sábado, 7 de julio de 2018

Elecciones polémicas II


Víctor Cardona Galindo
Alfonso Vázquez Rojas, padre del extinto guerrillero Genaro Vázquez Rojas, fue presidente municipal como canonjía política por los atropellos que sufrió. Él era priista y no comulgó con las ideas de su hijo Genaro, aun así el gobierno lo premió con la presidencia por la muerte del guerrillero. De ese periodo mucho se recuerda aquella frase: “El gobernador me puso para que me ayudara yo, no para que ayudara a la gente”, que pudo ser cierta pero también pudo ser inventada por sus enemigos políticos.
José Luis Ríos Barrientos fue presidente municipal 
de 1984 a 1987 durante su periodo, en nuestro
 municipio, funcionó un orfanato atendido por
 un patronato de damas voluntarias. 
Foto: Cortesía de la familia.  

A don Alfonso a quien apodaban El Burro Prieto nadie lo quería en Atoyac, la gente de izquierda lo tenía como traidor porque no apoyó a su hijo, al contrario, delató algunas de sus relaciones familiares. Los priistas no lo querían porque no era de Atoyac y porque era padre de Genaro Vázquez quien hizo tambalear la hegemonía del tricolor en el estado.
A pesar de lo que se diga, si hubo obras públicas durante el periodo de don Alfonso Vázquez Rojas, se abrieron varias brechas en la sierra y se inauguró la primera biblioteca municipal que se llamó Lázaro Cárdenas del Río y también mandó a fabricar la estatua del general michoacano que todavía está en la Y Griega.
Ladislao Sotelo Bello fue alcalde dos veces, sin mucho problema. José Luis Ríos Barrientos fue uno de los mejores presidentes que ha tenido Atoyac, con él terminó la hegemonía del PRI, fue el último alcalde que no tuvo problemas políticos. En su periodo se acabó la oposición simbólica, porque el siguiente alcalde Apolinar Castro Zamudio fue removido por el gobernador José Francisco Ruiz Massieu quien impuso en su lugar a Alejandro Nogueda Ludwing, con esto el gobernador generó una gran ruptura en el PRI, el grupo afectado por la deposición de Castro Zamudio engrosó, en el municipio, las filas de la Corriente Democrática que a nivel nacional encabezaba Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Aunque también la designación como candidato de José Luis Ríos Barrientos había provocado un movimiento interno que muchos conocen como el Movimiento Coreano. Fue en 1983 cuando un grupo de priistas se indisciplinó y llegó a tomar las instalaciones del PRI, le llamaron el movimiento coreano porque promovía la candidatura de Jaime Coria Gómez. En ese movimiento participó Rubén Ríos Radilla, Margarito Pérez Ocampo, Leónides Martínez Gómez e Ignacio Serrano.
Este movimiento pretendía derrocar el cacicazgo local del PRI que en ese tiempo ejercía José Nogueda Radilla, presidente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Coria encabezó esa inconformidad y con el tiempo esta corriente se fue a conformar el Frente Democrático Nacional en Atoyac.
El 3 de octubre de 1983 renunció a la presidencia municipal Ladislao Sotelo Bello, para lanzar su campaña política como candi­dato a diputado local por el 4º distrito electoral, lo sustituyó en el cargo el síndico procurador Epifanio Hernández Vélez.
Como oposición surgió el Comité de Lucha Popular que el 18 de octubre a las 6:30 de la tarde, llevó a cabo un mitin. Los manifestantes  iniciaron su marcha por la avenida Juan Álvarez Sur, recorriendo las calles de Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y Miguel Hidalgo hasta llegar a la plaza cívica. Los oradores enfocaron su protesta en contra de la carestía de la vida que provocó la administración de José López Portillo.
Estuvo como orador el párroco Má­ximo Gómez, “quien dijo ampliamente –comenta Wilfrido Fierro- que nuestra actual situación se debía a un par de ladrones que dejaron el poder, que todo mundo conoce y que deberían ajusticiarles porque el pueblo no debe de estar pagando deudas que no disfru­tó”. El mitin terminó a las 7:10 de la noche.
A las 18:45 horas del 19 de octubre se realizó la convención mu­nicipal del PRI en el cine Álvarez. En representación del gobernador del estado asistió Arturo Cervantes Delgado. Los tres sectores del partido lanzaron como su candidato a José Luis Ríos Barrientos. Como respuesta, a las 14:00 horas del 23 de octubre, tuvo lugar un mitin de protesta en contra de la imposición y continuismo de José Luis Ríos Barrientos y sus demás regidores. La protesta fue realizada por elementos del PRI que postulaban para la presidencia municipal a Jaime Coria Gómez. La manifestación que partió del centro social Lido recorrió las calles de Nicolás Bravo, Vicente Guerrero y Miguel Hidal­go.
Wilfrido registra como oradores a Octaviano Santiago Dionicio, Juan Tabares de San Juan de Flores y otros de la comunidad de La Pintada, Robertina Ca­bañas y Carlos Solís Martínez, quienes pidieron, al comité nacional del PRI, la anulación de la planilla de Ríos Barrientos y poner en su lugar a Jaime Coria Gómez a quien la clase política local no quería por ser del municipio de Benito Juárez.
En esa coyuntura los grupos de izquierda, el Partido Socialista Unido de México (PSUM) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) se organizaron y lanzaron como candidato a la presidencia a Octaviano Santiago Dionicio. El cómputo realizado el 11 de diciembre quedó de la manera siguiente: el PRI 6 mil 108 votos, el PSUM 648 y el PRT 232 votos.
Cuauhtémoc Cárdenas había estado en esta ciudad el 27 de diciembre de 1980. A las 10 y media de la mañana llegó a la Y Griega acompañando al presidente de la república José López Portillo para develar la estatua de su padre el general Lázaro Cárdenas del Río. Dice el cronista Wilfrido Fierro Armenta que el presidente López Portillo fue conducido a este lugar por un helicóptero especial. En el acto estuvo presente el alcalde de Atoyac Alfonso Váz­quez Rojas y numerosas personas de lugares circunvecinos.
El 26 de marzo de 1988 Cuauhtémoc Cárdenas volvió Atoyac, pero ésta vez como líder de la oposición más poderosa que haya enfrentado el régimen priista. La nota de Hermenegildo Castro se publicó en la página 13 de  La jornada del 27 de marzo de 1988.En Atoyac, cuna del movimiento guerrillero de Lucio Cabañas y de un activo movimiento de izquierda, Cárdenas llegó caminando desde la entrada del pueblo y a la mitad del camino se encontró con la vigilancia de los soldados. Eran jóvenes del 49 Batallón de Infantería, que se quedaron pegados a la pared. Amartillaron sus fusiles automáticos que, según los conocedores, eran G-3. No hubo ninguna provocación y la tención inicial se disipó. Los uniformados continuaron su camino hacia el cuartel del 49 Batallón de Infantería.
Ahí el candidato del FDN fue recibido con la plaza llena. Una plaza chica, para 2 mil personas bien apretaditas. Había tres banderas del PPS y el resto del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional; ni una del PARM, que tampoco trae propagandistas. Era una muestra de que la unidad entre los partidos del FDN no es cabal.
En la colonia Cuauhtémoc, los organizadores indican a los enviados que van delante de la comitiva; ‘La gente está desesperada en la Y Griega’, y es que para esa hora, una de la tarde, los tiempos del recorrido llevan casi 120 minutos de retraso.
A la sombra de un tamarindo los habitantes le exponen la larga lista de problemas; ‘Falta de agua y trabajo, salario de 5 mil pesos diarios (de los viejos pesos) en una zona pegada al centro turístico de Acapulco, donde una habitación cuesta 300 mil pesos’.
En el cruce de caminos, conocido como La Y Griega encontramos personas que estaban esperando desde las 11 de la mañana y ya son las 3 de la tarde. Hace un calor intenso que se convierte en sudor escurriendo en caras y cuerpos de la comitiva. El candidato deposita un ofrenda floral y monta una guardia de honor en la estatua de su padre, el general Lázaro Cárdenas, que inauguró junto con López Portillo cuando eran gobernador y presidente y el todavía no respiraba el aire que sopla en la oposición.
De ahí se trasladó a Atoyac, la cuna de la guerrilla de los setentas y pronuncio un discurso sobre los dos proyectos de gobierno que ha hablado y manifestó que es necesario un reagrupamiento de fuerzas democráticas para cambiar la correlación de fuerzas, pues el gobierno tiene recursos para oponerse al avance de la democracia”.
De los recuerdos que existen de esa visita, entre los viejos militantes, es que comieron en las inmediaciones del rancho de Los Coyotes y que en esta comida estuvo Ángel Navarrete Reséndiz que después traicionó. Cárdenas hizo guardia de honor al monumento a su padre. Rubén Ríos condujo ese evento y que Miguel Arroche Parra se molestó porque no lo mencionó.
Cárdenas llegó tarde porque lo bajaron en todos los pueblos de Atoyac desde que entró a la colonia Vicente Guerrero, la gente se atravesaba y no lo dejaban pasar hasta que se bajaba. Cárdenas estuvo en el Zócalo, en una plaza repleta. Este cronista tenía 17 años y se limitó a observar todo de arriba de un árbol de la plaza Morelos donde se desarrolló el mitin.  
En las elecciones de 6 de julio de 1988, Cárdenas ganó las elecciones en El Ticuí, Corral Falso, Zacualpan, en La Remonta el PRI sacó cinco votos y en San Francisco de Tibor nueve. Eran los tiempos del estrellato de nuestro amigo Antonio de la Cruz como operador electoral del PRI, se trajo las urnas de Mexcaltepec y los cardenistas lo siguieron hasta Tecpan.
El 5 de mayo de 1989 Cárdenas llamó a la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y en diciembre de ese año jugó por primera vez. El PRI dejó de tener elecciones tranquilas y comenzó a enfrentar a una oposición real con mucha capacidad de respuesta. Esas elecciones, que el PRI fue representado por Pedro Magaña Ruíz, fueron muy polémicas y reñidas, las concentraciones del PRD en las comunidades eran multitudinarias, había efervescencia y a la hora de los cómputos Octaviano Roque Ruíz candidato del sol azteca perdió las elecciones. Nadie dio crédito al resultado, por eso los perredistas se organizaron e instalaron un plantón frente al Consejo Electoral que tenía sus oficinas en la calle Aquiles Serdán. La gente se armó con garrotes y montó guardias fuera de las instalaciones electorales para evitar que se llevaran las urnas. Pero el 11 de diciembre de 1989, en la madrugada, fueron desalojados violentamente por la policía antimotines hubo muchos perredistas y policías heridos.
Los perredistas hicieron una marcha hacia las oficinas de Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH), donde se decía que se planeó el fraude electoral. Luego instalaron un plantón en el zócalo y tomaron el Ayuntamiento. Con la presencia de una mayoría de comisarios nombraron presidente municipal de la Comuna Popular Revolucionaria a Octaviano Roque Ruíz y como síndico a Jesús Valdez Lucena, mientras tanto Pedro Magaña Ruíz instaló el Ayuntamiento en una casa particular. El movimiento se mantuvo hasta el 12 de marzo de 1990, cuando para calmar los ánimos, mediante un acuerdo político, se formó un consejo municipal presidido por Jaime Coria Gómez y Amadeo Valdez Rayo como síndico procurador. Mientras Pedro Magaña fue postulado como candidato a diputado federal suplente y después llegó a ser diputado local.
Pero en 1991 el Congreso del Estado depuso a Jaime Coria Gómez como alcalde e instaló a Evodio Argüello de León alcalde y a Carlos Solís como síndico, por eso el PRD volvió a tomar el Ayuntamiento y el 18 de junio fueron brutalmente desalojados y los manifestantes llevados prisioneros al Centro de Readaptación Social de Acapulco. Ese día también fue detenido en la calle principal de la ciudad Mario Valdez Lucena, quien después fue liberado junto con los demás por la presión política que se estaba ejerciendo.
Para las elecciones de 1993, el PRI lanzó como candidato a Juan Méndez Mejía y los Barbones como se les dio por llamar al grupo hegemónico del PRD, a propuesta de Mario Valdez invitó a la presidenta de la cooperativa La Pintada para que fuera abanderada de ese partido y María de la Luz Núñez Ramos gobernó Atoyac de 1993 a 1996, luego fue diputada local y legisladora federal.
En la elección de 1996, el PRD lanzó como candidato al líder de la Coalición de Ejidos, Zohelio Jaime Chávez y el PRI a Javier Galeana Cadena a quien los números favorecieron en las elecciones y los comicios estuvieron cargados de irregularidades y de agresiones. El 15 de septiembre de 1996 intentaron asesinar al regidor perredista Mario Valdez Lucena en El Paraíso. El PRD volvió a tomar el Ayuntamiento, pero después de un tiempo lo entregaron a Galeana, quien gobernó un accidentado trienio por la presencia de la nueva guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR) y por los conflictos sociales que se provocaron en El Cucuyachi, Cacalutla y Agua Fría, además de la fuerte oposición que ejercía su síndico procurador José Elías Salomón Radilla.

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