Víctor Cardona Galindo
El
gobernador del estado Rogelio Ortega Martínez decretó el pasado 16 de enero el
reconocimiento de la Sierra como octava región económica del estado, en un acto
bien lucido en la comunidad de El Paraíso. Los oradores, principalmente
dirigentes de organizaciones campesinas del Filo Mayor coincidieron que ese
decreto será palabra nula sino no va acompañado con programas y recursos para
sacar a la zona del atraso en que se encuentra.
Para
empezar el gobernador ya modificó la geografía estatal. En los libros de texto
del próximo siclo escolar ya vendrá incluida la octava región. Sin duda la
Sierra como orografía y su gente, tienen rasgos identitarios que los hacen
diferentes de la Costa Grande y de la Tierra Caliente, pero habrá que
definirlos académicamente con un estudios histórico y antropológico, para esto
la Universidad Autónoma de Guerrero cuyo rector es un sierreño ya tiene
trabajo.
Considero
que habrá que comenzar creando delegaciones de las dependencias estatales en la
zona. No estaría mal que la Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y
Adultos de Guerrero, comience instalando una oficina allá arriba de los
mil metros sobre el nivel del mar, para
que nos diga cómo anda el rezago educativo en la nueva región. Me parece que
las comunidades de Linda Vista o Coronillas podrían ser la capital de la sierra
donde comiencen a instalarse las delegaciones o subdelegaciones por ejemplo de
la Secretaría de Medio Ambiente (Semaren) o de la Secretaría de Salud, ya la
secretaría de Seguridad Pública tiene un cuartel sectorial en Toro Muerto.
Aunque parezca mentira la región Sierra es la zona más segura de todo el estado
en este momento.
Muchos
dicen que la creación de la octava región vendrá a afectar a los municipios
costeros por la remunicipalización que se proyecta a futuro. Pero por ejemplo
El Paraíso municipio de Atoyac en menos de 10 años será cabecera, porque las
mismas necesidades de la población lo ameritan. Aunque creo que en el 2013 con
la contingencia de la tormenta Manuel
y el huracán Ingrid las autoridades
desearon que esa zona ya perteneciera a otro municipio, por la impotencia y
faltas de recursos para enfrentar el siniestro.
Cuando
estuvo Enrique Peña Nieto en La Pintada, habitantes de El Paraíso como don
Román Abarca le solicitaron la construcción de un hospital regional a cuya
gestión se ha sumado el presidente municipal Ediberto Tabares Cisneros. Si se
concreta la construcción de ese hospital, sumado a la preparatoria número 45
que la Universidad les acaba de crear, se están dando pasos agigantados para
que se cree otro municipio, cuya integración no necesariamente respetaría la
octava región porque muchos pueblos que a pesar de estar bajo los mil metros
sobre el nivel del mal pertenecerían a El Paraíso por la cercanía. Así
tendríamos un municipio dentro de dos regiones.
Para
sorpresa de muchos, en la sierra no se produce únicamente amapola. Se cultiva
aguacate y durazno, peras, higos y manzanas. También nacen los ríos, hay
bosques que con un manejo adecuado se pueden todavía explotar, hay muchos
minerales en el subsuelo que se pueden sacar. En fin la sierra es una gran
fuente de riqueza. Pero lo que a todos nos conviene es que se pongan a cuidar
los bosques y que no corten ni un solo árbol y que no cacen ni un solo animal.
Allá, en esa parte de Guerrero nacen los ríos de los cuales disfrutamos en la
costa y nos conviene que sigan fluyendo porque de ello depende nuestra vida.
Se
han venido planteando proyectos tendientes a que los costeños paguemos a los
sierreños un bono ecológico que podría venir incluido en nuestro recibo de agua
para que ellos cuiden sus bosques en nuestro beneficio. Eso se antoja difícil
ante el alto grado de morosidad que presentan los sistemas municipales de agua
potable. Pero sería necesario brincar este obstáculo para pensar en su implementación
y así garantizar los bosques que además de darnos agua, fijan el carbono que produce
nuestra vida moderna.
La
región Sierra es un estuche de monerías, abundan duetos de cuerdas y
compositores de corridos y canciones populares, como el dueto Los Compitas.
Aunque los principales exponentes de la música del Filo Mayor son: Los Armadillos,
Los Benítez, Los Faisanes y Los Cuervos de la Sierra. Los corridos esdrújulos
tomaron carta de naturalización en esa región. Algunos cantores han ido hasta
Los Piloncillos, municipio de Atoyac, donde los viejos todavía en la década
pasada mantenían la tradición.
De
esa región son los cantores: José Solano Santiago, Jonás Romero Moctezuma y
Joel Cortés Barona y el compositor Salvador Carrera Martínez. Las bandas de
música de viendo abundan, como la que existe en Jaleaca de Catalán y Yextla,
que amenizan los bailes tradicionales
En
la sierra se bailan múltiples danzas tradicionales como Los Tlacololeros, Los
Pescados y la danza de Los Viejitos. En Xichipala se monta la danza de La
Corona, la Del Tesoro y Los Manueles en Zopilostoc.
La
realización de jaripeos y corridas de toros están muy arraigadas en la zona,
donde aún existen los consejos de vigilancia de corral y de las fiestas; así
como las mayordomías. Las corridas de toros se realizan por correspondencia,
que consiste en apoyarse mutuamente entre los pueblos llevando las corridas.
Esta actividad hermana a los pueblos porque el único deporte que se practica es
el basquetbol.
El
fotógrafo Ramiro Reyna Aguilar ha hecho maravillas con su cámara y ha publicado
dos libros: Tlacotepec Guerrero y Toro muerto, paraíso escondido, donde
revela fascinantes fotografía de la región. El poeta Isidoro Barrera Molina
nació un 4 de abril de 1949 en Vallecitos de Zaragoza. Carpoforo Cortez Barona
de Otatlán es economista e investigador que actualmente realiza estudios en
Alemania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario