Víctor Cardona Galindo
La
ciudad de Atoyac está bien comunicada y atiborrada de todo tipo de vehículos. Llegan los autobuses de la línea Costaline y
Estrella de Oro que vienen de Acapulco, cada media hora, cada 12 horas de
Chilpancingo y cada 24 horas de la Ciudad de México. También hay servicio de Urvans
de Atoyac a Chilpancingo y de Atoyac a Tecpan de Galeana.
Santiago Dionisio Florentino un miembro
del heroico batallón de
Saneamiento Básico.
Chaguito es un
hombre callado, responsable y
muy trabajador. Foto: Víctor Cardona Galindo.
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Según
los datos del registro de vehículos en la ciudad de Atoyac circulan mil 750
vehículos, de los cuales alrededor de 300 son combis y microbuses del
transporte colectivo y 85 taxis. Sin contar las más de 2 mil motocicletas que
circulan sin control y son un verdadero problema vial en el centro de este
núcleo urbano. Los taxistas y cumbieros
se quejan de que las motos dieron al traste con su economía porque cualquiera
puede conseguir a crédito un vehículo de esos.
Internamente
y a sus pueblos más cercanos la ciudad se mueve en combis. Subirse a una combi
es iniciar una plática que termina hasta llegar a nuestro destino, en estos
días la gente habla del calor, que el río se está secando, que no hay dinero.
Yo les digo que nunca falta, que en Atoyac nadie se muere de hambre y les
cuento una anécdota:
Fue
el 6 de junio de 1978 cuando Romana Ríos Tapia se electrocutó frente a la
fuente del Zócalo.
Ese
día llovía a cantaros, mi madre había salido a vender y no regresaba, los
arroyos bufaban por la creciente. En la casa no había nada que comer y mamá no
llegaba, entonces no supimos de dónde salió una iguana negra que se paró a
media casa. Al verla mis hermanos y yo nos les fuimos encima, corrió pero la
agarramos en la esquina debajo de la cama. Yo tenía siete años y aún no sabía
cómo amarrar una iguana con sus propias uñas, así que busqué el carrete de la
cuerda con que volaba mi cocol. La enredé toda y se quedó atrapada en esa
maraña de cuerda debajo de la cama. Cuando bajaron los arroyos mi mamá llegó,
no había vendido nada, venía desesperada sin un peso, únicamente con las
tortillas y cuando vio la iguana, envuelta en la cuerda, hasta lloró de
alegría. La mató y la peló, luego pidió unos tomates fiados y la guisó como
bistec. Después de cenar, con el estómago lleno, pensé que alguna providencia,
tal vez mi difunto abuelo, nos proveyó de comida esa tarde.
Subirse
a las combis es escuchar las quejas de la gente, hablar de sus preocupaciones,
de sus miedos y de sus deudas con las principales tiendas departamentales de la
ciudad, “te gusta la manta fiada aunque te la metan cara”, dice una doña de El
Salto a otra que se endeudó con una de las casas de ahorro y préstamo.
Hay sectores
de la población que se mueven con el rumor y viven presas del pánico por la
desinformación que circula en la redes sociales, hay quien ya no quiere comer
nada, porque todo hace daño, “apenas encontraron un dedo dentro de una coca
cola”, “esos chinos comen ratas”, que “en Chilpancingo se robaron muchos niños
y los descuartizaron”. El terrorismo en las redes causa temor, hay quienes no
alcanzan a discernir entre lo que es verdad y lo que es mentira.
Desde
el 2005 aquí la ciudadanía vive presa de las extorsiones telefónicas, desde las
más simples que llaman diciendo que ya te sacaste un premio y que tienes que
comprar un tarjeta de teléfono y darles el número para que puedas cobrar el
premio, esa forma que ya se hizo típica del primo que viene del Norte con
regalos y al otro día lo detiene la Policía Federal por fayuquero y necesita 10
mil pesos para que lo suelten. Está el que llama para decirte que tiene
secuestrado a tu hijo o de a tiro ese que dice que son un nuevo cártel que
viene a tomar la plaza con el permiso del gobernador y que quieren que le
deposites una cantidad para proteger tu negocio.
Por
eso muchas personas no contestan números desconocidos y han puesto el número de
su casa en privado. El extorsionador que habla no se expresa como nosotros,
tiene el tono de otras latitudes o parece que son llamadas que vienen de ese
otro mundo alterno que está en la oscuridad, donde hay vidas paralelas
pendientes de las nuestras, de donde salta la amenaza como la lengua de un
camaleón camuflajeado que se come a los insectos sorpresivamente y estos no ven
donde está la amenaza.
Dos
chicas se besaron en la boca delante de todos en una combi, perece que ahora a
nadie le asusta ver a una pareja del mismo sexo besándose en público. Aquí el
matrimonio igualitario fue bien acogido, dos casos muy conocidos, de personas
estimadas, unieron sus vidas en la Ciudad de México. Una pareja de hombres y
otra de mujeres. En la ciudad estamos esperando que se efectúe el primer
matrimonio igualitario para registrarlo en los anales de la historia. Alguien
ya andaba haciendo el trámite pero no se concretó. Aquí como en muchos lados, creo,
hay niños muy cuerdos que fueron criados por parejas del mismo sexo.
Recuerdo
que hace 22 años hubo mucho escándalo cuando el 20 de agosto de 1995 se llevó a
cabo el primer evento gay en Atoyac, con la presencia de San Jerónimo y Tecpan.
El evento se llamó Belleza Gay 1995, el primero en su género en esta ciudad.
Muchos grupos se manifestaron descalificándolo porque iba en contra de las
leyes naturales y de Dios. Sin embargo ahora dicho evento se realiza todos los
años sin que nadie se asombre, al contrario mucho público asiste para admirar
el arte del maquillaje, porque los chicos se transforman en muy bellas mujeres.
El trabajo de maquillaje es tan sofisticado que quedan irreconocibles, se
convierten en rubias y morenas despampanantes.
En la
combi comentan que han visto drones sobrevolando la ciudad. Uno de cuatro
hélices anduvo sobre las casas de la colonia Vicente Guerrero. Una señora
asustada me contó que se encontró con un dron a las 5 de la mañana en el puente
de El Ticuí y que le tomó fotos. Para ella ver un pequeño aparato volando es
nuevo y pensó que extrañas fuerzas nos están espiando. Otro dron anduvo tomando
fotos por la calle Montes de Oca como a las 10 de la noche.
Ya
nadie lee los carteles. En una esquina un hombre me preguntó que grupos venían
a la Feria del Café 2017, yo le di la información leyendo un cartel que estaba
a sus espaldas y que ni siquiera se preocupó por ver. Me acordé cuando el año
pasado colocamos más de mil carteles para promocionar el encuentro de teatro
Juan Álvarez y nadie se dio por enterado. En conclusión los carteles ya no son
eficaces para comunicar.
Como dije
casi todas las colonias de Atoyac están comunicadas por las combis y la mayoría
circula por la calle principal, por el centro hay que pasar lento. Se ve que en
Atoyac ya nadie quiere cocinar, hay tortillerías en cada ruta, expendios de pizza
y venta de pollos rostizados y al carbón también por todas las rutas. Al pasar
por el centro hacia un núcleo remoto que se llama El Mirador que como el
Ranchito es colonia irregular que avanza poco a poco.
Ya casi
todos los circuitos por donde pasan las combis están pavimentados, faltan
pequeños tramos. La gente se apretuja en la calle principal. Los
vendedores se instalan en cada esquina y no se mueven por mucho rato gritando,
“para usted que come y se queda con hambre, para usted
que duerme y se queda con sueño. Usted necesita las perlas de aceite de hígado
de tiburón normalizado”. Otro vende perlas de hígado de bacalao. Uno más ofrece veneno “para la vecina rata, para la
rata de la vecina”.
Antes de bajar por el sitio de taxis me
acuerdo que José Hernández me corrigió y dice
que la tienda Las Dos Costas estaba en la contra esquina de la escuela Juan
Álvarez donde baja el callejón al mercado. El dueño José Valle Morga era de
Ometepec por eso le puso Las Dos Costas.
De las
tiendas de mi ciudad, Telas doña Velia es tradicional, El Bazar es muy famoso y
lugar de referencia, igual lo era El Vaquerito, donde ahora están Los
Barateros, la tienda de artículos eléctricos del ingeniero Santiago Garibo,
Ferretodo y ferretería León. Materiales Téllez ya desapareció pero sigue
Construmaya y otras casas de materialistas.
La ferretería
La Vencedora está en el centro. Dice Jaime Gama que a sus billares llegó un
niño corriendo, -don Jaime, don Jaime deme un kilo de clavos, -Jaime contestó
–Aquí no vendo clavos. El niño sorprendido dijo – ¿No? Es que mi papá me dijo ve
compra un kilo de clavos donde bebo y vine corriendo para acá.
Jaime
le contestó –Sí, aquí bebe, pero los clavos los venden don Bebo Galeana el de
La Vencedora, y el niño salió corriendo hacia esa nueva dirección.
Las
tiendas más grandes son: El Buen Precio que tiene tres sucursales y los
abarrotes Nogueda. Despensa del Hogar no la hizo. Súper Che desde que abrió les
quita clientes, pero dicen las doñas en la combi que luego está más barato en
El Buen precio y que el pan de Súper Che es muy malo. Aunque hay vinitos
baratos y la promoción de los miércoles vuelve locas a las mujeres que a veces
compran 10 kilos de chayotes y tienen a la familia hasta 15 días comiendo
chayotes o jícama.
La
apertura del Súper Che fue todo un acontecimiento, Arturo García Jiménez le
dedicó una reflexión resaltando los efectos negativos que esa tienda traería
para la ciudad. El 7 de julio del 2008 a las cuatro de la tarde se bendijeron
las instalaciones de esa súper tienda con
la presencia del presidente municipal Pedro Brito García, el sacerdote Rafael
Valencia González y el dueño Fernando Chedrahui.
Al
otro día 8 de julio a las 7 de la mañana se inauguró la tienda, a Pedro Brito
le tocó cortar el listón. El acto provocó un caos vial espantoso porque la
gente vino a comprar desde San Jerónimo de Juárez y Tecpan de Galeana. Hubo
molestias por dos topes que pusieron los administrativos de la tienda, los
dependientes alcanzaron en la calle principal a uno que otro comprador que ya
se llevaban los carritos. Ese día el mercado municipal estuvo vacío porque la
gente acudió en tumultos a comprar al Che. La sandia que en el mercado estaba a
40 pesos en súper Che estaba a 20 y la romanita que en mercado costaba 10 pesos
en la nueva tienda estaba a 4 pesos. Había una diferencia de al menos el 60 por
ciento en los precios en comparación con el comercio local, pero al paso de los
días las cosas se fueron normalizando, porque en el Che no venden picaditas, ni
huevos de rancho y menos jugos frescos. Los bolillos no se comparan con los que
se hornean con leña y venden en el mercado Perseverancia.
La
plática va a todo mecate, al pasar por el arroyo Cohetero se ven algunas garzas
y picos pandos pescando pequeños popoyotes, les recuerdo a mis interlocutoras
que un día antes y después del huracán Paulina
que azotó a Acapulco, sobre los árboles del arroyo Cohetero había muchas garzas
y un pájaro negro de laguna (pájaro cagón). Y que el arroyo Cohetero todavía
hasta abril y mayo llega limpia el agua a la altura de la calle Miguel Hidalgo.
Abajito de ahí agarraron un cocodrilito que murió a los pocos días.
Muchos
le dicen El Arroyo Cuitero, porque en
una epidemia de cólera que hubo en los años cuarenta ahí lavaban las cuitas de
la ropa. Don Régulo Fierro dice que es el arroyo Cuitlateco. Hay muchos proyectos
para embellecerlo, Ezequiel Arreola le quería construir un andador para que la
gente fuera a correr por la orilla. Hay que desazolvarlo todos los años, pero
cuando pavimentaron la calle Reforma, taparon la bajada que se había dejado
para que entrara la maquinaria. La mala planeación.
La gente
habla de la crisis del café y que el gobierno no ha dejado trabajar a los de la
sierra por eso no hay dinero. Los Vales, les dicen los atoyaquenses a los de la sierra alta y Chantes a los que vienen de la montaña,
otros les llaman Guancos a los
habitantes de ciertos pueblos. Un tiempo los ticuiseños llamaban indios
camaroneros a los de Atoyac.
Por la calle Miguel Hidalgo se ven caminar un grupo
jóvenes empujando sus triciclos llenos de bolsas negras, son los recolectores
particulares de basura, les llaman pechugueros, son como 30 pero sólo 15 están
agremiados en una asociación. Algunos pidieron al gobierno triciclos para
ayudarse recogiendo basura. Hay uno que lo renta y se la pasa tirado debajo de
los mangos de la Ciudad de los Servicios esperando recibir el pago de su renta.
Los pechugueros acarrean la basura hasta la Ciudad de los Servicios, el
Ayuntamiento la recoge y la lleva al basurero que está por el rumbo de San
Martín. Hay borrachitos que para ganarse un trago
también tiran basura, pero la dejan en cualquier camino o en cualquier lote
baldío. Con todas las deficiencias que tiene el departamento de Saneamiento Básico
y sumando el trabajo de los pechugueros el gobierno municipal recoge diario 64
toneladas de basura. Por eso el basurero nos durará un año más, está
atiborrado, lleva 15 años en operación desde que el gobierno de Acacio Castro
Serrano lo puso en marcha.
Por el
Archivo Histórico Municipal sabemos que el 14 de diciembre de 1992 alcalde
Evodio Argüello de León compró el primer terreno que funcionó como relleno
sanitario eran 8. 75 hectáreas que costaron 40 mil pesos, ese relleno operó
hasta el 2002 y este último que adquirió Acacio Castro está por rebasar su
capacidad. La gente de la colonia El Mirador dice que ese basurero contamina
los mantos freáticos.
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