Víctor Cardona Galindo
En 1911 fueron muchos los atoyaquenses que se enlistaron en las filas de
la Revolución mexicana. Entre los maderistas más importantes se encontraban:
Silvestre y Epifanio Mariscal González, Julián Radilla Hernández, Arnulfo
Radilla Mariscal, Dimas Fierro, Silvestre Castro García, El Cirgüelo; Tomás Gómez Cisneros, Manuel
Villegas, Alberto González Ayerdi, Canuto Reyes, Santiago y Fidel Nogueda
Radilla, Pablo, Pedro y Tiburcio Cabañas Macedo, Gabino Navarrete Juárez y
Julio Pérez.
Todos ellos comenzaron apoyando a Francisco I. Madero, pero después se
definieron tres bandos: los blanquistas (encabezados
por Julián Blanco), los mariscalistas
(seguidores de Silvestre Mariscal) y los zapatistas
encabezados en Guerrero por Jesús H. Salgado y en Atoyac por Pablo Cabañas
Macedo quien fue
el revolucionario costeño que nunca cambió de bandera, en algún momento de la
historia apoyó a los mariscalistas porque estos prometieron sumarse al Plan de
Ayala.
Según
el cronista de San Jerónimo de Juárez Luis Hernández Lluch a mediados del siglo
XIX la familia Cabañas ya radicaba en El Ticuí y Corral Falso en éste último
pueblo vivían: Eusebio, Martín, Dolores, Tiburcio, Félix, Francisca, Crescencia
y Doroteo Cabañas Calderón.
Doroteo
casó en Atoyac de Álvarez con Filegonia Macedo Martínez y fueron padres de:
Pablo, Pedro, Julián, Dámaso, Severiano, Tiburcio, Francisco, Feliciana, Elisea,
Ramona, Nicolasa y Juana. Se sabe también que tuvieron un hijo adoptivo de
nombre Crescencio Pastor. En segunda unión con una señora de apellido Bailón, Doroteo
procreó a Francisco Cabañas Bailón de él fue descendiente Nicolás Cabañas
Galeana hombre que en una época fue muy conocido y poderoso en San Jerónimo de Juárez.
Pedro
Cabañas Macedo casó en Corral Falso con Pascuala Ocampo Ríos, de ellos nacieron
Pascual, Luis y Bertoldo Cabañas Ocampo muy conocidos en la política local.
Luis murió en La Pascua cuando el Ejército rescató de la guerrilla al senador
Rubén Figueroa Figueroa el 8 de septiembre de 1974 y Bertoldo fue alcalde de
Atoyac.
Nuestro
zapatista Pablo Cabañas Macedo nació en Atoyac de Álvarez,
el 7 de junio de 1883, al
año siguiente su padre sería uno de los capitanes que encabezaron la revuelta
armada de 1884, cuando los hermanos Desiderio, Carlos y Rafael Pinzón,
descendientes del insurgente Luis Pinzón, se levantaron en armas contra del
gobernador Diego Álvarez Benítez.
Una vez indultadas
estas fuerzas, el coronel Neri, recibió instrucciones de que los principales
jefes rebeldes fueran hechos prisioneros y fusilados. Los detenidos custodiados
por un batallón fueron llevados al paraje de Los Tres Brazos, donde fueron
ejecutados. En el campo quedaron tirados los cadáveres de: Desiderio, Carlos y
Rafael Pinzón. Con ellos murieron también J. Isabel Evangelista, Herculano
Salinas y Abraham Radilla. “Este fue el pago que el gobierno dio por sus
servicios prestados por mucho tiempo en defensa de la patria en vez del perdón
por el error cometido”, concluye el cronista Wilfrido Fierro Armenta.
Esta rebelión cambió la
composición de las comunidades de Atoyac, porque muchas de las tropas
sublevadas ya no bajaron de la sierra, allá se quedaron a vivir, formando
poblaciones como El Camarón y Los Valles, donde los campesinos arrendaban
tierras a latifundistas como Octaviano Peralta.
Hablando
de Pablo Cabañas, el cronista René García Galeana dice que: “El 1891 cuando
había cumplido los ocho años de edad sus padres se trasladaron a la pequeña
comunidad serrana de Los Valles, donde aprendió las primeras letras de un
improvisado maestro del que no sabemos su nombre que le impartió clases
particulares durante dos años. En 1893 la familia se regresó de nuevo para Atoyac
inscribiéndolo en la Escuela Real, la única existente en esa época hasta
terminar sus estudios en 1896, año en que se fueron a vivir a El Camarón donde
empezó a ayudar a sus padres en la labores del campo, trasladándose en 1899
para San Vicente de Benítez donde la familia se estableció definitivamente”.
Pablo Cabañas
Barrientos nos contó: “Doroteo
Cabañas que vivía en Corral Falso se sumó a la lucha y después de la muerte de los Pinzón, no pudo
regresar a su pueblo y se quedó a vivir en El Camarón donde su familia creció.
Pero un día unos gavilleros raptaron a Juana y el viejo Doroteo la quiso
defender y lo asesinaron a puñaladas”.
El
cronista René García Galeana identifica a Pablo Cabañas Macedo como uno de los
80 hombres que participaron junto a Silvestre Mariscal en la toma de Atoyac al
iniciar la Revolución mexicana en la Costa Grande aquel 26 de abril de 1911. René considera que Silvestre Castro
García El Cirgüelo y Pablo Cabañas
Macedo representaron genuinamente el sentimiento de los hombres del campo de
nuestra región que lucharon por un pedazo de tierra en la revolución social de
1910.
Después
de la acción de Atoyac los acontecimientos se siguieron muy rápido. El 29 de
abril los mariscalistas tomaron Tecpan de Galeana, donde Mariscal nombró a
Manuel Sáyago como jefe militar y prefecto político, también impuso préstamos
forzosos a los comerciantes. Cuando venían de regreso de Tecpan las fuerzas
revolucionarias, el 30 de abril, se incorporó Julián Radilla con 150 hombres
que había reunido en las rancherías de San Jerónimo y Atoyac.
Ya
con 400 hombres armados, Mariscal, se propuso tomar el puerto de Acapulco y el
primero de mayo, entró a Coyuca, donde se sumaron 200 maderistas encabezados
por Pablo Vargas quienes ya habían tomado la fábrica de hilados y tejidos de Aguas
Blancas y tenían asolados a los gobiernistas de los alrededores.
Hasta
Coyuca también llegó Tomás Gómez Cisneros, quien junto a Pablo Vargas, decidió
caminar rumbo a Dos Caminos para apoyar a Julián Blanco que pretendía tomar
Chilpancingo.
En
el camino a la ciudad más importante del estado, a Mariscal, se le fueron
sumando pequeños contingentes, y cerca de Acapulco, el 2 de mayo, en Los Bajos
de Ejido se incorporó Nemesio Guillén con 150 hombres. Ahí se prepararon los
mil 300 hombres que ya eran, para comenzar el 5 de mayo el sitio a la ciudad.
Nemesio Guillén instaló su cuartel en Pueblo Nuevo y su avanzada en Santa Cruz.
Julián Radilla instaló su cuartel en La Sabana y sus vanguardias en la Garita e
Icacos.
El
9 de mayo, el cónsul de Estados Unidos en Acapulco, Clement S. Edwards, visitó
el campamento de Silvestre Mariscal para pedirle garantías para los residentes extranjeros
en el puerto, el revolucionario atoyaquense le aseguró que ningún ciudadano de
otra nacionalidad sería molestado.
Mariscal,
reforzado por los maderistas de la Costa Chica, encabezados por Carlos Zenaido
Guerrero, atacó al puerto de Acapulco el 10 de mayo de 1911, peleando y
recibiendo los cañonazos del buque El Demócrata. En esta refriega fue
destacada la participación de los tres Cabañas, Pedro, Pablo y Tiburcio. Los federales sufrieron 38 bajas y
los revolucionarios más de 100, la mayoría de la Costa Chica, por un error que
cometieron al tocar una diana que delató sus posiciones.
Después
de este ataque las tropas revolucionarias regresaron a sus campamentos para
mantener el sitio al puerto de Acapulco, pero una vez firmados los acuerdos de
paz en Ciudad Juárez, Mariscal y los revolucionarios de la Costa Chica entraron
al puerto de Acapulco en son de paz el 2 de junio de 1911.
Desde
el primer día de sitio al puerto comenzaron las rivalidades entre los grupos de
revolucionarios y, el 15 de julio, las fuerzas de la Costa Chica atacaron el
cuartel de Mariscal, por un complot que urdieron Julián Blanco y Tomás Gómez.
Antes ya las tropas revolucionarias de Pablo Vargas habían atacado al pasar por
Coyuca a los mariscalistas atoyaquenses encabezados por Tiburcio Cabañas,
cuando regresaban a su pueblo. De estos ataques Mariscal culpó a Blanco y a
Tomás Gómez.
Después del ataque a su cuartel, el
16 de julio salieron hacia Atoyac las tropas de Mariscal y el 18 entraron a la
ciudad que los recibió con un gran festejo. Las calles lucieron engalanadas con
banderitas y arcos. La gente arrojaba flores al paso de los combatientes.
Wilfrido Fierro dice que las fuerzas de Manuel
Centurión, Pantaleón Añorve, Tomás Gómez y Julián Blanco fueron azuzadas por la
colonia española representada por Alzuyeta,
Fernández, Quiroz y Cía, quienes odiaban a Mariscal por el saqueo de la
fábrica de El Ticuí y deseaban eliminarlo enviándole una de sus columnas a
atacarlo a su cuartel. Los comerciantes del puerto también influyeron para que,
de inmediato, fueran licenciadas las tropas mariscalistas pues las consideraban
un peligro para sus intereses.
Tal vez
presintiendo una trampa de los españoles, Silvestre Mariscal no quiso
licenciarse en Acapulco y pidió que vinieran hasta Atoyac, donde entregaría las
armas. El 26
de junio llegó a nuestra ciudad Martín Vicario, Tomás Gómez y Julián Blanco,
quienes fueron recibidos con ramilletes de flores que les obsequiaron señoritas
de la población. “En el corredor de
la escuela oficial, Mariscal presentó a su pueblo a los jefes Vicario, Blanco y
Gómez que fueron recibidos con un estruendoso aplauso”.
Al
día siguiente comenzó el licenciamiento de la tropa y el 28, en la tarde,
terminó el reparto de dinero. Luego Mariscal los agasajó con una comida en su
casa. Se supo que Blanco y Tomás Gómez tenían
miedo de venir a Atoyac por el fallido ataque al cuartel de Mariscal en Acapulco.
En ese tiempo el coronel Silvestre Mariscal
González en agosto de 1911 le dio a Pablo Cabañas Macedo la categoría de
capitán primero, rango que Heliodoro Castillo le reconoció al incorporarse a
sus fuerzas.
Después del licenciamiento de una parte de
la tropa mariscalista, Pablo Cabañas Macedo se dedicó a su vida privada y se
entregó a las labores del campo hasta 1913. Viendo que las cosas el país
continuaban igual y conociendo la existencia del Plan de Ayala abrazó esa
causa. “Con un contingente de 97 sierreños regularmente armados –dice René
García- se dirigió hasta el Cuartel General de la División Helidoro C. Castillo
establecido en El Carrizalillo, en las entrañas de la Sierra Madre del Sur,
donde al sumarse a sus filas le reconoció el grado de capitán, expidiéndole el
de mayor con fecha 5 de enero del año de 1914, para que con los elementos que
disponía y con los que reuniera posteriormente operara en el estado,
dependiendo de la División Castillo”.
A partir de esa fechas, nos comenta René,
se desligó casi totalmente de sus compañeros de la Costa con los que participó
en la primera etapa de la Revolución para concentrarse en la lucha en las
montañas del sur, instalando campamentos guerrilleros en El Balsamar, El
Paraíso y otros puntos, reportándose continuamente al cuartel general del
zapatismo que estaba en Carrizalillo.
“De San Vicente y estos sitios
estratégicos que conocía como la palma de su mano se desplazaba hacia la región
Centro, Tierra Caliente, la Montaña y el estado de Morelos donde se relacionó
con Zapata, Genovevo de la O, Magaña, Epigmenio Jiménez y otros jefes
agraristas, distinguiéndose como uno de los revolucionarios atoyaquenses más
auténticos de la Revolución”.
La historiografía de Guerrero recoge las andanzas Pablo
Cabañas, cuando las fuerzas de Heliodoro Castillo atacaron Tepecuacuilco el 5
de enero de 1914 y comenzó a operar en la zona Centro. Aunque René García fecha
su primer baño de sangre el 13 de enero de 1914 participando en la toma de la
plaza de Chilapa de Álvarez Guerrero, combatiendo al lado de los jefes
revolucionarios Encarnación Díaz, Sabás Crispín Galeana y Heliodoro Castillo.
En
marzo, combatió en el paso del río Mexcala con fuerzas del teniente coronel A.
Lecona, que originaron el sitio y toma de la capital del estado, guarnecida por
la fuerzas federales de los generales Luis G. Cartón, Ponciano Benítez y Juan
A. Poloney. Esta campaña que duró 13 días participó personalmente el Caudillo
del Sur Emiliano Zapata.
Disculpen alguien sabe más información de la familia mesino, quiero decir de sus orígenes. Por ejemplo se habla de un Regino mesino. Pero saben más de que fue este señor? Gracias. Mi correo es: danmessino@gmail.com.
ResponderEliminarSi tienen información me la pueden mandar a mi correo? Gracias.
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