Víctor Cardona Galindo
Hoy en esta página de Atoyac recordaremos a dos hermanos, originarios de
El Porvenir Limón, que participaron en la guerrilla del Partido de los Pobres,
encabezada por el profesor Lucio Cabañas Barrientos, y que fueron desaparecidos
por las fuerzas del Estado.
Florentino Loza Patiño nació el 16 de octubre de 1944, en la comunidad
de El Porvenir Limón, al ser desaparecido dejó inéditos más de 100 poemas de
amor y de tipo social. “Sentados no sé cuántos compañeros
/en torno de una mesa, /sin flores ni finos manteles /sólo para brindar, es su
promesa… Están reunidos todos los camaradas /para brindar por esta navidad /sólo
reflejan sus miradas /el deseo, de una copa más”, dice en El Brindis de los Pobres
que en ocasiones declamó en Navidad.
“Es el momento de
sentirnos como hermanos /hay que olvidar, nuestros dolores y tristezas /hay que
brindar, por el amor, ¡ufanos! /hay que olvidar, la falsedad de las riquezas”.
“Brindo, por aquellos a quienes
no espanta la miseria /y saben conservar su mente limpia y pura, /por aquellos
que no participan en la feria /pero saben prodigar lo que es ternura”.
Estudió la preparatoria 9 de
Chilpancingo y cursos, en Garnica Veracruz, para formarse como técnico especializado
en café. Por eso a la hora de ser detenido, por las fuerzas gubernamentales, se
encontraba trabajando en la sucursal del Inmecafé de Putla Oaxaca.
Cuando era estudiante en Chilpancingo, en unas vacaciones de diciembre,
conoció a Angelina Reyes Hernández, Gela,
que fue la musa de sus poemas y con quien procreó a su único hijo Víctor, quien
tenía 8 años cuando su padre salió por última vez de su casa en Putla Oaxaca el
14 de julio de 1977. Viajaría siete horas a la capital para entregar una
camioneta del Inmecafé. Gela, quien
conservó una copia del oficio de comisión, ese día salió a despedirlo con un
beso. Luego Florentino se fue para jamás volver con los suyos.
Loza Patiño tenía una parcela de café, en el punto serrano denominado
Siglo XX, cerca de El Porvenir, que estaba adornada por muchas variedades de
palomas. “Aves que dan melodía, rompiéndose el silencio con el vuelo de
parvadas, que hacen vibrar el follaje que es de una variedad asombrosa”,
recordaba Angelina Reyes.
Florentino Loza Patiño fue miembro de la Brigada Campesina de
Ajusticiamiento donde se llamó Pancho
Encinas o Mauricio. Un
guerrillero que siempre estuvo dispuesto a cualquier trabajo. Siempre estuvo al
pie, como colaborador fue muy cumplido. Muy consecuente, congruente y
participativo. Trataba de encausar las cosas que consideraba que estaban mal y
exigía a los del Partido Comunista coherencia cuando sus representantes
asistían a reuniones con la Brigada.
Al disolverse
la Brigada Florentino siguió luchando por la causa socialista, en Oaxaca
decidió incorporarse de nuevo a la guerrilla ahora con las Fuerzas Armadas de
Liberación (FAL). En Putla, Octaviano Santiago lo contactó y le pidió ayuda.
Florentino le brindó un buen apoyo le dió dinero para que sobreviviera mientras
encontraba un contacto. Algunos documentos del gobierno dicen que Florentino
era el líder la Organización Revolucionaria de los Campesinos Armados (ORCA).
Una tarjeta informativa
de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) dice que “durante su estancia en la
Sierra de Guerrero a lado de Lucio Cabañas Barrientos, participó en todos los
hechos delictuosos que se cometieron a nombre de ese grupo”. Hay un documento que especifica que la DFS lo buscaba desde el
secuestro de Cuauhtémoc García Terán.
En un oficio
titulado “Partido de los Pobres” de 15 de julio de 1977, signado por el
entonces Director Federal de Seguridad: “El día de hoy agentes de esta
Dirección Federal de Seguridad, detuvieron a Florentino Loza Patiño alías
‘Pancho’ o ‘Mauricio’, miembro del grupo subversivo denominado Partido de los
Pobres, quien fue detenido en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, y trasladado a
México, Distrito Federal, y al ser interrogado manifestó [...] que en el mes de
agosto de 1972 participó en una emboscada a elementos del ejército mexicano en
un lugar que se le llama Arroyo Obscuro.”
La memoria histórica registra que Florentino Loza
Patiño tenía 33 años cuando se lo llevaron. Fue detenido por el comandante de
la Policía Judicial Wilfrido Castro Contreras en Oaxaca al salir de las
instalaciones del Inmecafé. Algunos documentos atribuyen su detención a la Dirección Federal de
Seguridad, el 14 de julio de 1977,
sobre la carretera que va del estado de Guerrero a Oaxaca.
Se dice que
había personas de Atoyac en Oaxaca trabajando en el Inmecafé y otros comentan
que como su esposa Angelina viajaba de Atoyac a Oaxaca los cuerpos policiacos
la siguieron y así dieron con el paradero del guerrillero.
Loza Patiño fue visto por última vez en agosto de ese
año en los “separos” clandestinos de Acapulco, conocidos como la cárcel de la
SAHOP, separos de la coca o el ferrocarril a cargo de Arturo Acosta Chaparro”.
Estaba vendado y en short, de ahí no se ha vuelto a saber de él. En este lugar se encontraba también la joven Aida
Ramales Patiño su media hermana. El 26 de julio de 1977 fue detenido por la PJE
Ascencio García Juárez, hay testimonios de que estuvo recluido en los separos
junto con Humberto Brito Nájera y con Florentino Loza Patiño donde fueron
vistos por última vez el 12 de agosto de 1977. Los tres continúan
desaparecidos.
Angelina
Reyes
Hernández, Gela, esposa
del
guerrillero Florentino Loza Patiño y
quien lo buscó hasta el cansancio. Murió
con la esperanza de encontrarlo algún día.
Foto Víctor Cardona Galindo.
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A los cinco años, Gela
tuvo noticias que se encontraba recluido en la Islas Marías, pero fue hasta el
2004 cuando con una comisión de mujeres familiares de desaparecidos y apoyados
por la Fiscalía Especial pudieron visitar las islas y las recorrieron en 10
días.
Guillermo
Espinosa de Benito agente de la DFS informó que el 30 de julio de 1977 que se
encontraban “detenidos en los separos de la PJE: Patricio Abarca Martínez (a)
‘Luis’ o ‘Soldado’; Humberto Brito Nájera (a) ‘Ramón’; Miguel Flores Leonardo
(a) ‘Ernesto’ ó Tomás’; Ascensión García Juárez (a) ‘Eusebio’; Trinidad Jacinto
Iturio (a) ‘Sotero’; Florentino Loza Patiño (a) ‘Mauricio’; Reynaldo Manjares
Molina (a) ‘Vicente Manuel’, y Emilia Molina Bahena (a) ‘Araceli Mendoza R’ ”.
“Aquella mirada que turbó la mía /aquellos tus ojos, nunca olvidaré
/cuando aquella noche hermosa aunque fría /ante tu mirada mi amor declaré”,
escribió el poeta guerrillero.
El 24 de septiembre de 2012 falleció Angelina Reyes
Hernández en Atoyac de Álvarez, esposa de Florentino, fue una de las valientes
mujeres que iniciaron la huelga de hambre, el 28 de agosto de 1978, en la
Catedral Metropolitana para denunciar que en México se violaban los derechos
humanos y que había desaparición forzada de disidentes políticos y que desde
los años 60 hasta hoy, los criminales están impunes.
En la Asociación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos y Víctimas de la Violaciones a los Derechos Humanos (Afadem),
recuerdan a Angelina por su combatividad y por su singular alegría, a pesar del
dolor e incertidumbre por su esposo detenido-desaparecido, siempre buscando la
sonrisa, buscando hacer reír a las compañeras y compañeros aún en los momentos
más difíciles de la lucha por la presentación de los desaparecidos.
Aida Ramales Patiño
En algunos
documentos también se le ubica como Aída Bracamontes Patiño. Aída era muy joven
cuando se incorporó a la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA). Fue una de
las guerrilleras más consecuentes, ella fue aprendiendo de las discusiones en
las que intervenía. Participó activamente en muchas actividades del Partido de
los Pobres.
Según el
testimonio de Guillermina Cabañas, allá en la sierra las mujeres hacían trabajo
parejo. Cuando los hombres echaban las tortillas gruesas y ellas colaboraban
para mejorarlas, eran criticadas severamente. Porque los hombres también debían
echar tortillas y hacer labores de cocina.
Aida era
blanca, pelo rubio, guapa, muy noble y trabajadora, junto con Marta, Hilda, Hortensia, Estela, fue de la primeras mujeres que se
integraron a la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, al entrar recibió el
seudónimo de Nidia. Fue en la guerrilla donde se dio la primera lección
de equidad de género de que se tenga memoria en el municipio de Atoyac, porque
cuando se incorporaron pensaron que iban de cocineras, pero allá su
participación fue como militantes y guerrilleras con todas las atribuciones que
ello implicaba, “no eran mujeres que iban por hacer el quehacer ni nada, sino
que allí era el trato igual, igual le tocaban comisiones a las mujeres, igual
le tocaban comisiones a los hombres tanto de hacer alimentos en la cocina, como
hacer guardia, como ir por alimentos, o sea, la participación era igual,
iguales derechos, recogió Eneida Martínez en su tesis: Los alzados del monte. Historia de la
guerrilla de Lucio Cabañas.
Aida
participaba en todas las comisiones incluso en aquellas que implicaban un
riesgo mayor, por ejemplo se dice que: Ramiro,
Nidia, Mauricio y Rufino fue la
comisión enviada por BCA para ajusticiar a Juan Ponce, un pistolero que la
Brigada sentenció a muerte acusado de ser delator.
O la visita a
San Juan de las Flores, el 24 de marzo de 1974, “a las cinco de la mañana
estábamos tomando el barrio, tapamos las principales entradas y el grupo de
compañeras encabezadas por Hortensia,
Estela, Martha, Beatriz, Nidia y otros compañeros fueron a
invitar a la población a una asamblea, llevándose a cabo a las once de la
mañana; el recibimiento del pueblo fue bastante bueno, y a pesar de que no tenía
mucho tiempo de haberse ajusticiado al cacique Enrique Juárez, ya que aquí
tenía a toda su familia, a pesar de todo la gente nos dio solidaridad y aún
familiares del cacique”, dice el testimonio de un guerrillero.
En algunos
textos testimoniales podemos encontrar que Nidia dejó de la Brigada Campesina de
Ajusticiamiento, el 14 de agosto de 1974, junto con otros 10 compañeros entre
los que estaban Élmer, Beatriz, Víctor, Ramiro, Manuel,
Estela, Francisco y Hortensia, quienes continuaron en la lucha pero en la ciudad.
El 14 de julio
de 1977, fue detenido-desaparecido por elementos de la Policía Judicial de
Guerrero el estudiante Salomé Ríos Serafín, miembro de la Organización
Revolucionaria de los Campesinos Armados (ORCA), reducto de la Brigada
Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres. Al día siguiente, en
Oaxaca, agentes de la DFS y Policía Judicial de Guerrero aprehenden al
dirigente de la ORCA Florentino Loza Patiño.
El 26 de julio
de 1977, en Acapulco, agentes de la Policía Judicial de Guerrero detienen, en
una casa de seguridad de la ORCA, a los activistas Ascensión García Juárez y
José Trinidad Jacinto Iturio. El mismo día es detenida María Sonia Esquivel.
Dos días después, el 28 de julio de 1977 en Acapulco, también fueron detenidos
y desaparecidos los militantes de la ORCA Aída Ramales Patiño y Pablo Santana
López, por agentes de la Policía Judicial del Estado bajo el mando del capitán
Aguirre Quintana. El 29 también es detenido-desaparecido el activista Humberto
Brito Nájera.
Cuando Octaviano
Santiago Dionicio fue trasladado
el 8 de noviembre de 1976 a una cárcel clandestina de Acapulco, que estaba a
unos metros de la oficina del entonces jefe de la policía, teniente coronel
Mario Arturo Acosta Chaparro, se enteró que ahí habían estado otros ex
guerrilleros como Aída Ramales Patiño, Nidia;
Pablo Santana López, Óscar; Fredy
Radilla Silva, Jorge; Eusebio
Peñaloza Silva, el Abuelo y
Concepción Jiménez Rendón, la Gorda.
Todos desaparecidos desde entonces.
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