Víctor Cardona Galindo
“Con
una experiencia de más de 20 años en el terreno político militar, los grupos
guerrilleros del Procup-Pdlp actúan a lo largo y ancho del país reclutando y
adiestrando a jóvenes guerrilleros en las partes altas de la sierra. En
Guerrero hacen lo mismo. Células guerrilleras están diseminadas en colonias,
barrios y vecindades”, escribió Felipe Fierro en la revista Controversia número 52.
“De la
sierra de Guerrero /les traigo un mensaje en clave /ahí andan los guerrilleros
/padres de quien se les pare /esto no es una denuncia /el gobierno ya la sabe…
Y lo sabe el gobernador /y lo sabe el presidente /lo saben los generales /lo
sabe toda la gente/pero no es fácil fajarse /con esos hombres valientes”, cantaba
José de Molina. De pronto esa melodía se escuchaba quedito en alguna casita de
bajareque.
Norma
Mesino Mesino uno de los pilares de la Organización
Campesina de la Sierra del
Sur (OCSS) y actualmente se
encuentra al frente de la agrupación. Foto de
Francisco
Magaña de Jesús.
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Había
transcurrido la mitad de 1994, la existencia de una nueva guerrilla del Partido
de los Pobres era un secreto a voces. El libro Pueblos en armas de Marta Harnecker
entre otros clásicos del marxismo leninismo era leído discretamente. Las orejas
del gobierno relacionaban a todos los delincuentes sierreños con la guerrilla.
No acertaban en sus señalamientos, por eso en un momento cualquier campesino,
maestro y líderes disidentes se convirtieron potenciales guerrilleros.
Por
otro lado medios amarillistas intentaban involucrar a los sacerdotes Orbelín
Jaramillo Diego y Ramón Mendoza Zaragoza con la guerrilla. Notas que circularon
a nivel nacional decían que militantes del Partido Obrero Clandestino Unión de
Pueblo (Procup) se habían reunido con gente del clero en la Quinta Rosa de
Coyuca de Benítez para organizar una campaña de repudio a El Ejército y la
Policía. Hablaban de una reunión realizada el 25 y 26 de junio. Señalaban que
el encuentro lo había encabezado Orbelín Jaramillo Diego. De Hilario Mesino
Acosta fundador de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) decían
que fue miembro de la guerrilla de Lucio Cabañas y que era militante del
Procup. Enumeraban una serie de organizaciones de izquierda y defensoras de
derechos humanos. Esa dolosa información se aventuraba a decir que los
involucrados tenían como objetivo la toma de ayuntamientos, invasiones,
secuestros, ataques a gasolineras y terminales marítimas. Todo encaminado a
desestabilizar las elecciones en puerta.
Los
sacerdotes de la diócesis de Acapulco respondieron con un documento dirigido al
presidente de la República Carlos Salinas de Gortari y al procurador Jorge
Carpizo, donde exigieron cesara el hostigamiento en contra de los miembros de
la iglesia y pidieron a los medios de comunicación que informaran con
objetividad.
A
mediados de 1994, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) retiró de Atoyac
la sede del 49 batallón de infantería. Nunca hubo una versión oficial de la decisión,
y extraoficialmente se supo que las instalaciones del cuartel eran
insuficientes y que los militares se retiraban mientras se construyera uno
nuevo. La alcaldesa María de la Luz Núñez Ramos envió al todavía presidente
Carlos Salinas de Gortari una solicitud para que no se fuera el Ejército de
este lugar, que se quedara para preservar la paz y la tranquilidad de la
población. Pero además que su presencia representaba una importante derrama
económica para el municipio. Sin embargo las peticiones no fueron escuchadas y
el batallón se fue para Petatlán.
María
de la Luz dijo a los medios de comunicación que no quería que se fuera el
Ejército porque durante el mes de junio, cuando hubo el operativo militar en
las comunidades sierreñas, no se registró ningún asalto y ningún secuestro.
“Porque a ellos si los respetan, no se meten con ellos”.
Mientras,
para apaciguar el conflicto con los campesinos de Tepetixtla, Rubén Figueroa
Alcocer envió al ex presidente perredista de Teloloapan, Pedro Pablo
Urióstegui, que les propuso una reunión con el gobernador y el 10 de julio de
1994, una representación de la OCSS, acudió a casa Guerrero, a entrevistarse
con Figueroa, donde exigieron la libertad de José Guadalupe Guzmán y un pliego
petitorio entre cuyas demandas estaban, la construcción del drenaje para
Tepetixtla, la introducción de la energía eléctrica para las comunidades:
Felicidad de Rosales, La Remonta y Humedades.
El
pliego además contemplaba agua, despensas, cartón para el techo de viviendas,
carreteras, puentes y el drenaje, a todo esto Figueroa dijo que sí, pero cuando
llegaron al punto de la presentación de los desaparecidos políticos la
negociación se rompió, el gobernador los amenazó y los dejó en sus oficinas del
Palacio de Gobierno.
Benigno
Guzmán contó al periodista Álvaro Delgado: “Le presentamos el pliego al
gobernador. Dijo que a Lupe lo iban a liberar, y que el agua, las despensas y
el cartón, las carreteras, el puente, el drenaje, todo eso nos lo iba a dar. A
todo dijo que sí. Cuando llegó el punto de la presentación de los desaparecidos
políticos, el gobernador dijo que muchos pedíamos a los desaparecidos y que a
esos ya se los había llevado la chingada, que ya no tenían vuelta”.
En un
hecho de armas la policía comunal de La Pintada se enfrentó en Rancho Alegre,
el viernes 12 de agosto, a un grupo de delincuentes que intentaron asaltar a
campesinos que habían cobrado el recurso de Procampo. Murieron los asaltantes
Marcelino y Sabino Guzmán. Miguel Rodríguez Tinoco salió herido y se fugaron dos
más.
Como a
las 10 de la mañana del 14 de agosto, tres individuos encapuchados, vestidos
con ropas oscuras y con armas de alto calibre asaltaron por más de dos horas a
25 campesinos que venían de La Caña de Agua a realizar sus compras a la ciudad
de Atoyac. Tres mujeres resultaron violadas, con el tiempo se sabría qué
agentes judiciales participaron en ese atraco.
La
OCSS bloqueó la carretera de Coyuca de Benítez el miércoles 17 de agosto. El
viernes 19, la presidenta municipal de
Atoyac, María de La Luz Núñez Ramos, encabezó la marcha denominada: “Por un
Atoyac Blanco. No más derramamiento de sangre”, los participantes que iban
vestidos de blanco caminaron desde la comunidad de Cacalutla hasta la cabecera
municipal.
El 21
de agosto fueron los comicios federales, donde salió electo Ernesto Zedillo
Ponce de León como presidente de la República y Gabino Fernández Serna como
diputado federal. El candidato del PRD a diputado fue Mario Valdez Lucena y por
todas las irregularidades que se dieron el día de la elección se vino un
movimiento poselectoral. El Partido de la Revolución Democrática (PRD) impugnó
129 casillas del noveno distrito y pidió la apertura de los paquetes
electorales.
Por
eso alrededor de 700 perredistas encabezados por Wilibaldo Rojas Arellano,
marcharon el domingo 28 en Tecpan de Galeana y retuvieron por cuatro horas al
vocal ejecutivo Servando Galeana Rivera a quien le exigieron copias de las
actas de escrutinio.
Y para
cerrar el mes, familiares de detenidos y
desaparecidos de los años setentas, encabezados por Aurelia Pérez Cano dirigente
del Comité Nacional Independiente Pro defensa de los Presos y Desaparecidos Políticos,
marcharon el 30 de agosto para exigirle a la alcaldesa, una respuesta a la
petición de reunirse con Salinas de Gortari.
La
OCSS y los familiares de desaparecidos volvieron a marchar en Atoyac, el
viernes 16 de septiembre de 1994, para demandar el fin de la represión de la que
eran objeto, la libertad de Guadalupe Guzmán Martínez y el repudio a las
guardias blancas de El Paraíso. La marcha salió de la secundaria técnica a la plaza
principal de Atoyac.
El
lunes 3 de octubre, unos 100 perredistas marcharon del Centro de Atoyac a la
comunidad de Cacalutla, iban a Toluca encabezados por Mario Valdez Lucena y
Félix Salgado Macedonio, pedían que el Tribunal Electoral revocara la constancia
de mayoría que le habían otorgado al priista Gabino Fernández Serna. La marcha
salió a media día de la cabecera municipal bajo una fuerte lluvia, llegaron a
Cacalutla a las cinco y media de la tarde, ahí durmieron y al día siguiente se
fueron en una caravana de vehículos hasta Toluca.
El
miércoles 5 de octubre, el comisario municipal de La Cebada Pablo Guerrero
Adame y su acompañante el campesino Catalino Galeana Zamora, fueron asesinados
por un desconocido comando armado. En ese tiempo a La Cebada se iba por la
carretera San Andrés-Camarón, por eso el viernes 7 de octubre, un grupo de
judiciales comandado por Nicasio Galeana Contreras subió para ejecutar órdenes
de aprehensión y auxiliar a la familia de los campesinos asesinados que buscaban
abandonar la comunidad.
Cuando
apenas iban a las siete de la noche un grupo armado los emboscó en el lugar
conocido como El Chorrito en las inmediaciones de Los Valles. En la balacera
resultaron muertos los agentes judiciales: Nicasio Galeana Contreras, Armando
Ignacio Díaz, así como la señora Perfecta Jiménez de los Santos de 60 años de
edad esposa de comisario asesinado. Los
heridos fueron Sandra Castro Guerrero de siete años de edad, quien recibió un
balazo en la pierna, así como los judiciales: Sergio Téllez Navarrete, Alejo
Téllez Navarrete y José Luis Victorino Castro. Únicamente el agente Rodolfo
Núñez Ochoa salió ileso. Mientras el comisario suplente de La Cebada, Cruz
Castro García, fue herido de un pie por un balazo que le dio un moribundo
agente de la judicial.
Alejo
Téllez Navarrete y José Luis Victorino
Castro, aun lesionados se metieron al monte y durmieron en los árboles
protegiéndose de sus atacantes. Al día siguiente por la mañana 25 judiciales
acompañados de 80 campesinos de Los Valles peinaron la zona, en la búsqueda de
dos agentes que estaban en calidad de desaparecidos. En el lugar de los hechos
se encontraron más se cien cascajos de Cuernos
de Chivo y de pistola 38 súper.
El
agente José Luis Victorino Castro llegó a la comandancia en Atoyac a las 11 y
media de la mañana del sábado gravemente herido de tres impactos de bala.
También aparecieron con vida Josefa Jiménez Guerrero Jiménez y su hijo recién
nacido, quienes viajaban en la camioneta con la judicial. La alcaldesa María de
la Núñez Ramos informó que la niña herida era nieta del comisario de La Cebada
recién asesinado.
De
inmediato la policía judicial responsabilizó de la emboscada a Cayetano de la
Cruz Galeana y oficialmente informó que los dos agentes desaparecidos, José
Luis Victorino Castro y Alejo Téllez, fueron encontrados caminando por la
carretera que conduce a Mexcaltepec. Esta no era la primera emboscada, el
viernes 26 de agosto, El Sol de Acapulco había
informado de 18 emboscadas a la motorizada y a la judicial en el estado, en lo
que iba del año. Aquí la judicial encabezada por Abelardo Estévez a cada rato era
denunciada por extorsión.
El
martes 15 de noviembre de 1994 salió la noticia de la transferencia del cuartel
militar al gobierno estatal. Mientras eso sucedía los asaltos se daban a cada
rato. El más trágico fue el 19 de
noviembre, cuando encapuchados trataron asaltar, en Monte Alegre, a ocho pasajeros
de una camioneta que bajaba de Santo Domingo hubo dos muertos: María Hernández
Morales de 48 años y Tomás Castro Sánchez. Salieron heridos el conductor
Gerardo Castro Sánchez y Rosendo Corona Castro. Se dijo que el conductor no
escuchó cuando le marcaron el alto y al seguir la marcha les dispararon. El 21
de noviembre, en el paraje conocido como Las Crucitas, un grupo de asaltantes
encapuchados disparó a una camioneta que iba rumbo a El Tambor y salió herida
de un escopetazo Catalina Marcelo González.
El 2
de diciembre de 1994, al medio día la OCSS se manifestó en el Zócalo de Atoyac,
para conmemorar los 20 años de la muerte en combate de Lucio Cabañas Barrientos.
Con esta marcha la OCSS sacó del olvido al guerrillero y dieron inicio las
conmemoraciones ininterrumpidas que se llevan a cabo año con año.
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