viernes, 25 de marzo de 2016

La Feria del café


Resumen
Víctor Cardona Galindo

Esta festividad es polémica, porque nunca llena las expectativas de muchos. Pero esta  feria es un lugar de recreo, de baile, un lugar donde saludar a los amigos y pasar unos días con la familia.
Y haciendo historia, la primera Feria del Café se celebró en 1960 en San Vicente de Jesús durante el gobierno de Raúl Caballero Aburto y del presidente municipal Raúl Galeana Núñez, es el antecedente de esta que realizamos ahora.  Aunque en Semana Santa siempre hubo diversión, los volantines de Atracciones Rosales fueron clásicos en el pasado.
En 1991 cuando se cumplieron 31 años de la primera Feria del Café realizada en San Vicente de Jesús, surgió la idea del gobernador del estado José Francisco Ruiz Massieu, y la delegación de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) presidida en ese entonces por el médico Miguel Ángel Ponce Jacinto, asumió la responsabilidad  de organizar lo que fue la primera Feria Regional del Café “Atoyac, 91”, evento que se celebró en el mes de diciembre de ese año y fue inaugurada por el propio Ruiz Massieu y el presidente municipal Evodio Argüello de León. Se presentaron diversas opciones de diversión como el palenque, los juegos mecánicos, exposición comercial, teatro del pueblo. Y el espectáculo principal fueron los "Voladores de Papantla" que por vez primera vinieron a nuestra ciudad.
La Feria. Lienzo de Rafael Martínez Ibarra

En 1992, la nueva administración de la Canaco presidida por Donaciano Luna Ríos, acordó cambiar la feria de fecha y celebrarla en la Semana Santa, buscando mayor éxito para el evento. Y fue así como se celebró la segunda Feria Regional del Café "Atoyac, 93" aún bajo la administración municipal de Evodio Argüello de León. 
Después, siendo presidente de la cámara de comercio Lucio Galeana Flores, se dio a la tarea de organizar la tercera feria, que se financió con recursos generados de la venta de stands comerciales y patrocinadores, la cual se celebró en el mes de marzo de 1994 y fue inaugurada por la presidenta municipal María de la Luz Núñez Ramos y Gabino Fernández Serna, quien acudió en representación del gobernador del estado Rubén Figueroa Alcocer.
La Cuarta Feria Regional del Café "Atoyac 95", que se celebró del 7 al 16 de abril, fue organizada por primera vez por el Ayuntamiento encabezado por María de la Luz Núñez Ramos.
En el periodo del alcalde Javier Galeana Cadena. La feria salió del centro de la ciudad y se realizó por primera vez en los terrenos del predio El Rondonal donde ahora se encuentra la colonia María Isabel Gómez Romero, donde se realizó muchos años.
Esta festividad ha cambiado de nombre varias veces. Durante el mandato de María de la Luz se llamó “Feria del Café”; cuando fue presidente Javier Galeana se llamó “Feria del Café y del Comercio”; con Acacio Castro Serrano volvió a ser “La Feria del Café”; con Germán Adame fue la “Feria de Atoyac”; el licenciado Pedro Brito la llamó “Expo Café” y al llegar Armando Bello se celebró la “Expo Atoyac”. Con Ediberto Tabares Cisneros volvió “La Feria del Café” y hoy le llamamos Expo Feria del Café.                     
A ser invadido por familias precaristas el predio de El Rondonal, ésta festividad de Semana Santa se comenzó a organizar en el terreno de la familia Bello junto al río y la Feria del Café 2013 se llevó a cabo, en el lugar conocido como El Rancho de los Coyotes, en este predio ubicado a un costado del boulevard Juan Álvarez, donde estamos ahora.
Muchos dicen que la feria de no debería llamarse del café, porque los cafetales están en peligro de extinción por el bajo precio y por la presencia de la plaga de la roya. Pero creo que con más razón debe hacerse énfasis en el nombre, porque para nuestro municipio es muy importante ese producto, porque debido a eso nuestra sierra de Atoyac es la más arbolada del estado de Guerrero, gracias a que bajo su sombra se cultiva el cafeto, que es una planta muy noble que puede coexistir entre otras plantaciones y el bosque.
La vegetación nativa que se mantiene en las regiones cafetaleras del estado es aporte importante al medio ambiente, en la cosecha de agua, porque son ambientes no alterados, donde aún convive la flora y la fauna. No existe otro cultivo que armonice con el entorno natural de las regiones productoras, toda vez que su cosecha se da bajo la sombra de árboles, los cuales contribuyen a brindar el oxígeno necesario para la subsistencia humana. 
Como dije en las zonas cafetaleras existe una mayor presencia de la fauna nativa, lo que propicia la conservación de los bosques y los cultivos alternos. Pero para los que dicen que el café es dañino para la salud, le digo que hace poco mediante un estudio realizado por investigadores de la UNAM se comprobó que el café no perjudica la salud de los consumidores y son los desórdenes alimenticios, los que afectan la vida de las personas que acostumbran acompañar una taza de café con un cigarro u otros alimentos irritantes; “el café es una bebida que hasta el momento no se ha comprobado clínicamente que origine algún daño irreversible en la salud”.
Por todo lo anterior  “el cafetal es un espacio de vida, que provee sabor y placer”. El café, al ser un cultivo armonioso a la naturaleza, resulta fundamental en los tiempos actuales, para contrarrestar los efectos del cambio climático que afecta el medio ambiente, que ya impacta de manera negativa en la vida diaria de las personas. 


La Feria y Café[1]

Esta festividad es polémica, porque nunca llena las expectativas de muchos y tal vez otros nos conformamos con poco. Porque para mí la feria siempre ha sido un lugar de recreo, de baile y un lugar donde saludar a los amigos. Un lugar donde comer unos buenos elotes y degustar unos buenos tacos,  como los de Lute, con Los López, donde Chucho Juárez o unas costillitas a la barbiquiu en el expendio de La Huerta. O comer a las cinco de la mañana unos chilaquiles afuera del estacionamiento. La feria es desvelo, es diversión y una ceremonia a la gula.
Los que más jala son los espectáculos públicos que se desarrollan en el teatro del pueblo, que siempre está lleno, hay familias que sólo asisten a eso; es quizá, la única oportunidad que tienen cada año de ver espectáculos en vivo; por eso desde muy temprano apartan su lugar, el elenco va desde la presentación de cómicos hasta cantantes de renombre. Ahora estuvo Tico Mendoza y la espectacular presentación del grupo Liberación que nos dejó con la boca abierta durante su show.
Los elotes no faltan en cada esquina. Los pabelloneros usando el calor y el aire hacen la golosina que es muy popular entre los niños, y los globeros le dan colorido al lugar. En la feria durante el Jueves Santo vale un comino la vigilia;  todos comen carne, carnitas hay por todos lados. Tacos de carne con tabla y tierrita. A veces las astillas quedan entre los dientes, pero aun así le entramos. Algunos le llaman “la feria del taco” donde la gula es el principal pecado. En el 2010 por internet circuló un ingenioso cartel donde en lugar de granos de café tenía tacos. Ni la nube de polvo inhibe a los comensales. Las pizzas están por todos lados y tienen mucha demanda. En esta feria los diabéticos no tienen cabida porque el dulce abunda. Hay golosinas en todos los rumbos.
En la muestra artesanal todos los años se hacen presentes los hermanos: Enrique y Salvador Hernández Meza quienes presentan su material tallado de madera y con semillas de diferentes árboles de la región. Los vendedores de miel y de café, como la familia Arguello Fabián donde paso por mi cafecito todos los días. Gracias a ese cafecito que se cultiva en La Siberia he podido aguantar bailando hasta las cuatro de la mañana, como ese día que vinieron los Yonics.
Muchos reniegan del café, dicen que la feria de no debería llamarse del café, porque los cafetales peligran por el bajo precio y por la presencia de la plaga de la roya. Pero creo que con más razón debe hacerse énfasis en el nombre, porque para nuestro municipio es muy importante ese producto, porque debido a eso nuestra sierra de Atoyac es la más arbolada del estado de Guerrero, gracias a que bajo su sombra se cultiva el cafeto, que es una planta muy noble que puede coexistir entre otras plantaciones y el bosque.
La vegetación nativa que se mantiene en las regiones cafetaleras del estado es aporte importante al medio ambiente, en la cosecha de agua, porque son ambientes no alterados, donde aún convive la flora y la fauna. No existe otro cultivo que armonice con el entorno natural de las regiones productoras, toda vez que su cosecha se da bajo la sombra de árboles, los cuales contribuyen a brindar el oxígeno necesario para la subsistencia humana.
Como dije en las zonas cafetaleras existe una mayor presencia de la fauna nativa, lo que propicia la conservación de los bosques y los cultivos alternos. Pero para los que dicen que el café es dañino para la salud, le digo que hace poco mediante un estudio realizado por investigadores de la UNAM se comprobó que el café no perjudica la salud de los consumidores y son los desórdenes alimenticios, los que afectan la vida de las personas que acostumbran acompañar una taza de café con un cigarro u otros alimentos irritantes; “el café es una bebida que hasta el momento no se ha comprobado clínicamente que origine algún daño irreversible en la salud”.
Por todo lo anterior  “el cafetal es un espacio de vida, que provee sabor y placer”. El café, al ser un cultivo armonioso a la naturaleza, resulta fundamental en los tiempos actuales, para contrarrestar los efectos del cambio climático que afecta el medio ambiente, que ya impacta de manera negativa en la vida diaria de las personas.

La Feria del Café[2]

La primera Feria del Café se celebró en 1960 en San Vicente de Jesús durante el gobierno de Raúl Caballero Aburto y del presidente municipal Raúl Galeana Núñez, es el antecedente de la que se realiza ahora.
Aunque en Semana Santa siempre hubo diversión, de acuerdo con nuestro cronista Wilfrido Fierro Armenta: “fue en la feria de Semana Santa de 1910 cuando el italiano Ángel Mazzine trajo el primer cinematógrafo a esta población. Las primeras funciones fueron en la barda conocida como “La Zacatera” en la calle Aldama. Y es que en los primeros años del siglo pasado en la feria había únicamente juegos de azar, bailes de tarima, peleas de gallo y carreras de caballos, pero la diversión se fue diversificando cuando llegó el cine. Los juegos mecánicos comenzaron a llegar a nuestra ciudad al terminar la década de los veinte y principios de los treinta. Vinieron por una brecha de la playa que conectaba con Acapulco. Los carros que los traían venían llenos de ramas que arrancaron al pasar por los caminos plenos de vegetación.
Ya para 1940 cuando empezaba la feria de Semana Santa los pueblos de la sierra quedaban vacíos, todos bajaban para surtirse de abarrotes, comestibles y herramientas para el cultivo. En los años cincuenta se notaba la prosperidad, había algunos “sierreños” que encendían su cigarro con un billete. Recordando esas épocas Antonio Solís Martínez escribió que “las sillas voladoras en su rotación casi rozaban la casa de Manuel Radilla Mauleón”. Un día se desprendió una silla voladora y una mujer fue a caer arriba de las tejas de una casa, al parecer se trató de Petra Cabañas.
“Todos nos queríamos subir a los volantines, como se les llamaba a los juegos... El merolico pregonando que si le dabas un peso no te quedabas pobre, pero tampoco él se hacía rico”, es parte de lo que Juan Martínez Alvarado recuerda de las ferias a fines de los cincuentas y “la llegada de Don Matías con su lotería de estampas típicas mexicanas con premios para cuadro chicho, cuadro grande, líneas como salgan o carta llena; para llevarse un juego de loza, una cubeta del número veinte o sea una tina… la tradicional Ola Marina y el Carrusel de Caballitos; la gigantesca Rueda de la Fortuna, la espectacular Silla Voladora”.
Eran los tiempos en que se pagaba a cuarenta y cinco pesos el quintal de café capulín.
Las ferias de los sesentas y setentas son recordadas por Felipe Fierro Santiago quien escribió en su libro Tierra Mojada: “El disfrutar de los juegos mecánicos, el de pasear y distraerse durante la Semana Santa en Atoyac, resultaba gratis o fácil para las familias de la parte alta de la sierra; antes del disfrute, la familia en casa tenía que programarse económicamente tres meses con anticipación. Como en este periodo se cosecha café, los integrantes de la familia se van a la ‘repepena’ o a recoger café, que consiste en volver a repasar las huertas, planta por planta, recogiendo de ellas o del suelo el café que se escapó de las manos de los peones… Al llegar el día, camionetas enteras de familias llegaban a la cabecera municipal. Los juegos mecánicos instalados en el zócalo municipal, los gritos del señor de la lotería, la mujer que se convirtió en serpiente por ser grosera con sus padres; los caballitos, el transa de la bolita, la rueda de la fortuna, además de la promoción de las ya tan conocidas marcas de cervezas, dejaban con la boca abierta a los paisanos y con los ojos con el signo de pesos a los promotores de la feria. Claro, la verdadera Feria del Café se hacía en aquellos tiempos”.
La gente antes no decía como ahora “vamos a la feria”, decía “vamos a los caballitos” en referencia al carrusel, porque ese era el juego preferido de los niños, mismo que igual que la rueda de la fortuna son emblemas de las ferias. Siempre eran las “Atracciones Rosales” los que amenizaban la Semana Santa, quienes todos años donaban talegas de dinero para construir la iglesia.
Ahora La Feria del Café es tradicional en la región, se organizan palenques de gallos, jaripeos, teatro del pueblo, exposición artesanal y comercial.
Durante dos años en el periodo de Armando Bello se organizó una Expo Ganadera. El más concurrido es el teatro del pueblo donde actúan artistas de renombre para todo el público. Pero lo que más emociona es la elección de la reina de las fiestas, la gente se vuelca para apoyar a su favorita.
Eduardo Valderrama compuso esa canción titulada “Vamos ya” que dice: “La región cafetalera /se engalana, sí señor /Atoyac está de fiesta /Ya la expo comenzó… La belleza atoyaquense /es el rostro del café /todo el mundo ríe y baila /y lo que cante usted… Vamos ya… Aquí hay muchas atracciones /diversión a la niñez /también muestras comerciales /sin faltar la del café.”
Recordemos como comenzó la tradición. En 1991 cuando se cumplieron 31 años de la primera Feria del Café realizada en San Vicente de Jesús, surgió la idea del gobernador del estado José Francisco Ruiz Massieu, y la delegación de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) presidida en ese entonces por el médico Miguel Ángel Ponce Jacinto, asumió la responsabilidad  de organizar lo que fue la primera Feria Regional del Café “Atoyac, 91”, evento que se celebró en el mes de diciembre de ese año y fue inaugurada por el propio Ruiz Massieu y el presidente municipal Evodio Argüello de León. Se presentaron diversas opciones de diversión como el palenque, los juegos mecánicos, exposición comercial, teatro del pueblo. Y el espectáculo principal fueron los "Voladores de Papantla" que por vez primera vinieron a nuestra ciudad.
En 1992, la nueva administración de la Canaco presidida por Donaciano Luna Ríos, acordó cambiar la feria de fecha y celebrarla en la Semana Santa, buscando mayor éxito para el evento. Y fue así como se celebró la segunda Feria Regional del Café "Atoyac, 93" aún bajo la administración municipal de Evodio Argüello de León. 
Después, siendo presidente de la cámara de comercio Lucio Galeana Flores, se dio a la tarea de organizar la tercera feria, que se financió con recursos generados de la venta de stands comerciales y patrocinadores, la cual se celebró en el mes de marzo de 1994 y fue inaugurada por la presidenta municipal María de la Luz Núñez Ramos y Gabino Fernández Serna, quien acudió en representación del gobernador del estado Rubén Figueroa Alcocer.
La Cuarta Feria Regional del Café "Atoyac 95", que se celebró del 7 al 16 de abril, fue organizada por primera vez por el Ayuntamiento encabezado por María de la Luz Núñez Ramos.
Rafael Arzeta Cervantes en un texto llamado “Ecos de la Feria del Café Atoyac” publicado en la Revista La Costa (mayo de 1995) escribió: “con su agradable calor costeño y su maravillosa amistad, celebró las festividades de Semana Santa con la realización de la IV Feria Regional del Café ‘Atoyac 95’…Todo se iluminó de alegría y entusiasmo, con los objetivos logrados, al traerle al pueblo atoyaquense momentos de esparcimientos y de cultura con la variedad de espectáculos presentados en cada una de las áreas”.
El acto de la inauguración de la feria estuvo a cargo de Patricio Medina Andrade, secretario de Desarrollo Económico del Estado, quien acudió en representación del gobernador del estado, Rubén Figueroa Alcocer. Las festividades estuvieron enriquecidas de los ingredientes que toda feria debe contar como: juegos mecánicos, eventos culturales, artísticos, jaripeo, palenque, muestra comercial, industrial, artesanal y el teatro del pueblo que exhibió espectáculos de primera calidad; cerrando con broche de oro un grupo representativo de La Guelaguetza del estado de Oaxaca el 16 de abril por la noche. Ese día la plaza principal de Atoyac lució abarrotada.
Una de las más memorables fue la encabezada por Lucio Galeana Flores, como Oficial Mayor del Ayuntamiento, en el periodo del alcalde Javier Galeana Cadena. La feria salió del centro de la ciudad y se realizó por primera vez en los terrenos del predio El Rondonal donde ahora se encuentra la colonia María Isabel Gómez Romero. Esta vez Lucio Galeana dio muestras de su buen gusto, demostró su capacidad de organización, le dio colorido a los eventos y mejoró la escenografía del teatro del pueblo.
La feria del 2002 fue inaugurada con la presencia del guitarrista Chamín Correa. Aquí el primer edil Acacio Castro Serrano dijo que la expo estaba dedicada al autoconsumo. Invitó a los productores a no abandonar sus parcelas, porque preservar el café es preservar la flora y fauna, porque su producción se realiza bajo sombra. Doña Guillermina Galeana y Francisco del Valle Fajardo fueron del patronato dejando un buen sabor de boca.
El 12 de abril del 2003, fue inaugurada la feria del Café por el alcalde Germán Adame en compañía del senador Héctor Astudillo Flores, quien apadrinó la primera corrida de toros y Héctor Manuel Popoca Boone asistió en representación del gobernador. En la clausura estuvo presente en el jaripeo el diputado federal Celestino Bailón Guerrero y el senador Héctor Vicario Castrejón. Germán Adame en su discurso mencionó que su gobierno tenía el objetivo de hacer de Atoyac un polo de actividad económica con la instalación de nuevas empresas y consolidar la cultura exportadora.
En el acto oficial de clausura de la feria 2003 se entregaron premios a los escritores Julio César Ocaña Martínez, Felipe Fierro Santiago, Graciano Galena Mateos y Juan Martínez Alvarado, quienes fueron ganadores del primer concurso de cuento, organizado por René García Galeana.
Esta festividad ha cambiado de nombre varias veces. Durante el mandato de María de la Luz se llamó “Feria del Café”; cuando fue presidente Javier Galeana se llamó “Feria del Café y del Comercio”; con Acacio Castro Serrano volvió a ser “La Feria del Café”; con Germán Adame fue la “Feria de Atoyac”; el licenciado Pedro Brito la llamó “Expo Café” y al llegar Armando Bello se celebró la “Expo Atoyac”. Con Ediberto Tabares Cisneros volvió “La Feria del Café”. “Ahí se exhibe el ganado /y también la apicultura /claro sin dejar de lado /el acervo y la cultura”, es una copla del trovador Jorge Lara Gómez.                    
La Expo Café 2006 que fue inaugurada el 9 de abril, aunque la programación inició desde  el siete por la mañana- En la” Cueva del Club de Leones” fue elegida y coronada “La Reina de la Juventud Acumulada”  y resultó ganadora la señora María de Jesús Pino Pino de 67 años de edad. En este evento se reunieron los clubes de la tercera edad del municipio, convocados por el patronato. Por la tarde se llevó a cabo la elección y coronación del “Monstruo del Café” que no es más que El Rey Feo, título que ganó Marco Antonio Castro Escarramán. Estos dos títulos se eligieron por primera vez en la feria.
Un multicolor desfile de carros alegóricos, de escuelas y empresas del municipio, acompañaron a las participantes a rostro del café. Recorrieron las principales calles con la tradicional música de chile frito, con caballos bailadores y motociclistas del  puerto de Acapulco, que impactaron al público con sus acrobacias. La estrella del teatro del pueblo fue Reyli originario del estado de Chiapas, quien se dijo asiduo consumidor de café, el cual le ha servido de inspiración en algunas de sus creaciones en los momentos de tardes y lluvias inolvidables con buenos romances: “el olor a café es una bendición y de los mejores recuerdos de mi infancia, porque en mi casa se toma buen café”.
El alcalde Pedro Brito García clausuró la madrugada del lunes 17 de abril del 2006, las actividades de la Expo Café 2006, celebradas durante 8 días en la ciudad de Atoyac. En donde hubo exposición artesanal, venta de diferentes marcas de café, miel, licores de café y mango. Según el reporte de los organizadores, cada noche arribaron seis mil asistentes a las instalaciones de la Expo Café ubicada en El Rondonal.
El alcalde se congratuló de que durante 8 días se reportó saldo blanco y felicitó a los atoyaquenses por mostrar su hospitalidad a los visitantes y a los artistas que animaron el teatro del pueblo como “Reyli”, Lorena Herrera, el comediante Teo Gonzáles y el cierre con broche de oro con la cantante y actriz Maribel Guardia. La artista deleitó a más de 8 mil asistentes que desde muy temprano abarrotaron la explanada del teatro del pueblo, rompiendo record de asistencia.
A ser invadido por familias precaristas el predio de El Rondonal, ésta festividad de Semana Santa se comenzó a organizar en el terreno de la familia Bello junto al río y la Feria del Café 2013 se llevó a cabo, del 24 al 31 de marzo, en el lugar conocido como El Rancho de los Coyotes, en un predio ubicado a un costado del boulevard Juan Álvarez.





[1] Texto publicado el 2015 en el periódico El Despertar de la Costa.
[2] Texto publicado en el libro Vientos de la Costa hacia la sierra. Crónicas de mi ciudad, 2015.

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