domingo, 8 de marzo de 2015

Levantamientos recurrentes en la región de Atoyac (Treceava parte)


Víctor Cardona Galindo

En 1971 el Ejército volvió a reprimir a los ejidatarios de Santa Lucía. Perseguía a los campesinos que se oponían a la explotación de madera y a su vez apoyaba a los caciques locales. “Llegaron los Rentería con los soldados a los pueblos y como la gente estaba atemorizada de los guachos porque venían golpeando a todos para sacarles el lugar donde estaban mis hijos, mejor se iban de sus casas. Pero los guachos aprovechaban su huida para perseguirlos”, dijo una de las víctimas a Francisco Gómezjara. En esa incursión en Santa Lucía se metieron sin orden de cateo a las casas y asesinaron a golpes a dos jóvenes campesinos del que se desconocen sus nombres. Los caciques denunciaban como guerrillero a los que se oponían a la tala de madera.
En otro caso, recogido por Gómezjara, detuvieron a dos hermanos el 5 de diciembre (no se especifica de que año) uno de 20 y el otro de 25, “se los llevaron vestidos de militares para que los demás campesinos de los pueblos no los reconocieran. En el camino a la sierra asesinaron a uno a garrotazos… A otro –que era el más chico- lo anduvieron, trayendo por el monte durante 4 días, hasta que lo mataron de un balazo”, cerca de Los Corales. De esa época en esa zona se conocen los casos de: Sabás Ramírez Lorenzana e Isaías Ramírez quienes fueron muertos a tiros por militares, Amado Cruz apareció ahorcado y a Fortino Ramos lo mataron a garrotazos.

La maestra Hilda Flores Solís fue detenida durante la Operación Telaraña acusada de estar vinculada a los secuestros realizados por la gente de Genaro Vázquez Rojas. Foto anexo fotográfico de la Comverdad. 


Mientras el Ejército se movilizaba en todas direcciones para atrapar a los guerrilleros, de pronto el 17 de marzo 1971, el acaudalado doctor Telésforo Andalón Salgado fue secuestrado en su consultorio de Acapulco por dos hombres armados. Los hechos fueron a las 17:10 horas. Lo subieron en su propio automóvil y se lo llevaron por la Calzada Pie de la Cuesta rumbo a la sierra de Atoyac, mientras que su recepcionista, que presenció los hechos, dio aviso a sus hermanos y la policía. Inexplicablemente Andalón fue dejado en libertad horas más tarde, “al convencer a sus raptores de que los ricos son sus hermanos y él es un hombre pobre”, dijo a la prensa llegando a su casa.
El hecho causó confusión porque el doctor Telésforo Andalón era gente de mucho dinero, él y sus hermanos Pedro y Pablo, eran copropietarios de una cadena de ferreterías y madererías.
Dice Wilfrido Fierro: “Al conocido galeno se lo sacaron de su consultorio médico dos individuos disfrazados de hippies y conducido en su mismo coche a la sierra de Atoyac donde fue liberado al no dis­poner del dinero que le pedían los secuestradores. La Policía Judicial del puerto de Acapulco vino en su auxilio logrando encontrarlo libre en la gasolinera Santa Rosa”.
La verdad es que ese día se trataba de secuestrar al doctor José Becerra Luna quien, según la versión de la guerrilla, formaba parte de los ricos de Atoyac, era un acaparador de café y después de la matanza del 18 de mayo de 1967 dio 250 mil pesos al coronel que estaba en el cuartel de Atoyac para que persiguiera a Lucio Cabañas en la sierra.
Para secuestrar a Becerra se hicieron dos intentos, en ambos la Brigada Campesina de Ajusticiamiento fracasó. El primero fue ese el 17 de marzo de 1971. El grupo encargado de conseguir un automóvil para transportar a José Becerra Luna se llevó a Telésforo Andalón como rehén.
Ese día Lucio Cabañas esperaba, en la casa de Arturo Gallegos, mientras sus dos compañeros iban a expropiar un carro para pasar a Atoyac a llevarse retenido al doctor Becerra Luna. “El plan era que Lucio junto con Eugenio y Enrique se encontraran con los compañeros que ya tenían el carro, para ir a secuestrar a Becerra. Pero el punto de encuentro en la carretera, entre ambos equipos, nunca se llevó a cabo y esto provocó que los que tenían prisionero al Dr. Telésforo Andalón lo dejaran ir con todo y coche”.
“Al parecer, los dos compañeros con el carro y el dueño en calidad de rehén se habían adelantado, de tal suerte que pasaron por Atoyac sin siquiera hacer el intento de raptar a Becerra (...) Continuaron camino a la sierra y en punto cercano a San Andrés de la Cruz abandonaron la unidad y soltaron al doctor Andalón, al que le dijeron: –Queda en libertad doctor, ya puede regresar a Acapulco, sólo tiene que encontrar las llaves–, mismas que aventaron a la maleza”, comenta Arturo Gallegos.
“Las autoridades presumen que la pareja de bandoleros pertenece a la banda de Genaro Vázquez Rojas y que se ocultan en la sierra”, publicaba La Prensa el 18 de marzo de 1971.
“Este es el cuarto secuestro que ocurre en el estado de Guerrero, desde que Juan Gallardo Solís, a mediados de 1970, fue secuestrado en San Jerónimo de Juárez. Fue rescatado por cien mil pesos. En diciembre del mismo año, fue secuestrado en Atoyac de Álvarez el gerente del Banco del Sur Donaciano Luna Radilla, cuyos familiares pagaron medio millón de pesos; después de nueve días de permanecer con sus captores, fue liberado. También se registró un fallido secuestro del millonario cafetalero Antonio Fierro, quien con sus familiares se defendió de los presuntos secuestradores y dieron muerte a dos, que iban vestidos de militares”, publicaba Excélsior el 18 de marzo.
Ese mismo día el periódico local Prensa Libre se publicaba una fotografía del profesor Genaro Vázquez Rojas, señalando: “Este es el famoso Genaro Vázquez Rojas a quien se le atribuyen actos delictuosos que están sucediendo con frecuencia en la Región de la Costa Grande”, pero “lo cierto es que el Prof. Vázquez Rojas es ajeno a los asaltos, secuestros, crímenes, su lucha es otra”.
El primero de abril de 1971 el profesor Caritino Maldonado gobernador constitucional de Guerrero rindió su segundo informe de gobierno. En algún momento de su discurso sin mencionar a los guerrilleros que se movían por la sierra dijo que era propósito indeclinable de su gobierno “sostener la armonía  entre los campesinos y mejorar el clima de seguridad en el medio rural”, fue parte de la nota de El Nacional el 3 de abril.
“El 11 de abril guerrilleros de la ACNR, comandados por el profesor Genaro Vázquez Rojas, secuestraron a Agustín Bautista Cabrera. Detuvieron un camión que transportaba café; mientras trasladaban la carga a una camioneta propiedad de Severiano Magaña Flores, la cual iba manejada por su hijo, Pedro Magaña. Los genaristas se llevaron secuestrado a Agustín Bautista  Cabrera”, los informes de la policía reportan también que la semilla fue descargada en el domicilio de Eleuterio Lozano, en el poblado de San Vicente de Jesús.
Se dice que exigían por la vida de Agustín Bautista 250 mil pesos y su familia ofrecía 150 mil, pero como no se concretó la operación, fue pasado por las armas cerca del Río de Santiago.
La ACNR se adjudicó el secuestro mediante un comunicado firmado el 11 de abril de 1971 en el campamento Revolucionario José María Morelos, entre otras cosas dice el texto: “Consecuentes con la línea de lucha trazada por nuestra heroica fuerza dirigente la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria, el Comité Armado de Liberación ‘Emiliano Zapata’ se responsabiliza de la expropiación de 60 quintales de café y del secuestro del Sr. Agustín Bautista, hijo de Jorge Bautista, cacique explotador, perseguidor y asesino de campesinos; guía del ejército y amapolero con apoyo oficial (…) Nuestro acto  es el castigo a la familia Bautista, de El Paraíso, Gro., cuya cabeza, junto con el detenido, son principales responsables de la muerte de los campesinos Jesús Pérez, Lucio Reyes, Máximo Vélez, Severo Pérez, Pedro Guerrero y Alejandro Zimbras”.
Según las conjeturas que hizo la policía política, los escritos enviados a la familia para las negociaciones de la vida de Agustín Bautista fueron escritos por Genaro Vázquez en el lugar denominado Las Trincheras. Los llevaba a la familia Nicandra. Por declaraciones logradas a través de la tortura, la versión oficial concluyó que al no obtenerse el dinero solicitado, Genaro ordenó la muerte del secuestrado, quien fue ejecutado por Trinidad Garay y La Rocola. Posteriormente se dirigieron al lugar denominado Posquelite, cerca del poblado El Quemado, donde cada uno se fue por su lado para que la policía no pudiera capturarlos.
La radio y la televisión informaban, el 17 de abril, que a las 18:55 horas de ese día, murió en un accidente aéreo el profesor Caritino Maldonado Pé­rez gobernador del estado de Guerrero, cuando hacía un vuelo de Ciudad Altamirano a Chilpancingo en el helicóptero XC-GEM propie­dad del gobierno del Estado de México que cayó en la barranca Los Marcos Miraban cerca del poblado de Xochipala. Con él murieron calcinados el capitán aviador Héctor Humano, el presidente del Tribunal de Jus­ticia Carlos F. Urióstegui y el presidente de la cámara de diputados Federico Astudillo. Sus restos fueron velados en el Palacio de Gobierno, donde laboró dos años, 17 días, y posteriormente fue sepultado en el panteón municipal de Chilpancingo.
El 20 de abril a las dos de la tarde Cámara de Diputados se reunió y designó al presidente municipal de Acapulco, al atoyaquense Israel Nogueda Otero, gobernador sustituto de Guerrero quien rindió protesta de ley a las 14:55 horas de ese día.
Mientras Guerrero estrenaba gobernador, en Atoyac el cadáver del Agustín Bau­tista Cabrera fue encontrado en el paso del Río de Santiago de la zona cafetalera. El 22 de abril de 1971, el comisario de Río Santiago Ignacio Yánez López informaba “hoy este día como eso de las seis y media de la mañana tuve conocimiento por el ejidatario C. Severiano Galindo de un cadáver que se encontraba en el lugar denominado La Poza Verde; al recibir la noticia me trasladé al lugar de los hechos para investigar quien era ese cadáver a una vez investigue y resultó ser Agustín Bautista de El Paraíso. Encontrándole en el cráneo de derecha a izquierda una bala calibre 380 que fue la que le quitó la vida”. Traía “pantalón negro, camisa azul, zapatos negros, calcetines color gris, cubierto la cara con paño rojo (…) Dos cartas, una en la cual los agresores justifican el porqué de las decisiones tomadas y otra en la que obligaban al finado a hacerse culpable de algunos muertos y avisaba a sus familiares su sentencia de muerte para el día 21 de abril de 1971 a las 12 de la noche”, dice el acta levantada por Ignacio Yánez López.
Días después el 28 de abril, entre las 9:30 y las 11:00 horas, elementos de Seguridad Pública del Estado, sostuvieron un encuentro a balazos con seis individuos encabezados por J. Trinidad Garay González, donde resultó muerto el policía Jesús  Romero Martínez de 35 años, quien estaba bajo el mando del comandante Pablo Flores Espejo. Los hechos se desarrollaron en las orillas de Santiago de la Unión, zona de la sierra del municipio de Atoyac. También murió el padre de Trinidad Garay González y un hermano ya estaba para estas fechas estaba en manos de la policía.
En la acción, según la policía, se recogieron un rifle 7 mm y uno Cal. 22, sin que se hubiera logrado ninguna detención a pesar de haber identificado entre otras armas un rifle 30 M-2, una escopeta automática Calibre 16 y un rifle 7 milímetros.
Por otra parte, elementos de la misma Dirección de Seguridad Pública del estado detuvieron a Victorio Lozano a quien supuestamente le encontraron el café robado y a Reynold Fierro Navarrete a quien señalaban como cómplice del secuestro y homicidio de Agustín Bautista Cabrera.
Ya para la mañana del 30 de abril arribó a la ciudad de Atoyac el general de ­División Hermenegildo Cuenca Díaz, Secretario de la Defensa Nacional. “Su visita se debe en buscar la solución de apaciguar la región y sobre todo la zona cafetalera donde operan los guerrilleros Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos”, dijo de este momento el cronista Wilfrido Fierro. Cuenca Díaz dejó trabajando en la sierra de Atoyac comandos militares del 32º, 18º, 49º y 50º Batallones que patrullaban la región cafetalera con la intervención de algunos helicópteros.

Al tensarse la situación la Dirección Federal de Seguridad detuvo a Hilda Flores Solís y el gobierno quiso involucrar al presbítero atoyaquense Ángel Martínez como miembro de ACNR, pero la organización lo desmintió inmediatamente. El sacerdote había servido de mediador para entregar el rescate de Donaciano Luna Radilla.

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