Víctor
Cardona Galindo
Hablando del contexto en que Patricio Pino y Solís
escribió sus Apuntes para el año de 1919,
ese año existía un Ejército mexicano confundido, que no sabía a qué lealtad
obedecer, algunos oficiales entrados en copas coreaban vivas a Félix Díaz,
otros a Villa o Zapata. Los pagadores huían con los sueldos de la tropa que
prácticamente se moría de hambre en terrenos que muchas veces no conocía. Los
soldados venían a morir lejos de sus familias por un gobierno que los
abandonaba y que tampoco sentían suyo. Por eso muchas veces se rebelaban y se
sumaban a los guerrilleros que merodeaban estos rumbos.
El 7 de julio de 1919, se fugaron de la prisión
militar de Chilpancingo, el mariscalista Arnulfo Radilla y el zapatista Panuncio
Mendoza, ambos con un número considerable de compañeros se refugiaron en
Mochitlán. Pero el 2 de agosto fueron atacados por una fuerza militar proveniente
de la capital al mando del mayor Esteban Estrada. Después de resistir la envestida
gobiernista los rebeldes fueron derrotados y obligados a escapar. A los pocos
días Arnulfo llegó a Atoyac con las ropas desgarradas después de atravesar la
sierra a pie.
En los últimos días de agosto, Pablo Cabañas Macedo
dejó a Jesús H. Salgado en El Balsamar, y con sus hombres se dirigió a San
Vicente de Benítez, para desde ahí coordinar la campaña rebelde en la Costa
Grande. Dice José Manuel López Victoria en su Historia de la Revolución en Guerrero que el coronel Antonio Reyes
conoció sus movimientos y marchó en su búsqueda. El militar consiguió arrasar
con el campamento de Cabañas y lo obligó a refugiarse en la sierra alta.
El día primero de noviembre un grupo importante de
presos del Fuerte de San Diego se fugó y se enfrentó a la guarnición militar
para después salir armado rumbo a la Costa Grande. Los sublevados fueron
detenidos en Pie de la Cuesta por una tropa que se dirigía al puerto
proveniente de Petatlán. Los líderes del motín fueron fusilados.
A parte de las guerras, mi abuelo Mateo siempre habló
de la hambruna que vivió el pueblo de Atoyac durante el carrancismo, cuando no
llovía, se secaban las milpas y no había dinero circulante. Los comerciantes traían
maíz de Acapulco, pero muy caro, y los pobres tuvieron que alimentarse con
semillas de parota, camote de posquelite y raíces de plátano. Patricio Pino en
sus apuntes nos acerca a esa realidad que vivieron nuestros ancestros.
Y ya
entrando en el texto de Patricio Pino y Solís, para
el 28 mayo de 1919, el teniente Reyes jefe del destacamento militar en esta
ciudad estaba exigiendo un préstamo “por su cuenta a los comerciantes,
ganaderos y agricultores, para cuando lleguen los encantados haberes de
Chilpancingo que será para cuando Dios lo disponga”.
“Se
rumora que rumbo a La Unión y Tierra Caliente los rebeldes han desarrollado una
tenaz campaña contra las tropas del gobierno; con ese motivo han marchado los
generales Maycotte y Figueroa a atacarlos, y por la Costa, procedentes de
Acapulco etc., han pasado Maya y otros oficiales, a incorporarse con las tropas
leales a batir al enemigo”.
El lunes 2
de junio el elemento militar “sigue abrogándose facultades que no le competen;
y los mentados haberes para devolver el dinero del préstamo no aparecen”. El 3
en la noche dos soldados se introdujeron y robaron la oficina del Ayuntamiento llevándose
2 pesos con 75 centavos. Dejaron documentos tirados y desarreglados por toda la
oficina.
El 5
regresó de Chilpancingo el pagador y apenas trajo para socorrer una semana a
las guarniciones y nada para devolver el préstamo. El 12 el teniente Reyes pidió
prestado 25 pesos y hacía poco se le dieron 15 pesos “es mucho lo que fastidia
el jefe de la plaza porque nunca tiene sus haberes; con los $15.00 de hoy le he
dado $835.00 de préstamo que han facilitado comerciantes, ganaderos, agricultores
y la fábrica El Ticuí y no hay esperanza de que este dinero se reintegre”,
escribía el presidente municipal Patricio Pino. Quien se quejaba que el
militarismo seguía metiendo la pata en asuntos judiciales.
A finales
de junio Atoyac se quedó sin resguardo militar porque la tropa se fue rumbo a
Zihuatanejo en persecución de los rebeldes que amenazaban aquella zona. Por eso
el 26 escribía: “Varios comerciantes están empacando sus mercancías en
previsión de una posible invasión de los rebeldes, o de que algunos individuos arrimados
que hay en la sierra se organicen en gavilla para asaltar y saquear el comercio
toda vez que aquí no hay guarnición. Vino doña Pule y regresó en la tarde, y
dijo que mucha tropa procedente del rumbo de Acapulco ha pasado por San
Jerónimo para Petatlán y La Unión en persecución de los rebeldes”.
Por fin el 27
llegó el coronel Enrique Rodríguez y “Chano” Torreblanca de San Jerónimo, para
informar que Timoteo Fierro cubriría temporalmente la plaza con parte de su gente
que tiene en la sierra, “lo que me pareció prudente por ser gente conocida y de
confianza. El coronel dijo que los rebeldes que atacaron La Unión y Petatlán se
retiraron al saber que tropas del gobierno iban en su persecución; que no
debemos temer una invasión; pero no debemos estar confiados”.
El viernes
11 de julio, llegaron haberes para la tropa. Y el lunes 14 registraba “En la
persecución que se le hizo a los presos que se fugaron de la cárcel de
Chilpancingo, fue muerto el rebelde general Cenobio Mendoza; entre los fugados
se cuentan al general Rafael Mendoza, Arnulfo Radilla y otros en número como de
sesenta por todos; se dice que también se desertaron los soldados de la guardia”.
El pagador
Rodrigo Rodríguez, llegó el jueves 17 pero no trajo dinero para pagar el
préstamo de 835 pesos que el regimiento 68 adeudaba al comercio. Dicho pagador
anduvo borracho, bebiendo de gorra en las cantinas y pidiendo dinero prestado;
a don Patricio le pidió 5 pesos pero no le prestó.
A estas
alturas el alcalde tenía problemas con los regidores Pedro Gómez y Patricio Rodríguez
“el par de revoltosos que no son conformes con mi estadía en el Ayuntamiento,
porque no me dejo guiar de sus caprichos y pretensiones”.
La tropa salió
para la sierra el jueves 31 en persecución de Pablo Cabañas y regresó el sábado
2 de agosto y no encontró al guerrillero. “Pero en cambio, tres soldados fueron
desarmados en las huertas de los Tres Brazos por unos individuos armados de
machetes, hoy tarde que regresaban de la Sierra. Este hecho encierra algún
misterio”.
En este mes
otro tema comienza reflejarse en los apuntes del presidente municipal, es el de
la sequía. Algunas beatas sacaron de la iglesia, el domingo 3, dos imágenes en
procesión para implorar a la clemencia Divina que mande la lluvia “para que las
sementeras no perezcan y con ellas nosotros”. A falta de lluvias en la zona del
bajo se estaban perdiendo los plantíos de maíz, para el martes 5 de agosto ya
iban 21 días sin llover.
Mientras el
joven español Emilio Lobato, murió ahogado en el río el sábado 9 a las 11:30 de
la mañana cuando se bañaba en un remanso de aguas profundas.
El
miércoles 13 llegan noticias de San Luis y Tecpan que dicen que en aquellos
lugares las milpas de maíz están secándose por la prolongada sequía. “Aquí
estamos lo mismo: la naturaleza, las tropas del gobierno y la falta de dinero
en circulación, son tres plagas o potencias que nos están dominando”.
El Día de
la Asunción, 15 de agosto, que es la fiesta religiosa más importante en la
parroquia de este pueblo se cumplía un mes de la última lluvia y ya había muchas
siembras perdidas. Llovió hasta la noche del 18 después de 33 días de sequía. Cayeron
24 milímetros de agua, de acuerdo al registro de don Patricio.
El
miércoles 20 escribió: “El tiempo atmosférico ha cambiado y parece que las
lluvias van a reanudarse. El local del Ayuntamiento, juzgados menores, escuelas
de niños y del teléfono han tenido una reparación bastante vistosa y agradable;
la cárcel y el pasillo lo mismo; pero todo este trabajo que he dispuesto hacer,
recojo sinsabores por las chifletas y calumnias de los enemigos del progreso,
porque dicen que yo y el tesorero estamos lucrando con el trabajo de todas
estas mejoras ¡Qué desgraciados, qué bajos y qué cínicos!”
El
sábado 23 de agosto don Patricio Pino pidió una nueva licencia y regresó hasta
el primero de octubre, cubriéndolo en el cargo por segunda ocasión el regidor
Francisco Hernández.
El
miércoles 10 de septiembre asentó: “comienza a haber maíz nuevo y poco a poco
irá cesando el hambre que ha estado dominando en estos meses pasados desde mayo
a la fecha”.
El coronel
López, el miércoles 17 de septiembre, impuso un préstamo forzoso de 500 pesos
al comercio de esta plaza. Y citó el 19 por la mañana a Rosendo Galeana y Francisco
García en San Jerónimo para exigirles un préstamo de 50 pesos a cada uno.
Regresaron dos días después, porque al negarse a dar el préstamo, el citado
militar los metió a la cárcel. “La conducta del coronel López no puede ser más
sucia; el militarismo, o sea la tiranía, está prosperando en todo su organismo.
Estamos perdidos, la patria no ha de levantar cabeza mientras no haya
patriotismo y honradez de parte de los militares, pues estos son una lepra que va
minando todo el cuerpo social hasta perecer”, escribió el alcalde de Atoyac.
Comenzaban
a calentarse los ánimos políticos, Andrés Galeana salió a la Ciudad de México
el jueves 25 para tratar asuntos relacionados con la candidatura a la
presidencia de la república del general Álvaro Obregón.
Para el
jueves 2 de octubre la situación económica era bastante precaria; las tropas no
recibían haberes, el comercio languidecía día a día debido a la escasez de la plata
amonedada, pues si circulaba oro acuñado, “las pequeñas transacciones y compras
al menudo no tienen efecto por falta de cambio, porque no hay moneda
fraccionaria para dar lo vuelto en pequeñas compras, pagos”. Esa semana la
falta de moneda de plata estaba ocasionando una fuerte crisis en el mercado
local, la circulación de oro acuñado no satisfacía las necesidades.
Llegó la
noticia del asesinato de un pagador que salía con fondos de San Luis para
Petatlán, que la misma escolta lo mató, que ésta regresó a San Luis disparando
tiros y luego marchó para Nuxco.
El jueves
16 a las 4 de la mañana se presentó un ligero temblor oscilatorio de 3 puntos. Además
anotó: “Hoy a las 7 am reuní al cabildo para decirles que el coronel López
desea se le dé un certificado en el que conste que el destacamento que ha
estado guarneciendo esta plaza, que ha observado buena conducta. Puesto a
discusión la tal solicitud el síndico se opuso exponiendo causas contrarias,
los demás concejales opinaron lo mismo por lo que se resolvió no ha lugar a
expedir el certificado que se solicita. Esta resolución la comuniqué a Néstor,
gestor de este asunto, para conocimiento del coronel López… Hoy salió el
destacamento para San Jerónimo, a pasar revista ante el nuevo jefe del
regimiento y regresó en la tarde”.
Al día
siguiente regresaron los jefes Pérez y Guzmán “parece que vienen con intenciones
de ejercer venganza valido de la armas y del mando que tienen satisfechos de
que cualquier atropello o crimen que cometan, quedan impunes porque Maycotte sabe
encubrirlos y darles pábulo… Quizá no sea así y que dichos jefes vengan menos
belicosos que cuando estuvieron aquí hasta el mes de marzo en que fueron
relevados por López”.
Para el
sábado primero de noviembre el jefe de la guarnición el teniente Jesús Ruiz sigue
atendiendo asuntos judiciales y estorbando al Ayuntamiento sus facultades
tratando de que la matanza se monopolice en favor de Jesús Vargas. El 4 el
teniente Ruiz obliga al Ayuntamiento a que se sostenga el monopolio de la
matanza de reses. Los matanceros, fueron a San Jerónimo a quejarse con el jefe
de la zona y este les dijo que no convenía hubiera monopolio. Al día siguiente
el teniente Ruiz pidió un préstamo de 100 pesos al comercio por conducto del Ayuntamiento.
El
propagandista obregonista Andrés Galeana, llegó de la Ciudad de México el 6 de
noviembre, por la noche el club político Hermenegildo Galeana organizó una
reunión a la que concurrieron el presidente del club Andrés Galeana, el vicepresidente
Julio Vélez, los vocales: Emilio Mesino, Cruz Girón, Delfino Ríos, Juan
Santiago, el secretario Clicerio Castro y Espiridion Flores. “No se sabe lo que
se trató en la junta; pero es de suponer que el presidente, al venir de México,
ha de haber dado cuenta de la importante misión que llevó y lo que de allá
trajo papeles con proclamas, ataques injuriosos al partido gonzalista”.