lunes, 30 de marzo de 2015

Los precandidatos

Víctor Cardona Galindo
En política se deben tomar en cuenta muchas cosas, principalmente los principios; esos tienen que ver con la sensibilidad y la formación de cada quien, tiene que ver con valores, ética y moral. También con el conocimiento de la historia y de la política.
La política es una actividad de relaciones, por eso es importante saber a qué grupo perteneces, nadie puede hacer política sólo. Esto tiene que ver con la estructura que te respalda hacia arriba y hacia abajo. Tiene que ser en ambas direcciones, es aquí donde entra la lealtad que le tengas a tu grupo y la disciplina que mantengas en tu partido. No se puede hacer política peleándose con la gente.
Decir que ahora voy por el mono, lo único que deja ver es la falta de principios y de formación ideológica. Eso de brincar de partido en partido, es no tener ideología definida, es no saber la diferencia de la gimnasia con la magnesia. Cambiar de partido no es bien visto y muchos menos en el PRI donde la disciplina es la regla de oro.
Tal parece que los nuevos políticos no investigan, no hicieron primero un estudio de posibilidades y se aventaron al ruedo sin conocer las reglas del juego. Ahora, en los dos principales partidos, para hacer política se necesita pertenecer a uno de los grupos grandes, únicamente así estás en la pelea. Lanzarse a la palestra sin contar con fuertes relaciones arriba es construir en el aire. Así están las reglas del juego.
Siempre he dicho que para ganar la presidencia municipal de Atoyac, se necesitan cuando menos cuatro cosas: primero estructura, segundo dinero, tener cuando menos 35 mil pesos diarios para mover gente y la infraestructura de campaña, hablando de los dos partidos que disputarán la presidencia; tercero hay que tener carisma y por último lo que debería ser los más importante, pero no lo es, discurso y proyecto de trabajo. Luego entran otros elementos como son: la tradición y la circunstancia.
La tradición tiene que ver con que aquí hay una costumbre de votar por la izquierda y un hábito arraigado de votar por el PRI, por eso el PAN no ha podido consolidar estructura por más que le ha buscado. Por eso no despegan ni se consolidan los otros partidos.
Pero además la tradición nos dice que no ganan los candidatos del grupo que entregará el gobierno, a lo mejor Dámaso rompe esa tradición, habrá que verlo.  En cuanto a las circunstancias, tienen que ver con que tanto está posicionada la administración municipal y de cómo salgan de unidos o divididos los grupos que apoyen al candidato. En este caso también contará el efecto cascada que puedan provocar los candidatos a gobernadores.
Por eso para saber quién ganará las próximas elecciones habrá que ver hacia donde se están inclinando las estructuras políticas que tradicionalmente se mueven en Atoyac, donde el PRI duro y el PRD duro son únicamente son una pieza de la pirámide a la que tendrán que subir los abanderados. Necesitan más piezas y esas las aportan estructuras sindicales, organizaciones sociales que tienen clientela corporativa, personajes y líderes naturales e incluso algunos religiosos que tienen arraigo entre la gente. Nada es de buenos deseos. Si alguien quiere ganar ya debe tener un estudio de esas estructuras y su arrastre real. Lo otro es construir castillos en el aire.
Creer que la gente “votará por mi únicamente porque se llevan conmigo, porque me conocen”, eso es errado. Los aspirantes de ahora ya debieran saberlo. Incluso en la política no están descartadas las jugadas maestras, como aquella cuando los priístas de la sierra tomaron el Ayuntamiento de Atoyac y dejaron retenido dentro al síndico Elías Salomón Radilla y lo soltaron hasta que Javier Galeana se había registrado como suplente de Celestino Bailón. O aquella que hizo Juan Méndez para acreditarle una militancia de años a Javier Galeana.
A lo largo de los años que llevo de trabajo como reportero, me ha tocado cubrir muchas precampañas. Y luego se detecta donde hay un centro de poder, luego se nota cuando un candidato ya trae poder desde antes que gane la elecciones. Se nota en la gestiones que hace, por la relaciones y por el dinero que maneja. Por la seguridad con la que atiende a la gente, porque a su oficina llegan y entran comisiones grandes. Porque tiene estructura y equipo capacitado. Porque se nota su liderazgo.


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