sábado, 22 de octubre de 2016

Ciudad con aroma de café IV


Víctor Cardona Galindo
Hablando del mercado Perseverancia. Al entrar por el callejón de los chocomiles, están las relleneras, venden platillos de relleno, o relleno con bolillo. Al fondo están las enchiladas “de pollo ausente” muy sabrosas, dicen que quien las prueba, quiere más y cada vez que vuelve a nuestra tierra va por ellas. Cerca están los yerberos y los que venden santos. Quienes no faltan en todas las entradas son los vendedores de discos piratas. Lo bueno es que como son de aquí si un disco sale defectuoso nos lo cambian. Es piratería con garantía.
El nevero que recorría la ciudad gritando 
“La tengo pinta y tiesa”, “la traigo pinta”, 
“la traigo tiesa”, ya sus gritos no se 
escuchan y el sabor de sus nieves solo 
quedó en el recuerdo. Foto: Francisco Magaña. 

Por la mañana el callejón de los chocomiles está lleno, muchos son los que acuden a desayunar, un esquimo, jugos de zanahoria, de naranja, van a los deliciosos bolillos con tinga o de perdida a los de relleno. Los carretilleros gritan “va el golpe, va el golpe”. A Rudy un amigo alemán le gustaba que en Atoyac cerca de la casa encontraba jugos frescos de zanahoria y de naranja.
Por el callejón de los chocomiles, pasa rápido un hombre sin camisa cargando una costilla de res, va rumbo a las carnicerías, sudoroso, oreado por el sol, lleva la carne fresca. Mientras un carreterillero sale del mercado, con su carretilla llena de elotes, las camaroneras se estrujan para no ser atropelladas, huele a pan, vainilla, chocolate, a relleno, a barbacoa. Es un día cualquiera en el callejón de los chocomiles.
Cuando vamos al mercado nos damos cuenta de la triste realidad de los periódicos. El Campanita cuando voceaba El Objetivo, decía: “llegó el papayero, compre su papayero” y es que el periódico tabloide es especial para envolver papaya maradol. Igual que El Sur, El ABC de Zihuatanejo, El Despertar de la Costa y el ATL.
Los periódicos estándar como El Sol de Acapulco, Novedades, El Diario 17 y El Opina, son especiales para envolver flores o chiles guajillos. Vemos en los puestos de frutas y legumbres cual es el destino final del trabajo de tantos reporteros, editores y diseñadores; envolver frutas y especias en el mercado. Los voceadores de periódicos venden la devolución por kilo o los mismos lectores después se cierto tiempo los venden o los regalan. Luego de desenvolver los chiles guajillos rescato algunas noticias históricas para mi archivo. También las piñateras andan siempre en busca de los periódicos ya leídos o abandonados sin leer.
En la esquina del callejón Niños Héroes con calle Juan Álvarez se instalan las floreras: las que traen alcatraces y velos de novia de El Tambor y El Molote y girasoles de Cacalutla. En la esquina del callejón de los chocomiles un niño vendía unas ramas de hierba santa. Le pregunté -¿te puedo tomar una foto? –él se puso a llorar. A veces así de huraños nos hacen en la sierra.
Por la mañana en el centro de la ciudad, la calle Juan Álvarez está llena de taquerías, de barbacoa de res o de chivo. Los tacos Lute son los más sabrosos del rumbo y los de Migue no se quedan atrás. En todos lados se ven grupos gente alrededor de los carritos almorzando, por eso el tráfico es lento y hay mucha algarabía. La señora de los dulces de cayaco, papaya, calabaza, mango y plátano en conserva está cerca del callejón de los chocomiles, sus productos tienen mucha demanda.
En la calle principal está el sitio de Taxis Álvarez donde una mezcla fantástica maneja los coches. Los choferes son oleaginosas, delincuentes famosos, profesionistas, artistas populares, personajes de películas y de caricaturas. Ellos son los que nos mueven para todos lados. A muchos hemos llegado a estimarlos y los sentimos como de nuestra familia. Bueno algunos son de la familia: El Frijol, El Garbanzo y El Popeye son grandes amigos. En Atoyac hay un total de 85 Taxis.
Por eso al pedir un servicio no se asuste si se encuentra con que La Iguana verde maneja el taxi número 1, El Chaneque lo lleva en el 2 y El Manita está en el 3.
Aquí a veces no se conoce el nombre verdadero, solamente el apodo. Chespirito maneja el 4, El Bigotes trae el 5, Solovino está en el 6. Así podemos seguir mencionando, El Hermano trae el  9, El Huevoduro trae el 10, Rosendo Gavilán el 11, El Buitre el 12, El Royer el 13, El Pachaco el 14, La Pepa pig el 15, La Coneja el 16, Salomón el 17, El Fabuloso el 18, Zambrano el 19, El Avestruz el 20, Juan Tarola el 21, Don Gato el 22, El Botas el 23, La Perrona el 24, Pin el 25, La Tepacha el 26, El Desgraciado el 27, Tasmania el 28, El Chikungunya el 29, El Chupitos el 30, El Hermano falso el 31, Nico el 32, Cova el 34, El Memelas el 35, William Levy el 36, Bigotes maneja el 37, El Chicharrón el 38, La Iguanita el 39, La Jitomata el 40, Chalo el 41, El Sapo de mar el 42, El Patacorta el 43, Lala el 44, Tachidito el 45, El Jabalí el 46, Tragabalas el 47,  Santos el 48, La Iguana vieja el 49, La Doctora el 50, El Payaso el 51, La Eneida el 53, La Gárgola el 54, La Dormida o La Doctora el 55, Paquita la del barrio el 58, Pinky el 59, Mi Chulo el 60, María Cristina el 61, El Gallero conduce el 62, Carisauro trae el 64, La Mula el 65, Barny el 66, El Frijol el 67, La Liga el 68, Garfield el 69, Bulterrier el 70, Serafín el 71, El Simio el 72 y El Chucky trae el 73.
El sitio Álvarez distribuye sus unidades en el centro, la terminal de autobuses y la tienda Súper Che. Este año se formó el sitio número 2 de la Unión de Choferes Independientes de Atoyac que están afiliados a la Unión Transportistas Regionales del Estado de Guerrero (UTREG)  mismo que quedó formando el 7 de julio de 2016 por 12 choferes y se instaló frente a la Casa de la Cultura. El taxi 1 lo maneja La Marrana, el 2 Pelayo, el 3 Mario Besares, el 4 Serafín, 5 Popeye, 6 La garrocha, 7 Pato, 8 Charmín, 9 Upe, 10 Matute, 11 Chicharrón y el 12 El Rorro. Todos ellos se mostraron agradecidos con los líderes regionales de la UTREG, El Perrazo de la Rosa y El Hombre Verde por el apoyo que han recibido para formar su propio sitio.
Los sitios de taxis como en los demás bases del transporte local, tener apodo es estar integrado, quien lo rechaza a veces no se siente parte del gremio. Aquí padecer bullyng es no tener un alias.
La fundación del gremio se llevó  acabo en la década de los setentas, entre los primeros  taxistas que se recuerdan están: El Cuate Santiago, Concepción Hernández, Crispín Jacinto, José Galeana, Silvestre Ríos, Eleuterio Cebrero, Israel Ríos, Ramón La Cumbia, Cheque Galeana, Pedro El Cachetón, Martín El Calentano, Inocencio Calderón, Teodoro El Testigo, Isidoro Torres, Santana, Chucho Padilla y El Peludo. En aquellos tiempos eran puras unidades Ford unos coches largos de cuatro puertas los que daban el servicio.
En nuestra ciudad los sandilleros, meloneros y papayeros, no quieren abandonar la calle, se pelean con la Dirección de Reglamentos y con los comerciantes establecidos y ahí siguen. Los jicameros, cacahuateros y vendedores de fruta al menudeo ya no se quieren quitar de la entrada al Zócalo, hasta la Comisión de Derechos Humanos han ido a parar para defender su lugar.
Sandía, piña, melón, papaya, pepino y hasta mango con salsa venden los del carrito de cocteles en la esquina de los bancos o en la calles Agustín Ramírez. Con sus triciclos recorren las calles. Los carretilleros que venden mangos y jícamas con salsa se han multiplicados por todas la esquinas del centro. El chamoyero grita su promoción, “si usted se come dos chamoyadas en 15 segundos, le regalo tres”.
“La traigo pinta, la traigo tiesa, la traigo pinta y tiesa”, gritaba el nevero que vendía nieves de vainilla y de coco. La ponía en el barquillo y luego lo volteaba y no se caía. “Eso es para que veas que la traigo tiesa”. La vejez lo alejó del negocio ahora sólo queda el recuerdo.
Esta ciudad también es el rincón del buen sabor, en la cocina económica Jareth, hay carne de cuche y otros guisados con muy buen sazón, se ubica en la calle Aquiles Serdán y están seguras las aplaudidas. El escritor Ángel Carlos Sánchez subió unos kilitos cuando estuvo acá con nosotros y comía ahí con La Morena.
Para comer el menú es variado. En Atoyac hay casi de todo, para desayunar en la calle Nicolás Bravo y Agustín Ramírez encontrará de los más distintos platillos, desde una taza de café con pan o arroz, muchos guisos tradicionales, hasta los huevos con jamón, las albóndigas, el pollo a la jardinera y también un platillo raro que se llama bajareque.
En esa zona están doña Bertha, doña Emna y doña Mine que guisan muy rico. En la Agustín Ramírez se puede comer una buena carne de puerto en salsa verde, con granos de elote, un aderezo de frijoles blancos y una guarnición de tortillas moradas bien calientitas.
Pero si alguien se levantó temprano y está en el centro de la ciudad es recomendable que salga a dar una vuelta por el Zócalo. A las 7 de la mañana los tingüiliches, zanates y alondras que pernoctan en la plaza ya están remontando el vuelo y donde doña Viky se puede tomar un café negro acompañado de un rico arroz frito, con chilito de aporreadillo o entomatado de cuche y agregarle un pedazo de chicharrón, o de perdida un pedazo de queso, si no hay de otro aunque sea de San Luis, y puede pedir un café con leche de vaca.
En la calle principal está la cocina de Chavelona donde pueden encontrar un caldo de cuatete, aunque para esto hay que llevar una buena compañía porque recuerden que al cuatete le dicen “quiebra catre”, por sus propiedades afrodisíacas.
Y si buscan algo más cercano a la naturaleza y sin salir de la ciudad la opción es El Cuyotomate, donde encontrarán una variedad de comida mexicana, cerca de la frescura del río y donde también pueden bañarse en la poza. Si se les antojaron mariscos, pues vayan con Paty en la calle principal o con Blas que tiene su negocio cerca en la calle Aquiles Serdán. Hay un cevichero que se pone con su carrito en la calle 16 de septiembre, viene de San Jerónimo y a las 2 de la tarde ya se fue porque su ceviche, campechanas, tiritas y quesadillas vuelan. Hasta allá van a seguirlo lo que gustan de su sazón.
Para los que se les hizo noche y se van aquedar a dormir en Atoyac, cerca de la zona de hoteles y el centro, en el callejón Montes de Oca está doña Ruma, quien todas las noches saca su comal y vende una variedad de antojitos mexicanos, aunque las que ya se han vuelto internacionales, son sus sabrosas picadas o sopes como les quieran ustedes llamar, hay de champiñones, de tinga, de rajas, de pollo y queso Oaxaca.
Con Ruma han ido a comer norteamericanos, españoles, franceses e italianos, antropólogos, arqueólogos y defensores de los derechos humanos y todos se han llevado un buen sabor de boca. La Pagoda fue el restaurante precursor de comida china. Luego se abrió un expendio de esa comida asiática frente a la gasolineria, en la plaza Las Fuentes, donde ahora funciona el cine. También hay comida china en el centro en la calle principal cerca de la Casa de la Cultura. Se han duplicado las pizzerías que venden a domicilio y ahora los sabrosos helados de yogur en la calle principal y de esencias atrás del DIF municipal.
Si gustan de taquitos de cecina, de ubre, tripa o carne enchilada, les recomiendo que vayan a la calle Galeana, ahí a hay un pequeño negocio que se llama la Cebollita Roja, donde las salsas les van encantar y los ricos tacos. Susana Oviedo y Álvaro López Miramontes se fueron encantados y queriendo regresar después de cenar ahí. En esa calle también puede encontrar tamales y atole de plátano o de piña, depende de lo que gusten. Ahí mismo encontrarán dobladas, quesadillas y picaditas con muy buen sabor. Igual se come sabroso en la calle Independencia ya para bajar al arroyo Cohetero, una señora se pone con su comal en el corredor de su casa y más adelantito está doña Reyna con sus ricos tacos dorados. No se olviden de la taquería Lozano, los tacos de carnitas de Sigifredo instaladas en Quinto Patio y las carnitas michoacanas de la calle Agustín Ramírez. La Huerta y La Braza son buenas opciones para las carnes asadas. Por todos lados hay expendios de pollos asados y los pollos rostizados de Roberto Hernández tienen mucha demanda, con sucursales en diversas partes de la ciudad.
Se me olvidaba mencionar los taquitos de guisado de familia López, están instalados en el callejón Victoria, tienen de mole, tinga, champiñones, aporreadillo, sopa de arroz y carne de marrano acompañados de una ensalada de coliflor que es única en el orbe. También le recomiendo que prueben las ensaladas de Paty Nava con sus pechugas rellenas.
Los jueves las pozolerías. Ir con Alfonso de la O atrás de la iglesia es una buena idea, con Pedro Rebolledo en la calle Independencia ya en la colonia Sonora y probar sus chilitos capones, con Karina Quiñones en la calle Antonio Paco o de a tiro lanzarse hasta donde Noemí Vargas en El Ticuí cerca del cuartel militar. Paty Nava también tiene buen pozole y está en el centro.



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