martes, 22 de noviembre de 2016

Ciudad con aroma de café VIII


Víctor Cardona Galindo
En mi ciudad las motocicletas y las motonetas se convirtieron en un lastre y ya son un problema de salud pública. Durante el 2010 hubo 77 accidentes. Y este año, de enero a la fecha, de acuerdo a los datos de las Cruz Roja van 62 accidentes de motociclistas en esta cabecera municipal.
Las motos rebasan por todos lados, salen de donde quiera, a veces en sentido contrario. Los jóvenes que las conducen desconocen las más elementales normas de vialidad, no utilizan la protección necesaria y conducen a exceso de velocidad. Desde un principio las autoridades intentaron meterlos en cintura, pero toparon con mucha resistencia, las protestas no se hicieron esperar y estuvo a punto de convertirse en un problema político. Pero además la policía vial recibe múltiples mentadas de madre de parte de los padres de aquellos menores a quienes se les decomisa un vehículo. 
Vista panorámica de la ciudad de Atoyac 
tomada desde un helicóptero en el 2013 
después del huracán Ingrid y de la tormenta 
tropical Manuel
Foto: cortesía de Clévert Rea Salgado.

Hace poco de todas las esquinas salían corriendo motocicletas equipadas en la parte de atrás con hieleras. Eran vendedores de tortillas que andaban a la ganaditas. Incluso hubo enfrentamientos a puñetes entre ellos por disputarse los clientes. Pero al final los propietarios de las tortillerías se pusieron de acuerdo para acabar con ese mercado tortillero sobre ruedas. Por eso la dirección de tránsito y la de reglamentos implementaron un operativo para detener a todas las motos con hieleras. Ahora se vende tortillas únicamente donde se debe, en las tortillerías.
Pero las motos particulares siguen sin tener control. Los accidentes van en aumento. Actualmente hay mil 528 licencias otorgadas a motociclistas, pero se cree que hay más de dos mil motos circulando por la ciudad, o sea que más de un 30 por ciento transitan en la ilegalidad.
A pesar que las licencias son baratas, 120 pesos por tres años y 180 por cinco años, muchos prefieren aventurarse y estar al pendiente de los operativos. Las infracciones que aplica el Departamento de Tránsito van de 100 pesos por no usar casco, 100 por no traer licencia y otros 100 por circular sin placas. Pero después de razonar con el infractor y hacerle conciencia que tiene que cumplir con el reglamento de tránsito la multa viene quedando en 200 pesos o menos. El Ayuntamiento es muy flexible en esos casos, porque un exceso puede causar un problema de ingobernabilidad en un municipio como el de Atoyac donde todo tiende a politizarse. 
Las motos se compran a crédito y por eso para el común de los mortales es fácil conseguirlas, sin importar la deuda que adquieran a largo plazo. Las tiendas que las venden hacen un negocio redondo dándolas a más de 50 por ciento de su costo original. Pero además para muchos la motocicleta es una opción porque genera un bajo consumo de combustible, resulta mucho más económico moverse de un lugar a otro con mucha rapidez por eso podemos ver hasta de cuatro jovencitos montados en una sola unidad. A veces en una moto van familias completas, mujeres embarazadas llevan a niños en brazos y otro más grandecito adelante en medio de los brazos del conductor.
Es muy común ver que al hospital general Juventino Rodríguez García lleguen accidentados de motocicleta muy golpeados, con las ropas desgarradas y ensangrentados. No pocos automovilistas manejan con el temor de encontrarse con una motocicleta. Cuando se detecta por el retrovisor un motociclista siempre hay incertidumbre porque no se sabe porque lado va a rebasar, como relámpago, ganándole la delantera al vehículo más pesado.
Uno de los problemas de los motociclistas es que no tienen conciencia de que manejan un vehículo y que tienen que respetar todas las señales y reglas de tránsito. Aunque también los automovilistas tratan con cierta prepotencia al motociclista, muchas veces no los respetan cuando aquellos tienen la preferencia y aunque la culpa la tenga el del carro, en un choque, terminan culpando al de la moto porque como quien dice: “Cría fama y échate a dormir”.
El martes 3 de febrero de 2015, a las 10 de la mañana, hubo un  aparatoso accidente, donde Martha Hilda Hernández García de aproximadamente 25 años de edad murió, cuando en la calle Aquiles Serdán, a la altura de la Emiliano Zapata fue alcanzada por una combi de transporte público que le pegó en la parte trasera y la proyectó sobre las gradas de una clínica que se encuentra en ese lugar. El impacto en el cráneo le provocó la muerte. Comentan que falleció cuando era trasladada al puerto de Acapulco por el estado complicado de su salud.
El chofer de la combi E21 de trasporte lo colectivo, Everardo Cruz Quesada de 60 años de edad, fue detenido. Aquí el asunto no es a quien echarle la culpa, debemos ver si este fallecimiento se pudo evitar. La chica no traía casco, porque en ese momento nadie lo exigió. Su muerte causó conmoción en la ciudad porque era muy conocida, vendía comida en el interior del Ayuntamiento e iba todos los días en su motocicleta por su niña al Jardín de Niños, además jugaba futbol en el equipo Las Potras y vivía en la colonia Mártires del 30 de Diciembre. Ese accidente le robó su hermosa y productiva existencia.
Otras dos jóvenes vidas se apagaron en un accidente de carretera. Gabriel  Mesino Rosales de 28 y Edwin Javier  Hernández Hernández de 23 años viajaban, el sábado 7 de febrero de 2015 a las once de la noche, a bordo de una motocicleta en la carretera Acapulco-Zihuatanejo cuando fueron atropellados, a la altura de la comunidad de Quinto Patio, por un tráiler que se dio a la fuga, los dos murieron al instante, mientras su otro acompañante fue gravemente herido al hospital regional de Atoyac. 
Tanto los difuntos como el herido eran de la colonia 18 de mayo. Dicen los testigos que al ser arrollarlos por el tráiler, los jóvenes cayeron sobre la cinta asfáltica y una camioneta les pasó por encima, mientras Aldai Hernández Hernández de 21 años, que estaba grave, cayó fuera de la carretera. Siempre hay errores humanos, se dice que la motocicleta donde viajaban los tres jóvenes no llevaba las señales intermitentes y ellos tampoco tenían casco de protección. Venían de Hacienda de Cabañas rumbo a la ciudad de Atoyac. Siempre la maldita improvisación “hay se va de todas maneras no pasa nada”.     
El 7 de marzo de 2016 el repartidor de pizzas Daniel Lozano Salgado quedó en estado de coma después de chocar con una combi del servicio público en la calle Hermenegildo Galeana esquina con Obregón. Realizaba su trabajo cuando a las cinco de la tarde de ese día le sucedió éste percance que por poco le cuesta la vida.
En esos mismos días, en una tarde que se dirigía a la ciudad de Atoyac, Oscar Villegas Macedo de 20 años de edad originario de Cacalutla quedó gravemente herido cuando se impactó en la parte de atrás de un camión materialista, en el boulevard a la altura de la unidad habitacional Bella Miel.
En otro caso una señora murió en el centro de la ciudad, en la esquina de Corregidora con Benito Juárez. Los hechos fueron la noche del viernes primero de julio del 2016, cuando Yolanda Valeriano Rodríguez de 48 años de edad, vecina de la colonia La Villita viajaba con dos menores en una motocicleta. La mujer llevaba en brazos a su nieto de cinco años y su hijo Javier también menor de edad conducía la moto cuando fueron impactados por otra motocicleta que venía a exceso de velocidad. Ella recibió un golpe en la cabeza y murió cuando era atendida en ese centro del dolor que se llama hospital Juventino Rodríguez García.
Después del asesinato del teniente retirado Julio Barrios Gómez y del militar en activo Avelino Fonseca de la Cruz ocurrido a las 9 de la noche del 13 de septiembre de 2016. Los militares del 109 Batallón de Infantería quisieron poner en orden a las motocicletas y efectuaron operativos relámpagos por distintas partes de la ciudad y luego dejaron de hacerlo. Se dijo que los asesinos de los militares se movían en motos, por eso el Ejército realizó esas operaciones.
El viernes 21 de octubre en el boulevard Juan Álvarez se mató en un accidente de moto el joven Hirving Ayala Ortiz, era de San Jerónimo de Juárez. No se sabe mucho del accidente, los hechos se manejaron con mucho hermetismo. Se supo de su deceso por las redes sociales.
El que lidia directamente con las motocicletas es el Departamento de Tránsito que encabeza Pedro Rebolledo Málaga, la Cruz Roja que coordina Ciro Pérez Rodríguez no se da abasto a prestar auxilio y la coordinación de Protección Civil a cargo de Hirving Hernández Zamora también apoya levantando lesionados.
El Departamento de Tránsito es municipal desde 1994 año que fue entregado, por el director general de tránsito en el estado LuIs Toribio Casarrubias, a la presidenta municipal María de la Luz Núñez Ramos quien dio posesión como director al ingeniero Felipe Zúñiga Benítez. Desde entonces la vialidad de la ciudad es asunto del municipio y transito estatal se encarga de los caminos vecinales y del boulevard para allá es federal.
La Cruz Roja llegó a nuestra ciudad en octubre del 2003. Comenzó operaciones con el apoyo del extinto alcalde Germán Adame Bautista, por gestión de la empresaria y su primera presidenta del patronato Verónica Flores González.
Para acabar con el problema se salud pública que representan las motocicletas, el Departamento de Tránsito a cargo de Pedro Rebolledo Málaga, implementó la campaña “Usa la cabeza, usa el casco”, dirigida a todos los motociclistas, con el objetivo de prevenir los accidentes viales: orientando a usar el casco, a no rebasar por la derecha, no ir a exceso de velocidad, no llevar más de dos personas en su moto, no manejar en estado de ebriedad, no usar el celular al manejar y respetar las señales de tránsito.
La campaña colocó lonas en las entradas a la ciudad y en los talleres de reparación de motos, se realizaron operativos preventivos, donde se aplicó el reglamento de tránsito; se difundió un video y dieron pláticas en las escuelas de nivel básico y medio superior, parece que la campaña no fue escuchada porque el problema persiste.
También se han fomentado eventos como una rodada de motociclistas, con participantes de Acapulco, Zihuatanejo, Atoyac y San Jerónimo, aglutinando a más de 300 motociclistas profesionales, donde realizaron conferencias, concursos y vehículos 4x4 todo terreno, con el objetivo de engalanar el cierre de la Feria de Atoyac, dando un espectáculo de primera calidad a la población, pero también con el objetivo de fomentar la cultura de la prevención, porque las pláticas que se dieron tuvieron el objetivo de mejorar la cultura vial entre los que manejan este tipo de vehículos.
En esta ciudad en las últimas fechas no es fácil ser agente de tránsito, porque parece que todos los conductores comieron gallo y andan enojados, no pocos traen pistola. Como sucedió hace unos días en la comunidad de El Ticuí, dos vehículos chocaron y cuando se presentaron los agentes de tránsito con la grúa para llevarse los coches, un militar que era el conductor de uno y que llevaba armas en la cajuela, les sacó una pistola y los amenazó. Sin embargo llegó la policía y lo sometió. La situación se controló y no pasó a mayores, pero el susto a los agentes nadie se los quita.
El paso de tráileres por la ciudad causa caos vial y muchos carros materialista circulan dejando piedras en el pavimento causando molestias en la población. Los carritos de tacos y los triciclos se empeñan en avanzar en sentido contrario por la calle principal causando desorden y caos en ciertas horas de la mañana.
En información que proporcionó Pedro Rebolledo Málaga dice que en lo que va del año ellos atendieron 36 accidentes de motocicletas, 51 de choques de vehículos, dieron vialidad a 71 sepelios y la corporación otorgó 373 apoyos diversos a la población.
En corte que realizó en septiembre Protección Civil informó que durante el presente año brindó apoyo a 15 accidentes vehiculares y 40 de motociclistas. En los cuales auxilió a la vialidad y traslado los heridos al hospital general Juventino Rodríguez García, para su valoración médica, todo esto en coordinación con Seguridad Pública y tránsito municipal.

Mientras tanto la Cruz Roja informó que durante lo que va del año 2016 auxiliaron en 62 accidentes de moto, mismos que fueron provocados por exceso de velocidad, por falta de pericia, manejar en estado de ebriedad y desconocimiento del reglamento de tránsito. De los 62 pacientes auxiliados ocho sufrieron traumatismo craneoencefálico, daño cerebral severo de nivel tres, se desconoce si hubo algún deceso. El resto en su mayoría sufrió fractura de algún miembro que requirió atención médica especializada. Sólo una minoría sufrió lesiones leves. 

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