Los candidatos del PRD

Víctor Cardona Galindo

En el PRD de Atoyac las cosas están difíciles. Hay un acuerdo entre las corrientes estatales que quien tenga la mayoría de consejeros en los municipios encabezará la planilla a los Ayuntamientos. En Atoyac la corriente Nueva Izquierda-Coduc tiene a la mayoría de los consejeros, seguida del Movimiento Jaguar, lo que quiere decir que la corriente de Sebastián de la Rosa, El Zorry, se llevaría la candidatura de la presidencia municipal y el movimiento Jaguar la sindicatura.

El problema que enfrenta la corriente hegemónica es que tiene dos precandidatos, Rubén Alonso Gómez y Juan Carlos Pérez y ninguno de los dos están dispuestos a declinar por el otro. También en movimiento Jaguar tiene cuando menos dos precandidatos y ninguno es mujer para llenar la sindicatura, lo que quiere decir que se les vendrá otro problema ¿A quien escoger para que vaya ese cargo? Les toca pagar esa cuota por ser la segunda fuerza.

Si fueran más responsables los dos precandidatos que tienen el sartén por el mango, buscarían un tercero en discordia y así posicionar a su partido en mejores condiciones en las elecciones que ya están encima. A mi juicio dos precandidatos podrían sacar al burro de la barranca: Tony Radilla o Yanelly Hernández Martínez o buscar otra opción entre la sociedad atoyaquense.

Si no buscan mejores opciones el PRD jugaría con un joven candidato sin posibilidades de triunfo. Se antepondría la juventud a la experiencia, del que ya todos dan por hecho será el candidato del PRI, Fredy Barrera; a la de Javier Galeana Cadena que será el abanderado del Partido Movimiento Ciudadano y Pablo César Solís que va por Morena.

Aunque de todos los precandidatos perredistas: Rubén Alonso Gómez, Juan Carlos Pérez, Antonio Radilla, Javier Serrano, Paulo Cesar Ramírez, Yanelly Hernández Martínez. Solamente Rubén Alonso y Yanelly tendrían cuestionamientos fuertes, el primero por la forma clientelar con la que hizo su estructura y Yanelly su principal fortaleza, que era su cercanía con Ángel Aguirre, ahora sería su debilidad.

Los demás son políticos frescos que no encontrarían cuestionamientos fuertes. Aunque para muchos, esa frase: "Esta pollo" vendría a afectarles. Pero me pregunto entonces queremos más de lo mismo, nos aferramos a los viejos actores y no damos oportunidad a los nuevos. Considero que las nuevas generaciones de políticos tienen derecho a acertar y a equivocarse, a cometer sus propios errores.

El acusarlo de juventud, es el mismo cuestionamiento le hacen a Noel Pino Pérez que está peleando fuertemente la candidatura en el PRI, como les digo les va hacer una ronchita, porque no para, y hace reuniones en todos los rincones del municipio. De todos estos nuevos políticos, nos preguntamos de donde van a sacar para la campaña, si cuando menos se necesitan 35 mil pesos diarios para solventar los recorridos. Nos hemos acostumbrados a tener políticos que compran la presidencia, como si fuera una franquicia donde se les permite hacer lo que quieran. Acabemos con eso y démosles una oportunidad a todos los nuevos.

Lo único que debemos exigirles, es entrega, responsabilidad y honestidad mucha honestidad, pero también humildad porque nada más llegan al cargo, como doña Blanca, se encierran en sus pilares de oro y plata.

¿Cuándo han visto a un presidente municipal comprando en el marcado? ¿Cuándo han visto a un alcalde dándose baños de pueblo? Se alejan hasta de sus amigos y solamente unos cuantos bufones y aduladores, que no los dejan ver más allá de su círculo, pueden tener acceso a ellos.

El aislamiento de los alcaldes, en parte se explica por la falta de políticas públicas en las administraciones municipales, pero también se debe a que cuando anduvieron en campaña no fueron lo suficientemente objetivos en sus discursos. Se plantearon falsas expectativas y generaron en el electorado esperanzas que nunca llegaron. Por eso ahora debemos exigirles a los políticos objetividad. Que antes de hacer sus discursos para realizar sus campañas, primero hagan una investigación de los recursos que ingresan al municipio, para que no prometan lo que no podrán cumplir.