El antiguo Cuitlatecapan y la
tierra tepuzteca ahora es la octava región de Guerrero económica de Guerrero,
denominada región Sierra. Ayer el gobernador del Estado puso fin a más de 20
años de gestión al firmar el decreto de reconocimiento a esa demarcación que
está compuesta por las comunidades de nuestra entidad que están por encima de
los mil metros sobre el nivel del mar.
Esta medida busca abatir
la marginación de las las mil 287 comunidades que componen la Sierra y en una
población de 145 mil 620 sierreños. La octava región tiene un área territorial
aproximada de mil 553 kilómetros cuadrados que se extiende por 14 municipios de
la zona Centro, Tierra Caliente y Costa Grande. La
nueva región abarca más de un millón 500 mil hectáreas.
En esta región se proyecta a futuro, la creación de seis
nuevos municipios con cabeceras en Vallecitos de Zaragoza de Zihuatanejo, Linda
Vista de San Miguel Totolapan, Jaleaca de Catalán de Chilpancingo de los Bravo,
El Mameyal de Petatlán, El Paraíso de Atoyac de Álvarez y Yextla de Leonardo
Bravo (Chichihualco).
Lázaro Sandoval Nava uno de los principales promotores de la Octava Región de Guerrero |
Si hablamos del municipio de Atoyac, únicamente 20
comunidades quedan dentro de la región Sierra, si marcamos una línea de Pie de
la Cuesta que está a mil 60 metros sobre el nivel del mar y Río Verde que está
a mil 80 metros sobre el nivel del mar. Esas poblaciones entran dentro de la
Octava Región no únicamente por su altura, también porque las principales
familias fundadoras provienen del Filo Mayor, cuyo color de piel y la manera de
hablar son diferentes a la de los costeños.
Los habitantes de la región Sierra
tienen un origen común, se tienen
registros que los primeros habitantes de la sierra fueron de
origen Cuitlateco y Tepuzteco, que convivieron con otros grupos como los Pantecos, los Chumbias y los
Tolimecas. Testigos del paso de estos grupos étnicos son los
petrograbados que se encuentran en toda la sierra y las zonas arqueológicas
como Xochipala, Yextla, las Fundiciones, Otatlán y Polistepec.
Otro
antecedente del pasado que no se pude obviar en el Filo Mayor, es la presencia
de familias nómadas denominadas Los Chiveros que ocuparon esas agrestes
tierras. De ellos descienden los actuales pobladores. En Atoyac bajaban por
Plan del Carrizo con miles y miles de chivos. En 1940 se desató, una pelea
entre familias, en un proceso conocido como La Guerra de los Chiveros.
Por
encima de lo que creemos no sólo amapola se producen en la zona, también hay
importantes cultivos orgánicos, maguey-mezcal, madera y
aguacate certificados. Frutos como
la pera, el higo, durazno, manzana, el aguacate y el mezcal de exportación. En la
región se fabrica el dulce de durazno, de membrillo y de pachayota. Aunque a
últimas fechas el aguacate va ganando terreno al durazno por las plagas que
tiene este cultivo.
En
la zona del Filo Mayor nacen 23 de los 27 ríos de Guerrero, entre los que
destacan, El Papagayo, Tecpan, Atoyac y Coyuca, por eso una opción para
desarrollar económicamente la zona sería la prestación de servicios
ambientales. Propuesta que ya trabajan algunos proyectos como Bosque Nuboso de
Alberto Morlet.
Se
quiere de potencializar la zona como productora de servicios ambientales como
el agua, oxígeno, captura de carbono, pago por servicios ambientales,
regulación del cambio climático y ecoturismo de paisajes. Así
como proyectos recreativos de ecoturismo: caza deportiva, rapel,
caminatas, excursiones y concursos de vehículos todo terreno, entre otros
muchos más.
La
preservación de especies en peligro de como el jaguar, el puma y el tucán y la
urraquillas verdes, las gallinitas y quedan faisanes. Así como las codornices
que les llaman “picos de oro”, por su canto.
Lázaro
Sandoval Nava es de Toro Muerto. Es uno de los principales promotores de la
Octava Región y recordó que comenzaron a luchar allá por 1996, con las uniones
de ejidos que había en la Costa Grande y en la Sierra.
Cuando
se juntaron por primera vez en Chilpancingo coincidieron que estaban marginados
y que necesitaban tener una identidad. Por eso comenzaron a gestionar el
reconocimiento a la Sierra, porque a ellos les llaman los sierreños y los
ubican como “los sierreños”, así bajen para la Costa o para Tierra Caliente.
En
la búsqueda del reconocimiento hicieron marchas y plantones en Chilpancingo y
México. Carlos Rojas que era titular de la Secretaría de Desarrollo Social los
recibió muy bien. Con su movimiento lograron proyectos productivos pero nunca
el reconocimiento.
Al
hablar sobre los orígenes de la Sierra, comentó que desde puebla venían hatos
de chivos, de cinco a 10 mil chivos. Muchos de los pastores se comenzaron a
quedar y comenzó a poblar la sierra, que estaba completamente sola. Después la
explotación maderera trajo la otra oleada de habitantes, llegaron las empresas,
por eso comenzaron a llegar también familias principalmente de Michoacán que
conocían el oficio de la madera y el manejo de las motosierras.
Los
sierreños nunca han tenido un camino bien hecho, los que usan hasta la fecha
fueron construidos por las compañías madereras que explotaban el bosque. El de
Puerto del Gallo a Paraíso es el mejor camino porque fue construido por la
Silvicultora y tiene trazos.
Señaló
que lo sierreños tienen formas particulares de hablar, en su léxico tienen más
influencia de la Tierra Caliente que de la Costa, la palabra “Vale” es uno de
los ejemplos. Allá todavía sigue muy arraigado el respeto a los mayores.
Sandoval
Nava recuerda que en los años setentas les llegó la carretera que sigue siendo
de terracería. Se nota que la sierra no es redituable para los presidentes
municipales de Costa electoralmente, porque la población que vive en la zona es
poca.
La
población de la sierra alta tiene diversos orígenes por ejemplo existen
testimonios que había extranjeros que explotaban las minas, que siguen siendo
muy ricas en la región, por eso hay evidencias
que la zona fue habitada por gente de otras naciones europeas, como alemanes.
Hay algunos apellidos extranjeros como Chop y en San Bartolo hay gente con ojos
de color que se apellidan Alvarado.
En
Carrizal de Los Diamantes en Coyuca de Catalán hay mujeres hermosísimas con
ojos de color, muy finas como de origen francés, pero al hablar te das cuenta
que son sierreñas.
Consideró
que la riqueza forestal es lo más valioso que hay en la sierra. Ahí nacen la
mayoría de ríos de la Costa Grande y de Tierra Caliente. La sierra es la dueña
de la fábrica de agua que mantiene a Costa Grande y Tierra Caliente, por eso
Lázaro Sandoval piensa que algún beneficio deben tener los sierreños por cuidar
el pulmón del estado porque una hectárea de bosque de pinos captura 120
toneladas de carbono por año.
Señaló
que en la sierra hay mucha ignorancia porque los maestros no llegan. Y si hay
agrónomos, doctores, ingenieros forestales nacidos en la sierra, son
profesionistas porque sus padres tuvieron la visión de bajarse para que
estudiaran en la ciudad.
Remarcó
que hacen falta la pavimentación de caminos, clínicas y hospitales como en El
Paraíso y en Linda Vista donde confluyen 20 pueblos. En Yextla, en la caña de
Otatlán se necesita clínicas. Igual en Vallecitos de Zaragoza y El Porvenir. Esas clínicas deben contar con
cirujano y todo.
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