sábado, 21 de febrero de 2015

Política sin convicción


Víctor Cardona Galindo

Por ahí dicen que cuando el barco comienza hacer agua, las primeras que saltan son las ratas. Eso viene a colación por dos comentarios que he leído. René Bejarano dice que el PRD está en liquidación y va directo al barranco, Marcelo Ebrard comenta que los espacios para él en el PRD se han terminado. Los dos son “blancas palomitas”, el primero hasta las ligas se llevó de los maletines con dinero que le dio Carlos Ahumada y el otro le está dando duro el escándalo de la línea 12 del Metro. Pues las cosas no le salieron muy bien cuando fue Jefe de Gobierno de una de las ciudades más pobladas del mundo.
El PRD es un partido de sorpresas. Siempre se ha visto que de los partidos se salen aquellos que no tienen oportunidades en ellos, pero del PRD se salen todos aquellos que han mamado bien del presupuesto o han tenido las mejores oportunidades. El caso más visible es el de Andrés Manuel López Obrador que fue dos veces candidato a la presidencia de la República. No me explico que cargo más importante le negaron los perredistas para que se saliera a formar Morena. Obrador culpó a Los Chuchos de su salida, pero Los Chuchos lo dejaron ser candidato dos veces y además jefe de gobierno del Distrito Federal.
Por eso los caminos de la política no siempre son muy claros. En estos tiempos vemos que los que ya fueron diputados o presidentes municipales por un partido, ahora quieren ser por el otro, como si quisieran acumular colores en su curriculum vitae. En Atoyac estamos viendo que quien ya fue regidor por el Movimiento Ciudadano ahora quiere ser por el Verde. O que uno que tenía muchas posibilidades de ser por el PRD ahora quiere mejor por Morena.
Hace unos días Salvador Ruiz Fierrro, Chavita Ruiz, entrevistó al polémico empresario Melchor Brito García, para su página web y al preguntarle su opinión sobre la política. Melchor le contestó: “Está prostituida… En la coyuntura actual, por ejemplo, la selección de los candidatos es una porquería… (Ganará) El que mienta más y logre convencer a la gente, el que entregue más dádivas”. Claro que comentó esto, entre otras cosas, con el sarcasmo que lo caracteriza y con sus críticas candentes hacia la izquierda sectaria.
Es difícil no estar de acuerdo con Melchor, porque efectivamente la gente ya se acostumbró a recibir dádivas a cambio del voto. Pero también las estructuras políticas se han construido a base de la compra de conciencias. En la política se acabó la convicción, todos van a ver que les dan. Es común oír: “el candidato que me venga a ver va a ser mediante compromisos claros”, pero esos compromisos no son en bien de la colectividad, son compromisos personales. Es raro aquel ciudadano que está pensando en su comunidad. La mayoría condiciona el apoyo a un empleo para sus hijos o una plaza para ellos o buscan comprar alguna influencia en el siguiente gobierno.
Los candidatos no hacen campaña con ideas, la hacen repartiendo despensas, pacas de cartón o medicinas y como dije antes la estructura política se construye prometiendo plazas. Pero lo que es peor los candidatos no compiten con la idea de servir, lo hacen por los altos salarios que adquieren y por los negocios que se hacen al amparo del poder.
Es una situación muy lamentable, porque luego tenemos presidentes municipales que tienen más compromisos con las constructoras que los apoyaron con dinero para comprar conciencias, que con los ciudadanos que fueron con sus credenciales de elector a la casilla para elegirlo.

Hoy el día, hasta los taxistas se pusieron “truchas” y les cobran a los precandidatos por pegar sus calcomanías en los vehículos “es publicidad ambulante”, dicen, cuando antes podíamos medir la simpatía de los aspirantes por la cantidad de propaganda que traían los vehículos. Si se colocaba el anuncio era por convicción. Ahora es por 500 pesos al mes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario