Víctor Cardona Galindo
El
pasado primero de marzo, se conmemoraron los 101 años del nacimiento de Rosendo
Radilla Pacheco, quien fue desaparecido en un retén militar el 25 de agosto de
1974, a casi 41 años de su desaparición nada se sabe de su paradero y el gobierno
federal no tiene para cuando entregar sus restos.
Él
fue un líder cívico y compositor de corridos. Un hombre que había puesto su
vida al servicio de la comunidad. Ahora es el atoyaquense más conocido en el
mundo porque su caso de desaparición forzada se ha ventilado en tribunales
internacionales. La Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH)
sentenció al gobierno mexicano a resarcir el daño.
Radilla
Pacheco fue presidente municipal de Atoyac, era cafeticultor, ganadero, actor, gestor
público y un magnífico padre de familia, fue hijo de Agustina Pacheco Ramos y
de Felipe Radilla Radilla. Nació el 1º de marzo de 1914, en las Clavellinas una
pequeña comunidad de cinco casas “construidas en medio de muchos árboles de
mango y a un lado del arroyo de agua muy clara”, cuenta Andrea Radilla Martínez
en Voces acalladas (Vidas truncadas)
Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco, el libro que trata sobre su
padre desaparecido.
Se
casó en 1942 con Victoria Martínez Neri. Con quien tuvo 11 hijas y un hijo: Romana,
Andrea, Evelina, Rosa, Tita, Ana María, Agustina, Ma. Del Carmen, Ma. Del
Pilar, Judith, Victoria y Rosendo.
Como
líder campesino formó parte de la mesa
directiva de la Asociación Agrícola Local de Cafeticultores de Atoyac de
Álvarez (constituida el 2 de julio de 1954), fue suplente del presidente Benito
Fierro Fierro y participó en cuantas iniciativas y movimientos se generaron
para mejorar la vida de los campesinos.
Entre
las obras construidas durante la corta gestión de Rosendo Radilla están los
primeros cuatro puestos del mercado municipal, adquirió el primer camión para
el servicio de limpia que hubo en la ciudad. Construyó el cuartel militar que
estaba ubicado en El Calvario. Como líder político fue Secretario General del
Comité Regional Campesino (de 1956 a 1960) desde ese puesto gestionó escuelas
para varios poblados de la Sierra y se hacía cargo de conseguir maestros cuando
hacían falta. Formó parte del Comité Pro construcción del Hospital Rural, hoy
centro de salud de la Parota.
En 1959 don Rosendo Radilla Pacheco fundó la colonia
Manuel Téllez, que en un principio se llamaba colonia Ejidal, pero como no era
ejido, le cambió el nombre por el del líder agrarista Manuel Téllez, quien fue
su padrino y a las calles les impuso el nombre de todos los
revolucionarios de la región que pelearon en el movimiento agrario de 1924.
Además
de la gestión para la construcción de la escuela “Modesto Alarcón”, Rosendo
Radilla participó en la creación de la Escuela Secundaria Federal de Atoyac, la
secundaria técnica de Río Santiago y la primaria Lázaro Cárdenas de Atoyac.
Cuando se estaba construyendo la escuela Modesto Alarcón se montaban obras de
teatro para recabar fondos y Rosendo Radilla se apuntaba como actor, en una
ocasión hizo el papel de cantinero.
En
1965 participó en el Comité Estatal de la Liga Agraria Revolucionaria del Sur
“Emiliano Zapata”, que en ese momento mantenía una alianza con una fracción de
la Central Campesina Independiente.
El caso Rosendo Radilla Pacheco ha causado
una revolución en la legislación mexicana y las modificaciones a las leyes que
ha provocado servirán para que otros casos de desaparición forzada y de
violaciones a los derechos humanos cometidos por militares sean castigados. Las
instancias internacionales han concluido que su caso formó parte de “un patrón
de detenciones, tortura y desapariciones forzadas de personas militantes de la
guerrilla o identificados como simpatizantes”.
La
familia Radilla desplegó una intensa actividad de búsqueda desde que fue desaparecido
y acudieron a diversos foros nacionales e internacionales para denunciar su
desaparición forzada. Andrea escribió el libro Voces Acalladas (Vidas truncadas). Perfil biográfico de Rosendo Radilla
Pacheco, mientras que Tita Radilla Martínez se especializó en la defensa de
los derechos humanos y desde hace muchos años es la vicepresidenta de la
Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos Políticos y Víctimas de las
Violaciones de Derechos Humanos en México (AFADEM) y desde esa trinchera no ha
descansado ningún momento en la exigencia de que el Estado mexicano le entregue
a su padre.
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