sábado, 12 de marzo de 2016

Los aztecas


Víctor Cardona Galindo
Eusebio Martínez Ochoa un día me explicó que el nombre de Atoyac se deriva de atolladero, porque donde ahora está la ciudad cruzaban cinco arroyos y era un terreno cenagoso. Había que dar muchas vueltas para salir del atolladero cuando se iba de El Zanjón a Mexcaltepec o viceversa. Mucha gente decía lo mismo: “el pueblo antes se llamaba Atolladero”.
Investigando el origen del nombre, doña Juventina Galeana Santiago mandó, en 1989, un oficio al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pidiendo un análisis al vocablo Atoyac. El departamento de lingüística de esa institución contestó que la palabra Atoyac proviene del náhuatl. Nombre que coincide con otros sitios que existen en la república como: San Pedro Atoyac Oaxaca, Atoyac Jalisco y Atoyac Veracruz. También el río Atoyac de Puebla.
La doctora Susana Cuevas Suárez directora de lingüística del INAH contestó: “Haciendo una revisión exhaustiva en varios códices tanto prehispánicos como coloniales se llegó a la conclusión de que no existe un glifo que represente a la población de Atoyac. Es muy probable que la razón de esto sea que el nombre de Atoyac no sea el original, es decir, que antiguamente esta población, haya tenido otro nombre”.
Petrograbados en La Pintada, de cuyo elemento 
toma el nombre la comunidad, originalmente era 
un paraje conocido como La Piedra Pintada. 
Foto Archivo Histórico de Atoyac.

“El nombre original se puede conocer a través de estudios arqueológicos, en zonas (que es muy probable que existan) cercanas o dentro de los límites que corresponden a Atoyac. Existe la posibilidad de que al haber un desplazamiento de la zona arqueológica a la ubicación actual de la ciudad, el hombre original haya cambiado por el que ahora conocemos como Atoyac”.
Al hacer el análisis de la palabra Atoyac, asegura que es un vocablo de origen náhuatl: atl que quiere decir agua y toyaui que significa regarse o esparcirse. Por eso se concluye que Atoyac quiere decir agua que se riega o se esparce.
Es claro que la especialista no se equivocó, porque el poblado original estaba en Mexcaltepec, a unos seis kilómetros rumbo a la sierra. En 1614, después de una epidemia de cólera, los indios de Mexcaltepec fueron bajados a Atoyac por las autoridades virreinales. Como el nuestro, hay en Guerrero tres pueblos que se llaman Mexcaltepec y uno en Puebla. Mexcaltepec se escribe con x pero ahora funcionarios le cambiaron el nombre a Mezcaltepec, por eso Baloy Mayo dice que Mezcaltepec quiere decir Cerro del mezcal. Mientras que Gutierre Tibón sostiene que el nombre es con x y quiere decir: cerro casa de la luna o el cerro del templo de la luna.
Aunque cabe mencionar que ni en el Códice Mendocino ni en la Matrícula de Tributos aparece Mexcaltepec, es hasta Las Relaciones Geográficas del Siglo XVI, un documento español, donde ya se mencionan los pueblos más viejos de Atoyac, como: Mexcaltepec, Zintapala, Cacalutla y Santiago.
En la zona de Atoyac hay muchos nombres de comunidades de origen náhuatl, muchas veces distorsionados por el lenguaje local, por ejemplo en la colonia Las Palmeras está un letrero que dice: calle Juana Caxtle, cuando debería decir Huanacaxtle que quiere decir Parota. La gente le llamaba Juanacaite al paso del río que está donde termina esa calle, distorsionando en la pronunciación los aztequismos, por eso llamábamos Ista a Ixtla y tepeite al tapextle. En partes usamos también palabras de origen tarasco como guachi, vocablo que viene de la Tierra Caliente y de la sierra alta que se deriva de Wa- che que quiere decir mi hijo wa-cha mi hija es de origen tarasco. Pero la gran parte de la influencia indígena en nuestro idioma es de origen náhuatl.
Aquí una muestra de la toponimia de algunas comunidades de Atoyac, de acuerdo al libro Toponimia del Estado de Guerrero de Baloy Mayo
Acapulquito, (españolizado de Acapultzinco), “en el pequeño Acapulco”. Es un barrio de la cabecera municipal.
Ahuindo, (forma errónea de Ahuihuiyo), “donde hace temblar el agua fría”. De atl agua; huihui temblar de frío; y yo que tiene. Es el nombre primitivo de Corral Falso.
Alcholoa, “en el salto de agua”. Viene de atl agua; y de choloa verbo que quiere decir saltar, correr.
Almolonga, (españolizado de Almolonya), “agua que corre espaciándose”. De atl agua; moloni o molono de manar una fuente, esparcir algo; y de ya locativa.
Apozahualco, tiene dos traducciones: 1) “lugar inundado”; 2) “lugar de represa del río”. Viene de apozahualli represa, embalse, o de atl agua; pozahualli llenarse, inundarse; y de co lugar, sitio. Nombre de una ex hacienda del municipio de Atoyac de Álvarez; de un embalse del municipio de Chilapa, y de la laguna donde desagua el río Marquelia.
Cacahuatán, “lugar donde abunda el cacao”. Se deriva de Cacáhuatl cacao, y de tan partícula abundancial equivalente a tlan.
Cacalutla, (Cacalotla), “lugar de cuervos”. Etimología: cacálotl cacalote; tla lugar. Que más bien podría ser lugar de cascalotes, porque nosotros llamamos cascalote al zanate.
Cintapala, tiene dos significados: 1) “río de las juntas”; 2) “río profundo, o agua en el subsuelo”. De cintlalia juntar, congregar, o de cintlalli en el abismo, profundidad; y apa río, agua.
Cuauhtémoc, (Adulteración de Cuauhtemohua), quiere decir; “águila que desciende”. Se deriva de cuauhtli águila; y temohua descender, caer.
Cucuyachi, según la tradición: “donde  enferman”. El Cucuyachi es un poblado; cocuyache, un rancho, ambos localizados en el municipio de Atoyac de Álvarez. También se le llama así a una sanguijuela.
Cuitlatecapan, “río o lugar de los cuitlatecas”. Se forma de cuitlatécatl gente de cuítlatl (excremento, cieno); y pan locativo.
Chachalaco, “en el lugar de las chachalacas o chachalacos”. Vienes de chachalatli, la gallina montés; y de la partícula locativa, co en. Arroyo del Chachalaco en Atoyac.
Ixtla, significa: “llanura” pero puede ser, “en donde abunda la pita o el ixtli”, De ixtla, llanura; ixtli hilaza, pita, fibra; y tla locativa.
Mexcaltepec, (Mezcaltepec), “pueblo del mezcal”, o cerro del mezcal”. De mezcalli mezcal, y de altepec pueblo. Aunque Gutierre Tibón asegura que es Mexcaltepec y quiere decir “el cerro del templo de la luna”.
Mitla, “región de los muertos”. Otra versión: “lugar de flechas o dardos”. De la primera mictlan mundo de los muertos; de la segunda mitl flecha, dardo; y tla lugar. Nombre de una laguna situada entre los municipios de Atoyac de Álvarez, Benito Juárez y Coyuca de Benítez.
Tehuehuetla, según Antonio Peñafiel “en el lugar del atabal de piedra”. Otras traducciones: “lugar de tambores de piedra”; “sitio de viejas piedras”; y para la toponimia local, “donde tocan”. De tetl piedra; huéhuetl timbal, tambor; o huehue viejo; y de tla lugar. El poblado se llama San Juan Tehuehuetla, del municipio de San Miguel Totolapan. También el predio donde nace el Río Atoyac, se llama Tehuehuetla.
Tlacolulco, (Tlacololco), “lugar torcido, o de casas torcidas, o encorvadas”. De tlacolol-co; tlacololli casa torcida; y co partícula locativa. Nombre extinto de una comunidad del municipio de Atoyac de Álvarez, que estaba en las inmediaciones de Los Valles. La gente lo conocía como Tilacolulco.
Zacualpan, (Tzacualpan), tiene varias versiones “sobre la pirámide”, “en el encierro”, o “en el adoratorio”. De izacualli pirámide, recinto, adoratorio, encierro; y de pan en, sobre.
Otros vocablos de origen náhuatl, que algunos estudiosos llaman aztequismos, se quedaron presentes en nuestro idioma y los usamos con frecuencia como:
Camahua: Así se llama el elote cuando el grano ya comienza endurecerse, antes de que sea maíz listo para el nixcome, y ya se pueden hacer unas tortillas que también se les llama camahua. “Son muy sabrosas pero no llenan”, dice la gente. Porque todavía no tiene la consistencia del maíz seco.
Nixcome: es el maíz remojado en agua caliente con cal, ese proceso permite que al lavarlo se le caiga la cascara y se pueda moler. Al agua con cal que queda en el recipiente donde se remojó el maíz se llama nijayote que es otro vocablo de origen náhuatl. El maíz se siembra en un tlacolol o se chapona un huamil. Tlacolol es cuando el terreno se desmontó, se quemó y se va a sembrar por primera vez, ya en las siguientes siembras de llama rastrojo. Cuando el monte creció y ya hay árboles donde antes fue un tlacolol entonces se nombra huamil o guamil.
Es común referirse al Coacoyul a lo que también se conoce como Cayaco, al árbol de cuahulote y el huamúchil son de origen náhuatl. También de ese origen es el Yagual que se ponen en la cabeza las mujeres para cargar, los tachinaxtles donde se crían los pericos y los cacaxtles para atrapar palomas.
Pedro R. Hendrichs dice que la palabra Huilile o güilile podría ser de origen cuitlateco. Fabriciano Mesino Serafín, originario de El Camarón, dice que al güilile que aquí se teje con varas y mecate de majagua de abrojo y clavellina, en el valle de Tixtla lo conocen como Telcopete, allá tejido con varas y zoyate. Los dos se utilizan para pizcar maíz. También Fabriciano dice que el matate tejido con mecate, heredado de nuestros ancestros cuitlatecos, se utiliza todavía en la sierra para desgranar maíz. “Se puede desgranar hasta una tonelada al día”, dice.
Los aztecas, que en mucho nos influenciaron, llegaron acá por 1498, por eso decimos que la fundación de Atoyac fue ese año, porque coincide con la primera incursión mexica a la Costa Grande.
Los nativos de ese tiempo no eran muy poderosos, por eso los mexicas los conquistaron con mucha facilidad y formaron una provincia tributaria a la que llamaron Cihuatlán, que quiere decir: lugar de mujeres. La cabecera de dicha provincia estaba entre los pueblos de San Luis la Loma y San Luis San Pedro. Por eso el río que divide a los sanluises se llama Cihuatlán. Al ser conquistados los cuitlatecas se convirtieron en guerreros de los aztecas para pelear en contra de los yopes de Acapulco y los purépechas de Michoacán.
Así los aztecas mataron dos pájaros de una pedrada. Al mismo tiempo que combatían a sus enemigos más fuertes, mermaban las fuerzas de los cuitlatecas y cuando ya eran menos los mexicas trajeron de los suyos para repoblar la región, por eso había gente que hablaba náhuatl cuando llegaron los españoles a conquistarnos.
Es al tlatoani Ahuízotl, el Monstruo de agua, octavo rey de Tenochtítlan, hermano de Tizóc, a quien se le atribuye la fundación de Atoyac. Porque durante el reinado de Ahuízotl (1486-1502) fue sometida la mayor parte del territorio guerrerense y fue quien consolidó el dominio azteca en la Costa Grande, formando la provincia tributaria de Cihuatlán.
La fuerte presión purépecha por Tierra Caliente hizo que este Tlatoani convirtiera un centro de operaciones a la región del Balsas para poder flanquear a sus enemigos michoacanos por la Costa del Pacífico. Dentro del actual territorio guerrerense quedaron ubicadas seis provincias tributarias y pequeñas porciones de otras tres según consta en el Códice Mendocino y la Matrícula de Tributos.
La Matrícula de Tributos es un códice que consiste en el registro del pago de tributos de los pueblos conquistados por los miembros de la Triple Alianza, integrada por los mexicas de Tenochtitlan, los acolhuas de Texcoco y los tepanecas de Tlacopan. En cada hoja aparece el pueblo que encabeza la provincia tributaria, representado por glifos toponímicos, así como los demás pueblos que formaban la provincia.
La provincia de Cihuatlán está en la lámina 18 de la Matrícula de Tributos y estaba conformada por los territorios que ahora son municipios de: Coahuayutla, La Unión, José Azueta, Petatlán, Tecpan y parte de Atoyac.
Cihuatlán tributaba pieles, animales vivos y fauna marina para ofrendas ceremoniales o para la alimentación. El 4% de los productos agrícolas recibidos en México-Tenochtítlan procedían de Cihuatlán y Tepecoacuilco, al igual que el 60% de la miel, el 18% del algodón, casi el 7% de la ropa de mujer, el 99% del incienso llamado ecozahuitl y el 50% del copal.





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