Víctor Cardona Galindo
Fue hace 43 años, cuando el 30 de
mayo de 1974 la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres
encabezada por Lucio Cabañas Barrientos, secuestró a Rubén Figueroa Figueroa,
senador y precandidato del PRI a la gubernatura de Guerrero. Lo mantuvo
retenido en la sierra 103 días hasta que fue rescatado por el Ejército, en La
Pascua, el 8 de septiembre de ese año. En ese tiempo se desató la mayor
represión que hayan sufrido los pueblos de la región. El secuestro del
principal cacique de Guerrero marcó el principio del fin de la guerrilla más
conocida del país.
El
futuro gobernador Rubén Figueroa acudió el 30 de mayo de 1974 a un encuentro pactado
con Lucio Cabañas a la sierra de Tecpan de Galeana y después de una ríspida
discusión política, con Lucio y la dirección política de la Brigada Campesina
de Ajusticiamiento, el primero de junio se rompieron las pláticas y el entonces
senador Figueroa vocal ejecutivo de la Comisión del Balsas quedó detenido en
manos del Partido de los Pobres hasta que se cumplieran las demandas de la
guerrilla.
El
encuentro entre Figueroa y Cabañas, tuvo como antecedente una intensa relación
epistolar que se llevó a cabo por medio del profesor Inocencio Castro Arteaga y
Luis Cabañas Ocampo tío de Lucio. Ellos fueron los enlaces entre la guerrilla y
el senador por Guerrero.
De hecho Rubén Figueroa hizo numerosos esfuerzos para entrevistarse
con Lucio Cabañas, primero fue buscar a Inocencio Castro Arteaga a
quien le pidió que sirviera de enlace con la guerrilla, porque quería hablar
con Lucio para que dejara las armas y se incorporara a la lucha política legal
en aras de la paz social en el estado. Castro Arteaga tal vez accedió a servir
de intermediario pensando en la paz de la región y por eso subió a algunos
pueblos de la sierra y escaló montañas buscando el campamento para establecer
contacto con Lucio para informarle de las intenciones de Figueroa.
El
senador también sacó de la cárcel a Luis Cabañas Ocampo quien estaba prisionero
en Campo Militar Número Uno y lo comisionó para que buscara a Lucio y lo
convenciera de la entrevista. Incluso Luis estuvo a punto de ser fusilado en
las faldas del cerro Cabeza de Perro, porque cuando llegó buscando a su sobrino
y encontró que Carmelo Cortés Castro era el responsable de la Brigada debido a
que Lucio se encontraba curándose de sus males en la Ciudad de México. Al
explicar a qué iba, por poco y lo fusilan, se salvó porque tenía antecedentes
en la lucha cívica que derrocó a Caballero Aburto. Luis volvería otras veces a
la sierra, pero estando Lucio presente.
En el caso de Inocencio Castro
Arteaga, según la opinión ex guerrilleros, el maestro no ignoraba que la
Brigada Campesina de Ajusticiamiento llevaría a cabo el secuestro de Rubén
Figueroa, y pese a tener conocimiento de esta acción no se negó a participar
como intermediario entre el grupo armado y el senador. Con la llamada
telefónica que realizó al noticiero 24
horas, lejos de deslindarse del curso de los hechos que había tomado la
entrevista, lo único que consiguió fue señalarse a sí mismo. Es decir, facilitó
a las autoridades su detención, además no le iban a perdonar su vínculo
estrecho con el Partido de los Pobres, su pertenecía al Movimiento
Revolucionario del Magisterio y su participación activa en el Partido Comunista
Mexicano.
El guerrillero Abelardo Morales Gervasio
conocido como
“El Lucio de Abajo” fue desaparecido en el contexto del
secuestro
del senador Rubén Figueroa Figueroa.
Foto:
Archivo de Arturo Gallegos Nájera.
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Una vez que se supo
del secuestro, el 6 de junio de 1974, la
familia de Figueroa contactó al sacerdote Carlos
Bonilla Machorro para que interviniera en la liberación del senador. Cuando
Bonilla se trasladó a Guerrero, al llegar a donde estaba Rubén Figueroa Alcocer
vio que los agentes de Seguridad Pública Federal tenían allí detenido a
Inocencio Castro Arteaga.
Rubén Figueroa Alcocer estaba
enterado de la relación entre Carlos Bonilla Machorro y Lucio Cabañas, de ahí
que considerara al cura buen candidato para el trabajo de intermediación. Una
de las condiciones del párroco al hijo del senador era encontrar a la persona
ideal para hacer contacto con la brigada, y sugirió que fuera Inocencio Castro,
que se encontraba detenido. A pesar del aparente impedimento, Rubén Alcocer
llevó a la presencia del cura a Inocencio Castro.
Bonilla pidió la
libertad del profesor para que éste pudiera intervenir como mediador, ya que él
no sabía cómo moverse sin su compañía. Consultaron con el subdirector de
Seguridad Pública Federal, Miguel Nazar Haro, quien en principio no aceptó,
pero cuando Bonilla se rehusó a ser intermediario se obtuvo la anuencia para
quedar en libertad condicionada.
Bonilla Machorro, junto con Inocencio
Castro, fueron en busca de contactos que supieran del paradero de Lucio
Cabañas. Ese mismo día (7 de junio de 1974) se trasladaron a Nuxco por la
carretera a Petatlán, Zihuatanejo y Lázaro Cárdenas. Se instalaron por esa zona
para esperar otro contacto; pasados unos días fueron llevados hacia San Luis
San Pedro y San Luis La Loma para trasladarse a la sierra. Estuvieron
conversando con algunos brigadistas que estaban en zona poblada, donde Bonilla
Machorro conoció algunos detalles de cómo se llevó a cabo el secuestro de
Figueroa Figueroa. Pero los días transcurrían sin ninguna certeza del paradero
de Lucio Cabañas.
La presencia del cura Carlos
Bonilla Machorro —para algunos guerrilleros que ya no estaban en la Brigada
Campesina de Ajusticiamiento— era sospechosa, pues no sólo pensaban que sirvió
como “intermediario de confianza”, sino también como colaborador del gobierno
federal, porque a raíz de sus intentos de contactarse con Lucio Cabañas, el
ejército empezó a tener más certeza de los movimientos de la guerrilla.
El campesino, Abelardo Morales, Ranmel,
era miembro del grupo armado y fue contactado por Bonilla para encontrar a la
brigada. Al igual que Inocencio, Abelardo serviría como intermediario, si es
que se podía, entre el cura y la guerrilla. El tiempo iba transcurriendo y no
se lograba tener noticias del paradero de Lucio o la brigada, y ni Chencho ni Ranmel estaban siendo
de mucha ayuda al religioso. Por eso decidió que la mejor forma para
contactarse, era por la radio.
El 27 de junio de 1974, por medio
de la intervención del secretario de Gobernación, Mario Mayo Palencia, se
otorgó el permiso para que saliera al aire, a través de la difusora RCN, un
llamado a Lucio Cabañas. El comunicado, difundido el 28 de junio en voz del
presbítero Bonilla Machorro, decía:
“Desde hace 20 días ando, con mi
amigo el profesor Inocencio Castro, tratando de comunicarme con usted. Me
ofrezco como enlace para un diálogo conciliatorio entre la familia del senador
Figueroa y usted. Quiero que se entienda claramente que mi papel es netamente
de conciliador e intermediario. En caso extremo, la familia del senador ofrece
por mi conducto el pago de un rescate considerable, con tal de que se respete
su vida y la de sus acompañantes (...) le suplico que el conducto para
establecer contacto conmigo sea esta misma radiodifusora RCN del Puerto de
Acapulco”.
La
respuesta a este llamado se dio a conocer en un comunicado de la Brigada
Campesina de Ajusticiamiento: “Ultimátum
e instructivo a la familia Figueroa Alcocer”, fechado el 7 de julio de
1974. Básicamente, en dicho documento se aceptaba la intermediación de Carlos
Bonilla; se exigía también el pago de 50 millones de pesos antes del 3 de
agosto, pues de otra manera Rubén Figueroa sería fusilado. Como veremos más
adelante, esta advertencia de los brigadistas no se llevó a cabo, pues se fueron
flexibilizando las negociaciones con respecto a la entrega del dinero.
Por otro lado, de Inocencio
Castro Arteaga —después de haber sido liberado, gracias a la intermediación de
Bonilla, para contactar a Lucio Cabañas— no se supo cuál fue su destino; tanto
él como Ranmel hoy día siguen en calidad de desaparecidos.
A Inocencio se lo llevaron el 20
junio de 1974, de la casa de una hermana de Abelardo Ramos Tapia, en Tecpan de
Galeana. Los agentes federales dijeron
que por órdenes de Rubén Figueroa Alcocer lo llevarían a dar una declaración a
la ciudad de Atoyac y jamás volvió.
Unos días antes de su
desaparición, Inocencio escribió a su amigo Abelardo Ramos Tapia, una carta
donde se mostraba muy preocupado por su futuro y por la situación de su familia
en caso de que él fracasara, pues intuía un gran peligro en esa misión en la
que, según sus propias palabras, “me metí en contra de mi voluntad”.
Todavía el 1 de mayo de 1974 el
senador Rubén Figueroa se despedía de él en una carta, “su servidor
afectísimo”, y posteriormente, en el lapso comprendido entre julio y diciembre
de 1974, otras personas amigas del senador y de funcionarios de Gobernación se
dirigían a esta dependencia y a Figueroa para abogar por la libertad y la vida
del “profe Chencho”.
Hay indicios de que estuvo
recluido en una cárcel clandestina del Campo Militar Número Uno, según el
testimonio de Alberto Ulloa Bornemann publicado en su libro Sendero en tinieblas, dice que el
profesor fue sacado de las mazmorras con otros prisioneros encapuchados después
de que se supo de la liberación de Rubén Figueroa por el ejército en La Pascua.
Un informe de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad dice que Inocencio
murió en el enfrentamiento de La Pascua el 8 de septiembre de 1974.
Una vez resuelto el asunto del
secuestro, el sacerdote Carlos Bonilla Machorro acudió al ingeniero Rubén
Figueroa Figueroa para abogar por la liberación de Inocencio, pero éste le
contestó que Inocencio manejó varias veces un vehículo en el que transportaba
guerrilleros, por lo que su suerte había quedado en manos del general Hermenegildo Cuenca Díaz.
Después de la desaparición, su
esposa ingresó a la escuela secundaria técnica con una plaza de intendente. Fue
un apoyo de parte de los amigos del maestro Inocencio Castro Arteaga para no
dejar desamparados a sus hijos. Ella estudió corte confección y concursó para
una plaza en San Luis apoyada por Cesar Núñez Ramos en 1985.
El profesor Inocencio, de
carácter tranquilo, tiene muy buena reputación en Tenexpa, donde es muy
querido, por ser muy amigable, y nunca tuvo problemas con nadie. Con ideales de
lucha. Es un personaje ejemplar.
De
los guerrilleros encargados de negociar con la familia de Figueroa están
desaparecidos, Pedro Angulo Barona, Gorgonio;
Albelardo Morales Gervasio, Ranmel.
Solamente Manuel Serafín Gervasio, Javier;
quien era hermano menor de Lucio y logró salir de las mazmorras policiacas.
El informe de Fiscalía Especial para
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) dice que “en la búsqueda de encontrar un acuerdo para la liberación
del Senador, la Brigada Campesina de
Ajusticiamiento envió como correo a Abelardo Morales Gervasio (a) ‘Ranmel’ que
fue detenido. El 74/ 08/ 09 el Pbro. Carlos Bonilla Machorro entra mediante la
gestión de Gutiérrez Barrios y la anuencia de Quiroz Hermosillo al CM1 a
visitar a Ranmel. Gutiérrez Barrios y Rubén Figueroa Alcocer lo acompañaron
hasta el campo militar. Allí estaba Ranmel con las huellas de la tortura”.
Esa vez Ranmel escribió una carta para Lucio Cabañas en la que le pedía
liberar a Figueroa y que en el intercambio lo soltarán a él y dejarían de
perseguir a Inocencio Castro Arteaga.
Ranmel no dejó las mazmorras ahí quedó detenido en manos de los
militares. Pero según un reporte del gobierno federal, Abelardo Morales murió
el 7 de agosto de 1974, cuando en unión de otro más, se
enfrentó a las fuerzas públicas del Estado de Guerrero, en las cercanías del
poblado conocido con el nombre de San Martín de las Flores. Dice que después
del tiroteo se identificó el cadáver de Abelardo
Morales Gervasio.
Luis
Cabañas Ocampo quien también intervino para que se efectuara la entrevista
entre Lucio y Figueroa, murió en el fuego cruzado durante el enfrentamiento entre
militares y guerrilleros en La Pascua el 8 de septiembre de 1974. Hay que
recordar que el senador fue retenido con sus cuatro
acompañantes, la secretaria Gloria Brito que
iba para tomar nota de los acuerdos en taquigrafía, Febronio Díaz Figueroa su
asesor de marxismo y los dos tíos de Lucio, Luis Cabañas Ocampo y Pascual
Cabañas Ocampo que habían servido como enlace para la entrevista.
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