martes, 28 de julio de 2015

21 años de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, quinta parte


Víctor Cardona Galindo
Muchos campesinos de la sierra de Atoyac se sumaron a la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), porque había injusticia en sus pueblos.  Los abusos policíacos estaban al orden del día. El fertilizante, las láminas de cartón, los líquidos para fumigar las milpas y las despensas, que distribuía el gobierno, únicamente le llegaban a los líderes priistas y a sus allegados. Y la organización de izquierda que era la Coalición de Ejidos de la Costa Grande no compartía el uso del fertilizante químico y de herbicidas. Por eso había que luchar por lo inmediato y solamente por la vía de la movilización se tuvo acceso a esos beneficios.
Rocío Mesino Mesino dirigente de la Organización 
Campesina de la Sierra del Sur, fue asesinada el 19 de 
octubre de 2013 en Mexcaltepec. Aquí fue captada durante una 
mesa de trabajo con el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero. 
Foto tomada de Internet.

El radicalismo que caracterizaba a la OCSS, lo heredó del Partido de la Revolución Democrática, pues la mayoría de los líderes fundadores participaron en Frente Democrático Nacional (FDN) apoyando la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas y luego en las tomas de Ayuntamientos que realizó el PRD. Benigno Guzmán era líder en Tepetixtla, el principal bastión perredista de Coyuca de Benítez. Bartolo Guzmán fue electo en una asamblea comandante de la Policía Popular de ese municipio durante el plantón de 1989. Se le recuerda caminando por la plaza con una resortera en mano y un morral colgado lleno de piedras.
De los líderes de Atoyac, Hilario Mesino Acosta y Gilberto Romero Vázquez venían de la Coalición de Ejidos de la Costa Grande. Hilario también participaba en el Comité Nacional Independiente de Familiares de Desaparecidos de la Costa Grande de Guerrero. Fogueado en esas lides desde que su madre Juana Acosta Martínez se presentó por primera vez al cuartel militar de Atoyac, a buscar a su hermano Alberto Mesino desaparecido por el Ejército el 18 de junio de 1974. Por eso una de las demandas de la OCSS además de insumos para el campo y obras, era la presentación con vida de los desaparecidos políticos de la década de los setentas.
“Vivíamos la pobreza y distintos matices de injusticia. La falta de empleo, los abusos policiacos y caciquiles, las enfermedades de los pobres. Las cosechas mal pagadas, la desnutrición, el alfabetismo. El alcoholismo. Las familias desintegradas. La emigración. Siempre luchando por mejorar, por sobrevivir. Allí nació nuestra rebeldía, del vivir diario”, dirían en el 2006 mediante un documento Benigno Guzmán y Marino Sánchez. Quienes confirmaron que la OCSS tuvo su origen en la lucha electoral de 1989.
En ese texto dicen que cuando se dieron a conocer a la prensa el 14 de enero de 1994, en la dirección estaban Hilario Mesino, Benigno Guzmán, Marino Sánchez, Gabino Luna, Benito Bahena y Telesforo Luna, los cinco últimos de Tepetixtla, “que venían del proceso de lucha electoral y de las defensa de los bosques”, primera lucha que dieron los campesinos de Tepetixtla en 1989 en contra de la explotación forestal en los bienes comunales de esa demarcación.
Y que entre los cuadros medios estaban: Eugenio Aguirre, Ismael Mena, Salomé Aguirre, Alejo Aguirre, Gabriel Guzmán, Bartolo Guzmán, José Maldonado y Alfredo Luna. Los líderes fundadores de la OCSS dan a conocer que el 18 y 19 de marzo de 1994, en el encuentro campesino realizado en Tepetixtla, se incorporaron Florente Rafael Bentura, Regulo Reséndiz, Gilberto Romero Vázquez, Pedro y Plácido Leonardo, Pasito Hernández, Daniel Castañeda y Emiliano Estévez.
Pero de regreso al hilo de nuestra narración. En los primeros cuatro meses de 1995 la inseguridad se disparó en la región y los cuerpos policíacos nada resolvían, al contrario había que cuidarse también de ellos, la judicial asaltaba y extorsionaba, entraba arbitrariamente a los domicilios y robaba. En este contexto el 1 de abril de 1995, cinco individuos secuestraron a Pedro Brito García, se lo llevaron en una camioneta blanca Ford Pick-up. El plagio fue muy sonado y consternó a la ciudadanía por que la víctima es miembro de una de las familias más conocidas de la ciudad de Atoyac.
Durante el mes de abril de 1995, los integrantes de la OCSS se movilizaron contra la explotación de los bosques comunales de la sierra de Tepetixtla. Los campesinos se organizaron para vigilar el movimiento de vehículos, llegaron a detener camiones llenos de madera y lograron parar la explotación.
El 3 de mayo de 1995 el gobernador Rubén Figueroa Alcocer visitó Tepetixtla, llegó acompañado del comandante de la novena región militar general Tomas Enrique Salgado Cordero, la OCSS por su parte reunió a los viejitos de la comunidad y nombraron al campesino originario de San Martín de las Flores, Gilberto Romero Vázquez, para que diera lectura a un pliego petitorio que englobaba todas las demandas de la Costa Grande. Gilberto como luchador social se formó en las filas de Coalición de Ejidos de la Costa Grande.
La OCSS recibió al gobernador en su local, “le ofrecieron comida consistente en venado, tortillas y agua, que el gobernador no comió porque no le dio tiempo”, dice Maribel Gutiérrez en su libro Violencia en Guerrero.
En ese lugar Benigno, al retomar el tema de la explotación forestal, dijo que si era necesario levantarse en armas para defender sus demandas el pueblo lo haría. El general Salgado Cordero preguntó si alguien los estaba asesorando. Para ese entonces ya una nube de agentes de Inteligencia Militar y orejas de Gobernación estatal y federal seguían las actividades de la OCSS.
En esa reunión Figueroa se comprometió a atender las demandas de los campesinos, que incluían fertilizante, láminas de cartón, rollos de alambre, bombas para fumigar, líquidos herbicidas, despensas y la pavimentación de la carretera a Tepetixtla.
Después del encuentro con la OCSS Figueroa se fue a la plaza cívica de Tepetixtla donde ya lo esperaban los priistas y miembros de la Organización Campesina Benito Juárez fundada por Bartolo Guzmán Martínez bajo el auspicio del gobierno.
Luego los conflictos continuaron en la comunidad, porque a pesar del acuerdo que firmaron las dos partes el 26 de abril, con la intervención del gobierno del estado, para suspender la exploración del bosque, ésta se reanudó semanas después. Por eso el 10 de mayo la OCSS destruyó dos grúas propiedad de la empresa maderera y decomisaron un camión cargado de madera el 12. Las cosas volvieron al punto del enfrentamiento entre los comuneros priistas y la OCSS.
Ese 10 de mayo, una comisión de la OCSS se trasladó a la sierra, donde llegaban camiones a cargar la madera que estaban trozando, en un paraje a la altura del Camotito, rumbo al Puerto de Los Pinos, a media hora del camino a Tepetixtla. “Nos trasladamos hasta allá. Ese día no trabajó el personal porque era el Día de las Madres, encontramos solamente las grúas, y la comisión las destruyó, con piedras y machetes, en protesta porque se están llevando nuestra madera”, relató Benigno Guzmán a Maribel Gutiérrez.
También el 12 de mayo en Coyuca estuvo a punto de darse una masacre cuando militantes de la OCSS rodearon las oficinas de la asociación ganadera local, donde estaban los funcionarios enviados por Rubén Figueroa. Los policías estatales que los custodiaban apuntaron a los manifestantes y cortaron cartucho. El representante personal del gobernador era el diputado local César Flores Maldonado quien llegó con la promesa de que los compromisos, contraídos el 3, se cumplirían.
Dirigentes de la OCSS, se reunieron el 16 de mayo, en el Ayuntamiento de San Jerónimo de Juárez con el subsecretario de asuntos políticos del gobierno del estado, Juan José Arciniega, los diputados locales Pedro Magaña Ruíz y César Flores Maldonado. Como testigo estuvo el presidente municipal de ese lugar Inmer Rivera Magdaleno. El 17 se publicó en los medios informativos: “Militantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) de las comunidades de San Juan de las Flores, El Escorpión, Agua Fría, Mexcaltepec, El Salto y San Martín de las Flores, sostuvieron una reunión con representantes del gobierno del estado y les entregaran fertilizantes, aspersoras, líquido para fumigar y despensas antes del 30 del presente mes y año”. En esa reunión que duró más de tres horas estuvo Hilario Mesino y Luis Ángulo entre otros líderes de la agrupación.
El 18 de mayo, tomaron el Ayuntamiento de Atoyac y retuvieron en su interior al cuerpo edilicio y a funcionarios. Dice Maribel Gutiérrez: “El 18 de mayo de 1995, los campesinos de la OCSS regresaron, casi con los mismos planteamientos, pero ésta vez fueron más notorias sus acciones. De sus métodos de lucha fueron dejando huella en todo el camino”.
Eran más de 600 campesinos, hombres y mujeres, muchos jóvenes y adolescentes de los sectores más pobres de la región, armados con machetes, varillas o garrotes gruesos con puntas afiladas. La mayoría de Tepetixtla.
Cuando bajaban de Tepetixtla en el punto conocido como Arroyo Grande, se encontraron con un representante de la empresa maderera El Fuerte, propiedad de Isabel Calderón, a bordo de una camioneta Cheyenne, color café claro, iba al aserradero para reiniciar los trabajos aprovechando la ausencia de los campesinos, por eso la OCSS se lo llevó retenido con todo y vehículo.
“De Tepetixtla, Yerbasantita, Compuertas, Atoyaquillo y otras poblaciones de la sierra, llegaron a la costa alrededor de las 11 de la mañana. En Coyuca detuvieron el tránsito de la carretera federal para dar difusión a su movimiento; el conductor de un camión maderero quiso pasar a la fuerza y quedó al lado de la carretera porque los campesinos le poncharon las llantas. Pintaron y tomaron autobuses de línea, en los que llegaron a Atoyac”, se lee en el libro Violencia en Guerrero.
A la entrada de Atoyac llegaron los grupos de Coyuca, Tecpan, Petatlán, La Unión, Coahuayutla y de este municipio. La marcha inició poro después de mediodía, con unos 600 campesinos que partieron de la escuela preparatoria número 22, en filas bien ordenadas, para dirigirse al Palacio Municipal, con ellos iban integrantes del Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de la Costa Grande de Guerrero.
A su paso los manifestantes realizaban pintas en automóviles y paredes con consignas alusivas al 18 de mayo de 1967 y pedían solución a las demandas de los campesinos. En la fábrica de hielo se dio un altercado con una familia que trató de impedir que pintarrajearan la pared recién  blanqueada, pero los manifestantes los agredieron y los rociaron con spray. Se dice que la señora María Reyes Orbe murió a consecuencia de un golpe, que le dieron los de la OCSS ese día.
Poco después de las 14:30 horas el contingente arribó a la plaza cívica Morelos e inmediatamente bloquearon el Palacio Municipal e impidieron el acceso y la salida de los que estaban en su interior. Adentro del inmueble quedaron 70 trabajadores. Colocaron la camioneta, que retuvieron a la empresa maderera, frente al edificio del Ayuntamiento para instalar, usando su batería, el aparato de sonido con el que hicieron uso de la palabra todos los oradores.
Se formó una comisión para dialogar con la alcaldesa María de la Luz Núñez Ramos, pero luego que se rompieron las pláticas los campesinos bloquearon todos los accesos a la plaza Morelos y dejaron incomunicado al Ayuntamiento, después cortaron el agua, la energía eléctrica y el teléfono.
Por la intervención de sacerdote Máximo Gómez Muñoz fueron liberados, a las 22 horas, 50 trabajadores y quedaron en su interior únicamente la alcaldesa, síndico y regidores, el director de Obras Públicas, el Oficial Mayor, el secretario general y ocho policías preventivos.
Se esperaba una comisión negociadora del gobierno del estado porque “la presidenta se declaró incompetente para la solución de sus demandas”, publicaba El Sol de Acapulco al día siguiente. La comisión del gobierno del estado llegó a las 10 de la noche, pero pospuso los acuerdos hasta el otro día.
Hilario Mesino dijo a Pablo Alonso corresponsal de Diario 17, que la toma se debió a que hacía un año la alcaldesa se comprometió a conseguirles una entrevista con el presidente de la República Carlos Salinas de Gortari y dotar de insumos a los campesinos, pero no cumplió.







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