Víctor Cardona Galindo
A sus 84 años es común encontrar a Ladislao
Sotelo Bello caminando por las calles del centro de nuestra ciudad. A pesar de
que le tocó ser presidente municipal en uno de los momentos más rudos nuestra
historia, es el único que gobernó dos trienios completos en la segunda mitad
del siglo pasado, de esa experiencia conserva muchos amigos y se siente
satisfecho de su obra en este pueblo que le dio cobijo desde muy joven.
Ladislao, quien llegó a nuestra ciudad de 25
años como administrador del cine Álvarez, nació el 13 de noviembre de 1933 en
Tecpan de Galeana, es hijo de Alfredo Sotelo y de Manuela Bello. Además de
ocupar la alcaldía dos veces, ser diputado local por el cuarto distrito en la
LI legislatura de 1984-1987, fue propietario de los cines de Coyuca, Atoyac,
San Jerónimo y Tecpan.
En su temprana niñez vivió en El Tuzal
municipio de Petatlán, donde su padre Alfredo Sotelo murió y fue sepultado en
aquella demarcación, pero ya con los años se traería los restos para el panteón
de Atoyac.
Ya huérfano de padre se refugió con su tío Pedro
Bello Sotelo que era dueño del cine Guerrero ubicado en Tecpan de Galeana, se
crió con sus tíos alternando las labores del campo y lavando las instalaciones
del cine donde aprendió a proyectar las películas, por eso solamente tuvo
tiempo para terminar la primaria. Aprendió además a manejar un tractor y en las
noches a dar las películas en el cine.
Su llegada a la ciudad Atoyac se dio en 1958 cuando
su tío Pedro Bello compró el cine Álvarez a don Alejandro Sotelo y José Ortega,
fue cuando lo mandaron como administrador de esa empresa. Dentro de las
instalaciones del cine había una pequeña estancia donde vivió muchos años con
su mamá Manuela Bello. En ese tiempo en la ciudad no había salones para
eventos, por eso la infraestructura del cine se convirtió en una especie de
centro de convenciones, ahí se efectuaron importantes reuniones políticas,
bailes y clausuras de escuelas.
Desde su llegada comenzó su obra altruista, como
administrador periódicamente regalaba el 50 por ciento de la entrada de las
funciones a las escuelas y a las iglesias que estaban en construcción. Echó andar
un programa en que cada semana se exhibían tres películas por 50 centavos. Pero
además a partir de 1958 el cine se comenzó a modernizar tanto en la estructura
del edificio como en los aparatos de proyección. Llegó a contar con los
proyectores más modernos de la época y una pantalla panorámica estrenada el 15
de noviembre de 1959.
En 1960 Ladislao Sotelo Bello se afilió al
Partido Revolucionario Institucional (PRI), dos años después el 12
de agosto de 1962 se organizó el sector popular adherido a la Confederación
Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), la dirección quedó integrada por
el secretario general Juan García Galeana y secretario de asuntos económicos Ladislao
Sotelo Bello entre otros muchos distinguidos atoyaquenses.
Desde esa fecha ya no pararía de
involucrarse en cuanto comité pro-mejoras se formara y fuera invitado. A las 8
de la noche, de 15 de enero de 1963, tuvo lugar una reunión en la casa de Juan
García Galeana, a invitación del presidente municipal Luis Ríos Tavera se formó
el comité central de las fiestas del “Carnaval 1963”, cuyos fondos serían destinados
a la construcción de la escuela secundaria de reciente creación, esa vez quedó
Wilfrido Fierro Armenta como presidente. Se procedió también a formar los sub-comités
para apoyar la candidatura de Lupita Solís Martínez quedando como presidente el
delegado de tránsito Alberto Divicino y como tesorero Raúl Brito Vanzini. Ladislao
Sotelo Bello encabezó el comité que apoyaría la candidatura Socorrito Quiñones.
La computación fue celebrada el 17 de
febrero por la noche, en el corredor del Palacio Municipal, y salió electa reina
de las fiestas del “Carnaval 1963” Socorro García Quiñones con 37 mil 502
votos, como princesa quedó Lupita Solís Martínez con 23 mil 43 votos. Se
reportó la cantidad de 30 mil 272 pesos con 50 centavos. Presidieron el acto, y
dieron fe de los resultados, el presidente municipal Luis Ríos Tavera y el
coronel Manuel Olvera Fragoso comandante del Cuerpo de Rurales del 59º Batallón.
Ladislao
fue vocal del comité pro-edificio de la escuela secundaria de Atoyac y apadrinó
el 17 de mayo de 1963 un banquete en el centro social Paraíso Tropical con
motivo de la tercera aparición del periódico El Rayo Del Sur impreso que durante más de 10 años fue una
tradición en esta ciudad.
Durante 1963 se formó la Cámara Junior cuyas
reuniones se hacían en la casa de José Granados en la calle Álvaro Obregón.
Ladislao fue electo presidente de la Cámara Junior y esos días a petición de la
maestra Quintiliana Rea se dieron a la tarea de construir el edificio del
jardín de niños Cuauhtémoc en el local que ocupa ahora la biblioteca municipal.
Para los eventos de recaudación de fondos
Ladislao Sotelo contrataba orquestas en la Ciudad de México, como la de Carlos
Campos que estuvo aquí el 6 de diciembre de 1964 y tocó en la Cueva del Club de
Leones, Acerina y su danzonera que se presentó el 27 de marzo de 1965. Para
amarrar los contratos daba de su bolsa el anticipo y terminando el baile se lo
devolvían. Trajo también Ángel Infante y a Irma Dorantes. “Eran unos bailazos
grandiosos que llenaban la Cueva del Club de Leones”, recuerda.
En esos años la Pepsi Cola promovió un concurso
en todo el país, quien vendiera más refrescos se ganaría un premio de 20 mil
pesos. Los de la Cámara Junior vendieron refrescos casa por casa y Atoyac se
ganó el premio que se invirtió en la construcción de jardín de niños Cuauhtémoc.
Eso fue entres 1963 y 1966. Luego los del Club de Leones se aventarían la tarea
de construir el otro jardín de niños que lleva el nombre de dicho club.
Edmundo Quiñones y Marcelino Garibo fueron
miembros de la Cámara Junior, quienes también trabajaron a solicitud de
Quintiliana Rea para construir el edificio de ese primer centro de educación
preescolar.
En 1966 la comuna de Manuel García Cabañas
lo invitó a participar en el comité central de las fiestas del carnaval.
También ese año en agosto pondría en marcha la Imprenta Sotelo con oficinas y
talleres en la Avenida Juan Álvarez 25 Sur.
Dos años después un grupo de priistas que se
reunía en casa de Juan García, en el que estaba Jesús Galeana Solís y Raúl
Brito Vanzini, le pedirían que encabezara una planilla para competir por la
presidencia municipal. En ese tiempo no había otros partidos, el PRI era único.
Aunque si había competencia en el interior.
Ladislao considera que se fijaron en él
porque hacía mucha labor social, además que como administrador del cine había
consolidado numerosas relaciones con gente importante del estado y del país. Las cosas estaban muy
calientes en la región, por la fuga de la cárcel de Iguala de Genaro Vázquez.
Pero además Ladislao desconocía como estaba el problema de Lucio Cabañas, que
ya andaba en la sierra, ahora con el tiempo nada más de acordarse le da miedo.
Jesús Galeana Solís y Raúl Brito Vanzini lo
llevaron a Chilpancingo para presentarlo con el gobernador Raymundo Abarca
Alarcón quien le dijo: “esta gente te vino a proponer como candidato a la
presidencia, estaría bueno que aceptaras”, luego lo llevaron con el candidato Caritino
Maldonado Pérez quien tenía un carácter fuerte. La reunión fue en el hotel
Meléndez aquel se le quedó viendo y dijo: “este pinche potro va aguantar los
chingadazos”.
El líder cafetalero Pablo Tapia Valente, a
quien Ladislao definió como un “hombre bueno sencillo y humilde”, también aspiraba
a la presidencia municipal. Caritino los llamó a los dos y dijo: “Pablo te quiero informar que el
partido decidió que Ladislao va a la presidencia y tú vas como sindico”. Por
eso el 20 de Octubre de 1968 tuvo lugar la convención de los tres sectores
del PRI en Atoyac para declarar candidato a la presidencia municipal a Ladislao
Sotelo Bello, como síndico al líder cafetalero Pablo Tapia Valente y como regidores:
Yolanda Ludwig Nogueda, Donaciano Téllez Castillo, José Nogueda, Anastasio
López y Guadalupe Chávez Zeferino.
Las
cosas en Atoyac estaban que ardían. Como a las 9 de la mañana del 6 de noviembre
fueron asaltados, por dos pistoleros desconocidos, el presidente municipal
Manuel García Cabañas y su hermano Miguel, frente a la casa de Tirso Barrientos en la calle Juan Álvarez
Norte. Los atacantes utilizaron armas automática y en el tiroteo resultó muerto
Miguel hermano del alcalde y quien resultó herido de las dos piernas. Al
repeler la agresión, el primer edil, hizo correr a los asesinos. Manuel García
fue conducido al consultorio del doctor Antonio Palos Palma, en donde fue
atendido de las heridas. “Con relación al asalto –registró Wilfrido Fierro- se
corren los rumores de que los pistoleros asaltantes proceden de la población de
San Jerónimo de Juárez o de la zona cafetalera en donde los hermanos García
Cabañas tenían serias dificultades”.
A los
pocos días, el 18 de noviembre de 1968 a las 11: 45 horas, arribó a esta ciudad
el profesor Caritino Maldonado Pérez candidato del PRI a la gubernatura del estado.
El acto de campaña tuvo lugar frente al Palacio Municipal, la bienvenida la dio
Ladislao Sotelo Bello candidato a la alcaldía. En nombre del sector campesino
participó Pablo Tapia Valente aspirante a síndico.
El primero de diciembre tuvieron lugar las
elecciones para elegir gobernador, diputados locales y presidentes municipales.
Con una computación de 6 mil 893 votos resultaron electos Caritilino Maldonado
Pérez como gobernador, Rafael Armenta Ortiz diputado por el cuarto distrito y
presidente municipal Ladislao Sotelo Bello.
A raíz del atentado del que fue objeto el alcalde
Manuel García Cabañas, el 18 de diciembre presentó su renuncia al cargo y
quedó en su lugar el regidor Tomás Parra Altamirano quien tomó posesión cuatro
días después.
Como era de esperarse, Pablo Tapia Valente
aceptó la candidatura de Ladislao pero no quedó muy conforme, luego le pediría
la mayoría de los cargos del Ayuntamiento y el acalde se los dejó, no le cedió
la tesorería, el registro civil, la junta de mejoras ni la comandancia. En
Mejoras Materiales colocó a Raúl Brito Vanzini, el tesorero fue Humberto
Galeana Gómez, el secretario fue Benjamín Manzanares que era el único capaz en
ese tiempo, le sabía a las máquinas y el teje-maneje del Ayuntamiento, luego le
pidió la renuncia y el cargo lo ocupó Elpidio Serafín. Silvestre Bolívar
Barrientos fue el comandante de la policía urbana, por eso se confrontó con
Pablo Tapia quien quería poner al Leocadio
Pino en ese puesto. No le dio la comandancia porque no le quiso ceder las armas
y porque a él le había costado la campaña.
Pablo Tapia tenía la mayoría de los
regidores, contaba con Anastasio López de Boca de Arroyo y Guadalupe Chávez
Zeferino de Alcholoa. Por rivalidad política Pablo no le quería firmar la
cuenta y no llegaba dinero para poder pagar un camión del que fue fiador,
después pensó: “si me hubieran quitado de la presidencia y el que entrara no
pagaba, me hubiera quedado con la deuda de forma personal”.
“Cuando llegué el 69 a la presidencia no
cobraba. Hasta que me dijo Rosendo Serna, no seas pendejo compadre cobra, hay
un presupuesto para los gastos del presidente”. Era un dinero simbólico no
alcanzaba para nada. El Ayuntamiento no tenía carros, así que Ladislao puso a
disposición de la comuna tres carros Ford de su propiedad. No traía chofer,
nunca se cuidó de nadie, ni siendo alcalde ni cuando salió.
Recuerda que gestionó el mercado, el senador
Rubén Figueroa Figueroa le ayudó a conseguir el crédito en la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público, costó dos millones y medio de pesos. Los locatarios
tenían que pagar una renta para abonar a la deuda contraída por el
Ayuntamiento.
Cuando se dio la
oportunidad de participar por la presidencia municipal Ladislao ya había
heredado, de sus tíos, los cines Reforma de Coyuca, Juárez de San Jerónimo,
Guerrero de Tecpan y Álvarez de Atoyac. Luego se aventaría la aventura de
construir un cine de primera clase como fue el “Galapagos 2000”, pero con los
años los televisores y la videocaseteras dieron al traste con los cines, ya no
pudo sostener el cine Galapagos porque gastaba mucha energía eléctrica y lo
cerró.
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