Víctor Cardona Galindo
La
última semana de mayo se conmemora, desde 1985, la Semana Internacional del
Detenido Desaparecido, que se desarrolla en América Latina y en algunos países
de Europa y Asia por iniciativa de la Federación Latinoamericana de
Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam). En Atoyac cada
año se llevan a cabo eventos en el zócalo de la ciudad, ahora frente a la placa
que en honor a las víctimas instaló el gobierno federal en una de las paredes
del Palacio Municipal.
Hace
dos años la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de
la Violaciones a los Derechos Humanos (Afadem) realizó una marcha de la Ciudad
de los Servicios hasta la capilla de El Ticuí y por todo el camino fueron
regando pétalos de rosas. Cada año la Afadem escoge una comunidad donde hubo
desaparecidos para realizar una misa y un evento político.
Este
año en el acto del Zócalo de la ciudad, el 26 de mayo, estuvo presente Alan
García representante del alto comisionado de las Organización de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos en México, quien acompañó a los familiares de
los desaparecidos encabezados por Tita Radilla Martínez y Julio Mata Montiel.
Durante el acto, como todos los años, se exigió al gobierno la verdad sobre la
desaparición forzada de muchos luchadores sociales ocurrida hace ya más 40
años.
Para
conmemorar la Semana Internacional de Detenido Desaparecido en esta página
hablaremos del maestro Inocencio Castro Arteaga quien fue desparecido por
fuerzas del Estado mexicano en el contexto del secuestro de Rubén Figueroa
Figueroa en 1974.
Inocencio Castro Arteaga, Chencho, nació el 28 de agosto de 1935
en Apaxtla de Castrejón, que en ese tiempo era parte del municipio de
Teloloapan. Sus padres fueron los campesinos Catalina Arteaga y Juan Castro.
Tuvo como hermanos a Aldegunda, Juan, Inés, María y Felipe Castro Arteaga. En
1961 conoció a la que fue su esposa, Adelina Organis Hernández, con quien
procreó tres hijos: Aldegunda, en 1964; María del Carmen, en 1966, y Fidel en
1969.
Inocencio estudió la primaria y
la secundaria en Teloloapan. A los 18 años fue enviado al seminario de la
ciudad de Chilapa porque sus padres querían que fuera sacerdote. Ahí se enfocó
en el estudio de la literatura y el español; sin embargo, sus inquietudes
políticas provocaron que saliera de esa institución y posteriormente ingresara
a la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, donde fue compañero
de grupo de Lucio Cabañas Barrientos.
El triunfo de
la Revolución Cubana en enero de 1959 tuvo un impacto importante en la historia
mundial y despertó la esperanza en el resto de los países de América Latina,
donde se fortalecieron los movimientos de izquierda. Ese impulso llegó a la
normal de Ayotzinapa, en donde Lucio e Inocencio instalaron en la oficina del
Comité Ejecutivo de la Sociedad de Alumnos una radio de bulbos que diariamente,
a las ocho de la noche, captaba las transmisiones del Ejército Rebelde desde la
Sierra Maestra de Cuba. La ausencia momentánea de la señal provocaba
desesperación entre los oyentes, pero al final “Lucio aprovechaba el interés y
entusiasmo de los radioescuchas para explicar la trascendencia e importancia
histórica que tenía para Cuba, México y América Latina la lucha emprendida por
los cubanos revolucionarios”, recuerdan Arturo Miranda Ramírez y Carlos G.
Villarino en su libro El otro rostro de
la guerrilla: 40 años después.
Junto a Lucio Cabañas, Inocencio
Castro participó en el movimiento cívico de 1960, en el que la mayoría del
pueblo guerrerense se organizó en repudio del gobernador del estado, Raúl
Caballero Aburto, hasta lograr su caída y la desaparición de poderes, en enero
de 1961.
El Frente Estudiantil Cívico
de Ayotzinapa estaba encabezado por Lucio Cabañas, Inocencio Castro, Benito
Méndez, Ubaldo Baiza, Nazario Efrén Girón y Manuel García Cabañas, quienes
firmaron un manifiesto que se distribuyó el 1 de noviembre de 1960 durante un
mitin en Chilpancingo contra Caballero Aburto.
El 5 de noviembre por la noche
los universitarios salieron en cabalgata y apedrearon la Cámara de Diputados.
Iban encabezados por Imperio Rebolledo y Vielma Heras. Después hubo un mitin en
el que Pablo Sandoval e Inocencio Castro exigieron la desaparición de poderes
en Guerrero, según datos que obran en el Archivo General de la Nación (AGN).
Una de las organizaciones más
activas del movimiento cívico fue el Frente Reivindicador de Juventudes Guerrerenses, integrado por Juan
Alarcón Hernández, Imperio Rebolledo Ayerdi, Luis Camacho Castañón, José Naime
Naime, Ricardo Klimeck, Inocencio Castro, Lucio Cabañas Barrientos, Antonio
Alcocer Salazar, Jaime Pineda, Armando Rivera, Ángel Custodio Reyes, Carlos
Arce Villa, Genaro Arcos Pólito, Enrique Bucio, César Alarcón Nava, Felipe
Medina Masón, Sergio Ríos Chapín, Jesús Aguirre Ultrilla, Toto Días Nava, Rubén
Fuentes Alarcón y la mayoría estudiantil revolucionaria de los centros
educativos del estado.
Ya como profesor, Inocencio fue
invitado a la Costa Grande por el líder del sindicato de maestros José Guadalupe
Solís Galeana quien era su amigo y compañero. Llegó a impartir clases a la
comunidad Rodesia, en el municipio de Tecpan de Galeana; luego pasó a laborar a
la escuela primaria José María Morelos y
Pavón de la comunidad de Tenexpa, que tenía únicamente hasta cuarto grado. Por
eso Castro Arteaga y Solís Galeana gestionaron ante la Secretaría de Educación
Pública (SEP) los recursos humanos y materiales para que este centro educativo
contara con los seis grados.
Inocencio hizo su especialidad en
Lengua y Literatura Española en la Escuela Normal Nueva Galicia de Guadalajara,
Jalisco, en 1963-1964, nivelación pedagógica que se requería para poder
impartir clases de español en secundaria, en ese nivel trabajó de 1966 a 1974.
Fundó la Escuela Secundaria Agropecuaria de Tenexpa y también creó la
secundaria Melchor Ocampo en San Luis San Pedro. Por eso en esa comunidad existe
una calle que se llama Inocencio Castro Arteaga desde hace unos 25 años.
Ya como profesionista, Inocencio siempre
mantuvo contacto con sus compañeros de la normal con los que tenía la idea de
hacer un cambio en beneficio de los pobres, debido a que en esos años
prevalecía el caciquismo y el autoritarismo en el gobierno. Siempre tuvo
comunicación con los grupos de izquierda, tenía compañeros en todo el estado de
Guerrero y en la Ciudad de México, como ellos ingresó al Movimiento
Revolucionario del Magisterio (MRM), una corriente del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) fundada por el profesor Othón Salazar, en
la que también participaba Lucio Cabañas.
Inocencio y Lucio fueron muy
buenos amigos, pero cuando éste se refugió en la sierra huyendo de la
persecución policiaca y de los caciques de Atoyac después de la matanza del 18
de mayo de 1967, Inocencio ya no siguió su camino. Aun así, de alguna manera
siempre tuvieron comunicación amistosa. Muchos miembros del MRM —como Jacob
Nájera y Félix Bello Manzanares— se convirtieron en la base urbana de apoyo
principal para la guerrilla. Inocencio también colaboró. Uno de los servicios
que prestó fue alojar en su casa al sacerdote Carlos Bonilla Machorro, a la
espera del momento de subir a la sierra para entrevistarse con el maestro
guerrillero.
A los campamentos guerrilleros de
la sierra llegaba mucha propaganda del Partido Comunista Mexicano. Inicialmente
enviaban un periódico que se llamaba La voz de México. Uno de los
encargados de hacer llegar esa propaganda a la sierra era Inocencio Castro, él
personalmente llevaba los paquetes o los mandaba con el correo de la guerrilla
que era David Cabañas Barrientos.
En 1974, el mayor cacique priista
de Tecpan de Galeana, Abelardo Ramos Tapia, le dijo al senador Rubén Figueroa
Figueroa, quien se perfilaba como candidato a gobernador, que Inocencio Castro
tenía buena relación con Lucio Cabañas. Entonces el senador lo localizó y le
pidió fuera su enlace con la guerrilla de la Brigada Campesina de
Ajusticiamiento. La idea era que facilitara el diálogo que llevara a un acuerdo
de pacificación de la región para encontrar un estado en paz cuando llegara a
ser gobernador.
Inocencio se rehusaba, pero lo
acosaron hasta que lo convencieron. Hay cartas que le envió Rubén Figueroa,
donde le escribía que quería reunirse con Lucio para buscar que dejara las
armas y se incorporara a la lucha política legal en aras de la paz social en el
estado. Ante esa petición, Chencho
accedió y viajó por muchos pueblos y montañas tratando de establecer contacto
con Lucio para informarle de las intenciones de Figueroa.
En noviembre de 1972
la Brigada Campesina de Ajusticiamiento organizó en el campamento El Venado del
cerro de El Zanate, una conferencia nacional con otros grupos armados del país.
Además de representantes del Partido de los Pobres, participaron miembros del
Movimiento de Acción Revolucionaria y de Los Guajiros; Vicente Estrada Vega, Dionisio, quien representaba un grupo en
formación en el Estado de Morelos, e Inocencio Castro Arteaga, quien militaba
en el Movimiento Revolucionario del Magisterio.
Lucio Cabañas invitó a la
asamblea a organismos dependientes del PCM. No todos acudieron a la cita, pero
sí lo hizo Inocencio Castro, aunque un poco retrasado. La llegada del maestro
integrante del MRM ocasionó incomodidad, ya que no sólo era representante de
los “oportunistas”, en opinión de los grupos armados reunidos, sino porque
además llevaba noticias de un personaje que posteriormente sería uno de los
responsables de la peor represión al pueblo de Guerrero.
Sin duda, Inocencio fue un
colaborador de primera línea del movimiento armado. En la versión oficial de la
guerrilla publicada en libro Lucio Cabañas y el Partido de
los Pobres. Una experiencia guerrillera en México, hay una mención que llama la
atención: “En días últimos del mes de diciembre de 1973 salí a una comisión al
pueblo del Tanate (Tenexpa) a casa del compa Inocencio Castro para traerlo al
campamento a platicar con el compa Lucio”.
Cuando la guerrilla decidió
recibir al senador, le dieron instrucciones a Inocencio para que lo acompañara
hasta un lugar de la sierra, allá lo dejó platicando con los guerrilleros y él
se regresó a su casa para no faltar a su trabajo como maestro en el pueblo de
Nuxco. Fue cuando se concretó la cita con Lucio Cabañas y ya en la sierra las
negociaciones se salieron de su cauce y el senador fue secuestrado.
“Poco tiempo después nos
enteramos de que Lucio había decidido retenerlo en la sierra por no haber
llegado acuerdos y que exigía muchas cosas que ya no recuerdo. A partir de ese
momento mi esposo empezó a vivir horas de angustia porque la policía y el
ejército donde quiera lo andaban buscando y así ya no podía seguir asistiendo a
trabajar a la escuela”, comentó doña Adelina esposa de Inocencio.
La noche del 4 de junio de 1974,
en el noticiario 24 Horas, Inocencio Castro por vía telefónica dio una
entrevista, donde informó de su intervención en el encuentro entre el senador y
Cabañas. “Una tarde decidió hablar a través de un teléfono público al
noticiario de Televisa 24 Horas, que
dirigía Jacobo Zabludovsky, para decir que él no tenía nada que ver en el
secuestro del ingeniero Figueroa y que sólo sirvió de enlace con Lucio por
petición del propio senador. Le pareció raro que Zabludovsky le hiciera plática
más tiempo de lo que él se esperaba, sin sospechar que eran las instrucciones
de inteligencia militar, para darle tiempo a su localización telefónica y
pudiera ser aprehendido”, recuerda la familia.
“El oidor de noticias [de la
Brigada] escuchaba el noticiero 24 Horas por la noche cuando entró la
llamada telefónica de Inocencio Castro Arteaga, quien comunicaba haber sido el
intermediario para la realización de la entrevista del senador Rubén Figueroa
con la guerrilla, lamentando el desenlace que tuvo dicha entrevista (...)
Inocencio Castro tomó la más torpe determinación para evitar ser involucrado
por el gobierno en el secuestro (...) Las consecuencias son su detención
inmediata en su casa y su desaparición hasta la fecha”, recuerda un guerrillero
de nombre Manuel. Esa misma noche fue
secuestrado.
Interesante esta historia de un hombre que ha sido hermano de mi Abuela materna,.
ResponderEliminarMaria Castro Arteaga.
Fueron tiempos de represión que continuaron por varios años, por parte de el gobierno federal y también por los gobiernos de los Figueroa .
Interesante esta historia de un hombre que ha sido hermano de mi Abuela materna,.
ResponderEliminarMaria Castro Arteaga.
Fueron tiempos de represión que continuaron por varios años, por parte de el gobierno federal y también por los gobiernos de los Figueroa .
Interesante esta historia de un hombre que ha sido hermano de mi Abuela materna,.
ResponderEliminarMaria Castro Arteaga.
Fueron tiempos de represión que continuaron por varios años, por parte de el gobierno federal y también por los gobiernos de los Figueroa .