conocido fue su corrido “No se fíen” dedicado a la masacre de Aguas Blancas,
cuya letra dice:
No se fíen
Maximo Gómez Muñoz
Ya me cansé de llorar
Por esto que ha sucedido,
Mandaron a acribillar
A indefensos campesinos.
Bajaban de Atoyaquillo
Y otros de paso real
Los emboscó el gatillo
Del gobierno criminal.
Cerca del río de Coyuca
Donde llaman el vadito
Se monstró más cruel que nunca
Este gobierno maldito.
Ya me cansé de llorar
Por tan triste noticia
Y ahora voy a gritar
Que lo que exijo es justicia.
No se fíen de su palabra
Aunque tengan grandes nombres
Hay muchos que no usan faldas
Pero tampoco son hombres.
De lo que habían prometido
El diecinueve de mayo
Algo les habían cumplido
Y al mes los asesinaron.
Oye hermano campesino
Yo te quieron aconsejar
Vamos cambiando el destino
Asi nos van a acabar.
Tras
el episodio de Aguas Blancas, Gómez Muñoz fue mediador entre el gobierno y la
Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), pero sospechando que el
gobierno quería tenderles una trampa a los líderes campesinos abandonó la
intermediación. Le gusta a ser parodia política, comparar a Herodes con los
políticos actuales. Piensa que el pueblo está en medio de dos lobos, la iglesia
y el gobierno, cuando “un lobo se quiere acercar el otro le gruñe. El problema
está cuando los dos lobos se ponen de acuerdo”.
Cuando
apareció el EPR en el vado de Aguas Blancas, el Padre Máximo que ofició una
misa sui generis estaba ahí, al
llegar los armados encapuchados mientras todos corrían asustados, sin saber de
qué se trataba el padre Máximo se acercó y los felicitó por haberse levantado
en armas. Después les compuso un himno cuyo párrafo que me acuerdo dice: Todos los mexicanos/Que aman de veras la
patria/Es tiempo que digan basta/Con las armas en las manos. Para que a favor
del pueblo/Por fin se cumpla la ley/Aquí está en EPR /A ver quién puede con él.
Cuando
le preguntan si tiene miedo el padre mucho repite esta frase “Mi papá me enseñó
que solamente las gallinas y los guajolotes se mueren en la víspera, porque son
para comérselos en la fiesta. Los hombres se mueren cuando Dios se descuida y
los cabrones se aprovechan”. Porque él no tiene miedo, ni a la represión ni a nada.
El
padre Máximo Gómez Muñoz nació el 11 de mayo de 1932, el rancho El Gilmute
municipio de Tepatitlán Jalisco, fue zapatero y logró estudiar en la
Universidad Gregoriana de Roma, se ordenó sacerdote el 26 de enero de 1966 y
fundó la iglesia del Dios Único en Atoyac el 11 de febrero de 1982.
Es el
séptimo de los 10 hijos de un matrimonio de campesinos, el ahora párroco su infancia
laborando en el campo, sin asistir a la escuela porque su papá decía “nomás los
tarugos tienen que estudiar y mi hijo es bien inteligente”. Por eso cuando
cumplió 10 años de edad, uno de sus hermanos mayores prácticamente se lo robó y
lo llevó a Guadalajara y allá a escondidas lo metió a la escuela, donde cursó
en un año los primeros 3 grados de la primaria. Por ese tiempo un cacique de
Tepatitlán asesinó a su padre, en un descuido de Dios.
Por
sus altas calificaciones, recibió una beca para ingresar al seminario de los
dominicos en Guadalajara, donde completó sus estudios de secundaria,
preparatoria y jugó futbol. Al salir de ahí fue becado para estudiar teología
en la Universidad Gregoriana, de Roma.
Máximo
llegó el día 1 de enero de 1990, acompañado de algunos de los ricos de Atoyac a
solidarizarse con el plantón que los perredistas mantenían en el zócalo,
protestando por el fraude electoral que se dio en las elecciones municipales de
1989. El padre siempre fue solidario, él fue quien le prestó un sombrero de
charro a mi mamá con el que participé en un bailable de Jalisco cuando iba en
quinto año de primaria.
El 21
de junio de 1994, Mario Arturo Acosta Chaparro con el agente de Ministerio
Público de Acapulco Elías Riachi Sandoval y muchos judiciales le registraron la
parroquia en busca de armas, pero no encontraron nada, a pesar de haber buscado
hasta debajo de las piedras.
Fue en
el sepelio de Isidro Molina Sánchez, el guerrillero caído en San Juan de las
Flores en el Panteón de la Libertad, el 24 de febrero de 1999, cuando por
primera vez cantó en público el himno al EPR. Allí pronunció un discurso en el que dijo
“Isidro no se va a enterrar, se va a sembrar, porque no se entierra a los seres
humanos, se siembran y especialmente Isidro, quien debe ser un semillero para
que salgan nuevos Isidros. Nueva gente que en su plena juventud estén
dispuestos a dar la vida por sus hermanos, por todos los oprimidos y los que
padecen injusticias”. “Isidro debe ser un ejemplo para la juventud de ahora,
porque alguien que ya dio la vida por la patria no necesita nada, está con
Dios, porque Dios estará siempre con aquellos que luchan por la verdad y la
justicia”.
En su
parroquia recibió los delegados zapatistas 21 de marzo de 1999, que estuvieron
aquí para promover la consulta por la paz y oficio una misa para despedirlos,
los coordinadores de la consulta por la paz convocada por el EZLN hicieron
llevar la urna para que el padre votara en su templo.
Tuvo
bajo su custodia, los restos de Lucio Cabañas durante un año. Para las exequias
los restos mortales del guerrillero salieron de la parroquia del Dios Único. El
sacerdote rebelde pronunció un discurso al despedir los restos, dijo que pocas
personas como Lucio se merecen el homenaje que se le dio y que le honraba
profundamente que haya sido en su iglesia donde se hayan resguardado los restos
para ese gran día. Y dio a conocer un poema que le dedicó a Lucio.
“No puedo más,
las armas a las manos,
me agobia la opresión
a mis hermanos.
Y la infame tortura de sus
almas.
No puedo más,
la metralla crispó mis manos
por acariciarla andará
conmigo como una hermana,
mientras cruzando por la ruta
sierra.
No puedo más,
como quisiera que en Atoyac,
surgiera un vástago de aquel
pionero,
que defendió con las armas
esta tierra,
Juan Álvarez presente,
¿Te das cuenta padre Juan de
lo que pasa?
El pobre en Atoyac mendiga
casa,
y paga hasta dueño ausente,
y las escuelas por las que han
luchado
con su batalla y su pulso
firme,
saben que ahora el jornalero
oprimen.
Y el habla es cosa para ser
esclavos
y las iglesias de cualquier
creencia,
y ante un árbol de tu vida
diste,
te dedicamos a enlazar
conciencias”.
El
padre siempre está presto para la entrevista, en lo personal he llevado a
muchos periodistas para que lo entrevisten en la estancia que tiene en su
parroquia para recibir visitas. En atrio de la iglesia del Dios Único hay un
expendio de agua donde los que van a comprar se despachan solos y solos se dan
el cambio y nadie roba nada.
Por su
larga trayectoria ayudando a los pobres y como defensor de los derechos humanos
en el Ayuntamiento de Atoyac lo distinguió con la presea “Juan Álvarez al mérito
civil” el 27 de enero del 2010. El padre Máximo cumplió 80 años el pasado 11 de
mayo, sus fieles rezan para que dure muchos años más.
Con mucho pesar les compartimos la triste noticia del fallecimiento del Padre Máximo, la noche de ayer en Guadalajara debido a complicaciones de sus enfermedades. A todos los que como nosotros, su familia, lo conocieron y llegaron a respetarlo, admirarlo y quererlo, les enviamos un sincero abrazo.
ResponderEliminarAtte.
Dr. Máximo Gómez Acevedo.
Dios lo tenga en su gloria y descanse en paz extraordinaria persona que abría el corazón a todos los semejantes preocupandose por encontrar la solución a los problemas que le presentaban con excelente atención, así fue para mi.
ResponderEliminarHombre íntegro, sencillo, humilde, fiel a su apostolado, comprometido con su misión, de gran inteligencia y enorme sensibilidad a los problemas y necesidades de sus feligreses.
ResponderEliminarUn verdadero privilegio haberlo conocido, escuchar sus anécdotas y abrevar de su sabiduría. Seguramente no descansará, en esa dimensión desconocida, seguirá, en espíritu, apoyando y protegiendo a quienes más lo necesitan.
¡Misión cumplida Padre Máximo!
Mi reconocimiento, con respeto y admiración al Dr. Máximo Gomez y a su familia, que con amor y esmero cuidaron de él hasta el final; un abrazo fraterno para ellos.
El padre Máximo Gómez fue un sacerdote y luchador incansable por las causas justas y por lo pobres. Él decía que había llegado a Atoyac siguiendo las huellas de Lucio Cabañas. Queda su comunidad de la Iglesia del Dios único y en nuestra memoria vivirá siempre. Abrazo solidariamente a su familia y a su comunidad.JST
ResponderEliminarGracias padre Máximo por todo lo que diste en vida.Dios te tenga en su santa Gloria.
ResponderEliminarLo conocí era un persona sencilla e inteligente, amable siempre.
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