sábado, 28 de febrero de 2015

Guerrilla simbólica


Víctor Cardona Galindo

En México existe una guerrilla que desde el año 2000 está desmovilizada. Con el triunfo del Partido Acción Nacional (PAN) y con la llegada a la presidencia de la República de Vicente Fox, muchos pensaron que se podía transformar el poder por la vía electoral, por eso el discurso guerrillero perdió vigencia. De ahí la guerrilla entró en un proceso de hibernación en el cual lleva casi 15 años. Lo que tenemos ahora una guerrilla pasiva esperando mejores momentos para su discurso. Esa presencia guerrillera se manifiesta principalmente por medio de los comunicados políticos y las presentaciones mediáticas que han llevado a efecto, diversos grupos, en algunas partes de Guerrero.
Ahora no hay ninguna actividad guerrillera, ni siquiera circulan los órganos de difusión de esos grupos. Por ejemplo a fines de los ochentas y principios de los noventas circulaba de manera clandestina El Proletario, un pequeño panfleto del Procup-Pdlp. Lo tiraban debajo de las puertas por las noches y a algunos periodistas nos llegaba por correo. Pero esa actividad de propaganda desde hace tiempo dejó de estar presente.  
El gobierno está usando esa presencia simbólica de la guerrilla para justificar la represión. Últimamente alguna instancia del gobierno filtró a los medios comunicación que los dirigentes de algunos movimientos reivindicatorios y defensores de los derechos humanos están ligados a células guerrilleras, como diciendo “mira no hay tal violaciones a los derechos humanos, no hay tal injusticia lo que pasa es que hay grupos perversos que quieren causar revueltas en el país, sin ningún motivo”.
Por ejemplo se publicó que a los sacerdotes de Tlapa, Mario Reynaldo Campos Hernández y Hugo Melitón Santillán Cantú son investigados por el gobierno desde hace 15 años por sus nexos con la guerrilla. Antes ya se había relacionado, con grupos subversivos, a otros luchadores sociales como Bertoldo Martínez Cruz, Omar Garibay Guerra y Ubaldo Segura Pantoja. Considero que con estas filtraciones se pretende descalificar el trabajo de la CETEG pero también a los legítimos movimientos de las policías comunitarias que han  ido proliferando en Guerrero.
Aunque el gobierno es el principal promotor de los movimientos armados. Con la apuesta al olvido de los delitos del pasado, todavía no se ha resarcido las heridas causadas durante el periodo de la Guerra Sucia. No se sabe qué pasará con las recomendaciones y los resultados de la investigación de la Comisión de la verdad del estado de Guerrero, que ya fueron entregados a las instancias correspondientes.
¿A que le apuesta el gobierno al reprimir a los maestros cuando todos sabemos que sus demandas son justas?
En este país cuando se realiza una manifestación, los primeros que llegan a lugar de la protesta, son los miembros de la logística de represión e intimidación: agentes de gobernación, inteligencia militar y policías vestidos de civil. Después la policía uniformada. No llegan primero los funcionarios que puedan resolver las demandas de los manifestantes. No se ataca de raíz el problema, se quiere apagar con gasolina cuando está el fuego encendido.
Después de lo acontecido en Acapulco no faltaran dos o tres que se radicalicen. La impotencia les hará convencerse que el gobierno sólo entiende a chingadazos. Y más que en las redes sociales circulan imágenes que realmente indignan. Considero que la acción de Acapulco, llevará a otras y luego a otra operación represiva. Hasta disolver el movimiento y dejar a unos poquitos radicalizados exigiendo sus demandas, con acciones más incendiarias.

Por eso esas filtraciones, que los líderes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, promotores de la policía comunitaria y los defensores de los derechos humanos están coludidos con células guerrilleras, buscan justificar la represión hacia el movimiento social.

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