El poeta y líder político
Crispín Ocampo Bello nació en Corral Falso municipio de Atoyac, el 25 de
octubre de 1902, falleció de un infarto en la Ciudad de México a los 79 años y está sepultado en el panteón de
Dolores. Fue fundador del ejido de
Corral Falso en 1931 y comisariado ejidal por más de 15 años, entró en 1934 y
dejó el cargo hasta 1949.
Fue un cacique muy poderoso, porque además era
comandante de la Reservas Rurales desde Petatlán hasta Pie de la Cuesta. Fue
suplente del líder agrario Feliciano Radilla, por eso llegó a ser diputado
federal por la Costa Grande y diputado local por el IX
Distrito en la XXXIV legislatura del estado.
Crispín
nació en Corral Falso pero sus raíces fueron de Técpan y Santa María. Era hijo
de Pedro Ocampo Sevilla de Corral Falso y de Francisca Bello Radilla de Técpan
de Galeana. Tuvo como hermanos a: Regino, Petra, Librado, Prócoro, Elena, Paula
y Bartolomé. Comenzó sus andanzas políticas muy joven, en 1922 fue comisario de
Corral Falso por primera vez.
Se
casó en los Estados Unidos con la señora Severiana González, al enviudar, su
segundo matrimonio fue con Josefina Pinzón Salas del Primer Arenal con ella
procreó a: Crispín, Rosa y Gloria, ésta última vive en la ciudad de México. Las
hijas de su primer matrimonio: María de los Ángeles y Elena Ocampo González
viven en San Diego California.
Crispín
era alegre y buen músico compuso una canción titulada: “Arroz con pezcao” y le
trovó un hermoso poema a Técpan de Galeana. Incluso llegó a grabar un disco.
Era gordo, blanco y muy preparado. Militó en el Partido Comunista Mexicano,
incluso recibía revistas de la Unión Soviética, pero más tarde se cambió al
PRI. Trabajó muchos años en la Ciudad de México en la central campesina de ese
partido. Crispín expropió más de 100 hectáreas de tierras a la familia Nogueda
y las repartió de una hectárea a quien no tenía parcela.
Su
casa de la Ciudad de México era donde llegaba la gente que iba a curarse. Al
principio trabajó muy bien e hizo obras para el pueblo, pero su gente se le
salió de control y formó la banda conocida como Los Pachucos, que hizo mucho
daño en los alrededores. Sólo escuchar el nombre de la banda causaban terror.
Crispín
imponía a los comisarios municipales que quería, controlaba el correo, el
telégrafo y el teléfono que se instaló en 1940 en esa comunidad. En Corral
Falso se tenía la creencia que cuando Crispín Ocampo salía a tocar el violín al
corredor de su casa, ubicada en la calle principal, era una orden para que Los
Pachucos salieran a matar.
Cuando
tocaba vinuetes, se escuchaba en todo el pueblo y la gente comentaba con
asombro: ¿Quién se irá a morir?
De
acuerdo con los datos de Marcial Calderón Godoy, don Crispín Ocampo era de tez
blanca, cabello ondulado, ojos cafés claros; de 1.78 metros de estatura,
fornido; sobresalía entre la gente costeña por su buen porte que, al decir de
los que lo conocieron y trataron, parecía un gringo. Usaba chamarra, chaquetín
y botas tipo militar… el overol (overall) clásico en los trabajadores obreros y
agrícolas estadounidenses; fue autodidacta. A pesar de las limitaciones
educativas de su época, cultivó la poesía y la música, aprendiendo a tocar
varios instrumentos musicales como el acordeón, la guitarra, el violín y la
mandolina.
Fue
amigo de otros líderes agraristas como Florentino Gallardo de Zacualpan,
Gregorio Sarabia de El Humo, los Zamora de Hacienda de Cabañas. Estaba
emparentado con los Cabañas de San Vicente de Benítez, la señora Pascuala
Ocampo Ríos esposa del coronel agrarista Pedro Cabañas Macedo era su prima.
Fue
a principios de 1937 cuando se organizó el Noveno Batallón del cuerpo de Defensas
Rurales (Reservistas), por el mayor del Ejército Alberto Orbe Domínguez quien
nombró comandante de la primera compañía a Toribio Gómez Pino y días más tarde
el general Joaquín de la Peña nombraría a Crispín Ocampo comandante de la
segunda compañía.
Un
hecho muy sonado fue el pleito que sostuvieron los líderes Reservistas contra
la familia Cortés de Cacalutla. Se dice que Raymundo, Agripino, Francisco e
Isidro Cortés querían deshacer la colonia agrícola Juan R. Escudero y formar una
defensa armada que actuara a su favor.
Al
salir electo como presidente municipal de Atoyac Isidro Cortés García, quien
tomó posesión el primero de enero de 1937, Crispín Ocampo y Toribio Gómez se
unieron con el comercio local y llevaron a cabo un mitin frente a la casa del
profesor Modesto Alarcón, acto que estuvo dirigido por Canuto Nogueda Radilla.
“Los manifestantes intentaban poner a Rosendo Galeana Lluck como presidente
municipal”, dice Wilfrido Fierro Armenta en la Monografía de Atoyac. No
lograron su objetivo Isidro Cortés siguió en la alcaldía.
El
3 de abril de 1937 la policía de Cortés asesinó a Arnulfo Vargas comandante de las
reservas rurales. Debido a este hecho los jefes reservistas Toribio Gómez y
Crispín Ocampo se movilizaron para poner sitio al Palacio Municipal, pero el
Ejército intervino salvando al presidente municipal, después el gobernador lo
destituyó nombrando en su lugar a Feliciano Fierro.
Isidro
Cortés García al ser depuesto fue detenido en el Palacio Municipal por fuerzas
federales después de ser balaceado por fuerzas reservistas en la sierra en
abril de 1937. El gobierno del estado argumentó que lo depuso por haber
cometido delitos del orden común.
Con
la deposición del presidente las cosas no terminaron. Las intrigas continuaron
por eso el 7 de junio de 1938 los reservistas al mando de Toribio Gómez y
Crispín Ocampo atacaron en Cacalutla a la familia Cortés donde murieron
Raymundo, Francisco y Antonio Cortés García.
Doña
Ceferina Pino recordaba que los reservistas de Toribio Gómez se unieron con los
de Tenexpa, Nuxco y El Quemado para atacar a Isidro Cortés en Cacalutla. “Las
casas de ese pueblo eran de palapa y murieron en ese ataque Mundo, Celerino y
Francisco. Isidro Cortés se salió vestido de mujer. Culparon de los hechos al
líder agrarista Feliciano Radilla por eso tuvo que salir a la ciudad de México
después del ataque”.
Crispín
Ocampo fue revolucionario agrarista, peleó al lado de Valente de la Cruz Alamar
y de Feliciano Radilla Ruiz por eso al convertirse en diputado federal, este
último, se lo llevó como suplente.
Cuando Feliciano era candidato a
senador fue asesinado, el 8 de febrero de 1940, por el sicario Antonio Nogueda,
en el hotel México, de la ciudad de Chilpancingo. El asesino actúo por órdenes
del gobernador Alberto F. Berber, quien estaba a favor de los terratenientes y
era enemigo declarado del agrarismo.
Al
morir Feliciano, Crispín Ocampo fue diputado federal. Los Nogueda también se la
tenían sentenciada a Crispín porque repartió las tierras del general Santiago
Nogueda Radilla, él mismo se quedó con una parte de esas tierras, con la huerta
del general. Las cosas fueron a la brava. Perfecto Nogueda tenía un
destacamento de soldados en su casa, la gente de Crispín los atacó y le mató
tres soldados. Entonces se vino el reparto de tierra.
Crispín
Ocampo era muy amigo de Elio Ceja el jefe de correos en Atoyac. Tenía una gran
amistad con Nabor Ojeda Caballero y con el difunto gobernador Caritino
Maldonado Pérez.
En
los tiempos de Crispín cuando alguien quería vivir en Corral Falso se les
investigaba y se llamaba a una asamblea. El cacique tuvo la idea de alinear al
pueblo. A los que estaban atravesados les quitaba las casitas y les daba
terrenos en la parte de atrás. Tenía muchos enemigos, pero también mucha gente
que lo quería.
Fue
un maestro para sus hijos y para sus sobrinos, a quienes les decía que
saludaran a todos y sin importar que la gente nos les hablara, ellos deberían
ser amables. “A mal tiempo buena cara”. Dejen que les digan.
“En
Atoyac era oficial del registro civil Gregorio Sarabia, cuando un hombre llegó
y en el escritorio colocó una pistola súper que se veía azul. Traía una camisa
guayabera manga larga blanquísima. Era Crispín Ocampo el hombre fuerte del
bajo”, así los recodaba don Alberto Nava.
Marcial
Calderón Godoy, escribió un texto que le denominó: “El cuche del gobierno”.
“Por
el año de 1945, siendo el presidente de México el General Manuel Ávila Camacho,
según lo que me narraron o relataron los señores Donaciano Patiño y Bartolomé
Calderón Godoy, respetables ciudadanos de esta localidad, el comisario ejidal,
Don Crispín B. Ocampo, convocó a los ejidatarios de Corral Falso a una asamblea
general, para tratar entre otros asuntos del orden del día, la donación por
parte del gobierno federal, de un ejemplar porcino para el mejoramiento de la
cría de cerdos para la comunidad haciendo que el pueblo se comprometiera en su
manutención y cuidado, siendo aceptada por la mayoría de los asistentes. Narran
estas personas que el puerco en cuestión era grande, impresionante por su
estatura y corpulencia de la raza “jersey” de un color rosado. Así que a éste
marrano lo cuidaba y atendía el propietario de la marrana con la que se quería
mejorar su cría, y así sucesivamente, a este porcino la gente lo conocía como
“el cuche del gobierno”, pues cuando éste quería comer, la gente que tenía en
la calle asoleando coco se lo daba para que comiera, en ocasiones entraba a las
casas y derribaba el tambo del nixcome, nadie podía correrlo o ahuyentarlo so
pena de que alguien lo denunciará con las autoridades de pueblo, por eso mejor
lo dejaban que comiera hasta saciarse y así evitarse los problemas que tendrían
que enfrentarse en caso de un maltrato al llamado Cuche del gobierno.
Hubo
personas que se turnaron tantas veces que puede ser que en la actualidad aún se
puedan conservar algunos ejemplares en Corral Falso, Boca de Arroyo y el
Cerrito”.