sábado, 23 de abril de 2016

Guerrilleros III


Víctor Cardona Galindo
Sucedió que el 19 de noviembre de 1971, un comando de Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) secuestró a Jaime Castrejón Díez, rector de la Universidad Autónoma de Guerrero y gerente de la Coca Cola, a la altura de la desviación de Casa Verde, en plena cañada del Zopilote, cuando se trasladaba de su domicilio de Taxco de Alarcón a la ciudad de Chilpancingo.
Como rescate, los guerrilleros, exigieron la excarcelación de nueve presos políticos, dos millones y medios de pesos en efectivo y la presentación de 15 detenidos. Hacía poco, el 27 de septiembre de 1971, el Frente Urbano Zapatista (FUZ), había secuestrado con éxito al jefe de Administración de Aeropuertos, Julio Hirschfeld Almada consiguiendo como rescate tres millones de pesos.
Credencial del joven maestro Genaro Vázquez Rojas, quien 
después sería el guerrillero más buscado del país, hasta 
su muerte el 2 de febrero de 1972. Foto tomada del libro
México Armado de Laura Castellanos.

De acuerdo a la versión de Arturo Miranda Ramírez y Carlos G. Villarino Ruíz en su libro El otro rostro de la guerrilla 40 años después, la guerrilla acusaba a Castrejón de servir de punta de lanza del imperialismo en su campaña de penetración cultural en el país. Estaba considerado como uno de los hombres más ricos de la entidad. Su capital se estimaba en más de 200 millones de pesos. Al ser propietario de las embotelladoras Yoli y Cocacola, en todo el estado, se le ubicó como capitalista pro imperialista. Tenía una estrecha relación con el presidente de la república y con el gobierno local.
Jaime Castrejón, de 39 años de edad, tenía estudios en Estados Unidos e Inglaterra. Ex presidente municipal de Taxco de 1966 a 1968, vicepresidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), rector de la UAG desde 1970. Dueño de las embotelladoras de refrescos en Acapulco, Iguala, Taxco y Ciudad Altamirano.
Castrejón nació en Taxco el 22 de mayo de 1931. “Cursó el plan piloto de Humanidades del doctor Robert Hutchis, en la Universidad de Chicago, de 1949 a 1950. Obtuvo el título del bacteriólogo en la Universidad de California en 1954, y luego obtuvo la maestría en bacteriología y microbiología en la Universidad de Bristol Inglaterra en 1955-1956. Además obtuvo el doctorado en microbiología en Tulane University en 1961 e hizo un curso de posdoctorado en la misma universidad, de 1961 a 1962”, informaba Excélsior el 20 de noviembre.
Por Arturo Miranda sabemos que el comando hizo un primer intento de secuestro pero fracasó por su inexperiencia. “Antes del amanecer aquel día 10 de noviembre de 1971 salió el comando y unas horas después volvía a la comunidad sin haber realizado la acción”.
Nueve días después, cuatro hombres armados con metralletas, vestidos de militares y con cascos secuestraron a las 9:30 horas al rector Jaime Castrejón Díez, a quien obligaron a detener su automóvil en el kilómetro 240 de la carretera México-Acapulco. El expresidente municipal de Taxco venía acompañado de su esposa Ruby Nickel y su chofer Ángel Traviesa a quien también se llevaron y soltaron después. El rector fue trasladado a un lugar cercano al poblado de Maxela y junto con el comando inició el ascenso a las montañas localizadas al sureste de dicho poblado.
“Durante el secuestro nadie llegó a sospechar que un ancianito sordo y casi ciego fuera quien puntualmente en un borrico más flaco que el caballo de don Quijote, llevara los alimentos y la información que requería Genaro y el comando. El viejecito pasaba desapercibido a policías y soldados que peinaban la región de Maxela”.
Ese 19, a las 8:00 horas salió Castrejón y acompañantes de Taxco rumbo a Chilpancingo, en su automóvil Galaxie 1971 blanco, cuando en el lugar conocido como Venta Vieja, les salió un coche Dodge Coronet, verde olivo, que los comenzó a perseguir, más adelante les cerró el paso atravesándose en la carretera, del automóvil descendieron cuatro sujetos que los rodearon y luego bajaron al doctor y el chofer para llevárselos. Como cerca de donde fue secuestrado Castrejón está el camino que lleva a Tlacotepec, los cuerpos policiacos pensaron que se lo llevaron rumbo a la sierra.
Ese día el comando esperó al rector a un lado de la carretera a la altura de Xalitla; para evitar que se hicieras sospechosos, “los compañeros calcularon con mucha precisión la hora en que el rector pasaría por el lugar; a las 9:30 apareció con rumbo a Chilpancingo en un Ford Galaxie último modelo, placas de circulación 99 HAS… fue perseguido por más de 20 kilómetros hasta que por fin, unos 300 metros después de la desviación de la carretera a Filo de Caballos fue interceptado”, dicen Miranda y Villarino. Los guerrilleros iban disfrazados de militares incluso Genaro llevaba insignias de oficial.
“Su esposa de origen norteamericano, les gritaba en un español casi inentendible, que se quejaría con Gral. Hermenegildo Cuenca Díaz, jefe de la Defensa Nacional por el atropello de que eran objeto; Bracho tuvo que introducir presurosamente el cañón del M-2 por la ventanilla para evitar que terminaran de cerrarla y ya no pudieran bajar al rector del vehículo; finalmente lo pasaron a él y a su chofer al Dodge Coronet y emprendieron el retorno hacia Iguala a la máxima velocidad que alcanzaba el vehículo”.
La señora pidió un aventón a Chilpancingo porque las llaves del coche en que viajaban, se la llevaron los plagiarios. “Como medida de precaución los miembros del comando guerrillero tiraron las llaves del carro al río del cañón del Zopilote”, se lee en El otro rostro de la guerrilla 40 años después.
Más tarde el chofer Ángel Traviesa fue liberado en un paraje, de la carretera, rumbo a Mayanalán y llegó a las 13: 28 a Chilpancingo, inmediatamente fue llevado ante el procurador Francisco Román Román, donde le mostraron fotografías entre las cuales identificó a Genaro Vázquez Rojas. El chofer dijo que al sentirse perseguido aceleró pero que el doctor le dijo “No hay problemas, son del Ejército, debes obedecer”. Casi al llegar a Casas Verdes el Coronet verde olivo los rebasó y se les cerró “rápidamente bajaron los cuatro individuos armados, abrieron violentamente las portezuelas del Galaxie del doctor y los sacaron a él y a mí a jalones y empujándonos con fuerza nos obligaron a subir al carro de ellos. Todo fue muy rápido en menos de un minuto”, dijo a Excélsior Ángel Traviesa.
El chofer agregó: “La señora Ruby se quedó dentro del automóvil. Lloraba y gritaba pidiendo a los secuestradores que no se llevaran a su esposo. Fue cuando uno de los secuestradores le gritó: ‘No grite. Quédese quieta. A su esposo no le pasará nada si se porta bien’ ”.
Los periódicos dijeron que el gobernador Israel Nogueda Otero andaba en Tepecoacuilco en una ceremonia oficial y al ser informado del secuestro de inmediato regresó a Chilpancingo. El general Manuel Enríquez comandante del 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo, de inmediato movilizó al 49 Batallón de Infantería destacamentado en Iguala, que estaba al mando del general Oscar Archila Moreno, para que peinara las zonas aledañas a la carretera entre Mezcala e Iguala. Fueron los soldados quienes localizaron el coche Dodge Coronet 1967, color verde olivo, con placas de circulación DUG-73 del Distrito Federal, de quien al principio se dijo fue robado en la capital a la compañía “Cherek Mark”, abandonado sobre la cortina de la presa de Tepecoacuilco, a diez kilómetros de Iguala, sobre la carretera nacional.
Castrejón había llegado a la rectoría en 1970, cuando la contienda se definió entre tres candidatos finalistas: doctor Amín Zarur Menez, el licenciado José Herrera Peña y el doctor Jaime Castejón Diez. El 14 de enero, con 75 delegados efectivos y la presencia de 300 estudiantes y en votación secreta el Consejo Universitario eligió como rector al doctor Jaime Castrejón Diez. Se dice que su elección en el Consejo no causó mayor inquietud porque los consejeros estaban perfectamente controlados por el PRI.
Luego el 17 de enero de 1970 a las 12:45 horas tomó protesta como rector con la asistencia de unas 700 personas en una transición sin división estudiantil. Desde el principio de su rectorado Castrejón reactivó la vida académica, promoviendo cursos de superación docente y ciclos de conferencias. Abrió las carreras de Técnico Constructor; licenciado en turismo y envió la escuela de agricultura a Iguala y la de Comercio al puerto de Acapulco.
Inició una reforma universitaria mediante un proyecto llamado “Autoestudio” que pretendía hacer una evaluación de la Universidad en la cual se programaba la participación de todos los universitarios.
Por su prestigio a principios de 1971 el rector Castrejón fue electo presidente de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES). Sin embargo los acontecimientos que se avecinaban cambiarían definitivamente la vida de la máxima casa de estudios.
Su secuestro causó mucha agitación en la Universidad, el  21 de noviembre, el Consejo Universitario se declaró en sesión permanente hasta que llegara sano y salvo el rector. Ese mismo día la directora del Instituto México, Concepción Ramírez Altamirano, le dijo a Excélsior “que su hijo desapareció desde el viernes y que presumía había sido detenido en relación con el plagio”. Los periódicos ubicaban a Humberto Espinobarros Ramírez, como izquierdista egresado de la escuela de economía de la Habana Cuba.
“El primer comunicado dirigido a la familia del secuestrado fue elaborado con una máquina de escribir propiedad del administrador de la terminal de autobuses Flecha Roja y se hizo llegar el 23 de noviembre, a través del campesino Marcelo Carreño, al sacerdote de la Iglesia de Santa Prisca, en Taxco, y, posteriormente, éste lo entregó a la familia. Sin embargo el texto oficialmente se extravió, por lo que el comando se vio obligado a emitir otro”, se comenta en El Otro Rostro de la Guerrilla 40 años después.
El segundo comunicado estaba firmado en el Campamento Revolucionario “José María Morelos”, en las montañas del Sur, el 24 de noviembre de 1971, los rubrican Juan José Montes y Nicolás Barrera por Comité Armado de Liberación General Vicente Guerrero. Amenazaban con pasarlo por las armas si el 28 de corrientes a los 12 del mediodía no se satisfacían las condiciones para su liberación.
El documento fue leído la noche del día 26, en el noticiero “24 Horas” por Jacobo Zabludowsky, en el cual se pedía a cambio de la vida de Castrejón, la liberación de nueve presos políticos, la presentación de 15 inocentes detenidos y la entrega de dos y medio millones de pesos.
El texto que fue publicado al día siguiente por la prensa nacional, consideraba a Castrejón como miembro connotado de la oligarquía pro imperialista que nos gobierna. “Nuestro acto constituye la respuesta armada de las fuerzas del pueblo a la grave y criminal represión que por todo lo que va del presente año han realizado el Ejército y las policías al servicio del gobierno contra los compañeros, sobre todo en esta región sur de nuestra patria; así también contra las torturas incalificables que han venido sufriendo los presos políticos y a quienes utilizando el puesto de rector, que actualmente ejerce, sirve a la penetración cultural imperialista”.
Exigía  la libertad de los presos políticos: Florentino Jaimes, Mario Menéndez, Demóstenes Onofre, Concepción Solís, Ceferino Contreras, Antonio Sotelo, Rafael Olea, Santos Méndez e Ismael Bracho Campos, brindándoles opcionalmente por la embajada diplomática que escojan, el salvoconducto correspondiente para su salida del país; y poner en manos de tribunales legales de justicia a todos los campesinos que padecen detención indefinida e incomunicación en distintos cuarteles del Ejército, bajo falsas acusaciones y declaraciones arrancadas con torturas, de participación en nuestro movimiento revolucionario armado, entre otros: José Garay, Francisco Garay, Sixto Flores, Cliserio de Jesús, Efrén Gutiérrez, Miguel García Martínez, José Ramírez, Crescencio Calderón, Mellado Martínez, Juan de Jesús, Hilda Flores, Eusebio Arrieta, Marcos Saldaña, Ángel Piza y Justino Piza.
Por estricta vía familiar entregarse el rescate de dinero en efectivo por la cantidad de dos y medio millones de pesos a la persona designada por el detenido, con carta de identificación al respecto. “Dinero que servirá para auxiliar a las víctimas de la represión del gobierno”.
De los nueve presos para quienes se exigía su liberación, Mario Menéndez, Florentino Jaimes, Demóstenes Onofre y María Concepción Solís Morales, estaban detenidos en le ciudad de México, los otros se encontraban en la penitenciaría de Chilpancingo, muchos estaban en espera de juicios por supuestos delitos relacionados con las actividades de la ACNR.



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