Víctor Cardona Galindo
La segunda mitad de la década de los cuarenta fue de
prosperidad para el pueblo de Atoyac. Se construyeron las primeras obras de
irrigación, llegaron las líneas de transporte, conocieron la energía eléctrica,
aunque sea de manera privada se construyó el primer sistema de agua entubada,
la torre de la iglesia lució un hermoso reloj y se fundó el primer jardín de
niños en la cabecera municipal.
Tomando como fuente a Wilfrido Fierro Armenta autor
de la Monografía de Atoyac y siguiendo
el curso de la historia que hemos venido contando en las últimas entregas, a
las 8 de la noche de 23 de septiembre de 1945 fue asesinado, en la ciudad de
Atoyac, el joven Félix Gómez Ávila y la señorita María Luisa Radilla. Félix murió
por prestar auxilio a María Luisa cuando era raptada por Juan Serafín y dos de
sus hermanos del poblado de San Martín de las Flores. La sociedad indignada
pidió a las autoridades municipales un castigo ejemplar para los asesinos. El
día siguiente, cuando lo llevaban a sepultar, el féretro del Félix Gómez fue
instalado por unos momentos frente al Palacio Municipal como manera de
protesta.
Este hecho traería implicaciones posteriores. Juan
Serafín fue asesinado años más tarde, junto
a uno de sus hermanos, por el jefe de la Policía Montada Natividad Paco, ya en
los tiempos del gobernador Raúl Caballero Aburto cuando el lugar conocido como La Trozadura, ubicado en la carretera Atoyac- La Y Griega,
se convirtió en un tiradero de cadáveres.
En esos tiempos era común el rapto
de jovencitas con fines matrimoniales. Los hombres se las llevaban de donde
fuera dejando bañados en llanto a los hermanos menores que las acompañaban. Una
mujer a punto de ser raptada, por un hombre que no quería, se aventó al río y
se ahogó en un remolino siniestro, donde también perdieron la vida muchas
personas en otros momentos.
La tía
Rosa Santiago Galindo, a quien también se robaron cuando era jovencita,
recuerda que en 1946 las refresquerías del Zócalo de Atoyac traían las barras
de hielo, en burro, desde San Jerónimo. A
sus ya casi 100 años de edad Rosa Santiago comenta que junto
al negocio de don Luis Cadena (Calle Juan Álvarez Norte) estaba una
embotelladora de refrescos que se llamaba “El Pato Pascual”. Dice que José
Navarrete vivía atrás de la parroquia y tenía su tienda “La Vencedora” en la
esquina donde después estuvo el consultorio del doctor Orlando Santiago Garibo
y donde ahora venden artículos para cacería. Ella puntualiza que el Jardín de
niños Cuauhtémoc se fundó en 1946 en la esquina de Emilio Carranza y Aldama,
donde ahora está la tienda Milano.
En ese año encontramos que la Unidad Agraria de la Sierra
Cafetalera de Atoyac de Álvarez (UASCAA) seguía contando con su guardia armada.
Rosendo Radilla Pacheco fue nombrado jefe de la guardia armada de San Vicente
de Benítez junto con los hermanos José y David Téllez Sánchez.
Los censos registraban,
en 1941, mil 295 hectáreas de café, superficie que en 1946 apenas se elevó a
mil 490 hectáreas y en 1950 llegó mil 581 hectáreas. Los datos de la época
señalan que se tenía que viajar durante cinco horas, a caballo, para
trasladarse de Atoyac a las fincas más cercanas.
El
ejido cafetalero de El Paraíso se formó en 1946 con 14 ejidatarios a los que
les dieron los primeros certificados de derechos agrarios, posteriormente se
les entregó a los demás. El primer comisario ejidal fue Domingo Negrete y el
último es Amadeo Valdez Rayo.
Margarito Flores
Quintana, el maestro de música más destacado de Atoyac, fundó en El Ticui, a
iniciativa del profesor Benjamín Rivera un conjunto llamado Ritmo Tropical, para
ello obtuvo subsidio, para comprar los instrumentos, de la cooperativa David
Flores Reynada. Este grupo se mantuvo activo hasta 1946 y al desorganizarse Flores
Quintana formó en la cabecera municipal lo que se llamó Orquesta Atoyac misma
que se mantuvo tocando hasta 1961.
Para apoyar a los
productores, la primera quincena del mes de junio de 1933 se instaló en Atoyac el
Banco de Crédito Ejidal, las oficinas estuvieron en la casa de la señora
Agapita Chávez, en la avenida Juan Álvarez norte número 29, su matriz estaba en
Iguala. Este banco organizó sociedades de crédito en los ejidos del bajo y la sierra
y al mismo tiempo los refaccionó con dinero e implementos de labranza hasta el
año 1946. Fungieron como Jefes de Zona, Antonio Albarrán Giles, José Carmen García
Galeana, Roberto Verdeja, Homero Gómez Pérez y Guillermo Escalera Pimentel.
Feliciano Castro Gudiño
fue comandante de la policía urbana en 1946, ya grande Chano Castro moriría en la masacre del 18 de mayo de 1967, cuando
la policía del estado acalló con balas un mitin de padres de familia que se
desarrollaba en la plaza principal de esta ciudad. En 1946 el director de la
escuela Real era el profesor Santos E. Lampart quien seguía luchando para que
los padres enviaran a sus hijos a la escuela.
Ese año el 27 de julio, a las 8 de la noche, fueron
asesinados en la huerta de Cliserio Ayerdi, el joven José González y su esposa
Isabel Gálvez, su muerte fue un misterio nunca se sabría de los asesinos.
Simón
Martínez Abarca como presidente municipal expidió, el 11 de octubre, un permiso
a la señora María Paco para que ensayara en la calle la danza De los Moros.
Todavía el gobierno no aceptaba con agrado que los cultos religiosos salieran a
la vía pública.
Y otro crimen cimbró la sociedad local, el primero
de noviembre a las 7 de la mañana, fueron asesinados Manuel González y su
esposa Perfecta García, cuando ordeñaban sus vacas en el patio de su casa.
El primero de enero de 1947 tomó protesta como alcalde el
líder agrario y jefe de las Reservas Rurales Toribio Gómez Pino, para el periodo 1947-1948, Toribio Gómez no logró
concluir su periodo y fue sustituido en 1948 por Benjamín Luna Venegas.
Fue encontrado, el 21 de enero, dentro de su casa,
en estado de putrefacción, el cadáver de la señora Guadalupe Sequeiro. Dice
Wilfrido Fierro que los zopilotes dieron la alarma pues volaban incansable
rosando las tejas.
La
señorita Gloria García Galeana fue electa, en 1947, reina del Carnaval y el
recurso obtenido por las actividades, así como con la ayuda de la sociedad
local y del gerente de la Sociedad Cooperativa David Flores Reynada de la
fábrica de El Ticuí, Enedino Ríos Radilla, se compró en la joyería y relojería
La Princesa, de la ciudad de México, un gran reloj con un costo de 6 mil 500
pesos que se colocó en una de las torres de la iglesia. A mediados del mes de junio
se emprendieron los trabajos de la torre, donde quedaría instalado. El señor Isaías
Romero, fue el experto mecánico quien lo colocó.
El
domingo 20 de julio de 1947, a las 4 de la tarde, se inauguró el reloj. El acto
que estuvo a cargo de Modesto García, párroco de San Jerónimo de Juárez; con la
presencia de las autoridades municipales y pueblo en general. Esta obra costó
14 mil 600 pesos y fue una labor colectiva.
José
Hernández Meza recuerda que “en la tienda de don Constancio Sánchez se vendía
petróleo que era de color morado y la gente acudía por las tardes para
comprarlo para el alumbrado de sus casas. El molino de nixtamal propiedad del
señor Roberto Mastache que empezó a funcionar el año de 1947 era tendido por el
señor Juan José Reyes Reyes”.
A principios de 1948 el comerciante Luis Urioste,
instaló para su servicio particular una red de agua entubada. Para tal efecto
abrió un pozo en el playón del río, de donde por medio de una bomba y tubería
hizo llegar el líquido hasta su casa ubicada frente a la parroquia, en donde
construyó un tanque de almacenamiento. Aprovechó al mismo
tiempo la venta de agua purificada por garrafón, para tal efecto instaló una
pequeña planta purificadora, pero como las aguas contenían demasiadas sales,
que le deban un mal sabor, optó por suspender el negocio.
En el
año 1948, y siendo presidente municipal Benjamín Luna Venegas se instaló una
nueva red telefónica, que vino a comunicar esta ciudad con los pueblos
circunvecinos como: El Ticuí, El Humo, Corral Falso, Cacalutla, Zacualpan,
Tomatal y Los Arenales. El servicio fue suspendido después de funcionar tres
años por falta de mantenimiento. Los pueblos no quisieron cooperar con esa
labor.
Fue el domingo 29 de febrero de 1948, a las cinco de
la tarde, cuando llegó a esta ciudad, el primer autobús de la línea Estrella de
Oro, abriendo con esta fecha un nuevo servicio de pasaje entre
México-Acapulco-Zihuatanejo. Luego el lunes 18 de marzo arribó a esta ciudad el
primer autobús de línea Flecha Roja, haciendo competencia a la Estrella de Oro
en la ruta México-Acapulco-Zihuatanejo.
Leopoldo Díaz Escudero
obispo de Chilapa bendijo, el 22 de marzo de 1948, las obras de la torre y el reloj.
Y para que se viera más bello el centro, Benjamín Luna Venegas inauguró el 12 de septiembre
el kiosco del jardín Morelos y el corral del parque, ya siendo gobernador del
estado el general Baltasar Leyva Mancilla.
A
gestión del alcalde Luna Venegas a partir del 12 de septiembre de 1948, la
turbina de la fábrica de hilados y tejidos Progreso del Sur Ticuí suministró
energía eléctrica a nuestra ciudad. El servicio se dio a solicitud del comercio
a través de las autoridades municipales quienes hablaron con Enedino Ríos
Radilla gerente de la Sociedad Cooperativa David Flores Reynada. La primera
línea que se tendió fue de bajo voltaje y se concretó únicamente para alumbrar
el jardín Morelos, posteriormente la empresa modificó la red para corriente
alterna, dando el servicio de 23 horas diarias y alumbrado la mayor parte de la
ciudad. Años más tarde Hilda Flores Solís se quejaría, que mientras las casas
de la ciudad se iluminaban con la energía proporcionada por la cooperativa que
llevaba el nombre de su padre, ella se seguía alumbrando con candil.
El primero de enero de 1949 tomó posesión como
presidente municipal constitucional Benito Fierro Fierro y ya siendo presidente
de la república Miguel Alemán Valdés, se inician los primeros
estudios para la planeación y la construcción de un canal de irrigación. Los
estudios estuvieron encabezado por el ingeniero Moisés Sandoval. Y los trabajos
de canalización –dice Wilfrido Fierro- estuvieron a cargo de los ingenieros
Vázquez y José Varela, escogiendo como toma del rio, el lugar conocido como
Huanacaxtle. El primer canal tuvo una extensión de cinco kilómetros al sur,
bañado gran parte de las tierras laborables de las comunidades de Boca de
Arroyo, Corral Falso y la Zuzuca. Para la ejecución de tal obra la Secretaria
de Recursos Hidráulicos contrató a la compañía constructora del general Adrián
Castrejón ex gobernador que en ese tiempo fungía como jefe de una zona militar
en Guerrero. Cabe mencionar también que dicha obra benefició principalmente el
rancho del general Matías Ramos conocido como la Huerta Grande y después como
el Rancho del General.
Una novedad para la época fue que el 10 de agosto el
doctor Juan José Becerra Luna instaló en su consultorio los primeros aparatos
de Diatermia: Rayos Ultra Violeta, Infra Rojo y un gabinete de Rayos X.
La
cooperativa David Flores Reynada estaba bajo la lupa del gobierno. El ingeniero
Nicolás Icaza, del departamento de Protección general de Seguridad Industrial
de la Dirección General de Previsión Social, realizó por segunda ocasión una
inspección, el primero de diciembre de 1949, a la fábrica de Hilados y Tejidos
de Algodón y Fioco. Encontró que laboraban 288 obreros: 165 hombres y 123 mujeres. Ya no existía el sindicato los
socios de la cooperativa lo controlaban todo.
En 1949
el presidente municipal Benito Fierro Fierro inauguró un nuevo Mercado, era un
galerón construido con barrotes y techo de láminas de cartón que los locatarios
de la Plaza Morelos hicieron por su cuenta, ahí se vendían frutas y legumbres.
Debido a la insuficiencia del local el año siguiente fue cambiado, por el mismo
alcalde, a la plazuela la Perseverancia abriendo con ello un nuevo centro de
abasto. Para el caso los mismos locatarios, con la ayuda de la administración municipal,
construyeron otro galerón y posteriormente procedieron a levantar casetas para
fondas, panaderías, carnicerías y para otros artículos de primera necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario