Víctor Cardona Galindo
De pronto la ciudad de Atoyac se vio invadida por
coloridos dibujos raros llamados graffitis,
unos comics bien elaborados con
mensajes de izquierda, otros eran sólo iniciales y nombres con letras
distorsionadas y se multiplicaron los murales. Se comenzó a construir un código
difícil de entender para la mayoría de la gente.
Hubo quien se comenzó a espantar, ¿quiénes serán esos
mensajeros del diablo que pintan por toda la ciudad? Pero no es así, el graffiti es un arte y los que pintan son
jóvenes que estudian, son responsables y quieren una sociedad mejor.
Graffiti dedicado a los desparecidos políticos. Estaba en la casa de la cultura pero fue borrado. Foto: Víctor Cardona Galindo |
Es importante que se sepa que es una actividad que no
se realiza por dinero. Para ser graffitero
se necesita talento, dedicación y preparación. Los graffiteros son artistas urbanos y existen categorías: están los
que sólo hacen tags, que es la firma
del que los elabora; los que forman bombas,
que son letras gruesas; los que crean piezas con una imagen o caricatura, los
que hacen un mural, son los más avanzados por que dominan diferentes técnicas.
¿Ha visto usted el graffiti
que está en la esquina de la calle
Corregidora con Benito Juárez?, es un
mural hecho utilizando la técnica de aerosol, que presenta la imagen de
Emiliano Zapata, símbolo de la Revolución Mexicana, junto a la imagen del Ché Guevara, ícono de la revolución
internacionalista, con las siguientes leyendas: “La unidad popular es la que
puede hacer el verdadero cambio”, “Tierra y Libertad”, “Hasta la victoria
siempre”. Por la calle Reforma, cerca del arroyo Cohetero, hay otro graffiti con estilo salvaje que dice “Entiendan ellos quieren expresarse”.
Cuauhtémoc Contreras, El Mors e Ismael Galeana Pino,
Merik, son dos de los exponentes del graffiti
en Atoyac y encabezan un grupo importante de jóvenes dedicados a este arte.
Para Cuauhtémoc Contreras el graffiti es una forma de escribir y de pensar, aquí en Atoyac el graffiti fue tomado como una forma de
expresión política y de concientización. Este arte nace en Nueva York en los
sesentas y los inmigrantes lo trajeron a la ciudad de México de donde pasó a
nuestra ciudad cafetalera.
Para muchos es una forma de dejar su firma, como una
manera de marcar su presencia, ese es el tag,
pero también se pitan bombas unas letras
estilizadas llenas de color. Otros estilos son la elaboración de piezas que es
una imagen o caricatura y se practica el muralismo mixto combinando técnicas
como el aerógrafo, aerosol y el pincel. Estos cubren toda la pared y son los
más avanzados.
El Mors narra que al principio no les prestaban las
bardas, había que rogarle a la gente, pintaban solo sus firmas; Mors, Ciper,
JNK, RSK y otras piezas. Le dicen piezas a una extensión, “son las partes que
les metes a los graffitis que no son letras”.
Otros estilos son: el 3D, las Bombas, las Burbujas y Wild Style.
En el callejón Ignacio Manuel Altamirano estaba un graffiti en aerosol de la imagen de
Ricardo Flores Magón con un tag que
dice Boser, la leyenda: “La lucha continúa… Regeneración”. Este mural fue
cambiado por una pieza tipo 3D y una leyenda que dice “Dejar de luchar es
empezar a morir”, firma FR4.
Atrás de la casa de la cultura en la calle Aquiles
Serdán, pintaron una anguila-submarino, la hicieron con Montana una pintura
española especial para el graffiti,
este mural lo firma el Mugre Crew, uno
de los grupos de graffiteros que vinieron en el 2010 al encuentro de “Expresión
urbana”, esa anguila refleja un estilo propio del grupo que la pintó.
Durante mucho tiempo atrás de la casa de la cultura
antes de que pintaran la anguila, estuvo la imagen de Lucio Cabañas pintado por
el “Peke” y la de un Guerrero Jaguar que hizo un graffitero mexiquense muy famoso que firma como “Humo”, las letras
eran de otro graffitero llamado
“Mibe”. Hay actualmente al interior del Centro Cultural Atoyac un mural hecho
con técnica de aerosol que hizo “Humo” dedicado a los desaparecidos y a la
tradición de lucha de Atoyac.
Los graffiteros
desarrollan juicios estéticos de vida que crean una identidad como “El Ymen”
que vino a pintar a esta ciudad en abril del 2011, donde dejó marcado su estilo
atrás de la barda de la escuela secundaria número 14. En Acapulco es fácil
identificar un graffiti de “El Ymen”
por la visión que tiene de la naturaleza.
En la jerga graffitera
es común el uso de términos en inglés, lo que pone patente el origen del
movimiento. Por eso el tag, es una
firma simple; la bomb, letras
inmensas en dos dimensiones; wildstyle,
letras con diseño intrincado; 3D,
letras tridimensionales; hot line,
línea luminosa que bordea las letras; In
line, línea dentro de las figuras.
En Atoyac otras generaciones de graffiteros fueron los
llamados: “Célula”, “Solo Carnales” o “Solo Célula”, luego vinieron “Los
Guerreros”, que se transformaron en “Juntos No Caemos”, más tarde FR2 y ahora
son FR4- SK8 porque se unieron con los skates.
“Hubo
otros grupos que surgieron pero no tuvieron trascendencia, porque vieron al graffiti como una moda y no como un
arte. Ahora se busca hacer calidad y no cantidad. Se busca comunicar a la
sociedad cosas positivas”. Aunque hay que destacar dice El Mors que hay niños
que rayan casas sin sentido, eso afecta a los graffiteros profesionales porque ellos ya se han ganado un respeto.
Antes
la policía los molestaba. A cada rato llegaban patrullas a preguntar si tenían
permiso de pintar. Los querían subir a la patrulla, como sucede en Acapulco y
en Chilpancingo donde los agarran, los llevan a barandillas y los multan.
Aunque también hay que remarcar que el graffiti
surgió como protesta en contra del sistema, se rayaba en edificios públicos y
empresas influyentes del capital.
Para
ir mejorando la técnica hay que ir pasando de Tagger hasta ser writer,
y de escritor pasar a muralista. Es todo un engranaje en el oficio comenta El
Mors y hay que entenderlo, porque antes decían que era delincuencia y que era
del diablo. Eso es normal porque mucha gente siempre va estar en contra de lo
que es innovador. El tagger o graffitero hace del graffiti su modo de vida.
En
Atoyac los graffiteros participan en
la política. Todos los graffitis que
aquí hay son de protesta y propuesta, porque los chavos quieren ver que su
entorno cambie. Por eso el FR4-BS-SK8 se ha organizado para hacer actividades,
limpiaron la cascada que está rumbo al Nanchal y pusieron letreros de no tirar
basura. En el río hicieron una faena para retirar el plástico. Todo para hacer
conciencia en la gente que hay cosas que deben cambiar.
Concluimos que el graffiti es un movimiento
cultural diverso, constructivo y transgresor a la vez. Está relacionado con
otras expresiones del arte urbano el hip-hop, Break Dance, el skateboarding
de las patinetas y con una peculiar forma
de vestir. Tiene elementos de protesta estética y de voluntad artística. Y en
Atoyac una particular organización para que el futuro sea mejor.
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