Víctor
Cardona Galindo
Eusebio Martínez Ochoa un día me explicó que el nombre
de Atoyac se deriva de atolladero, porque donde ahora está la ciudad cruzaban cinco
arroyos y era un terreno cenagoso. Había que dar muchas vueltas para salir del
atolladero cuando se iba de El Zanjón a Mexcaltepec o viceversa. Mucha gente
decía lo mismo: “el pueblo antes se llamaba Atolladero”.
Investigando el origen del nombre, doña Juventina
Galeana Santiago mandó, en 1989, un oficio al Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) pidiendo un análisis al vocablo Atoyac. El
departamento de lingüística de esa institución contestó que la palabra Atoyac
proviene del náhuatl. Nombre que coincide con otros sitios que existen en la
república como: San Pedro Atoyac Oaxaca, Atoyac Jalisco y Atoyac Veracruz. También
el río Atoyac de Puebla.
La doctora Susana Cuevas Suárez directora de
lingüística del INAH contestó: “Haciendo una revisión exhaustiva en varios
códices tanto prehispánicos como coloniales se llegó a la conclusión de que no
existe un glifo que represente a la población de Atoyac. Es muy probable que la
razón de esto sea que el nombre de Atoyac no sea el original, es decir, que
antiguamente esta población, haya tenido otro nombre”.
Petrograbados
en La Pintada, de cuyo elemento
toma el nombre la comunidad, originalmente era
un paraje conocido como La Piedra Pintada.
Foto
Archivo Histórico de Atoyac.
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“El nombre original se puede conocer a través de
estudios arqueológicos, en zonas (que es muy probable que existan) cercanas o
dentro de los límites que corresponden a Atoyac. Existe la posibilidad de que
al haber un desplazamiento de la zona arqueológica a la ubicación actual de la
ciudad, el hombre original haya cambiado por el que ahora conocemos como Atoyac”.
Al hacer el análisis de la palabra Atoyac, asegura que
es un vocablo de origen náhuatl: atl
que quiere decir agua y toyaui que
significa regarse o esparcirse. Por eso se concluye que Atoyac quiere decir
agua que se riega o se esparce.
Es claro que la especialista no se equivocó, porque el
poblado original estaba en Mexcaltepec, a unos seis kilómetros rumbo a la
sierra. En 1614, después de una epidemia de cólera, los indios de Mexcaltepec
fueron bajados a Atoyac por las autoridades virreinales. Como el nuestro, hay en
Guerrero tres pueblos que se llaman Mexcaltepec y uno en Puebla. Mexcaltepec se
escribe con x pero ahora funcionarios le cambiaron el nombre a Mezcaltepec, por
eso Baloy Mayo dice que Mezcaltepec quiere decir Cerro del mezcal. Mientras que
Gutierre Tibón sostiene que el nombre es con x y quiere decir: cerro casa de la
luna o el cerro del templo de la luna.
Aunque cabe mencionar que ni en el Códice Mendocino ni
en la Matrícula de Tributos aparece Mexcaltepec, es hasta Las Relaciones Geográficas del Siglo XVI, un documento español, donde
ya se mencionan los pueblos más viejos de Atoyac, como: Mexcaltepec, Zintapala,
Cacalutla y Santiago.
En la zona de Atoyac hay
muchos nombres de comunidades de origen náhuatl, muchas veces distorsionados
por el lenguaje local, por ejemplo en la colonia Las Palmeras está
un letrero que dice: calle Juana Caxtle, cuando debería decir Huanacaxtle que quiere decir Parota. La
gente le llamaba Juanacaite al paso del río que está donde termina esa calle, distorsionando
en la pronunciación los aztequismos, por eso llamábamos Ista a Ixtla y tepeite
al tapextle. En partes usamos también palabras de origen tarasco como guachi,
vocablo que viene de la Tierra Caliente y de la sierra alta que se deriva de
Wa- che que quiere decir mi hijo wa-cha mi hija es de origen tarasco. Pero la
gran parte de la influencia indígena en nuestro idioma es de origen náhuatl.
Aquí una muestra de la toponimia de algunas comunidades de
Atoyac, de acuerdo al libro Toponimia
del Estado de Guerrero de
Baloy Mayo
Acapulquito, (españolizado de Acapultzinco), “en el
pequeño Acapulco”. Es un barrio de la cabecera municipal.
Ahuindo, (forma errónea de Ahuihuiyo), “donde
hace temblar el agua fría”. De atl
agua; huihui temblar de frío; y yo que tiene. Es el nombre primitivo de
Corral Falso.
Alcholoa,
“en el salto de agua”.
Viene de atl agua; y de choloa verbo que quiere decir saltar,
correr.
Almolonga, (españolizado de Almolonya), “agua que
corre espaciándose”. De atl agua; moloni o molono de manar una fuente, esparcir algo; y de ya locativa.
Apozahualco, tiene dos traducciones: 1) “lugar inundado”;
2) “lugar de represa del río”. Viene de apozahualli
represa, embalse, o de atl agua; pozahualli llenarse, inundarse; y de co lugar, sitio. Nombre de una ex
hacienda del municipio de Atoyac de Álvarez; de un embalse del municipio de
Chilapa, y de la laguna donde desagua el río Marquelia.
Cacahuatán, “lugar donde abunda el cacao”. Se deriva
de Cacáhuatl cacao, y de tan partícula abundancial equivalente a tlan.
Cacalutla, (Cacalotla), “lugar de cuervos”.
Etimología: cacálotl cacalote; tla lugar. Que más bien podría ser lugar
de cascalotes, porque nosotros llamamos cascalote al zanate.
Cintapala, tiene dos significados: 1) “río de las
juntas”; 2) “río profundo, o agua en el subsuelo”. De cintlalia juntar, congregar, o de cintlalli en el abismo, profundidad; y apa río, agua.
Cuauhtémoc, (Adulteración de Cuauhtemohua), quiere
decir; “águila que desciende”. Se deriva de cuauhtli
águila; y temohua descender, caer.
Cucuyachi, según la tradición: “donde enferman”. El Cucuyachi es un poblado;
cocuyache, un rancho, ambos localizados en el municipio de Atoyac de Álvarez. También se le
llama así a una sanguijuela.
Cuitlatecapan, “río o lugar de los cuitlatecas”. Se
forma de cuitlatécatl gente de cuítlatl (excremento, cieno); y pan locativo.
Chachalaco, “en el lugar de las chachalacas o
chachalacos”. Vienes de chachalatli,
la gallina montés; y de la partícula locativa, co en. Arroyo del Chachalaco en Atoyac.
Ixtla, significa: “llanura” pero puede ser, “en
donde abunda la pita o el ixtli”, De ixtla, llanura; ixtli hilaza, pita, fibra; y tla
locativa.
Mexcaltepec, (Mezcaltepec), “pueblo del mezcal”, o
cerro del mezcal”. De mezcalli
mezcal, y de altepec pueblo. Aunque Gutierre
Tibón asegura que es Mexcaltepec y quiere decir “el cerro del templo de la luna”.
Mitla, “región de los muertos”. Otra versión:
“lugar de flechas o dardos”. De la primera mictlan
mundo de los muertos; de la segunda mitl
flecha, dardo; y tla lugar. Nombre de
una laguna situada entre los municipios de Atoyac de Álvarez, Benito Juárez y
Coyuca de Benítez.
Tehuehuetla, según Antonio Peñafiel “en el lugar del
atabal de piedra”. Otras traducciones: “lugar de tambores de piedra”; “sitio de
viejas piedras”; y para la toponimia local, “donde tocan”. De tetl piedra; huéhuetl timbal, tambor; o huehue
viejo; y de tla lugar. El poblado se
llama San Juan Tehuehuetla, del municipio de San Miguel Totolapan. También el
predio donde nace el Río Atoyac, se llama Tehuehuetla.
Tlacolulco, (Tlacololco), “lugar torcido, o de casas
torcidas, o encorvadas”. De tlacolol-co;
tlacololli casa torcida; y co partícula locativa. Nombre extinto de
una comunidad del municipio de Atoyac de Álvarez, que estaba en las
inmediaciones de Los Valles. La gente lo conocía como Tilacolulco.
Zacualpan, (Tzacualpan), tiene varias versiones
“sobre la pirámide”, “en el encierro”, o “en el adoratorio”. De izacualli pirámide, recinto, adoratorio,
encierro; y de pan en, sobre.
Otros
vocablos de origen náhuatl, que algunos estudiosos llaman aztequismos, se quedaron
presentes en nuestro idioma y los usamos con frecuencia como:
Camahua:
Así se llama el elote cuando el grano ya comienza endurecerse, antes de que sea
maíz listo para el nixcome, y ya se pueden hacer unas tortillas que también se
les llama camahua. “Son muy sabrosas pero no llenan”, dice la gente. Porque
todavía no tiene la consistencia del maíz seco.
Nixcome:
es el maíz remojado en agua caliente con cal, ese proceso permite que al
lavarlo se le caiga la cascara y se pueda moler. Al agua con cal que queda en
el recipiente donde se remojó el maíz se llama nijayote que es otro vocablo de origen náhuatl. El maíz se siembra
en un tlacolol o se chapona un huamil. Tlacolol
es cuando el terreno se desmontó, se quemó y se va a sembrar por primera
vez, ya en las siguientes siembras de llama rastrojo.
Cuando el monte creció y ya hay árboles donde antes fue un tlacolol entonces se
nombra huamil o guamil.
Es
común referirse al Coacoyul a lo que
también se conoce como Cayaco, al árbol de cuahulote
y el huamúchil son de origen
náhuatl. También de ese origen es el Yagual
que se ponen en la cabeza las mujeres para cargar, los tachinaxtles donde se crían los pericos y los cacaxtles para atrapar palomas.
Pedro
R. Hendrichs dice que la palabra Huilile
o güilile podría ser de origen
cuitlateco. Fabriciano Mesino Serafín, originario de El Camarón, dice que al
güilile que aquí se teje con varas y mecate de majagua de abrojo y clavellina, en el valle de Tixtla lo conocen
como Telcopete, allá tejido con varas y zoyate. Los dos se utilizan para pizcar
maíz. También Fabriciano dice que el matate tejido con mecate, heredado de
nuestros ancestros cuitlatecos, se utiliza todavía en la sierra para desgranar
maíz. “Se puede desgranar hasta una tonelada al día”, dice.
Los
aztecas, que en mucho nos influenciaron, llegaron acá por 1498, por eso decimos que la fundación de Atoyac fue ese año, porque
coincide con la primera incursión mexica a la Costa Grande.
Los
nativos de ese tiempo no eran muy poderosos, por eso los mexicas los conquistaron
con mucha facilidad y formaron una provincia tributaria a la que llamaron Cihuatlán, que quiere decir: lugar de mujeres.
La cabecera de dicha provincia estaba entre los pueblos de San Luis la Loma y
San Luis San Pedro. Por eso el río que divide a los sanluises se llama Cihuatlán. Al ser
conquistados los cuitlatecas se convirtieron en guerreros de los aztecas para
pelear en contra de los yopes de Acapulco y los purépechas de
Michoacán.
Así
los aztecas mataron dos pájaros de una pedrada. Al mismo tiempo que combatían a
sus enemigos más fuertes, mermaban las fuerzas de los cuitlatecas y cuando ya
eran menos los mexicas trajeron de los suyos para repoblar la región, por eso
había gente que hablaba náhuatl cuando llegaron los españoles a conquistarnos.
Es
al tlatoani Ahuízotl, el
Monstruo de agua, octavo
rey de Tenochtítlan, hermano de Tizóc, a quien se le atribuye la fundación de
Atoyac. Porque durante el reinado de Ahuízotl (1486-1502) fue sometida la mayor
parte del territorio guerrerense y fue quien consolidó el dominio azteca en la
Costa Grande, formando la provincia tributaria de Cihuatlán.
La
fuerte presión purépecha por Tierra Caliente hizo que este Tlatoani convirtiera
un centro de operaciones a la región del Balsas para poder flanquear a sus enemigos
michoacanos por la Costa del Pacífico. Dentro del actual territorio guerrerense
quedaron ubicadas seis provincias tributarias y pequeñas porciones de otras
tres según consta en el Códice Mendocino y la Matrícula de Tributos.
La
Matrícula de Tributos es un códice que consiste en el registro del pago de tributos
de los pueblos conquistados por los miembros de la Triple Alianza, integrada
por los mexicas de Tenochtitlan, los acolhuas de Texcoco y los tepanecas de Tlacopan.
En cada hoja aparece el pueblo que encabeza la provincia tributaria,
representado por glifos toponímicos, así como los demás pueblos que formaban la
provincia.
La
provincia de Cihuatlán está en la lámina 18 de la Matrícula de Tributos y estaba
conformada por los territorios que ahora son municipios de: Coahuayutla, La
Unión, José Azueta, Petatlán, Tecpan y parte de Atoyac.
Cihuatlán
tributaba pieles, animales vivos y fauna marina para ofrendas ceremoniales o
para la alimentación. El 4% de los productos agrícolas recibidos en
México-Tenochtítlan procedían de Cihuatlán y Tepecoacuilco, al igual que el 60%
de la miel, el 18% del algodón, casi el 7% de la ropa de mujer, el 99% del
incienso llamado ecozahuitl y el 50% del copal.
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