sábado, 8 de agosto de 2015

21 años de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) sexta parte


Víctor Cardona Galindo
Algunos campesinos que participaron en la toma del Palacio Municipal, aquel 18 de mayo de 1995, recuerdan que mucho se hablaba de la cercanía del esposo de la alcaldesa con Carlos Salinas de Gortari y con Ernesto Zedillo por eso consideraban que atacar el Ayuntamiento de Atoyac era como lanzarse contra el mismo gobierno federal. Era lo más cercano que tenían al Centro. Aunque ahora Luis Angulo Barona recuerda que la toma del edificio la hizo principalmente  gente que venía de Tepetixtla.
Aquella ocasión, los manifestantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) pidieron a la alcaldesa 150 toneladas de fertilizante para campesinos de seis comunidades, los de Tepetixtla pedían seis camiones para regresar a sus comunidades. La presidenta rechazó la petición de los autobuses y los campesinos respondieron “entonces no nos vamos”; por eso el plantón se alargó hasta el día siguiente.
El universitario y dirigente del PRD, Wilibaldo 
Rojas Arellano en los tiempos que fue síndico del 
Ayuntamiento de Atoyac en el trienio 1993-1996. 
Foto Archivo histórico municipal.

María de la Luz no entendía que hacían campesinos de otros municipios tomando el Ayuntamiento de Atoyac y creía que estaban al servicio del gobierno del estado, por eso les dijo a los dirigentes campesinos que tenía “ciertas dudas” sobre su organización, a lo que Rocío Mesino contestó que anduvieron con ella en la campaña “y ahora no apoya a nuestras demandas. Vemos que el PRI y el PRD son iguales”. Recogió Maribel Gutiérrez en su libro Violencia en Guerrero.
En ese tono su esposo Arturo Martínez Nateras dijo a El Sol de Acapulco que “los campesinos están influidos por cuerpos de provocación y policías secretas que pretenden desestabilizar un Ayuntamiento democrático, además que el gobierno del estado se hace de la vista gorda para no solucionar sus problemas”. Y esto último era verdad porque en cada negociación los campesinos únicamente lograban promesas de los funcionarios.
Una vez que se declaró tomado en Ayuntamiento “Núñez Ramos se comunicó por teléfono con el gobernador Rubén Figueroa quien de inmediato propuso mandar a la fuerza pública, a lo que tajante se opuso se opuso la alcaldesa. Figueroa pidió que le mandaran por fax una lista de las demandas de los campesinos”, comenta Maribel.
Ese día el Ayuntamiento festejaba a los maestros en la Cueva del Club de Leones, un grupo de teatro de la Universidad Autónoma de Guerrero dirigido por Víctor Palacios presentó una obra que tuvo mucho éxito entre la concurrencia, se esperaba la presencia de María de la Luz en esta convivencia, pero como avanzaba la noche y no llegaba, hubo que contener a un grupo de maestros que ya en estado de ebriedad pretendían ir en pos de su rescate.
Al otro día, los del área de educación del Ayuntamiento, llegamos a las nueve de la mañana a la explanada del Zócalo y por la cercanía que teníamos con algunos líderes campesinos nos dejaron entrar hasta la puerta del Palacio Municipal, ahí conocimos a Rocío Mesino Mesino que salía a cada rato al balcón del edificio para dar instrucciones a los campesinos de Atoyac y luego entraba a las negociaciones.
La OCSS tenía sus oficias en la parroquia del Dios Único por eso ahí prepararon los alimentos para todos los manifestantes. Eso saldría a relucir años más tarde en la causa penal que se le siguió a Hilario Mesino Acosta, a raíz de la denuncia que presentaron los regidores priistas José Luis Serrano Radilla, Lucio Flores Martínez y Crescencio Olea Ruiz en contra de los dirigentes de la OCSS y de la también edil Tita Radilla Martínez. Los priistas reclamarían privación ilegal de la libertad y los destrozos causados al inmueble del Ayuntamiento.
La comisión que llegó del gobierno del estado para negociar con la OCSS venía encabezada por José Rubén Robles Catalán secretario de gobierno y atoyaquense nacido en Cacalutla, quien a pesar de ser el funcionario de mayor jerarquía permaneció callado y las negociaciones las llevó el subsecretario de administración y finanzas Héctor Vicario Castrejón.
Se notaba línea de Figueroa para dividir al Ayuntamiento responsabilizando al síndico Wilibaldo Rojas Arellano de la protesta. Ahí Vicario les dijo a los líderes de la OCSS que Wilibaldo los había invitado a conmemorar el 18 de mayo y que obedecían a intereses perredistas. Por eso el síndico aprovechó la ocasión para deslindar al PRD de la OCSS.
Afuera se buscó organizar la defensa del Ayuntamiento democrático. “La presidenta municipal, María de la Luz Núñez Ramos, está secuestrada. El cabildo democrático y los principales funcionarios del gobierno han sido ilegalmente privados de la libertad”, decía un mensaje radiofónico transmitido el 19 que invitaba a la gente a concentrarse a las 10 de la mañana en El Tamarindo para defender ese Ayuntamiento emanado del pueblo. Unos 150 ciudadanos llegaron en apoyo de la comuna, la mayoría de La Pintada y el esposo de la presidenta Arturo Martínez Nateras estaba a la cabeza.
La dirigencia municipal del PRD mantuvo una actitud mesurada dado que muchos campesinos que militaban en la OCSS eran también perredistas y había simpatía hacia esa agrupación. “La mayoría de los integrantes de la OCSS también eran del PRD”, comenta Maribel Gutiérrez.
La presidenta de Comité Nacional Independiente (CNI) Josefina Martínez acompañada de Aurelia Pérez Cano intervinieron para calmar los ánimos, porque los de los de la OCSS, principalmente los de la sierra de Coyuca, ya preparaban la defensa con piedras y resorteras. Pero imperó la mesura de lado de los simpatizantes de la alcaldesa, nadie calentó los ánimos para ir a la confrontación.
Dice Maribel Gutiérrez que al final. “Los campesinos lograron del gobierno del estado el compromiso de la entrega de más fertilizante para las comunidades de la sierra de Coyuca de Benítez y Atoyac. Además del compromiso de tratar en breve la demanda de la OCSS de detener la explotación de los bosques comunales de Tepetixtla”.
Al filo de las tres de la tarde luego de haber firmado una minuta después de 24 horas de intensas negociaciones se retiraron los manifestantes. El gobierno del estado mediante Rubén Robles Catalán se comprometió a entregar a la OCSS, fertilizante, despensas, bombas aspersoras y láminas de cartón.
Después de la negociación Vicario se despidió con risas y abrazos e invitaciones a comer de los líderes de la OCSS. A algunos les dio dinero en efectivo como para alimentar las sospechas entre los perredistas y los miembros del Ayuntamiento que Figueroa enviaba a la OCSS para desestabilizar al gobierno democrático. La acción se dio en la sala del Palacio Municipal, donde abiertamente Vicario le entregó dinero en efectivo a Hilario Mesino, principal dirigente de la OCSS en Atoyac.
“Se publicó que nosotros somos parte del gobierno y que venimos a agredir a un Ayuntamiento democrático. No es correcto somos una organización independiente, nadie nos manda, estamos luchando por las demandas del pueblo”, dijo Rocío Mesino como para despejar dudas.
A las cuatro de la tarde se comenzó a normalizar las actividades del Ayuntamiento. Después de la acción el Palacio Municipal quedó pintarrajeado con las consignas de la OCSS, había vidrios rotos y camionetas con llantas ponchadas.
Esos días de mayo de 1995, las corporaciones policiacas de Guerrero y el Ejército preparaban lo que se llamó “una operación superior” con el objetivo de terminar con los secuestros asaltos y el narcotráfico. Por eso María de la Luz consideró la posibilidad que acciones como la que realizaba la OCSS pudieran ser utilizados por el gobierno para justificar la presencia militar sobre los pueblos de la sierra.
Después de la toma del Ayuntamiento empleados que ya tenían con antelación problemas laborales como Javier Ríos Navarrete, Claudio Guzmán y Ricardo Marroquín Castro intentaron colgarse del movimiento diciendo que los habían despedido por participar en la toma del Palacio. Incluso Hilario Mesino advirtió que si no eran reinstalados realizarían medidas de protesta para que les devolvieran su trabajo en sus respectivas áreas. Estos trabajadores junto con Isaías Reyes Téllez y Alejandro Aguilar servirían más tarde como punta de la lanza para atacar al Ayuntamiento de Atoyac. Algunos lograron plazas estatales que después vendieron.
La acción de la OCSS estuvo a punto de provocar un divisionismo profundo en el PRD, Arturo Martínez Nateras reclamó la tibieza del PRD ante el secuestro de la presidenta, el Comité Ejecutivo Municipal llamó a cuentas a Tita Radilla Martínez por que participó en esa protesta, pero sólo quedó en una discusión sin mucha importancia. Había dirigentes convencidos que Rubén Figueroa Alcocer estaba atrás de esa organización. Otros más confiaban en su carácter independiente porque conocían la trayectoria de sus líderes. En privado había quienes decían que eran parte del frente de masas de un movimiento guerrillero que se preparaba en estas tierras. Había jóvenes campesinos que aseguraban que hombres encapuchados vestidos de verde que decían ser gente de Lucio Cabañas los habían llamado a platicar en el monte.
En esos días un periódico pasó voceando por toda la cabecera municipal, una nota que decía que el Robín Hood de los pobres, Lucio Cabañas Barrientos, pronto regresaría porque se había terminado la tregua pactada con el gobierno y Rubén Figueroa Figueroa. Entre ésta maraña de rumores las relaciones en el PRD se fueron normalizando y se afianzaron cuando sucedió la masacre de Aguas Blancas.
El 24 de mayo de 1995 desapareció Gilberto Romero Vázquez representante de la OCSS en San Martín de las Flores. Ese día el líder campesino salió por la mañana de su domicilio establecido en la colonia 18 de mayo para jamás regresar. Rocío Mesino declaró que María de la Luz le dijo el 18 de mayo de 1995 a Gilberto Romero “¿Tú que haces aquí? Yo a ti te conozco y tú y yo tenemos una cuenta pendiente que pronto vamos a arreglar”. Por esas palabras la OCSS responsabilizó a la alcaldesa de su desaparición.
En un boletín María de la Luz dijo que Gilberto Romero Vázquez salió el 24 de mayo a cambiar un giro telegráfico para comprarle flores a su suegra muerta, el giro se lo cambiaron en la Coalición de Ejidos, desde entonces no se le ha visto, en el Ayuntamiento se enteraron el 10 de junio de su desaparición. Antes Gilberto Romero recibió un apoyo especial del Ayuntamiento, que con recursos propios le prestó para que sembrara, con otro campesino, maíz para venderlo en elotes. Y es que a la presidenta María de la Luz le llamó la atención que un campesino como Gilberto le presentara un proyecto por escrito bien estructurado, por eso lo apoyó con ese recurso especial y de esa cuenta hablaban cuando dialogaron durante la toma del Palacio Municipal el 18 de mayo.
El 27 de junio circuló un volante donde la OCSS llamaba una movilización para el día siguiente. De esto Rubén Figueroa responsabilizó a Wilibaldo Rojas se lo dijo esa tarde por teléfono “mandaste a traer de nuevo tus amigos”. Más tarde le comentaría a María de la Luz que Wilibaldo volvió a invitar a sus amigos y agregó “usted hable con Hilario en Atoyac para que no vayan a la manifestación, yo ya tomé providencias para que el grupo mayoritario no vaya. Vamos a tratar de detener a los de Tepetixtla a como dé lugar”.
Por eso esperando la manifestación, el 28 de junio María de la Luz permaneció todo el día en Palacio Municipal acompañada por algunos funcionarios voluntarios, porque la mayoría abandonó el recinto ante el temor que pudiera pasar lo mismo que el 18 de mayo. Un grupo de campesinos de la OCSS se concentró, frente a la preparatoria número 22, pero luego se marchó. Más tarde nos enteraríamos de la masacre de Aguas Blancas.
María de la Luz se comunicó con Figueroa para conocer su versión, el gobernador defendió la acción “venían a la guerra y guerra tuvieron”, habría dicho. Por eso el 29 el gobierno de Atoyac encabezado por María de la Luz Núñez Ramos pidió, por medio de un documento enviado al Senado, la renuncia inmediata y consignación del secretario de gobierno Rubén Robles Catalán y del procurador Antonio Alcocer Salazar.


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