Víctor
Cardona Galindo
El Grupo
Convivencia Cultural se dedicó a la investigación sobre la historia de Atoyac, estuvo
formado por Juventina Galeana Santiago, el presbítero Pedro Rumbo Alejandri,
Guadalupe Anahí Xóchitl García Galeana, Enrique Hernández Meza, Eduardo Parra
Castro, Paloma Torreblanca García, Mireya Ma. de la Gracia García Galeana,
Patricia Parra Cabañas, Margarito Ríos Orbe, Rafael Hernández Guerrero, José
Hernández Meza, Dagoberto Ríos Armenta y Evodio Argüello de León. Del trabajo
de este grupo surgieron los libros Modismos Atoyaquenses y Medicina Tradicional. También
realizaron investigaciones sobre el origen de Atoyac y sobre la vida del
general Juan Álvarez.
Andrea Radilla Martínez
Andrea
nació en el corazón de la ciudad de Atoyac en la calle Emiliano Zapata el 4 de
febrero de 1946. Fue la tercera de los 13 hijos de Rosendo Radilla Pacheco y de
Victoria Martínez Neri.
Sus
primeras letras las aprendió en la escuela Modesto Alarcón, cuya construcción
fue obra de su padre. Se le recuerda de niña caminando del poblado de Boca de
Arroyo a la ciudad de Atoyac, para entregar la leche que su padre ordeñaba en
el pequeño rancho que tenían en esa comunidad. Todavía se le evoca en el cine
Álvarez declamando “Los motivos del lobo”, “Garrit”, “La caída de las hojas”;
actuando en la comedia infantil “Justicia a la Cigarra” o participando como
Reina de la Primavera en sus primeros años de escuela.
En la
secundaria se le rememora desfilando montada a caballo el 20 de noviembre,
haciendo el papel de La Valentina o estudiando mecanografía en la Academia
“July”, a un lado de la farmacia Guadalupana, en donde se graduó como
Secretaria Taquimecanógrafa, oficio que desempeñó durante diez años en la
Dirección del Registro Público de la Propiedad del Estado, combinando esta actividad
con las del hogar y los estudios. La taquigrafía le permitiría tomar las explicaciones
de sus profesores al mismo tiempo que éstos hablaban, lo que le serviría de
apuntes. Siempre fue muy estudiosa. Le gustaba tejer, un hábito que aprendió
desde niña y que de grande le serviría para tejer, primero, los suéteres de sus
cuatro hijos Eneyda, Vladimir, Justino y Lucio Ernesto, así como los de su
esposo, y después los de sus nietos. Sabía confeccionar ropa, pues también hizo
cursos de corte y confección, de manera que eso le permitió confeccionarle
bonitos vestidos a su única hija; así como las camisas y pantalones a sus
hijos. Andrea sabía dibujar a lápiz y le encantaba el campo, se pasaba horas
cultivando su jardín. Siempre sostuvo que se descansa cambiando de actividad.
Por eso cuando no estaba leyendo, escribiendo, dibujando, cosiendo, tejiendo o
en el jardín, se ocupaba de cocinar ricos platillos que toda su familia
degustaba, como el mole rojo hecho con todos sus ingredientes o en diciembre el
rico bacalao a la vizcaína. Andrea era un estuche de monerías. Así la recuerda
su esposo, Justino García Téllez.
Cursó la
secundaria en la Federal Número 14, “Mi patria es primero”. Donde formó parte
de las primeras generaciones, terminó en 1964.
Concluyó
la preparatoria en 1975 en la prepa número 8, dependiente de la UAGro, en
Ciudad Altamirano, hasta donde acompañó a Justino cuando fue nombrado director
de ese centro educativo. Andrea Radilla formó parte de la generación que tuvo
que enfrentarse a la reacción para democratizar la UAGro.
Sus
estudios de licenciatura en sociología los realizó, también en la Universidad
Autónoma de Guerrero. Cuando egresó impartió clases en la preparatoria 9, en
donde años atrás había sido alumna.
Después
obtuvo el grado de maestra en ciencias sociales y posteriormente el grado de
maestra en historia regional, obteniendo mención honorífica en la actual Unidad
Académica de Filosofía y Letras, de la cual fue profesora por más de 20 años. Concluyó
en el Centro de Investigación y Docencia en Humanidades del Estado de Morelos
(CIDHEM), con sede en la ciudad de Cuernavaca, el 100% de los estudios de
Doctorado en Antropología y tenía el 80% de avance de su tesis.
Como
docente, conquistó un espacio y obtuvo un estatus: el reconocimiento de sus
compañeros de trabajo, pero sobretodo de sus alumnos a quienes trataba como si
fueran sus propios hijos, apoyándolos con materiales de estudio, asesorías y
hasta con recursos económicos. Publicó los libros: Poderes, Saberes y Sabores. Una historia de resistencia de los
cafetaleros de Atoyac, Gro. 1940-1974, UAG, 1998; La Organización y la nuevas
estrategias campesinas. El caso de la Coalición de Ejidos de la Costa Grande de
Guerrero, 1980-2003, UNORCA-UAG, 2004 y Voces Acalladas. Vidas Truncadas.
Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco (SEMUJER/UAG,
2008[2002]). Esta obra ha sido pieza fundamental para documentar el primer caso
de un desaparecido político mexicano y para lograr el fallo de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, que encuentra culpable al Estado mexicano por desaparición
forzada de personas y le obliga a cumplir toda una serie de exigencias para
cambiar sus leyes.
Andrea
publicó artículos diversos en revistas locales y nacionales. Participó con
ponencias en distintos eventos locales, nacionales e internacionales. Sus líneas
de interés siempre giraron alrededor de los temas de la vida cotidiana, cultura
y movimientos sociales. Junto con Claudia Rangel Lozano compilaron el libro: Desaparición forzada y
terrorismo de Estado en México. Memorias de la represión de Atoyac, Guerrero
durante la década de los setenta.
Sin duda
todos los textos de Andrea Radilla están cargados de un compromiso social
especialmente su libro Voces
Acalladas. Vidas Truncadas. Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco, representativo
de uno de los momentos más dolorosos de la historia de nuestro municipio y de
su vida personal, pues, el 25 de agosto de 1974, hace 44 años detuvieron en un
retén militar a su padre Rosendo Radilla Pacheco, de quien nunca más se volvió
a saber su paradero.
Conocí a
Andrea Radilla Martínez el 18 de mayo del 2002 cuando (junto con Álvaro López
Miramontes y Octaviano Santiago Dionicio) vino a presentar su libro Voces Acalladas. Vidas Truncadas.
Perfil biográfico de Rosendo Radilla Pacheco.
Andrea
fue una atoyaquense distinguida, que se ganó su lugar en la historia. Una mujer
que fue consecuente con el rumbo que le marcaron los tiempos y que supo
enfrentar con valor las adversidades. Su participación trascendente en el
movimiento de 1960, en las huelgas y manifestaciones por la defensa de la
autonomía y el aumento de subsidio a nuestra Universidad, la Autónoma de
Guerrero; en varias ocasiones participó en las marchas que se hicieron hacia la
Ciudad de México, en las décadas de los setentas y ochentas, o apoyando desde
su trinchera los movimientos de Lucio Cabañas Barrientos, Genaro Vázquez Rojas
y Carmelo Cortés Castro.
Atoyac
guarda muchos recuerdos de Andrea Radilla: en los inicios de la lucha por la
presentación de los desaparecidos políticos o entrevistando a los productores
de café para reconstruir la historia de la lucha campesina de los últimos
tiempos. Visitando varios pueblos de la sierra cafetalera, entre los que se
pueden mencionar a San Juan de las Flores, El Rincón de las Parotas, San Andrés
de la Cruz, San Francisco del Tibor, San Vicente de Benítez, San Vicente de
Jesús, su pueblo preferido, pues ahí tenían huertas su padre y su abuela Natividad.
Platicaba con personas de avanzada edad, que son los que guardan la memoria de
nuestro pueblo. Le gustaba comer con los campesinos, las tortillas con frijol y
un chile reventado.
Quienes
la conocieron la definen como una persona muy humana, amable, inteligente y
dedicada a su familia y a su trabajo, pero que además se preocupaba por la
situación de los campesinos.
Le
gustaba ayudar a la gente; en su casa, junto con Justino, cobijó a muchos estudiantes
de escasos recursos. Para dar testimonio están Celso Villa García y Pedro Delfino
Arzeta García, hoy profesionistas.
Sus tres
libros tratan de Atoyac: sobre la evolución de la lucha campesina. Su obra es
de compromiso social. La lucha que, su padre, Rosendo Radilla Pacheco dio para
mejorar las condiciones de vida de los campesinos, Andrea Radilla la siguió por
medio de las letras, rescatando la memoria de esa lucha, que falta aún mucho
para que termine.
Andrea
descendía de familia humilde, pero con un alto sentido de responsabilidad
social. La desaparición de su padre no la doblegó, fortaleció su participación
sobre todo en la lucha por la democratización de la Universidad, a la que dio
su vida.
Así se
recuerda a Andrea Radilla, una atoyaquense distinguida, quien se ha sabido
ganar un lugar en la historia de nuestro pueblo. Andrea Radilla Murió el 14 de
noviembre de 2009.
Dora Luz Carrillo Ríos
Nació en Atoyac
el 21 de mayo de 1949, socióloga y
maestra en ciencias sociales por la Universidad Autónoma de Guerrero. Dedicó su
vida a la formación de profesores en las normal Raúl Isidro Burgos de
Ayotzinapa, la Rafael Ramírez y en el Centro de Actualización del Magisterio.
Fue maestra invitada en la maestría de ciencias de la educación de la UAGro. Es
coautora de las siguientes obras: Rafael Ramírez y la Escuela Rural Mexicana; del
libro de texto para tercer grado de educación primaria Guerrero. Historia
y Geografía.
También
escribió diversos artículos para revistas pedagógicas y participó en el libro Mujeres que saben latín, la
investigación de género en Guerrero (2002), mismo que fue editado por la Universidad
Autónoma de Guerrero. Publicó los libros Prácticas y saberes cotidianos de
las telesecundarias y Los Profesores también… cuentan. Experiencias
académicas del trabajo docente, ambos en coautoría con Delfino Villalba Beltrán.
Dora
Luz Carrillo Ríos falleció el 17 de noviembre del 2017 fue hija de Hermilo
Carrillo Rubalcaba y María Natividad Ríos Armenta. Dejando un gran legado como
investigadora y docente de pedagogía.
Juan Pioquinto Gómez Ayerdi
Nació un
8 de abril de 1905, falleció el primero de diciembre de 1988, en Apatzingán
Michoacán, era médico de profesión egresado de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM), a los 15 años abandonó su tierra natal, Atoyac, para irse a
radicar a la ciudad de Iguala con su familia y luego a la Ciudad de México
donde estudió. Una vez terminados sus estudios de medicina se fue a vivir a la ciudad
de Apatzingán donde radicó hasta su muerte, se le conocían sus dotes de
conquistador pues se casó varias veces. De sus diversos matrimonios tuvo 9
hijos, uno de ellos falleció.
Gómez
Ayerdi escribió cinco novelas: Tenías
que volver, Ciudad vencida, Del César y de Dios, Raza
de víboras y Elvia
Smovich. Fue hijo de Juan Gómez y de Aurelia Ayerdi
Castro. Sus hermanos fueron Porfirio, Clementina y Ezequiel Gómez Ayerdi.
Fidelina Téllez Méndez
Nació el
24 de abril de 1929 en Atoyac y falleció en la ciudad de México el 8 de mayo
del 2007. Estudió la primaria en la escuela Real, hoy Juan Álvarez.
Realizó estudios de
contador privado en el colegio Carrillo Cárdenas de Chilapa Guerrero. Fue una
de las primeras mujeres que trabajó en el Banco del Sur. Fue colaboradora de “La página de Atoyac” del
periódico El Sol de Acapulco. Doña Fide, como le decíamos de cariño, escribió
además la biografía de su padre Rosendo Téllez Blanco, en el libro Agua desbocada. La pasión por su pueblo la motivó a escribir
diversos sucesos, desde leyendas, anécdotas y crónicas. En sus trabajos dejó
clara su preocupación por la ecología y el apego que le tenía a la tierra que
la vio nacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario