Resumen
Víctor Cardona Galindo
Esta festividad es polémica, porque nunca llena las expectativas
de muchos. Pero esta feria es un lugar
de recreo, de baile, un lugar donde saludar a los amigos y pasar unos días con
la familia.
Y
haciendo historia, la primera Feria del Café se celebró en 1960 en San Vicente
de Jesús durante el gobierno de Raúl Caballero Aburto y del presidente
municipal Raúl Galeana Núñez, es el antecedente de esta que realizamos
ahora. Aunque en Semana Santa siempre
hubo diversión, los volantines de Atracciones Rosales fueron clásicos en el
pasado.
En
1991 cuando se cumplieron 31 años de la primera Feria del Café realizada en San
Vicente de Jesús, surgió la idea del gobernador del estado José Francisco Ruiz
Massieu, y la delegación de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) presidida
en ese entonces por el médico Miguel Ángel Ponce Jacinto, asumió la
responsabilidad de organizar lo que fue
la primera Feria Regional del Café “Atoyac, 91”, evento que se celebró en el
mes de diciembre de ese año y fue inaugurada por el propio Ruiz Massieu y el
presidente municipal Evodio Argüello de León. Se presentaron diversas opciones
de diversión como el palenque, los juegos mecánicos, exposición comercial,
teatro del pueblo. Y el espectáculo principal fueron los "Voladores de
Papantla" que por vez primera vinieron a nuestra ciudad.
La Feria. Lienzo de Rafael Martínez Ibarra |
En
1992, la nueva administración de la Canaco presidida por Donaciano Luna Ríos,
acordó cambiar la feria de fecha y celebrarla en la Semana Santa, buscando
mayor éxito para el evento. Y fue así como se celebró la segunda Feria Regional
del Café "Atoyac, 93" aún bajo la administración municipal de Evodio
Argüello de León.
Después,
siendo presidente de la cámara de comercio Lucio Galeana Flores, se dio a la
tarea de organizar la tercera feria, que se financió con recursos generados de
la venta de stands comerciales y patrocinadores, la cual se celebró en el mes
de marzo de 1994 y fue inaugurada por la presidenta municipal María de la Luz
Núñez Ramos y Gabino Fernández Serna, quien acudió en representación del
gobernador del estado Rubén Figueroa Alcocer.
La
Cuarta Feria Regional del Café "Atoyac 95", que se celebró del 7 al
16 de abril, fue organizada por primera vez por el Ayuntamiento encabezado por
María de la Luz Núñez Ramos.
En
el periodo del alcalde Javier Galeana Cadena. La feria salió del centro de la
ciudad y se realizó por primera vez en los terrenos del predio El Rondonal
donde ahora se encuentra la colonia María Isabel Gómez Romero, donde se realizó
muchos años.
Esta
festividad ha cambiado de nombre varias veces. Durante el mandato de María de
la Luz se llamó “Feria del Café”; cuando fue presidente Javier Galeana se llamó
“Feria del Café y del Comercio”; con Acacio Castro Serrano volvió a ser “La
Feria del Café”; con Germán Adame fue la “Feria de Atoyac”; el licenciado Pedro
Brito la llamó “Expo Café” y al llegar Armando Bello se celebró la “Expo
Atoyac”. Con Ediberto Tabares Cisneros volvió “La Feria del Café” y hoy le
llamamos Expo Feria del Café.
A ser invadido por familias precaristas el predio de El Rondonal,
ésta festividad de Semana Santa se comenzó a organizar en el terreno de la
familia Bello junto al río y la Feria del Café 2013 se llevó a cabo, en el
lugar conocido como El Rancho de los Coyotes, en este predio ubicado a un
costado del boulevard Juan Álvarez, donde estamos ahora.
Muchos dicen que la feria de no debería llamarse del café, porque
los cafetales están en peligro de extinción por el bajo precio y por la
presencia de la plaga de la roya. Pero creo que con más razón debe hacerse
énfasis en el nombre, porque para nuestro municipio es muy importante ese
producto, porque debido a eso nuestra sierra de Atoyac es la más arbolada del
estado de Guerrero, gracias a que bajo su sombra se cultiva el cafeto, que es
una planta muy noble que puede coexistir entre otras plantaciones y el bosque.
La vegetación nativa que se mantiene en las
regiones cafetaleras del estado es aporte importante al medio ambiente, en la
cosecha de agua, porque son ambientes no alterados, donde aún convive la flora
y la fauna. No existe otro cultivo que armonice con el entorno natural de las
regiones productoras, toda vez que su cosecha se da bajo la sombra de árboles,
los cuales contribuyen a brindar el oxígeno necesario para la subsistencia
humana.
Como dije en las zonas cafetaleras existe una
mayor presencia de la fauna nativa, lo que propicia la conservación de los
bosques y los cultivos alternos. Pero
para los que dicen que el café es dañino para la salud, le digo que hace poco mediante un estudio realizado por
investigadores de la UNAM se comprobó que el café no perjudica la salud de los
consumidores y son los desórdenes alimenticios, los que afectan la vida de las
personas que acostumbran acompañar una taza de café con un cigarro u otros
alimentos irritantes; “el café es una bebida que hasta el momento no se ha
comprobado clínicamente que origine algún daño irreversible en la salud”.
Por todo lo anterior “el
cafetal es un espacio de vida, que provee sabor y placer”. El café, al ser un
cultivo armonioso a la naturaleza, resulta fundamental en los tiempos actuales,
para contrarrestar los efectos del cambio climático que afecta el medio
ambiente, que ya impacta de manera negativa en la vida diaria de las
personas.
Esta festividad es
polémica, porque nunca llena las expectativas de muchos y tal vez otros nos
conformamos con poco. Porque para mí la feria siempre ha sido un lugar de
recreo, de baile y un lugar donde saludar a los amigos. Un lugar donde comer
unos buenos elotes y degustar unos buenos tacos, como los de Lute, con Los López, donde Chucho
Juárez o unas costillitas a la barbiquiu en el expendio de La Huerta. O comer a
las cinco de la mañana unos chilaquiles afuera del estacionamiento. La feria es
desvelo, es diversión y una ceremonia a la gula.
Los
que más jala son los espectáculos públicos que se desarrollan en el teatro del
pueblo, que siempre está lleno, hay familias que sólo asisten a eso; es quizá,
la única oportunidad que tienen cada año de ver espectáculos en vivo; por eso
desde muy temprano apartan su lugar, el elenco va desde la presentación de
cómicos hasta cantantes de renombre. Ahora estuvo Tico Mendoza y la
espectacular presentación del grupo Liberación que nos dejó con la boca abierta
durante su show.
Los
elotes no faltan en cada esquina. Los pabelloneros usando el calor y el aire
hacen la golosina que es muy popular entre los niños, y los globeros le dan
colorido al lugar. En la feria durante el Jueves Santo vale un comino la
vigilia; todos comen carne, carnitas hay
por todos lados. Tacos de carne con tabla y tierrita. A veces las astillas
quedan entre los dientes, pero aun así le entramos. Algunos le llaman “la feria
del taco” donde la gula es el principal pecado. En el 2010 por internet circuló
un ingenioso cartel donde en lugar de granos de café tenía tacos. Ni la nube de
polvo inhibe a los comensales. Las pizzas están por todos lados y tienen mucha
demanda. En esta feria los diabéticos no tienen cabida porque el dulce abunda.
Hay golosinas en todos los rumbos.
En
la muestra artesanal todos los años se hacen presentes los hermanos: Enrique y
Salvador Hernández Meza quienes presentan su material tallado de madera y con
semillas de diferentes árboles de la región. Los vendedores de miel y de café,
como la familia Arguello Fabián donde paso por mi cafecito todos los días.
Gracias a ese cafecito que se cultiva en La Siberia he podido aguantar bailando
hasta las cuatro de la mañana, como ese día que vinieron los Yonics.
Muchos
reniegan del café, dicen que la feria de no debería llamarse del café, porque
los cafetales peligran por el bajo precio y por la presencia de la plaga de la
roya. Pero creo que con más razón debe hacerse énfasis en el nombre, porque
para nuestro municipio es muy importante ese producto, porque debido a eso
nuestra sierra de Atoyac es la más arbolada del estado de Guerrero, gracias a
que bajo su sombra se cultiva el cafeto, que es una planta muy noble que puede coexistir
entre otras plantaciones y el bosque.
La
vegetación nativa que se mantiene en las regiones cafetaleras del estado es
aporte importante al medio ambiente, en la cosecha de agua, porque son
ambientes no alterados, donde aún convive la flora y la fauna. No existe otro cultivo que armonice con el entorno
natural de las regiones productoras, toda vez que su cosecha se da bajo la
sombra de árboles, los cuales contribuyen a brindar el oxígeno necesario para
la subsistencia humana.
Como dije en
las zonas cafetaleras existe una mayor presencia de la fauna nativa, lo que
propicia la conservación de los bosques y los cultivos alternos. Pero para los que dicen que el café es dañino
para la salud, le digo que hace poco
mediante un estudio realizado por investigadores de la UNAM se comprobó que el
café no perjudica la salud de los consumidores y son los desórdenes
alimenticios, los que afectan la vida de las personas que acostumbran acompañar
una taza de café con un cigarro u otros alimentos irritantes; “el café es una
bebida que hasta el momento no se ha comprobado clínicamente que origine algún
daño irreversible en la salud”.
Por
todo lo anterior “el cafetal es un espacio de vida, que provee
sabor y placer”. El café, al ser un cultivo armonioso a la naturaleza, resulta
fundamental en los tiempos actuales, para contrarrestar los efectos del cambio
climático que afecta el medio ambiente, que ya impacta de manera negativa en la
vida diaria de las personas.
La Feria del Café[2]
La
primera Feria del Café se celebró en 1960 en San Vicente de Jesús durante el
gobierno de Raúl Caballero Aburto y del presidente municipal Raúl Galeana
Núñez, es el antecedente de la que se realiza ahora.
Aunque
en Semana Santa siempre hubo diversión, de acuerdo con nuestro cronista
Wilfrido Fierro Armenta: “fue en la feria de Semana Santa de 1910 cuando el
italiano Ángel Mazzine trajo el primer cinematógrafo a esta población. Las
primeras funciones fueron en la barda conocida como “La Zacatera” en la calle
Aldama. Y es que en los primeros años del siglo pasado en la feria había
únicamente juegos de azar, bailes de tarima, peleas de gallo y carreras de
caballos, pero la diversión se fue diversificando cuando llegó el cine. Los
juegos mecánicos comenzaron a llegar a nuestra ciudad al terminar la década de
los veinte y principios de los treinta. Vinieron por una brecha de la playa que
conectaba con Acapulco. Los carros que los traían venían llenos de ramas que
arrancaron al pasar por los caminos plenos de vegetación.
Ya
para 1940 cuando empezaba la feria de Semana Santa los pueblos de la sierra
quedaban vacíos, todos bajaban para surtirse de abarrotes, comestibles y
herramientas para el cultivo. En los años cincuenta se notaba la prosperidad,
había algunos “sierreños” que encendían su cigarro con un billete. Recordando
esas épocas Antonio Solís Martínez escribió que “las sillas voladoras en su
rotación casi rozaban la casa de Manuel Radilla Mauleón”. Un día se desprendió
una silla voladora y una mujer fue a caer arriba de las tejas de una casa, al
parecer se trató de Petra Cabañas.
“Todos
nos queríamos subir a los volantines, como se les llamaba a los juegos... El
merolico pregonando que si le dabas un peso no te quedabas pobre, pero tampoco
él se hacía rico”, es parte de lo que Juan Martínez Alvarado recuerda de las
ferias a fines de los cincuentas y “la llegada de Don Matías con su lotería de
estampas típicas mexicanas con premios para cuadro chicho, cuadro grande,
líneas como salgan o carta llena; para llevarse un juego de loza, una cubeta
del número veinte o sea una tina… la tradicional Ola Marina y el Carrusel de
Caballitos; la gigantesca Rueda de la Fortuna, la espectacular Silla Voladora”.
Eran
los tiempos en que se pagaba a cuarenta y cinco pesos el quintal de café
capulín.
Las
ferias de los sesentas y setentas son recordadas por Felipe Fierro Santiago
quien escribió en su libro Tierra Mojada: “El disfrutar de los juegos mecánicos,
el de pasear y distraerse durante la Semana Santa en Atoyac, resultaba gratis o
fácil para las familias de la parte alta de la sierra; antes del disfrute, la
familia en casa tenía que programarse económicamente tres meses con
anticipación. Como en este periodo se cosecha café, los integrantes de la
familia se van a la ‘repepena’ o a recoger café, que consiste en volver a
repasar las huertas, planta por planta, recogiendo de ellas o del suelo el café
que se escapó de las manos de los peones… Al llegar el día, camionetas enteras
de familias llegaban a la cabecera municipal. Los juegos mecánicos instalados
en el zócalo municipal, los gritos del señor de la lotería, la mujer que se
convirtió en serpiente por ser grosera con sus padres; los caballitos, el
transa de la bolita, la rueda de la fortuna, además de la promoción de las ya tan
conocidas marcas de cervezas, dejaban con la boca abierta a los paisanos y con
los ojos con el signo de pesos a los promotores de la feria. Claro, la
verdadera Feria del Café se hacía en aquellos tiempos”.
La
gente antes no decía como ahora “vamos a la feria”, decía “vamos a los
caballitos” en referencia al carrusel, porque ese era el juego preferido de los
niños, mismo que igual que la rueda de la fortuna son emblemas de las ferias.
Siempre eran las “Atracciones Rosales” los que amenizaban la Semana Santa,
quienes todos años donaban talegas de dinero para construir la iglesia.
Ahora La Feria del Café es
tradicional en la región, se organizan palenques de gallos, jaripeos, teatro
del pueblo, exposición artesanal y comercial.
Durante dos años en el periodo
de Armando Bello se organizó una Expo Ganadera. El más concurrido es el teatro
del pueblo donde actúan artistas de renombre para todo el público. Pero lo
que más emociona es la elección de la reina de las fiestas, la gente se vuelca
para apoyar a su favorita.
Eduardo
Valderrama compuso esa canción titulada “Vamos ya” que dice: “La región cafetalera /se
engalana, sí señor /Atoyac está de fiesta /Ya la expo comenzó… La belleza
atoyaquense /es el rostro del café /todo el mundo ríe y baila /y lo que cante
usted… Vamos ya… Aquí hay muchas atracciones /diversión a la niñez /también
muestras comerciales /sin faltar la del café.”
Recordemos
como comenzó la tradición. En 1991 cuando se cumplieron 31 años de la primera
Feria del Café realizada en San Vicente de Jesús, surgió la idea del gobernador
del estado José Francisco Ruiz Massieu, y la delegación de la Cámara Nacional
de Comercio (Canaco) presidida en ese entonces por el médico Miguel Ángel Ponce
Jacinto, asumió la responsabilidad de
organizar lo que fue la primera Feria Regional del Café “Atoyac, 91”, evento
que se celebró en el mes de diciembre de ese año y fue inaugurada por el propio
Ruiz Massieu y el presidente municipal Evodio Argüello de León. Se presentaron
diversas opciones de diversión como el palenque, los juegos mecánicos,
exposición comercial, teatro del pueblo. Y el espectáculo principal fueron los
"Voladores de Papantla" que por vez primera vinieron a nuestra
ciudad.
En
1992, la nueva administración de la Canaco presidida por Donaciano Luna Ríos,
acordó cambiar la feria de fecha y celebrarla en la Semana Santa, buscando
mayor éxito para el evento. Y fue así como se celebró la segunda Feria Regional
del Café "Atoyac, 93" aún bajo la administración municipal de Evodio
Argüello de León.
Después,
siendo presidente de la cámara de comercio Lucio Galeana Flores, se dio a la
tarea de organizar la tercera feria, que se financió con recursos generados de
la venta de stands comerciales y patrocinadores, la cual se celebró en el mes
de marzo de 1994 y fue inaugurada por la presidenta municipal María de la Luz
Núñez Ramos y Gabino Fernández Serna, quien acudió en representación del
gobernador del estado Rubén Figueroa Alcocer.
La
Cuarta Feria Regional del Café "Atoyac 95", que se celebró del 7 al
16 de abril, fue organizada por primera vez por el Ayuntamiento encabezado por
María de la Luz Núñez Ramos.
Rafael
Arzeta Cervantes en un texto llamado “Ecos de la Feria del Café Atoyac”
publicado en la Revista La Costa
(mayo de 1995) escribió: “con su agradable calor costeño y su maravillosa
amistad, celebró las festividades de Semana Santa con la realización de la IV
Feria Regional del Café ‘Atoyac 95’…Todo se iluminó de alegría y entusiasmo,
con los objetivos logrados, al traerle al pueblo atoyaquense momentos de
esparcimientos y de cultura con la variedad de espectáculos presentados en cada
una de las áreas”.
El
acto de la inauguración de la feria estuvo a cargo de Patricio Medina Andrade,
secretario de Desarrollo Económico del Estado, quien acudió en representación
del gobernador del estado, Rubén Figueroa Alcocer. Las festividades estuvieron
enriquecidas de los ingredientes que toda feria debe contar como: juegos
mecánicos, eventos culturales, artísticos, jaripeo, palenque, muestra comercial,
industrial, artesanal y el teatro del pueblo que exhibió espectáculos de
primera calidad; cerrando con broche de oro un grupo representativo de La
Guelaguetza del estado de Oaxaca el 16 de abril por la noche. Ese día la plaza
principal de Atoyac lució abarrotada.
Una
de las más memorables fue la encabezada por Lucio Galeana Flores, como Oficial
Mayor del Ayuntamiento, en el periodo del alcalde Javier Galeana Cadena. La
feria salió del centro de la ciudad y se realizó por primera vez en los
terrenos del predio El Rondonal donde ahora se encuentra la colonia María
Isabel Gómez Romero. Esta vez Lucio Galeana dio muestras de su buen gusto,
demostró su capacidad de organización, le dio colorido a los eventos y mejoró
la escenografía del teatro del pueblo.
La
feria del 2002 fue inaugurada con la presencia del guitarrista Chamín Correa.
Aquí el primer edil Acacio Castro Serrano dijo que la expo estaba dedicada al
autoconsumo. Invitó a los productores a no abandonar sus parcelas, porque
preservar el café es preservar la flora y fauna, porque su producción se
realiza bajo sombra. Doña Guillermina Galeana y Francisco del Valle Fajardo
fueron del patronato dejando un buen sabor de boca.
El
12 de abril del 2003, fue inaugurada la feria del Café por el alcalde Germán
Adame en compañía del senador Héctor Astudillo Flores, quien apadrinó la
primera corrida de toros y Héctor Manuel Popoca Boone asistió en representación
del gobernador. En la clausura estuvo presente en el jaripeo el diputado
federal Celestino Bailón Guerrero y el senador Héctor Vicario Castrejón. Germán
Adame en su discurso mencionó que su gobierno tenía el objetivo de hacer de
Atoyac un polo de actividad económica con la instalación de nuevas empresas y
consolidar la cultura exportadora.
En
el acto oficial de clausura de la feria 2003 se entregaron premios a los
escritores Julio César Ocaña Martínez, Felipe Fierro Santiago, Graciano Galena
Mateos y Juan Martínez Alvarado, quienes fueron ganadores del primer concurso
de cuento, organizado por René García Galeana.
Esta
festividad ha cambiado de nombre varias veces. Durante el mandato de María de
la Luz se llamó “Feria del Café”; cuando fue presidente Javier Galeana se llamó
“Feria del Café y del Comercio”; con Acacio Castro Serrano volvió a ser “La
Feria del Café”; con Germán Adame fue la “Feria de Atoyac”; el licenciado Pedro
Brito la llamó “Expo Café” y al llegar Armando Bello se celebró la “Expo
Atoyac”. Con Ediberto Tabares Cisneros volvió “La Feria del Café”. “Ahí se
exhibe el ganado /y también la apicultura /claro sin dejar de lado /el acervo y
la cultura”, es una copla del trovador Jorge Lara Gómez.
La
Expo Café 2006 que fue inaugurada el 9 de abril, aunque la programación inició
desde el siete por la mañana- En la”
Cueva del Club de Leones” fue elegida y coronada “La Reina de la Juventud
Acumulada” y resultó ganadora la señora
María de Jesús Pino Pino de 67 años de edad. En este evento se reunieron los
clubes de la tercera edad del municipio, convocados por el patronato. Por la
tarde se llevó a cabo la elección y coronación del “Monstruo del Café” que no
es más que El Rey Feo, título que ganó Marco Antonio Castro Escarramán. Estos
dos títulos se eligieron por primera vez en la feria.
Un
multicolor desfile de carros alegóricos, de escuelas y empresas del municipio,
acompañaron a las participantes a rostro del café. Recorrieron las principales
calles con la tradicional música de chile frito, con caballos bailadores y
motociclistas del puerto de Acapulco,
que impactaron al público con sus acrobacias. La estrella del teatro del pueblo
fue Reyli originario del estado de Chiapas, quien se dijo asiduo consumidor de
café, el cual le ha servido de inspiración en algunas de sus creaciones en los
momentos de tardes y lluvias inolvidables con buenos romances: “el olor a café
es una bendición y de los mejores recuerdos de mi infancia, porque en mi casa
se toma buen café”.
El alcalde Pedro Brito García clausuró la madrugada del lunes 17
de abril del 2006, las actividades de la Expo Café 2006, celebradas durante 8
días en la ciudad de Atoyac. En donde hubo exposición artesanal, venta de
diferentes marcas de café, miel, licores de café y mango. Según el reporte de
los organizadores, cada noche arribaron seis mil asistentes a las instalaciones
de la Expo Café ubicada en El Rondonal.
El alcalde se congratuló de que durante 8 días se reportó saldo
blanco y felicitó a los atoyaquenses por mostrar su hospitalidad a los
visitantes y a los artistas que animaron el teatro del pueblo como “Reyli”,
Lorena Herrera, el comediante Teo Gonzáles y el cierre con broche de oro con la
cantante y actriz Maribel Guardia. La artista deleitó a más de 8 mil asistentes
que desde muy temprano abarrotaron la explanada del teatro del pueblo,
rompiendo record de asistencia.
A ser invadido por familias precaristas el predio de El Rondonal,
ésta festividad de Semana Santa se comenzó a organizar en el terreno de la
familia Bello junto al río y la Feria del Café 2013 se llevó a cabo, del 24 al
31 de marzo, en el lugar conocido como El Rancho de los
Coyotes, en un predio ubicado a un costado del boulevard Juan Álvarez.
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