Víctor
Cardona Galindo
Este
18 de mayo se cumplieron 50 años de aquella masacre de 1967, cuando cinco campesinos
murieron a manos de la policía estatal del gobernador Raymundo Abarca Alarcón,
quien en lugar de
atender las peticiones de los manifestantes, envío a la policía judicial y
montada que disparó contra el pueblo, dando muerte en la plaza principal de Atoyac
a Feliciano Castro Gudiño, Arcadio Martínez Javier, María Isabel Gómez Romero,
Prisciliano Téllez Castro y a Regino Rosales de la Rosa. En la gresca resultaron
heridos Juan Reynada Victoria, Gabino Hernández Girón y Juvencio Rojas Mesino.
El gobierno del estado
responsabilizó a Lucio Cabañas Barrientos de los hechos y giró en su contra 13
órdenes de aprehensión. Eso motivó que el maestro normalista se remontara a la sierra para formar el Partido de los
Pobres y su Brigada Campesina de Ajusticiamiento (BCA), organización que
realizó secuestros de comerciantes y hombres prominentes, también ataques a la
policía estatal y al Ejército federal escribiendo las páginas más importantes
del Movimiento Armado Socialista en México.
El descontento había comenzado en
1959 con el movimiento cívico que derrocó al gobernador Raúl Caballero Aburto.
En Atoyac los cívicos además de pelear el Ayuntamiento organizaron a los
solicitantes de vivienda para tomar tierras y en 1961 fundaron la colonia
Mártires de 1960, que se convirtió en reducto del movimiento popular.
Al
mismo tiempo el Partido Comunista Mexicano (PCM) venía desarrollando un fuerte
trabajo de organización, integró a los campesinos en la Central Campesina
Independiente (CCI) que a nivel nacional encabezaba Ramón Danzós Palomino, los
maestros se agrupaban en el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM)
dirigidos por Othón Salazar Ramírez. La Unión Nacional de Mujeres también logró
importantes avances bajo la dirección local de la maestra Hilda Flores Solís y
la Juventud Comunista organizó el Club de Jóvenes Democráticos.
El
movimiento comunista se fortaleció con la llegada de Lucio Cabañas Barrientos a
Mexcaltepec, quien pronto se enfrentó a los talamontes y a los acaparadores de
café. Fue en una reunión con cafetaleros que exigía mejores precios donde
Octaviano Santiago Dionicio lo escuchó hablar por primera vez. Los maestros
democráticos ya habían ganado la delegación sindical cuando comenzaron a luchar
contra los directores. El proyecto era democratizar todos los ámbitos de la
educación desde el sindicato hasta las escuelas. Lograron cambiar a la
directora de la escuela primaria Modesto Alarcón que era la maestra Genarita Reséndiz
de Serafín.
Los
maestros y algunos padres de familia de la escuela primaria Juan Álvarez también
quisieron cambiar a la directora Julia Paco Piza que estaba ligada al poder
municipal y a los grupos de comerciantes locales más poderosos. Sin embargo los
maestros democráticos perdieron la discusión interna, fue entonces cuando pidieron
el apoyo del comité del Partido Comunista que los apoyó hasta el final con
Lucio Cabañas y Serafín Núñez a la cabeza. Ya cuando iban ganando, los padres
de familia se radicalizaron aún más, pidiendo la salida de los maestros que
estaban a favor del gobierno. Los comunistas deciden apoyarlos hasta el final.
Entonces el gobierno envió a la policía.
Aquel
18 de mayo, colonos de la Mártires de 1960, pequeños comerciantes, campesinos
de la CCI y maestros de MRM realizaban un mitin en apoyo a los padres de
familia y maestros democráticos de la escuela Juan Álvarez. La plaza estaba
repleta había padres de familia de diferentes escuelas principalmente de la
Modesto Alarcón donde daban clases Lucio y Serafín.
Ese
día también en la escuela Juan Álvarez iban a festejar a los maestros. Por el
conflicto, en la dirección no les prestaban el sonido a los maestro disidentes,
por eso Alberto Martínez Santiago envió a dos alumnas a conseguir el aparato de
la Modesto Alarcón. Al pasar por el mitin Ángeles Santiago Dionicio, cargando
el cerebro del sonido en la cabeza, se le acercó a Lucio Cabañas para invitarlo
al festejo. Había dado algunos pasos cuando
se soltó la balacera. Alguien la jaló y la resguardó de las balas. Luego todo
fue confusión. Era un jueves, a los niños pequeños de la escuela los sacaron
por la iglesia y el maestro Alberto Martínez salió para su casa y como Lucio ya
no regresó al aula de clases. Esa generación de la escuela Juan Álvarez no tuvo
clausura. Recibieron sus certificados en las casas de los maestros.
Después
de la balacera, en la plaza quedaron tirados los cuerpos de cinco campesinos y
un judicial. Otro agente herido se encerró en las oficinas de Ministerio
Público donde murió, mientras otros policías levantaban a sus compañeros
heridos y los trasladaban, en camionetas del sector salud, al puerto de
Acapulco. Muchos padres corrían desesperados buscando a sus hijos, otros
auxiliaban a los heridos y los llevaban con los médicos. El doctor Antonio
Palós Palma llegó presuroso a prestar auxilio.
Cubierto
por la gente Lucio Cabañas salió rumbo a El Ticuí, luego a San Martín y desde
entonces se mantuvo en la sierra como guerrillero hasta que murió el 2 de
diciembre de 1974 en El Otatal. La guerrilla recordaría de diversas maneras el
18 de mayo. Por ejemplo cada año ese día se cambiaba la dirección BCA. El
comando que secuestró a Cuauhtémoc García Terán se llamó 18 de mayo y Felipe
Ramos Cabañas encabezó la Brigada 18 de Mayo integrada por unos 10 elementos,
misma que se movió paralela a la BCA.
También
el miércoles 30 de enero de 1974 las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)
secuestraron al comerciante Vicente Rueda Saucedo en Acapulco. La acción fue
efectuada por los comandos Arturo Gámiz y el 18 de mayo.
Las
organizaciones civiles comenzaron a conmemorar la fecha aquel 18 de mayo de 1979 que se dio la primera
marcha, nadie se manifestaba desde 1967. Asistieron todos los trabajadores y
alumnos de la escuela preparatoria número 22. La manifestación fue organizada
por la célula del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que dirigía
Roberto Cañedo Villareal y estuvo encabezada por Rosario Ibarra de Piedra y Rosalío
Wences Reza, antes de esa marcha daba miedo manifestarse. La macha
universitaria rompió con más de una década de oscurantismo y dio espacio a la
libre expresión.
El 18
de mayo de 1979 participó en la movilización para romper el silencio, “había
miedo” –dice Fortunato Hernández Carbajal, El
Baby− quien recuerda que aquella fue una marcha silenciosa que salió de la
calle Ignacio Zaragoza. “En ese tiempo era un ambiente militarizado y policíaco
y se le tuvo que notificar al ejército de la marcha”.
El
discurso principal lo pronunció Pedro Rebolledo Málaga, se pidió democracia y
libertades para el municipio. Pedro fue el primer orador estudiante que rompió
en silencio a 13 años de la masacre. “Fue una marcha silenciosa de unas 500
personas”, dice Pedro Rebolledo quien recuerda que participaron Félix Hernández
Gamundi y Justino García Téllez y que se vivía un ambiente tenso. Se tenía
miedo que el Ejército fuera a disparar en contra de los manifestantes.
Rebolledo
Málaga era mozo de oficio en el Ayuntamiento y sufrió la represión del alcalde
Alfonso Vázquez Rojas quien los despidió de su trabajo, después de su
participación en el mitin tuvo que abandonar el municipio.
Pedro
Rebolledo, quien ahora es director de tránsito municipal, recuerda que el
discurso se lo redactó el maestro Fortunato Hernández Carbajal, mismo que quemó
al día siguiente de pronunciarlo, porque además de que lo corrieron del
Ayuntamiento, su papá lo sacó de la preparatoria y lo mandó a la Universidad
Michoacana de San Nicolás Hidalgo. A los 15 días se regresó en una actitud de
rebeldía ante su padre y el presidente.
Para
organizar la primera marcha, Celso Villa pidió permiso al Ejército por escrito
y le contestó el coronel Mario Pérez Alarcón, del 49 Batallón de Infantería,
que con ellos marcharía una columna de soldados. No cumplió su amenaza. Las
siguientes manifestaciones las hicieron sin permiso y marchaban desde el Arroyo
Ancho por las calles Aquiles Serdán, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Miguel Hidalgo,
Juan Álvarez y entraban al Zócalo.
Como
se ve, antes que las organizaciones políticas, fue la preparatoria 22 la que
mantuvo vivo el movimiento por reivindicar a los caídos del 18 de mayo de 1967,
por ejemplo en 1981 el cronista Wilfrido Fierro Armenta escribió en la Monografía de Atoyac: “A las 4:00 horas de la tarde de hoy, con motivo del
14º Aniversario del zafarrancho registrado con demandas del Profr. Lucio Cabañas
Barrientos y las Fuerzas Públicas del Estado, se llevó a cabo un grandioso
mitin, que partió de la Escuela Preparatoria recorriendo varias calles de la
ciudad hasta terminar en la Plaza Cívica de este lugar. En el acto intervinieron
varios oradores y muy principalmente el Dr. Wences Reza, Ex Rector de la
Universidad de Guerrero. El mitin fue para pedir la libertad de 450 presos
políticos que se encuentran desaparecidos y elogiar el movimiento de Cabañas
Barrientos. Terminó este acto a las 7:40 horas de la noche, todo en el más
completo orden”.
Más tarde se sumaría la comunidad del padre Máximo
Gómez a estas movilizaciones y agrupaciones del Concejo Central de Lucha del
magisterio, así como los comités del Partido Socialista Unificado de México
(PSUM).
Pasado los años, el 26 de marzo de 1989 cerca
de 2 mil familias pertenecientes al Movimiento Popular 18 de Mayo de 1967,
encabezados principalmente por Pedro Rebolledo Málaga, entre otros muchos
dirigentes sociales, se posesionaron en forma pacífica de más de 50 hectáreas
de tierra cultivables a fin de asentar sus viviendas. Eran terrenos ubicados en la entrada de esta
cabecera municipal que desde hacía 30 años eran utilizados por diversas personas,
pero al final resultaron propiedad de Vicente Adame Reyna. Con quien se
realizaron las negociaciones para legalizar la colonia que ya cumplió 28 años
de existencia.
Todos los años, el 18 de mayo, se han congregado los
grupos de izquierda en Atoyac. A veces unidos, otras ocasiones en diversas
horas del día rendían honores a los caídos. Por ejemplo el año 2000,
con la presencia de Rosario Ibarra de Piedra, se presentó el libro: Crónica de la violencia política,
editado por la fundación Ovando y Gil.
Luego
el 18 de mayo del 2001 se dio a conocer el Consejo Cívico Comunitario Lucio
Cabañas Barrientos. Ha sido un día para que los grupos de izquierda den a conocer
sus proyectos de lucha o la integración de importantes frentes de izquierda.
Acá han venido los macheteros de Atenco, importante líderes de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y representaciones de Consejo
de Ejidos y Comunidades Opositores a la presa La Parota (Cecop).
Esta
vez, al cumplirse 50 años de la masacre, no hubo las grandes marchas que se realizaban
en el pasado, ni los políticos de izquierda desfilaron por el obelisco a Lucio
Cabañas. Ahora la oferta fue cultural y la desarrollaron organizaciones
sociales que integran el bloque Fuerza Ciudadana Atoyaquense en el que están,
entre otras, la Organización Campesina de la Sierra del Sur y el Frente de
Defensa Popular.
Las
actividades comenzaron con un homenaje a la Bandera que organizaron los alumnos
de la Preparatoria Popular de El Quemado que encabeza la directora Juanita
Guzmán Reyna y luego se colocó una ofrenda floral en la que estuvieron
presentes: el autor del documental Acuérdate
de Guerrero, Daniel Varela Gasque; la hija de Lucio Cabañas, Micaela
Cabañas Ayala; el fundador de la Organización Campesina de la Sierra del Sur,
Hilario Mesino Acosta; la dirigente de la Frente de Defensa Popular, Clemencia
Guevara Tejedor; el regidor Carlos Mesino Mesino, la líder de la OCSS Norma
Mesino Mesino, por la Coalición de Ejidos de Costa Grande estuvo Teresa Flores
Radilla y María de los Ángeles Santiago Dionicio como representante del grupo
México Hoy. Durante
el homenaje se recordó a la maestra Hilda Flores Solís quien mientras vivió no
dejó de asistir a la conmemoración de la muerte de sus compañeros.
Por la
mañana, el auditorio de la Casa de la Cultura de esta ciudad se proyectó el
documental Acuérdate de Guerrero. El
olvido no detendrá la violencia, que describe la lucha del pueblo de
Guerrero. En la tarde con la presencia de una delegación del municipio de
Ayutla de los Libres, se realizó un amplio programa conducido por el regidor
Carlos Mesino Mesino, donde se leyó la reseña de los acontecimientos de aquél
18 de mayo de 1967. Con cuadros regionales participó el grupo de danza del Centro
cultural Yestli que dirige Eliester Castro Piedra, declamó Miguel Ángel Godínez Mejía, también conocimos el
talento de Clemencia Guevara Tejedor quien nos sorprendió con una poesía.
Felipe Fierro Santiago leyó parte de su novela Jicotes.
Y ya por la noche se proyectó el video Guerrero de Ludovic Bonleux que describe
la lucha de los Otros desaparecidos, del Frente Unido para la Seguridad y
Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) y el movimiento popular en Tlapa.
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