Víctor Cardona Galindo
Al conocerse el comunicado de los plagiarios de Jaime
Castejón Díez. El secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, por orden
presidencial, aceptó las condiciones y giró instrucciones para que la Dirección
Federal de Seguridad (DFS) se hiciera cargo del traslado de los presos, cinco
estaban en la cárcel de Chilpancingo y cuatro en cárceles de la Ciudad de
México.
La Procuraduría General de la República y la Procuraduría
de Justicia del Distrito y Territorios Federales se desistieron de la acción
penal ejercida contra Florentino Jaimes Hernández, Mario Renato Menéndez
Rodríguez y Demóstenes Onofre Valdovinos, presos en la cárcel preventiva de la
ciudad y María Concepción Solís Morales prisionera en la cárcel de mujeres de
Santa Marta Acatitla. Los jueces les dieron su boleta de libertad.
Genaro
Vázquez Rojas y su esposa Consuelo Solís Morales
quienes se conocieron en la
Escuela Nacional de Maestros.
Foto
tomada del libro México Armado de
Laura Castellanos.
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En cuanto a los presos de Chilpancingo, Ceferino Contreras
Ventura, cayó prisionero después que fue herido durante el rescate de Genaro
Vázquez de la cárcel de Iguala. Rafael Olea Costaneira, el doctor Roca, que la prensa ubicaba como médico de Vázquez Rojas;
Santos Méndez Bailón, Ismael Bracho Campos y Antonio Sotelo Pérez eran juzgados
por el secuestro del banquero Donaciano Luna Radilla, y para los trámites de
canje fueron llevados al Campo Militar Número 1.
El
sábado 27 de noviembre de 1971 fue entregado el dinero del rescate, a través
del obispo de Cuernavaca Sergio Méndez Arceo. Los dos y medio millones de
pesos, en billetes de banco de baja denominación y de mil pesos. Al día
siguiente un avión de la Fuerza Aérea Mexicana trasladó a los presos canjeados
a La Habana Cuba. Viajaron Mario Renato Menéndez Rodríguez detenido desde 1970,
Demóstenes Onofre Valdovinos, Florentino Jaimes Hernández, María Concepción
Solís Morales, Santos Méndez Bailón, doctor Rafael Olea Castaneira, Ismael
Bracho Campos, Antonio Sotelo Pérez y Ceferino Contreras Ventura.
La liberación fue coordinada por el subdirector de la DFS
Miguel Nazar Haro, para ello la madrugada del sábado 27, fueron trasladados los
reos de Chilpancingo al Campo Militar Número 1 de donde salieron al aeropuerto
para juntarse con sus otros cuatro compañeros que salieron a las 5:10 de las
cárceles de la Ciudad de México, custodiados mediante un aparatoso operativo de
seguridad.
El 28 de noviembre, llegaron a Cuba, los nueve presos, que
fueron aceptados como asilados “estrictamente por razones humanitarias”, a
pedido del gobierno de México, pues Cuba nada tenía que ver con Genaro Vázquez,
publicaba el Excélsior del 29 de
noviembre de 1971.
“El avión DC-6 matricula PT10012, despegó de la
plataforma militar del aeropuerto internacional de la Ciudad de México a las
7:01 horas y aterrizó a las 13:38 horas en el aeropuerto internacional de
Rancho Boyeros José Martí, de la Habana”, informaba Excélsior. El grupo viajó
acompañado del tercer secretario de la embajada de Cuba, Manuel Cortina Castro.
La nave hizo una escala técnica en Mérida.
De la lista de los 16 desaparecidos, siete se encontraban
presos en Chilpancingo: Francisco Garay, Sixto Flores, Cliserio de Jesús, Efrén
Gutiérrez, Hilda Flores, Marcos Saldaña y Justino Piza que fueron puestos a
disposición de los jueces, el resto jamás apareció.
Los restantes de la lista: José Garay, Daniel Martínez,
José Ramírez, Crescencio Calderón, Villado Martínez, Juan de Jesús, Eusebio Arrieta,
Mario Saldaña y Ángel Piza Fierro dijo el gobernador Nogueda Otero “no se sabe
quiénes son ni donde están”.
Con el secuestro de Castrejón, Genaro reivindicó a casi
todos sus presos desde su liberación el 22 de abril de 1968, a los de Tlacalixtlahuaca en la
Costa Chica, cuando la ACNR incursionó por esos lugares en 1970; los detenidos
por el secuestro de Donaciano Luna Radilla ocurrido e1 29 de diciembre de 1970
y el de Agustín Bautista Cabrera que se dio el 11 de abril de 1971. Los
apresados en las escaramuzas de El Refugio el 14 de
mayo y La Peineta ocurrida el 28 de junio de 1971. También reivindicó a quien
le dio mayor difusión a la ACNR en la revista Porque? Mario Menéndez Rodríguez preso por conspiración, invitación
a la rebelión, asociación delictuosa y fabricación de bombas y artefactos
explosivos.
Reivindicó
también a quienes realizaron acciones en la ciudad como Florentino Jaimes Hernández quien era parte del comando que a las
8:40 horas del 19 de abril de 1969, en la esquina de las calles Xola y Aragón
colonia Álamos de la Ciudad de México, asaltó una camioneta del Banco Comercial
Mexicano, que transportaba 2 millones 785 mil pesos en efectivo.
Ese día además de Florentino fu detenido Juan Galarza Antúnez y
ambos torturados salvajemente. Juan Galarza murió asesinado a golpes por la
policía y con la información obtenida de los bestiales interrogatorios, fue
detenido en Coyuca de Catalán el 19 de mayo de ese año Epifanio Avilés Rojas
quien sería el primer desaparecido político. Llamó la atención que Genaro no reivindicó
en su comunicado a Epifanio, tal vez porque pensaba que había sido tirado al
cráter del Popocatépetl por la policía.
Reivindicó además a su cuñada María Concepción Solís Morales
quien había organizado el primer comando urbano
denominado grupo abastecedor, encargado de realizar expropiaciones para
suministrar a la guerrilla que se movía en las montañas de Guerrero. Decían los
medios que María Concepción Solís Morales, fue consignada el 21 de julio de
1971, al ser detenida con un grupo de guerrilleros que asaltaron la
Distribuidora Comercial de México y la Central de Choferes instalada en el
edificio del PRI regional de la capital. Los órganos de gobierno estaban
convencidos que ella había conseguido el armamento que portaban los
guerrilleros cívicos y que lo envió a la sierra por medio de Jorge Mota
González.
Lamentablemente, algunos detenidos ya no se pudieron
rescatar de las manos de los cuerpos policiacos y están en la larga lista de
los desaparecidos. Sin embargo por primera vez en México un comando guerrillero
obligó al gobierno de Echeverría a soltar presos políticos y enviarlos a otro
país. Aunque no les duró mucho el gusto. Dos meses después, nuevos presos de la
ACNR suplieron a los excarcelados en la Penitenciaría General del Estado en
Chilpancingo.
Al amanecer del 1 de diciembre Castrejón llegó a su
domicilio, después de estar 12 días en cautiverio, durmiendo en cuevas y
zanjas, caminando de noche o al atardecer, comiendo tortilla con queso, casi
sin probar agua. Custodiado siempre por cuatro hombres. Entre un montón de
fotos que le llevó la procuraduría el rector identificó a Genaro Vázquez y José
Bracho.
La guerrilla dejó al rector en las inmediaciones de una
gasolinera localizada en Sabana Grande, cerca de Iguala. Dice Arturo Mirada y
Carlos G. Villarino en libro En otro
rostro de la guerrilla 40 años después “Los guerrilleros tuvieron que
desplazarse hasta las inmediaciones de la gasolinería localizada en Sabana
Grande, cerca de Iguala, no sin antes pedirle que firmara un documento donde
hacía constar que algunos raspones que presentaba no se los habían hecho los
guerrilleros; de ese lugar fue recogido y trasladado a su hogar en la ciudad
platera de Taxco”.
“Fue liberado las 4:45 horas, en
la Sabana Grande, cerca del rumbo donde fue secuestrado, llegó acompañado por
dos policías judiciales que estaban de guardia en la gasolinería cercana. Bajó
de la sierra a pie, solo; los secuestradores lo trataron bien. Durante dos
días, después de la entrega del rescate, lo tuvieron en varias partes de la
sierra, lugares que no puede revelar exactamente. Se trasladó a su domicilio
donde fue recibido por sus familiares”, decía un reporte de la Secretaría de la
Defensa Nacional (Sedena).
Después de liberarlo los
miembros del comando del ACNR se dirigieron a marchas forzadas rumbo a
Huitzuco, haciéndose pasar por exploradores de minas en la región, pidieron un
aventón a un camión refresquero. “Así llegaron hasta Izúcar de Matamoros,
Puebla, donde ya los esperaba el combativo e inolvidable cívico Elpidio Ocampo
Mancilla, responsable del trabajo político entre las masas en la ciudad y de
logística”, comentan Miranda y Villarino.
Horas después, de la liberación de Castrejón, se inició una
feroz persecución contra el comando guerrillero. Soldados de la 27 Zona Militar
de Acapulco y de la 35 con sede en Chilpancingo, agentes de la Policía Judicial
del Estado, de la federal, la Motorizada y Montada, Servicios Especiales y
refuerzos provenientes de la Ciudad de México comenzaron a “limpiar la sierra
de Guerrero de roba vacas”.
La
persecución, con todos los efectivos policiales y militares disponibles, se
inició inmediatamente intentando “peinar” parte de la sierra. En un primer
momento los mayores esfuerzos se dirigieron hacia la zona de Maxela y
Coacoyula, poblados en donde se sabía que la ACNR contaba con el apoyo de los
habitantes. Posteriormente, las investigaciones se extendieron hasta la sierra
de Atoyac, con la ayuda de helicópteros y avionetas.
En
los tres primeros días, se catearon cuando menos de 300 casas en busca de los cívicos
guerrilleros y de los campesinos que los apoyaban, de paso decomisaron pistolas
y rifles. Desde el 3 de diciembre agentes de la Policía Judicial Militar, que
comandaba el general Vicente Fonseca, se sumaron a la persecución reprimiendo a
la población campesina. En los primeros días unas sesenta personas fueron
detenidas e “interrogadas” y trasladadas de la sierra a la Zona Militar de Chilpancingo.
Allá fueron objeto de torturas cuando les preguntaba por el paradero de Genaro.
Pero al no encontrarles nada fueron liberados.
Con el objetivo
de capturar y destruir a la ACNR, la 35 Zona Militar montó una operación
militar sin precedentes en la región Maxela a Tonalapa del Sur y Coacoyula de
Álvarez, municipio Tepecoacuilco. Estaba lleno de militares La Mojonera,
Alcamantitlan, Tlampatitlan, Las Mesas, municipio de Cocula Guerrero. Los
documentos de la Sedena mucho hablan de los agrupamientos Alfa y Beta.
En
un boletín de la Sedena, publicado por Excélsior,
daban a conocer la detención de Carmelo, Carlos y Gabriel, asaltantes del banco
de Acapulco y decían que Carlos Ceballos “junto con Gustavo Hirales, José Luis
Alonso y Ramón Alapizco efectuaron el asalto a las oficinas de la Unión Nacional
de Productores de Azúcar S. A. (UNPASA) en Tijuana Baja California, en el mes
de julio.
La Sección
Segunda del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional da a conocer
un boletín de prensa titulado: “El ejército captura a peligrosos bandoleros pertenecientes
a la gavilla de Genaro Vázquez Rojas”.
“Durante las
operaciones que el ejército está llevando a cabo en la Sierra de Guerrero para
buscar a los secuestradores del doctor Jaime Castrejón Diez, rector de la
Universidad Autónoma de esa entidad, elementos del 50º Batallón de Infantería
capturaron en la región de Atoyac de Álvarez a Carmelo Cortes Castro, Carlos
Ceballos Loya y Gabriel Barrientos Reyes integrantes de la gavilla de Genaro
Vázquez Rojas y a quienes se les decomisó armas y municiones.
El ejército
informó también que fue detenido Vicente Erais Sánchez Antonio, miembro de la
gavilla de Genaro Vázquez Rojas y quien compró el carro Dodge Coronet en el que
fue secuestrado el rector y a quien además se le decomisó una camioneta Willys
que Genaro Vázquez utilizaba para moverse en la sierra guerrerense.
El 3
de diciembre de 1971, Rubén Figueroa
afirmó: “A lo mejor yo soy el próximo secuestrado”. En referencia a Genaro
Vázquez opinó: “Es un hombre orillado por las circunstancias a delinquir”, al
mismo tiempo que se lanzaba contra Lucio Cabañas.