Víctor Cardona Galindo
Obligado
por las circunstancias, el 12 de marzo de 1996, Rubén Figueroa Alcocer pidió licencia
para abandonar la gubernatura de Guerrero. Había un apoyo confuso y debilitado
de su partido, las presiones internacionales y nacionales eran cada vez más
frecuentes y organizadas, se notaba ya el alejamiento del ejecutivo nacional. Por
eso el Congreso del estado, autorizó su licencia definitiva para separarse del cargo
y así facilitar la investigación del caso Aguas Blancas que ya estaba llevando la
Suprema Corte de Justicia de la Nación. A la una de la tarde se separaba
definitivamente del gobierno.
Luego
de entregar el documento al Congreso, el todavía gobernador, se enfiló
acompañado de su familia y sus amigos más cercanos al aeropuerto de
Chilpancingo, tomó un helicóptero que lo llevó al Puerto de Acapulco de donde
voló a los Estados Unidos, y a las siete de la noche llegó a su casa de Houston
Texas. Se fue temporalmente de Guerrero cuando faltaban 21 días para que
cumpliera sus primeros tres años de gobierno.
Aniversario de la masacre de Aguas Blancas |
Se
separó del cargo para “no convertir a mi persona en factor de inestabilidad o
pretexto para que en Guerrero no impere el Estado de derecho, la paz y la
tranquilidad de la población”.
La
solicitud de licencia fue leída en el Congreso por el diputado priista Santiago
Salazar Bautista, se escuchó en el recinto, “mi conducta se ha apegado todo el
tiempo al derecho… Todas mis acciones se encaminaron a promover el desarrollo
con armonía y tranquilidad de la población”.
Rubén
Figueroa dijo que su solicitud de licencia obedecía a “mi más firme voluntad
por facilitar la investigación que la Suprema Corte de Justicia de la Nación
está realizando sobre los lamentables hechos ocurridos el 28 de junio… y así
contribuir a que en la entidad, no se altere el clima de paz y tranquilidad que
demanda el sostenimiento del Estado de derecho”.
En el
documento entregado al Congreso, Figueroa Alcocer se deslinda de su posible
implicación jurídica en la matanza de los 17 campesinos el 28 de junio de 1995
y dice: “instruí una acción política que no fue entendida y carezco de
participación alguna en el desarrollo de los sucesos que llevaron a los lamentables
homicidios”.
Y
continúa: “No es el gobierno del estado quien ha vulnerado la posibilidad de
esclarecer a cabalidad los sucesos de Aguas Blancas, sino los dirigentes y
militantes del Partido de la Revolución Democrática, que han buscado exacerbar
los ánimos y que no se haga justicia, como lo prueban la resistencia a la
diligencia de exhumación y renecropsia de quienes fallecieron con motivo de
estos hechos y la presentación de testimonios falsos”.
“Este
partido político, ante el débil apoyo que recibe en las urnas, busca hacerse
del poder por medios ilegítimos. En el fondo ha puesto sus ambiciones en el
aprovechamiento de los lamentables sucesos de Aguas Blancas”.
Entre
otras cosas destaca: “No puede soslayarse por la opinión pública nacional que
el origen de los hechos de Aguas Blancas se ubica en la solicitud de la Sra.
Ma. de la Luz Núñez Ramos, presidenta municipal de Atoyac de Álvarez, para
impedir la movilización de los miembros de la Organización Campesina de la
Sierra del Sur hacia el Palacio Municipal de esa localidad”.
Y
sobre María de la Luz agrega: “En las expresiones de su actitud oportunista se
dio a la tarea de elogiar la gestión a mi cargo por los acuerdos a que llegó
con el gobierno del estado en diciembre del años pasado; ahora vuelve a los
señalamientos facciosos y fantasiosos”.
Ese 12
de marzo fue designado, por el Congreso, gobernador sustituto Ángel Heladio
Aguirre Rivero. Para las 2:15 de la tarde del mismo día, el hasta entonces
presidente del Comité Ejecutivo Estatal del PRI, entró al relevo como
gobernador interino para el resto del sexenio. Aguirre fue elegido con el voto de
33 diputados, el PAN propuso al primer astronauta mexicano Rodolfo Neri Vela
que únicamente obtuvo dos votos. El PRD no propuso candidato pero si cuestionó
al ometepequense diciendo que tuvo que ver con el sangriento desalojo de
perredistas en 1990.
Aguirre
Rivero quien consideró que se le adelantó el reloj, porque dentro de tres años
buscaría la gubernatura, dijo que su postura sería de absoluto respeto a los
ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que investigaban el caso
Aguas Blancas. “Mi gobierno les brindará todo el apoyo y las facilidades que
ellos requieran, para un mejor desempeño de la responsabilidad que les ha sido
encomendada”.
El
mismo día que tomó protesta Ángel Aguirre Rivero recibió a cinco viudas de
Aguas Blancas llevadas por el presidente municipal de Coyuca de Benítez,
Ezequiel Zúñiga Galeana, y que se habían “volteado” con el gobierno. En la
reunión que se llevó a cabo en el Palacio de Gobierno el nuevo mandatario les
prometió estar atento a los reclamos que haya y seguir apoyando a sus hijos
con becas para sus estudios y
alimentación.
Ante
la presión de la prensa, el 17 de marzo, María de la Luz Núñez Ramos pidió
licencia para dejar la presidencia municipal de Atoyac. La alcaldesa de Atoyac
había dicho que dejaría el cargo si Rubén Figueroa renunciaba a la gubernatura
de Guerrero. Por eso a las 8:15 de la noche de ese domingo, con la ausencia de
los tres regidores priistas: Crescencio Olea, José Luis Serrano y Lucio Flores,
la mayoría perredista rechazó la solicitud de licencia. El síndico Wilibaldo
Rojas Arellano dijo que no existía sustento legal ni motivos para aprobarla.
Ante
cientos de atoyaquenses congregados en el zócalo de Atoyac, la alcaldesa hizo
la solicitud de licencia. La gente se había congregado desde las tres de la
tarde portando pancartas a favor de la administración. “Como hembra cumplidora
someto a su consideración, se me conceda licencia para sepárame del cargo, dijo
ante el pueblo que junto con su cuerpo edilicio rechazó de manera unánime la
propuesta (…) Lo hago frente al pueblo y no frente al Congreso porque el pueblo
me eligió con el 70 por ciento de sus votos”, escribieron en El Sol de Acapulco, Verónica Castrejón y
Rubén Ríos Radilla.
Después
de la votación los ahí presentes realizaron una marcha por las avenidas Juan
Álvarez y Aquiles Serdán portando antorchas y pancartas “mediante lo cual
manifestaban su solidaridad para con la alcaldesa, quien ante la actitud del
pueblo guardó silencio en señal de aprobación por la decisión que la reclama en
la presidencia municipal de Atoyac hasta el final del periodo legalmente
establecido”, decía la nota de El Sol de
Acapulco.
Al día
siguiente los regidores del PRI, Crescencio Olea, José Luis Serrano y Lucio
Flores, calificaron como una farsa la solicitud de licencia presentada por
María de la Luz Núñez ante el pueblo, consideraron que el documento debió ser
presentado al Congreso del estado. Dijeron que no asistieron a la sesión de
cabildo abierto porque la alcaldesa se puso de acuerdo previamente con los regidores
del PRD en el sentido que rechazaran su solicitud de licencia. Luego demandaron
una auditoria a la administración perredista porque “sospechan de un cuantioso
fraude que se ha estado efectuando desde que María de la Luz asumió la
alcaldía”.
“En
tres años que gobernó Rubén Figueroa Alcocer, 84 perredistas fueron asesinados
por motivos políticos, ejecutados por policías, priistas, allegados a los
presidentes municipales y caciques. Después, en los dos primeros años de
gobierno del sustituto, Ángel Aguirre Rivero, se reportaron 63 caídos por la
represión”, dice Maribel Gutiérrez en su libro Violencia en Guerrero.
A
pesar del cambio en la gubernatura la violencia continuó. “La cadena de
crímenes políticos parece interminable. De la OCSS, el 29 de marzo de 1996 fue
asesinado Gonzalo Pastor Vinalay, de 33 años, con disparos de fusil M-1, y
después le cercenaron la cabeza. Fue el primer asesinato político que ocurrió
después de que Figueroa dejó la gubernatura”, dice Maribel.
Un
hecho vino a cambiar el destino de muchas familias en la sierra de Atoyac, el 31 de marzo de 1996, un grupo de hombres armados con
rifles de alto poder y pistolas
automáticas y encapuchados secuestraron en el paraje denominado “El Espinazo
del Diablo” a Luis Atanacio Chamú, quien iba acompañado de su hermano Evaristo
de los mismos apellidos y varios sobrinos. En esa ocasión a pesar de estar
encapuchados lograron identificar a los judiciales José Isabel Castañeda y
Ausencio Castañeda Urióstegui. Así como a Pascual y Esteban Delgado Flores.
Por otro lado la OCSS tomó la alcaldía
de Coyuca, el 10 de abril de 1996, y a partir del jueves 11, los cerca de 300
campesinos impidieron el paso de alimentos al alcalde coyuquense, Ezequiel
Zúñiga Galeana, así como a 10 de sus colaboradores que permanecían encerrados
en el edificio de la presidencia. Ya la OCSS formaba parte del Frente Amplio
para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional (FAC-MLN), que se
fundó los días 27 y 28 de enero de ese año en Acapulco, durante el Tercer
Encuentro por la Unidad y el Diálogo Nacional.
Con
esta protesta exigían el cese a la persecución contra militantes de la OCSS,
castigo a los autores intelectuales de la muerte de los 17 campesinos de Aguas
Blancas, la anulación de las órdenes de aprehensión libradas en contra de
Benigno Guzmán, Hilario Mesino y Marino Sánchez Flores.
Las
investigaciones de la Suprema Corte no estuvieron exentas de confusiones y
obstáculos recurrentes que evitaron, la rapidez y objetividad de la indagación
del caso. Los ministros de la suprema Corte de Justicia, Juventino Castro y
Castro y Humberto Román Palacios, con un equipo de peritos y profesionales, se
entrevistaron con todas las partes involucradas en el caso Aguas Blancas,
hablaron con los sobrevivientes que nunca fueron llamados a declarar por la
fiscalía, se trasladaron a Guerrero y en el vado de Aguas Blancas practicaron
una reconstrucción de los hechos con los propios sobrevivientes.
El 12
de abril de 1996, presentaron al pleno de la Suprema Corte un informe que fue
aprobado, y enviado a las autoridades que pudieron intervenir jurídicamente en
consecuencia: al presidente de la República, por conducto del secretario de
Gobernación, al procurador general de la República, al gobernador de Guerrero,
al Congreso y al Tribunal Superior de Justicia del Estado.
Los
ministros Humberto Román Palacios y Juventino Castro y Castro, en un documento
de 150 cuartillas aprobado por unanimidad por los once ministros de la Suprema
Corte, determinaron que el gobernador con licencia y siete ex funcionarios más,
eran responsables de la violación generalizada a las garantías individuales en
la matanza de Aguas Blancas.
Para los
ministros “resultó evidente que existió un desmesurado deseo de encubrir a
través del engaño, y que en esta acción estuvieron directamente involucrados:
Rubén Figueroa Alcocer, José Rubén Robles Catalán, ex secretario general de
Gobierno; Antonio Alcocer Salazar, ex procurador general de Justicia del
Estado; Rodolfo Sotomayor Espino, ex primer subprocurador general de Justicia;
Gustavo Olea Godoy, es director de la Policía Judicial; Rosendo Armijo de los
Santos, ex subsecretario de Protección y Tránsito; Adrián Vega Cornejo, ex Fiscal
Especial y Esteban Mendoza ex director general de Gobernación”.
Es importante
señalar que de todos los mencionados sólo Mendoza Ramos y Rodolfo Sotomayor,
estaban presos, mientras que los principales culpables, como Rubén Figueroa
Alcocer, Rubén Robles Catalán y Antonio Alcocer Salazar, seguían en libertad.
Pese a
los intentos de diversos grupos políticos por desviar las indagaciones y sus
resultados, la Suprema Corte de Justicia de la Nación notificó, sus
conclusiones sobre el caso al presidente de la República, al Congreso de la
Unión, a la Procuraduría General de la República y a las respectivas autoridades
del gobierno guerrerense. Que nada hicieron para darle seguimiento.
Me podrían ayudar diciéndome de donde obtuvieron cierta información?
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