jueves, 5 de marzo de 2015

Las marchas magisteriales




Víctor Cardona Galindo

Lo que no me gusta de la marchas magisteriales es que gritan: “No somos uno, no somos cien, prensa vendida, cuéntanos bien” y a veces si se pueden contar con facilidad. Esa consigna está fuera de lugar, es de los ochentas, cuando los movimientos disidentes no aparecían en los periódicos. Deben saber los maestros que a partir de los noventas la prensa cambió en Guerrero, ellos han tenido una perfecta cobertura. Les hemos dado mucho espacio.
Marcha del magisterio atoyaquense el 4 de marzo de 2015.
Foto: Marcos Villegas Tecuapa
Ahora el conflicto Magisterial crece, de cuatro estados donde tradicionalmente se da, ha crecido a veinte. Los maestros son el sector más politizado del país y con la represión el gobierno pretende apagar un incendio con gasolina. Que no juegue con fuego.
El actual conflicto no lo hicieron los maestros, lo hizo el gobierno. Durante muchos tiempo se otorgaron plazas al ton ni son, de esa manera los grupos caciquiles, del magisterio, acrecentaban sus clientela política. Los líderes sindicales han amasado grandes fortunas con el comercio laboral en la Secretaría de Educación Pública. También hubo gente que fue detenida por comerciar con plazas de la SEP. A muchos les estafaron su dinero bajo la promesa de conseguirles una plaza de maestro.
Se dieron casos que plazas fueron regalos de boda. Luego se vino que los maestros les podían heredar la plaza a sus hijos, creando una especie de casta magisterial.
En este movimiento la mayoría son luchadores consecuentes, pero también son muchos los usan de pretexto de las movilizaciones para ausentarse de las aulas e irse a sus casas o de parranda. A esos, los cambios que promueve el gobierno los saca de su zona de confort y los asusta, pero no lo suficiente para integrarse consecuentemente a la lucha.
La represión de Acapulco asustó a algunos maestros noveles en estos menesteres. No es para menos ese 24 de febrero la policía federal asesinó al profesor jubilado Claudio Castillo Peña, quien era un maestro integrado a la lucha magisterial desde los años setentas cuando se incorporó al Movimiento Revolucionario del Magisterio, luego al Consejo Central de Lucha y durante mucho tiempo fue un activo de la CETEG.
Ese día la policía federal esperó que se retiraran muchos de los maestros que estaban en el paro y cuando fueron menos cayeron sobre ellos golpeándolos sin piedad. A los que detuvieron los amenazaron con tirarlos al mar “Si desaparecimos 43 que no desaparezcamos a estos pendejos”, dijo un agente federal a los maestros que ya estaban sometidos.
Para defenderse el gobierno acusa a sus mismos compañeros de la muerte del profesor Claudio, asegurando que murió por aplastamiento, como diciendo que los maestros le pasaron por encima al correr, cuando todo mundo dice que lo sacaron de la camioneta donde se encontraba.
Desde que comenzó el movimiento, los maestros han hecho marchas, bloqueado carreteras y han tomado las delegaciones de Finanzas y las delegaciones de la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) en las regiones.
Ayer los maestros calentanos denunciaron que Morena quiere abanderarse con el movimiento, que está utilizando oportunistamente las movilizaciones para hacer propaganda. Aunque no estaría mal que todos los partidos emitieran su posicionamiento en torno al conflicto magisterial.
Los precandidatos de todos los partidos oportunistamente callan, bajo la consideración que los maestros se han ganado el repudio de la sociedad, pero tampoco quieren echárselos de enemigos.
El gobierno responde a los maestros con intimidación, en los retenes los policías preguntan a ciertos transeúntes a que se dedican ¿es usted maestro?, por eso muchos mentores bajaron todo lo que traían en los carros que los identificara con su trabajo. En otros casos la policía motorizada uniformada y a bordo de una patrulla ha ido a preguntar a las escuelas si están trabajando.
Ayer hubo movilizaciones en varias ciudades, incluyendo Atoyac. La protesta fue en demanda de la presentación de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, estabilidad laboral y repudio a la llamada reforma educativa. Hay un paro generalizado que en Atoyac, según información de los maestros la única escuela que está trabajando es la primaria Modesto Modesto Alarcón y tres maestros de la primaria Juan Álvarez, el resto de los tres niveles están en protesta por la exigencia de la estabilidad laboral, necesitan certeza en el pago.

Los maestros han realizado brigadas por las comunidades para pedir el apoyo de los padres de familia y a quienes les explican el motivo de su movimiento. Ahora muchas organizaciones sociales se han sumado a su causa, si las autoridades no resuelven pronto, esto se convertirá en una bola de nieve y luego en avalancha.

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