sábado, 12 de marzo de 2016

Florentino Loza Patiño el guerrillero poeta


Víctor Cardona Galindo
Hoy en esta página de Atoyac recordaremos a dos hermanos, originarios de El Porvenir Limón, que participaron en la guerrilla del Partido de los Pobres, encabezada por el profesor Lucio Cabañas Barrientos, y que fueron desaparecidos por las fuerzas del Estado.
Florentino Loza Patiño nació el 16 de octubre de 1944, en la comunidad de El Porvenir Limón, al ser desaparecido dejó inéditos más de 100 poemas de amor y de tipo social. “Sentados no sé cuántos compañeros /en torno de una mesa, /sin flores ni finos manteles /sólo para brindar, es su promesa… Están reunidos todos los camaradas /para brindar por esta navidad /sólo reflejan sus miradas /el deseo, de una copa más”, dice en El Brindis de los Pobres que en ocasiones declamó en Navidad.
“Es el momento de sentirnos como hermanos /hay que olvidar, nuestros dolores y tristezas /hay que brindar, por el amor, ¡ufanos! /hay que olvidar, la falsedad de las riquezas”.
“Brindo, por aquellos a quienes no espanta la miseria /y saben conservar su mente limpia y pura, /por aquellos que no participan en la feria /pero saben prodigar lo que es ternura”.
Florentino Loza Patiño, originario de 
El Porvenir, fue uno de los guerrilleros 
más activos y comprometidos que 
participaron con Lucio Cabañas en
 la guerrilla del Partido de los Pobres. 
Foto Víctor Cardona Galindo.

Estudió la preparatoria 9 de Chilpancingo y cursos, en Garnica Veracruz, para formarse como técnico especializado en café. Por eso a la hora de ser detenido, por las fuerzas gubernamentales, se encontraba trabajando en la sucursal del Inmecafé de Putla Oaxaca.
Cuando era estudiante en Chilpancingo, en unas vacaciones de diciembre, conoció a Angelina Reyes Hernández, Gela, que fue la musa de sus poemas y con quien procreó a su único hijo Víctor, quien tenía 8 años cuando su padre salió por última vez de su casa en Putla Oaxaca el 14 de julio de 1977. Viajaría siete horas a la capital para entregar una camioneta del Inmecafé. Gela, quien conservó una copia del oficio de comisión, ese día salió a despedirlo con un beso. Luego Florentino se fue para jamás volver con los suyos.
Loza Patiño tenía una parcela de café, en el punto serrano denominado Siglo XX, cerca de El Porvenir, que estaba adornada por muchas variedades de palomas. “Aves que dan melodía, rompiéndose el silencio con el vuelo de parvadas, que hacen vibrar el follaje que es de una variedad asombrosa”, recordaba Angelina Reyes.
Florentino Loza Patiño fue miembro de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento donde se llamó Pancho Encinas o Mauricio. Un guerrillero que siempre estuvo dispuesto a cualquier trabajo. Siempre estuvo al pie, como colaborador fue muy cumplido. Muy consecuente, congruente y participativo. Trataba de encausar las cosas que consideraba que estaban mal y exigía a los del Partido Comunista coherencia cuando sus representantes asistían a reuniones con la Brigada.
Al disolverse la Brigada Florentino siguió luchando por la causa socialista, en Oaxaca decidió incorporarse de nuevo a la guerrilla ahora con las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). En Putla, Octaviano Santiago lo contactó y le pidió ayuda. Florentino le brindó un buen apoyo le dió dinero para que sobreviviera mientras encontraba un contacto. Algunos documentos del gobierno dicen que Florentino era el líder la Organización Revolucionaria de los Campesinos Armados (ORCA).
Una tarjeta informativa de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) dice que “durante su estancia en la Sierra de Guerrero a lado de Lucio Cabañas Barrientos, participó en todos los hechos delictuosos que se cometieron a nombre de ese grupo”. Hay un documento  que especifica que la DFS lo buscaba desde el secuestro de Cuauhtémoc García Terán.
En un oficio titulado “Partido de los Pobres” de 15 de julio de 1977, signado por el entonces Director Federal de Seguridad: “El día de hoy agentes de esta Dirección Federal de Seguridad, detuvieron a Florentino Loza Patiño alías ‘Pancho’ o ‘Mauricio’, miembro del grupo subversivo denominado Partido de los Pobres, quien fue detenido en la ciudad de Oaxaca, Oaxaca, y trasladado a México, Distrito Federal, y al ser interrogado manifestó [...] que en el mes de agosto de 1972 participó en una emboscada a elementos del ejército mexicano en un lugar que se le llama Arroyo Obscuro.”
La memoria histórica registra que Florentino Loza Patiño tenía 33 años cuando se lo llevaron. Fue detenido por el comandante de la Policía Judicial Wilfrido Castro Contreras en Oaxaca al salir de las instalaciones del Inmecafé. Algunos documentos atribuyen su detención a la Dirección Federal de Seguridad, el 14 de julio de 1977, sobre la carretera que va del estado de Guerrero a Oaxaca.
Se dice que había personas de Atoyac en Oaxaca trabajando en el Inmecafé y otros comentan que como su esposa Angelina viajaba de Atoyac a Oaxaca los cuerpos policiacos la siguieron y así dieron con el paradero del guerrillero.
Loza Patiño fue visto por última vez en agosto de ese año en los “separos” clandestinos de Acapulco, conocidos como la cárcel de la SAHOP, separos de la coca o el ferrocarril a cargo de Arturo Acosta Chaparro”. Estaba vendado y en short, de ahí no se ha vuelto a saber de él. En este lugar se encontraba también la joven Aida Ramales Patiño su media hermana. El 26 de julio de 1977 fue detenido por la PJE Ascencio García Juárez, hay testimonios de que estuvo recluido en los separos junto con Humberto Brito Nájera y con Florentino Loza Patiño donde fueron vistos por última vez el 12 de agosto de 1977. Los tres continúan desaparecidos.
Angelina Reyes Hernández, Gela, esposa 
del guerrillero Florentino Loza Patiño y 
quien lo buscó hasta el cansancio. Murió 
con la esperanza de encontrarlo algún día. 
Foto Víctor Cardona Galindo.

A los cinco años, Gela tuvo noticias que se encontraba recluido en la Islas Marías, pero fue hasta el 2004 cuando con una comisión de mujeres familiares de desaparecidos y apoyados por la Fiscalía Especial pudieron visitar las islas y las recorrieron en 10 días.
Guillermo Espinosa de Benito agente de la DFS informó que el 30 de julio de 1977 que se encontraban “detenidos en los separos de la PJE: Patricio Abarca Martínez (a) ‘Luis’ o ‘Soldado’; Humberto Brito Nájera (a) ‘Ramón’; Miguel Flores Leonardo (a) ‘Ernesto’ ó Tomás’; Ascensión García Juárez (a) ‘Eusebio’; Trinidad Jacinto Iturio (a) ‘Sotero’; Florentino Loza Patiño (a) ‘Mauricio’; Reynaldo Manjares Molina (a) ‘Vicente Manuel’, y Emilia Molina Bahena (a) ‘Araceli Mendoza R’ ”.
“Aquella mirada que turbó la mía /aquellos tus ojos, nunca olvidaré /cuando aquella noche hermosa aunque fría /ante tu mirada mi amor declaré”, escribió el poeta guerrillero.
El 24 de septiembre de 2012 falleció Angelina Reyes Hernández en Atoyac de Álvarez, esposa de Florentino, fue una de las valientes mujeres que iniciaron la huelga de hambre, el 28 de agosto de 1978, en la Catedral Metropolitana para denunciar que en México se violaban los derechos humanos y que había desaparición forzada de disidentes políticos y que desde los años 60 hasta hoy, los criminales están impunes.
En la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de la Violaciones a los Derechos Humanos (Afadem), recuerdan a Angelina por su combatividad y por su singular alegría, a pesar del dolor e incertidumbre por su esposo detenido-desaparecido, siempre buscando la sonrisa, buscando hacer reír a las compañeras y compañeros aún en los momentos más difíciles de la lucha por la presentación de los desaparecidos.

Aida Ramales Patiño

En algunos documentos también se le ubica como Aída Bracamontes Patiño. Aída era muy joven cuando se incorporó a la Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA). Fue una de las guerrilleras más consecuentes, ella fue aprendiendo de las discusiones en las que intervenía. Participó activamente en muchas actividades del Partido de los Pobres.
Según el testimonio de Guillermina Cabañas, allá en la sierra las mujeres hacían trabajo parejo. Cuando los hombres echaban las tortillas gruesas y ellas colaboraban para mejorarlas, eran criticadas severamente. Porque los hombres también debían echar tortillas y hacer labores de cocina.
Aida era blanca, pelo rubio, guapa, muy noble y trabajadora, junto con Marta, Hilda, Hortensia, Estela, fue de la primeras mujeres que se integraron a la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, al entrar recibió el seudónimo de Nidia. Fue en la guerrilla donde se dio la primera lección de equidad de género de que se tenga memoria en el municipio de Atoyac, porque cuando se incorporaron pensaron que iban de cocineras, pero allá su participación fue como militantes y guerrilleras con todas las atribuciones que ello implicaba, “no eran mujeres que iban por hacer el quehacer ni nada, sino que allí era el trato igual, igual le tocaban comisiones a las mujeres, igual le tocaban comisiones a los hombres tanto de hacer alimentos en la cocina, como hacer guardia, como ir por alimentos, o sea, la participación era igual, iguales derechos, recogió Eneida Martínez en su tesis: Los alzados del monte. Historia de la guerrilla de Lucio Cabañas.
Aida participaba en todas las comisiones incluso en aquellas que implicaban un riesgo mayor, por ejemplo se dice que: Ramiro, Nidia, Mauricio y Rufino fue la comisión enviada por BCA para ajusticiar a Juan Ponce, un pistolero que la Brigada sentenció a muerte acusado de ser delator.
O la visita a San Juan de las Flores, el 24 de marzo de 1974, “a las cinco de la mañana estábamos tomando el barrio, tapamos las principales entradas y el grupo de compañeras encabezadas por Hortensia, Estela, Martha, Beatriz, Nidia y otros compañeros fueron a invitar a la población a una asamblea, llevándose a cabo a las once de la mañana; el recibimiento del pueblo fue bastante bueno, y a pesar de que no tenía mucho tiempo de haberse ajusticiado al cacique Enrique Juárez, ya que aquí tenía a toda su familia, a pesar de todo la gente nos dio solidaridad y aún familiares del cacique”, dice el testimonio de un guerrillero.
En algunos textos testimoniales podemos encontrar que Nidia dejó de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, el 14 de agosto de 1974, junto con otros 10 compañeros entre los que estaban Élmer, Beatriz, Víctor, Ramiro, Manuel, Estela, Francisco y Hortensia, quienes continuaron en la lucha pero en la ciudad.
El 14 de julio de 1977, fue detenido-desaparecido por elementos de la Policía Judicial de Guerrero el estudiante Salomé Ríos Serafín, miembro de la Organización Revolucionaria de los Campesinos Armados (ORCA), reducto de la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres. Al día siguiente, en Oaxaca, agentes de la DFS y Policía Judicial de Guerrero aprehenden al dirigente de la ORCA Florentino Loza Patiño.
El 26 de julio de 1977, en Acapulco, agentes de la Policía Judicial de Guerrero detienen, en una casa de seguridad de la ORCA, a los activistas Ascensión García Juárez y José Trinidad Jacinto Iturio. El mismo día es detenida María Sonia Esquivel. Dos días después, el 28 de julio de 1977 en Acapulco, también fueron detenidos y desaparecidos los militantes de la ORCA Aída Ramales Patiño y Pablo Santana López, por agentes de la Policía Judicial del Estado bajo el mando del capitán Aguirre Quintana. El 29 también es detenido-desaparecido el activista Humberto Brito Nájera.
Cuando Octaviano Santiago Dionicio fue trasladado el 8 de noviembre de 1976 a una cárcel clandestina de Acapulco, que estaba a unos metros de la oficina del entonces jefe de la policía, teniente coronel Mario Arturo Acosta Chaparro, se enteró que ahí habían estado otros ex guerrilleros como Aída Ramales Patiño, Nidia; Pablo Santana López, Óscar; Fredy Radilla Silva, Jorge; Eusebio Peñaloza Silva, el Abuelo y Concepción Jiménez Rendón, la Gorda. Todos desaparecidos desde entonces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario