Víctor
Cardona Galindo
En mi
ciudad las motocicletas y las motonetas se convirtieron en un lastre y ya son
un problema de salud pública. Durante el 2010 hubo 77 accidentes. Y este año,
de enero a la fecha, de acuerdo a los datos de las Cruz Roja van 62 accidentes
de motociclistas en esta cabecera municipal.
Las
motos rebasan por todos lados, salen de donde quiera, a veces en sentido
contrario. Los jóvenes que las conducen desconocen las más elementales normas
de vialidad, no utilizan la protección necesaria y conducen a exceso de
velocidad. Desde un principio las autoridades intentaron meterlos en cintura,
pero toparon con mucha resistencia, las protestas no se hicieron esperar y
estuvo a punto de convertirse en un problema político. Pero además la policía
vial recibe múltiples mentadas de madre de parte de los padres de aquellos
menores a quienes se les decomisa un vehículo.
Vista panorámica de la ciudad de
Atoyac
tomada desde un helicóptero en el 2013
después del huracán Ingrid y de la tormenta
tropical Manuel.
Foto: cortesía de Clévert Rea Salgado.
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Pero
las motos particulares siguen sin tener control. Los accidentes van en aumento.
Actualmente hay mil 528 licencias otorgadas a motociclistas, pero se cree que
hay más de dos mil motos circulando por la ciudad, o sea que más de un 30 por
ciento transitan en la ilegalidad.
A
pesar que las licencias son baratas, 120 pesos por tres años y 180 por cinco
años, muchos prefieren aventurarse y estar al pendiente de los operativos. Las
infracciones que aplica el Departamento de Tránsito van de 100 pesos por no
usar casco, 100 por no traer licencia y otros 100 por circular sin placas. Pero
después de razonar con el infractor y hacerle conciencia que tiene que cumplir
con el reglamento de tránsito la multa viene quedando en 200 pesos o menos. El
Ayuntamiento es muy flexible en esos casos, porque un exceso puede causar un
problema de ingobernabilidad en un municipio como el de Atoyac donde todo
tiende a politizarse.
Las
motos se compran a crédito y por eso para el común de los mortales es fácil
conseguirlas, sin importar la deuda que adquieran a largo plazo. Las tiendas
que las venden hacen un negocio redondo dándolas a más de 50 por ciento de su
costo original. Pero además para muchos la motocicleta es una opción porque
genera un bajo consumo de combustible, resulta mucho más económico moverse de
un lugar a otro con mucha rapidez por eso podemos ver hasta de cuatro
jovencitos montados en una sola unidad. A veces en una moto van familias
completas, mujeres embarazadas llevan a niños en brazos y otro más grandecito
adelante en medio de los brazos del conductor.
Es muy
común ver que al hospital general Juventino Rodríguez García lleguen
accidentados de motocicleta muy golpeados, con las ropas desgarradas y
ensangrentados. No pocos automovilistas manejan con el temor de encontrarse con
una motocicleta. Cuando se detecta por el retrovisor un motociclista siempre
hay incertidumbre porque no se sabe porque lado va a rebasar, como relámpago,
ganándole la delantera al vehículo más pesado.
Uno de
los problemas de los motociclistas es que no tienen conciencia de que manejan
un vehículo y que tienen que respetar todas las señales y reglas de tránsito.
Aunque también los automovilistas tratan con cierta prepotencia al
motociclista, muchas veces no los respetan cuando aquellos tienen la
preferencia y aunque la culpa la tenga el del carro, en un choque, terminan
culpando al de la moto porque como quien dice: “Cría fama y échate a dormir”.
El
martes 3 de febrero de 2015, a las 10 de la mañana, hubo un aparatoso accidente, donde Martha Hilda
Hernández García de aproximadamente 25 años de edad murió, cuando en la calle
Aquiles Serdán, a la altura de la Emiliano Zapata fue alcanzada por una combi
de transporte público que le pegó en la parte trasera y la proyectó sobre las
gradas de una clínica que se encuentra en ese lugar. El impacto en el cráneo le
provocó la muerte. Comentan que falleció cuando era trasladada al puerto de
Acapulco por el estado complicado de su salud.
El
chofer de la combi E21 de trasporte lo colectivo, Everardo Cruz Quesada de 60
años de edad, fue detenido. Aquí el asunto no es a quien echarle la culpa,
debemos ver si este fallecimiento se pudo evitar. La chica no traía casco,
porque en ese momento nadie lo exigió. Su muerte causó conmoción en la ciudad
porque era muy conocida, vendía comida en el interior del Ayuntamiento e iba todos
los días en su motocicleta por su niña al Jardín de Niños, además jugaba futbol
en el equipo Las Potras y vivía en la colonia Mártires del 30 de Diciembre. Ese
accidente le robó su hermosa y productiva existencia.
Otras dos jóvenes vidas se
apagaron en un accidente de carretera. Gabriel Mesino
Rosales de 28 y Edwin Javier Hernández Hernández de 23 años viajaban, el
sábado 7 de febrero de 2015 a las once de la noche, a bordo de una motocicleta
en la carretera Acapulco-Zihuatanejo cuando fueron atropellados, a la altura de
la comunidad de Quinto Patio, por un tráiler que se dio a la fuga, los dos
murieron al instante, mientras su otro acompañante fue gravemente herido al
hospital regional de Atoyac.
Tanto los difuntos como el herido eran de la
colonia 18 de mayo. Dicen los testigos que al ser arrollarlos por el tráiler,
los jóvenes cayeron sobre la cinta asfáltica y una camioneta les pasó por
encima, mientras Aldai Hernández Hernández de 21 años, que estaba grave,
cayó fuera de la carretera. Siempre hay errores humanos, se dice que la
motocicleta donde viajaban los tres jóvenes no llevaba las señales intermitentes
y ellos tampoco tenían casco de protección. Venían de Hacienda de Cabañas rumbo
a la ciudad de Atoyac. Siempre la maldita improvisación “hay se va de todas
maneras no pasa nada”.
El 7 de marzo de 2016
el repartidor de pizzas Daniel Lozano Salgado quedó en estado de coma después
de chocar con una combi del servicio público en la calle Hermenegildo Galeana
esquina con Obregón. Realizaba su trabajo cuando a las cinco de la tarde de ese
día le sucedió éste percance que por poco le cuesta la vida.
En esos mismos días, en
una tarde que se dirigía a la ciudad de Atoyac, Oscar Villegas Macedo de 20
años de edad originario de Cacalutla quedó gravemente herido cuando se impactó
en la parte de atrás de un camión materialista, en el boulevard a la altura de
la unidad habitacional Bella Miel.
En otro caso una señora murió en el centro de la
ciudad, en la esquina de Corregidora con Benito Juárez. Los hechos fueron la
noche del viernes primero de julio del 2016, cuando Yolanda Valeriano Rodríguez
de 48 años de edad, vecina de la colonia La Villita viajaba con dos menores en
una motocicleta. La mujer llevaba en brazos a su nieto de cinco años y su hijo
Javier también menor de edad conducía la moto cuando fueron impactados por otra
motocicleta que venía a exceso de velocidad. Ella recibió un golpe en la cabeza
y murió cuando era atendida en ese centro del dolor que se llama hospital Juventino
Rodríguez García.
Después del asesinato del teniente retirado Julio
Barrios Gómez y del militar en activo Avelino Fonseca de la Cruz ocurrido a las
9 de la noche del 13 de septiembre de 2016. Los militares del 109 Batallón de
Infantería quisieron poner en orden a las motocicletas y efectuaron operativos
relámpagos por distintas partes de la ciudad y luego dejaron de hacerlo. Se
dijo que los asesinos de los militares se movían en motos, por eso el Ejército
realizó esas operaciones.
El viernes 21 de octubre en el boulevard Juan Álvarez
se mató en un accidente de moto el joven Hirving Ayala Ortiz, era de San
Jerónimo de Juárez. No se sabe mucho del accidente, los hechos se manejaron con
mucho hermetismo. Se supo de su deceso por las redes sociales.
El que
lidia directamente con las motocicletas es el Departamento de Tránsito que
encabeza Pedro Rebolledo Málaga, la Cruz Roja que coordina Ciro Pérez Rodríguez
no se da abasto a prestar auxilio y la coordinación de Protección Civil a cargo
de Hirving Hernández Zamora también apoya levantando lesionados.
El
Departamento de Tránsito es municipal desde 1994 año que fue entregado, por el
director general de tránsito en el estado LuIs Toribio Casarrubias, a la
presidenta municipal María de la Luz Núñez Ramos quien dio posesión como
director al ingeniero Felipe Zúñiga Benítez. Desde entonces la vialidad de la
ciudad es asunto del municipio y transito estatal se encarga de los caminos
vecinales y del boulevard para allá es federal.
La
Cruz Roja llegó a nuestra ciudad en octubre del 2003. Comenzó
operaciones con el apoyo del extinto alcalde Germán Adame Bautista, por gestión
de la empresaria y su primera presidenta del patronato Verónica Flores
González.
Para acabar con el problema se salud pública que representan las
motocicletas, el Departamento de Tránsito a cargo de Pedro Rebolledo Málaga, implementó
la campaña “Usa la cabeza, usa el casco”, dirigida a todos los motociclistas,
con el objetivo de prevenir los accidentes viales: orientando a usar el casco,
a no rebasar por la derecha, no ir a exceso de velocidad, no llevar más de dos
personas en su moto, no manejar en estado de ebriedad, no usar el celular al
manejar y respetar las señales de tránsito.
La
campaña colocó lonas en las entradas a la ciudad y en los talleres de
reparación de motos, se realizaron operativos preventivos, donde se aplicó el
reglamento de tránsito; se difundió un video y dieron pláticas en las escuelas
de nivel básico y medio superior, parece que la campaña no fue escuchada porque
el problema persiste.
También
se han fomentado eventos como una rodada de motociclistas, con participantes de
Acapulco, Zihuatanejo, Atoyac y San Jerónimo, aglutinando a más de 300
motociclistas profesionales, donde realizaron conferencias, concursos y vehículos
4x4 todo terreno, con el objetivo de engalanar el cierre de la Feria de Atoyac,
dando un espectáculo de primera calidad a la población, pero también con el
objetivo de fomentar la cultura de la prevención, porque las pláticas que se
dieron tuvieron el objetivo de mejorar la cultura vial entre los que manejan
este tipo de vehículos.
En
esta ciudad en las últimas fechas no es fácil ser agente de tránsito, porque
parece que todos los conductores comieron gallo y andan enojados, no pocos
traen pistola. Como sucedió hace unos días en la comunidad de El Ticuí, dos
vehículos chocaron y cuando se presentaron los agentes de tránsito con la grúa
para llevarse los coches, un militar que era el conductor de uno y que llevaba
armas en la cajuela, les sacó una pistola y los amenazó. Sin embargo llegó la
policía y lo sometió. La situación se controló y no pasó a mayores, pero el
susto a los agentes nadie se los quita.
El
paso de tráileres por la ciudad causa caos vial y muchos carros materialista circulan
dejando piedras en el pavimento causando molestias en la población. Los
carritos de tacos y los triciclos se empeñan en avanzar en sentido contrario
por la calle principal causando desorden y caos en ciertas horas de la mañana.
En
información que proporcionó Pedro Rebolledo Málaga dice que en lo que va del
año ellos atendieron 36 accidentes de motocicletas, 51 de choques de vehículos,
dieron vialidad a 71 sepelios y la corporación otorgó 373 apoyos diversos a la
población.
En
corte que realizó en septiembre Protección Civil informó que durante el presente
año brindó apoyo a 15 accidentes vehiculares y 40 de motociclistas. En los
cuales auxilió a la vialidad y traslado los heridos al hospital general
Juventino Rodríguez García, para su valoración médica, todo esto en
coordinación con Seguridad Pública y tránsito municipal.
Mientras
tanto la Cruz Roja informó que durante lo que va del año 2016 auxiliaron en 62
accidentes de moto, mismos que fueron provocados por exceso de velocidad, por
falta de pericia, manejar en estado de ebriedad y desconocimiento del
reglamento de tránsito. De los 62 pacientes auxiliados ocho sufrieron
traumatismo craneoencefálico, daño cerebral severo de nivel tres, se desconoce
si hubo algún deceso. El resto en su mayoría sufrió fractura de algún miembro
que requirió atención médica especializada. Sólo una minoría sufrió lesiones
leves.
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