Víctor
Cardona Galindo
Con el
apoyo de organismos defensores de los derechos humanos y organizaciones no
gubernamentales, Rocío Mesino viajó a Europa para denunciar la impunidad del
genocidio cometido en Aguas Blancas, visitó varios países donde dio a conocer
las condiciones en que viven los campesinos de Guerrero, los casos de desaparición
forzada que han quedado sin castigo a los responsables. Estas denuncias
motivaron que Amnistía Internacional (AI) enviara una recomendación al gobierno
de México sobre las violaciones sistemáticas a las garantías individuales de campesinos
y luchadores sociales de nuestro país.
El 19
de enero de 2003 fue detenido por la Procuraduría de Justicia del Estado su
hermano Miguel Ángel Mesino Mesino, en el mercado El Parazal de Acapulco, ante
tal acción gubernamental la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS)
se movilizó e inició una lucha jurídica para demostrar su inocencia, por su
parte Miguel Ángel y otros presos de conciencia recluidos en el penal de
Chilpancingo, entre los que se encontraba Tomas de Jesús Barranco, realizaron
una huelga de hambre y mujeres de la OCSS se plantaron y ayunaron frente al
Palacio de Gobierno de Chilpancingo.
Miguel
Ángel Mesino, obtuvo su libertad por falta de pruebas. Se demostró que la
procuraduría le fabricó una denuncia y lo acusó del homicidio de su primo Ramiro Mesino
Galicia quien fue asesinado en la comunidad de El Escorpión el
13 de noviembre de 1996. A un año de su detención Miguel Ángel, fue liberado porque los
denunciantes puestos por el Ministerio Público no
existían.
Posteriormente
al salir en libertad Miguel Ángel, con su expediente limpio que lo declaraba
inocente, se integró a la lucha social, pero luego fue asesinado el 18 de
septiembre del 2005, en el centro de la cabecera municipal de Atoyac, precisamente
en la terminal de las camionetas que viajan a Pie de la Cuesta, el grupo armado
denominado La Patria es Primero mediante un comunicado reivindicó el asesinado.
A esta organización también se le atribuyeron los crímenes de otros militantes
de la OCSS, como el de Transito Mesino Lezma en la comunidad de Agua Fría.
Ante este el asesinato de su
hermano, Rocío inició una serie de movilizaciones para exigir justicia y que
los culpables fueran castigados, sin embargo en lugar de ser detenidos fueron
protegidos por esa red de complicidades que hay en el gobierno del estado, a
pesar de que algunos fueron señalados directamente por la familia. En estas
circunstancias Rocío Mesino continuó en la lucha social, con amenazas de parte
de personajes en el gobierno y de grupos que se mueven en la región, por eso
pidió medidas cautelares a la Comisión de Defensa Derechos Humanos del Estado
(Coddehum) que se las otorgó parcialmente ante el riesgo que corría su
integridad física.
Por
eso el 22 de octubre del 2005, la principal dirigente de la Organización
Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) en Atoyac, Rocío Mesino, le declaró a
Francisco Magaña corresponsal de El Sur
que el comando “La Patria es Primero” planeaba asesinarla y en 13 de diciembre
del 2005, Rocío anunció que aceptaba la escolta que le ofreció el Ayuntamiento
de Atoyac, luego de las amenazas que había recibido. La Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH) y la comisión estatal que encabezaba Juan Alarcón
Hernández habían exhortado a la comuna municipal para que le otorgara medidas
cautelares.
Rocío Mesino fue defensora del
medio ambiente, siendo regidora en
el municipio de Atoyac (2005- 2007), impulsó la policía ecológica, que jugó un
papel importante en la detención de traficantes de aves y madera ilegal.
Rocío, creó conciencia en sus bases de militantes y miembros de la
organización, sobre el cuidado del medio ambiente, organizaba a los comisarios
para parar la tala inmoderada de árboles en la sierra, en su accionar retuvo
varios camiones madereros como protesta, buscaba evitar que siguieran
destruyendo los pulmones y los bosques donde nacen los ríos que abastecen a la
Costa Grande.
De igual manera Rocío visitó
los campamentos de los talamontes y denunció las atrocidades que ocasionan al
medio ambiente, en contubernio con las autoridades federales, que son las
encargadas de otorgar los permisos y no supervisan las explotaciones forestales
en lo alto de la sierra.
En el
año 2007, cuando Rocío fungía como regidora y mantenía un plantón en la Ciudad
de los Servicios por la exigencia de la entrega de recursos para la ruta
Atoyac-Pie de la Cuesta, el 4 de agosto sufrió un atentado en su domicilio con
armas de alto poder. En las paredes de la vivienda quedaron marcados los
impactos de bala.
En marzo del año siguiente,
fue detenido un grupo de deportistas en Mexcaltepec acusados del secuestro del
empresario atoyaquense Luis Fierro. El Ministerio Público se apoyó en supuestas
declaraciones de ex policías que decían haber participado en el plagio por
órdenes de Rocío Mesino. “Es un jale de la OCSS”, quedó asentado en la
averiguación previa Gale/Atoy/04/197/2007. Pero poco a poco se fue demostrando que
esos testimonios eran absurdos, se vino abajo la acusación y se evidenció ese
intento de inculparla. Antes la Policía Judicial había sitiado El Escorpión y
con golpes quiso obligar a los pobladores a declararse culpables del secuestro
de Luis Fierro y de ser miembros del Ejército Popular Revolucionario.
Con
todos estos antecedentes, terminando su periodo como regidora siguió en la
gestión social y comenzó a sembrar sus tierras en El Escorpión, pero fue detenida
el miércoles 13 de marzo del 2013, cuando se dirigía al Ayuntamiento municipal
de Atoyac a realizar gestiones. En el operativo para apresarla la Policía
Ministerial encañonó a todos sus acompañantes y su hermana Eugenia Mesino fue
agredida físicamente por los agentes policiacos que no mostraron orden de
aprensión para llevarla al penal de Acapulco.
Fue acusada por la
Procuraduría, del secuestro de otro empresario, de nombre Victoriano Luengas
García originario de Coyuca de Benítez. La implicaba un individuo llamado
Ricardo Jiménez Zapata o Eriván Ortiz Serafín, el mismo a quien la familia
Mesino señaló como el autor material del asesinato de Miguel Ángel. En su declaración,
el detenido aseguró formar parte del grupo de Rocío Mesino y haber actuado bajo
sus órdenes cometiendo ilícitos.
Pero el
19 de marzo 2013, fue puesta en libertad ya que los cargos que se le imputaban
no fueron comprobados. Rocío denunció al gobierno del estado por su
encarcelamiento y protestó frente a la agencia del Ministerio Público de Atoyac
donde hizo pintas con consignas de corrupción y fabricación de delitos.
Ya
hace dos años el 19 de octubre de 2013, fue asesinada la dirigente social Rocío
Mesino de 39 años de edad, cuando se encontraba atendiendo el comedor comunitario
en el puente de la comunidad de Mexcaltepec, un sujeto le disparó por la
espalda mientras otro lo esperaba para huir en una moto.
Desde
que huracán Ingrid y la tormenta
tropical Manuel devastaron a nuestro
municipio, Rocío Mesino se incorporó a las tareas de solidaridad, era parte del
Comité Ciudadano de Protección Civil de Atoyac de Álvarez. Recorrió varias
comunidades donde hizo entrega de víveres y medicinas, así mismo documentó las
pérdidas en los cultivos agrícolas y viviendas dañadas de poblaciones
incomunicadas por la caída de los puentes como el de Mexcaltepec y El Camarón.
Rocío
Mesino, recorrió caminando durante más de siete horas, las comunidades de la
ruta Pie de la Cuesta y Santo Domingo. Su convicción de lucha la hizo pasar por
las intransitables laderas de los ríos de la sierra de Atoyac, con su equipo de
trabajo, cargando despensas. Muchos campesinos la recibieron con lágrimas en los
ojos, por la emoción de que alguien llegara con ayuda.
Rocío participó
en la organización de los 18 pueblos de la ruta Atoyac-Pie de la Cuesta para
construir un puente provisional en Mexcaltepec y así pudieran subir maestros y
médicos que hacían falta en esos momentos, es ahí donde estuvo todos los días
trabajando en el comedor popular para dar alimento a los campesinos que
trabajaban llenando costalillas de arena y a los trabajadores de la maquinaria
pesada.
Ese 19
de octubre, como todas las mañanas organizó a las mujeres que colaboraban en el
comedor y se trasladó a la comunidad de Mexcaltepec, a la una de tarde
aproximadamente Rocío arribó con un grupo de mujeres al puente de Mexcaltepec,
cinco minutos después llegó al puente una moto con dos hombres, uno que vestía
bermuda color beige y playera blanca aguada de una edad de 30 a 38 años, con el
pelo un poco largo de hongo y lacio, desde arriba del puente le preguntó a
Rocío, que estaba abajo del puente, que si podían pasar motos para el otro lado,
Rocío le contestó que no, que si querían pasar ella les cuidaba la moto, luego
el hombre le preguntó que si vendían refrescos, y ella dijo que sí. Luego aquel
le dijo a su acompañante que bajara por unos refrescos.
El
puente tiene dos bajadas, una de frente por la que se llegaba al comedor y la
otra por atrás de donde Rocío se encontraba con su madre, sus dos hermanas, su
tío y ocho personas más, además de siete niños de 2, 4, 5, 7, 9 y 12 años de
edad. Cuando Rocío dejó de platicar con el hombre caminó hacia debajo del
puente y estaba mirando hacia donde estaban los trabajadores, cuando llegó el
individuo por el lado de atrás. Las mujeres que estaban en el comedor pensaron
que venía a comprar refrescos, pero al llegar cerca de Rocío sacó un arma corta
y le apuntó ya muy cerca. Se escuchó un grito “¡Cuidado Chío!” Al mismo tiempo el de la pistola disparó dos veces a la
espalda de Rocío. Los impactos la hicieron caer.
El
hombre tenía una estatura mediana, moreno claro, de entre 30 a 35 años, vestía
un pantalón de mezclilla y una camisa tipo polo con pequeñas rayas anaranjadas
y azules y una gorra tipo militar. Después de dispararle a Rocío amenazó a
todos con el arma. En el lugar había puras mujeres, niños y un tío de 70 años,
enfermo de cáncer terminal, que se paró tapándose los oídos y el hombre le
apuntó con el arma. Norma caminó hacia donde estaba Rocío tirada y el hombre le
puso el arma en el pecho y retrocedió por donde llegó, pero se regresó y le disparó
de nuevo a Rocío cuando ya estaba en el suelo. Posteriormente salió por el lado
de atrás, por donde entró, y el otro hombre lo esperaba, arriba del puente, con
la moto encendida y en ella huyeron rumbo a Mexcaltepec.
A cien
metros trabajaban más de cien personas de las comunidades de esa ruta, que también
presenciaron los hechos. Norma junto con otras mujeres bajó a la ciudad de Atoyac
a buscar una ambulancia y hablarle al síndico procurador Isaías Eduardo Gómez
Ozuna para que iniciara una búsqueda de los asesinos. Los otros familiares que
se quedaron en el puente se trajeron a Rocío para llevarla a una clínica, con
la esperanza de que estuviera viva, pero al percatarse de su muerte la
trasladaron a su domicilió particular de la colonia 18 de mayo de 1967. Donde
después el cuerpo se entregó al Ministerio Público para que le practicaran la
necropsia de ley.
Hasta
su muerte, Rocío, año con año exigía al gobierno el esclarecimiento de la
muerte de su hermano Miguel Ángel, así como también año con año conmemoraba y
exigía justicia por los campesinos caídos en el vado de Aguas Blancas y la
libertad de los presos políticos y de conciencia. Fue solidaria con la familia
de Arturo Hernández Cardona, con los macheteros de Atenco y con el Consejo de
Ejidos y Comunidades opositoras a la Presa La Parota (Cecop).
Rocío
Mesino fugazmente perteneció al PRD, pero después fue regidora participando
como candidata externa de ese partido y al día de su muerte militaba el partido
del Movimiento Ciudadano, antes Convergencia, en las elecciones del 2012 fue
candidata a sindica en la planilla que encabezó por Javier Galeana Cadena. En
la última plática que tuvimos me dijo que se quedaría en el Movimiento
Ciudadano, que ella no andaría “pendejiando”, de partido en partido.