Víctor Cardona Galindo
El 3 de diciembre de 1971, el propio rector Jaime
Castrejón Díez clausuró el Consejo Universitario declarado en sesión permanente
desde 21 de noviembre, dos días después de su secuestro. El 6 de diciembre rindió
su segundo informe de labores al frente de la Universidad Autónoma de Guerrero
(UAG), parecía que las cosas marcharían como antes.
Pero hubo sucesos que siguieron complicando la
situación del estado, en enero de 1972, un comando del Partido de los Pobres
secuestró al ingeniero Jaime Farill Novelo director de la Preparatoria Número
2, la escuela más numerosa de la UAG, ahora UAGro.
El
guerrillero Genaro Vázquez Rojas con uno de
sus hijos. Foto tomada del archivo de Alberto
López Limón.
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Parece que eso influyó para que un mes más tarde,
el primero de marzo de 1972, Jaime Castrejón presentara su renuncia al Consejo
Universitario. Quien luego en una entrevista al periódico Excélsior, declaró que a pesar de haber renunciado, la reforma
universitaria iniciada por él continuaría con el rector que resultara electo.
Anunciaba que el Consejo Universitario le prometió elegir a una de tres
personas de su absoluta confianza: el doctor Juan José Rojo, Patricio Dawos o
el biólogo Mario Ochoa Martínez, quienes estaban comprometidos seriamente con
el trabajo de “Autoestudio” que era la base de su reforma.
La
renuncia de Castrejón abrió un periodo de vacío de poder y de alternativas
oficiales. Después de un apretado proceso electoral, en el cual fracasaron los
intentos de poner un sucesor de estricta confianza del ex rector, resultó
nombrado, casi por unanimidad, el hasta entonces desconocido doctor Rosalío
Wences Reza. De inmediato llevó a cabo un plan de reformas radicales que
desembocarían en el experimento original de la Universidad-Pueblo que llevaría
a la institución al enfrentamiento permanente con la política estatal.
Inicialmente para esa elección se presentaron
cuatro candidatos: “Uno del rector Jaime Castrejón; otro del gobernador Nogueda
Otero; otro de la oposición dentro del consejo y uno más de la Preparatoria de
Acapulco –en aquel momento la escuela más numerosa- todos candidatos del PRI”,
escribió Saúl López López, en su escrito “20 años de Lucha Universitaria, el
caso de la UAG”, publicado en la Revista
de la Universidad Autónoma de Guerrero, de abril-septiembre de 1983.
Como no hubo tiempo para dar a conocer a los
aspirantes, era muy probable la imposición del candidato de Castrejón, porque
sus partidarios tenían el control del Consejo. Por eso los opositores,
principalmente alumnos de la prepa 2
y de la escuela de derecho, se instalaron en forma masiva frente al edificio
donde sesionaba el Consejo y exigieron que el voto fuera abierto.
Los estudiantes con ladrillos rompieron cristales
del edificio de la Universidad y mediante gritos y empujones abortaron el
Consejo Universitario del día 10 de marzo de 1972 en el que se elegiría rector.
Estaban presentes 68 consejeros. De los disturbios del 10 se responsabilizó a
los alumnos de la prepa 2 de
Acapulco.
Después de varias discusiones, se logró el consenso
que el candidato debería ser guerrerense, que hubiera trabajado en la UAG, que
contara con estudios de postgrado y no tuviera nexos con el gobierno estatal.
Se tenía la certeza que con estas condiciones no habría opositor para Amín
Zarur Ménez.
Pero un grupo de maestros y alumnos impulsó la
candidatura del doctor Rosalío Wences Reza y cuando el 14 de marzo de 1972 el
Consejo Universitario emitió una nueva convocatoria para elegir rector. Se
registró Wences Reza quien inició una campaña de concientización buscando el
apoyo de la bases.
“Los partidarios del biólogo Amín Zarur
subestimaron el trabajo en las bases y el grado de concientización en que se
encontraba una buena parte de ellas; también menospreciaron los efectos que
produjo el secuestro del rector Jaime Castrejón Diez”, dice Saúl López López.
Así el 19 de abril de 1972 se llevó a cabo la
elección de rector, resultando favorecido Rosalío Wences Reza para el periodo
del 4 de mayo de 1972 al 3 de mayo de 1975. Los consejeros le dieron un triunfo
indiscutible: 54 votos y 4 abstenciones, prácticamente votó a su favor todo el
Consejo Universitario.
Wences tomó posesión el 4 de mayo de 1972 a partir
de ese día inició una nueva política educativa, completamente ajena a la
anterior y abrió la puerta de la Universidad de nuevo a todos los activista
expulsados en 1965 y 1966. También se les dio cobijo a todos los maestros de
izquierda, sin ver a qué partido pertenecían. Llegaron los perseguidos por la
represión de 1968 y 1971 en la ciudad de México. La Universidad comenzó a
defender a sus estudiantes perseguidos como es el caso de Nicomedes Fuentes que
fue detenido por primera vez en agosto de 1972.
Se abrieron las casas del estudiante, se creó el
comedor universitario, se redujo la cuota de inscripción, con esto se abrieron
las puertas de la Universidad a los hijos de obreros y campesinos. La extensión
universitaria dejó de ser un comité organizador de festivales y se comenzaron a
formar las brigadas de alfabetización, los bufetes jurídicos y los servicios
médicos y laboratorios de análisis clínicos.
Este proceso de democratización puso a la
universidad nuevamente al lado del pueblo. La universidad comenzó a
solidarizarse, a dar apoyo a todos los movimientos populares, campesinos,
colonos, maestros democráticos, con las luchas contra la represión, por la
libertad de los presos políticos y la presentación con vida de los
desaparecidos. La gente correspondió participando en las luchas por la defensa
de la autonomía o por aumento del subsidio a la UAG.
Pero volviendo a los problemas que enfrentaba el
Partido de los Pobres. Vale decir que los tres detenidos, Carmelo Cortés,
Carlos Ceballos y Gabriel Barrientos, negaron la culpabilidad de Guadalupe
Castro, por lo que después de ocho días torturas, fue conducida de regreso a la
27 Zona Militar con sede en Acapulco, en donde fue fichada, con las fotos de
rigor el 26 de noviembre de 1971 y luego liberada.
Mientras sus tres compañeros fueron puestos a
disposición de las autoridades competentes. Después de
estar más tiempo en el Campo Militar Número 1, fueron llevados a la
penitenciaría de Chilpancingo. Estaba
comprobada su participación en el asalto del Banco de Comercio de Acapulco.
Decían los reportes policíacos que además habían confesado que tenían planeado
asaltar el supermercado Blanco y la armería Dos Patos, que además realizarían
diversos secuestros a fin de allegarse armamento, municiones y dinero. Con esos cargos fueron internados en la
penitenciaría de Chilpancingo. El 8 de diciembre de 1971, la prensa da cuenta
de la noticia a ocho columnas, incluyendo la foto de rigor, aparecieron
retratados Carlos Ceballos Loya, Julián;
Carmelo Cortes Castro, Cuauhtémoc y
Gabriel Barrientos Reyes, Fernando.
Después de su
detención, don Petronilo Castro Hernández, decidió que Guadalupe se subiera a
la sierra para prevenir una nueva aprehensión. Por eso la Navidad de 1971 la
pasó en las montañas, con otros miembros de su familia, que subieron para
participar de manera permanente en la guerrilla. Aunque tuvo el seudónimo de Sandra, Guadalupe usaba su verdadero
nombre. A una de sus hermanas que también subió se le asignó el seudónimo de Zulema. Allá en la sierra convivían en
la Brigada con varias mujeres, la mayoría solteras, de distintos orígenes y
formación social. Sandra a sus 19
años era relajada y bromista, por un incidente con otras guerrilleras, a los
pocos días de haber llegado voluntariamente abandonó el campamento, aquel 26 de
diciembre de 1971. Junto a su padre que tenía el seudónimo de Elías, Zulema y Arturo Gallegos Nájera, Edel, caminaron por los montes hasta llegar a la carretera donde
tomaron el autobús que los llevó de nuevo al puerto de Acapulco.
La
presencia militar cada vez aumentaba más, 11 de diciembre de 1971
arribaron a la ciudad 16 comandos del Ejército, con brigadas médicas y
enfermeras, para hacer una aparente labor social en Atoyac de Álvarez, Coyuca
de Benítez y Tecpan de Galeana, venían impartiendo vacunas, curaciones gratis y
alimentos.
Luego
la madrugada del 28 de diciembre, las fuerzas federales tuvieron contacto con
el forajido Edith Hernández, Edito en
el poblado de El Ticuí, éste logró herir en la balacera a dos militares del 50
Batallón de Infantería, luego escapó y se remontó a la sierra donde se integró
a la guerrilla del Partido de los Pobres, allá se le conoció como La Totola, ocasionando
muerte y división en la Brigada Campesina de Ajusticiamiento, esa historia está
en los episodios narrados por Carlos Montemayor, en su novela Guerra en el paraíso.
Fue
a las 9 de la noche del 7 de enero de 1972 cuando secuestraron a Jaime Farrill
Novelo. La acción la hicieron los llamados Comandos Armados de Guerrero, una de
las peticiones era 3 millones de pesos por su rescate. La dirección de la
Brigada Campesina de Ajusticiamiento se enteró ese mismo día del plagio, por
medio de la radio, cuando la mayoría del grupo de guerrillero acampaba cerca de
La Remonta.
La prensa dio a conocer los hechos: “Cuatro hombres
armados con rifles, al parecer M1, se llevaron en este puerto, con lujo de
violencia, al ingeniero Jaime Farrill Novelo, cuando éste salía de la escuela
Preparatoria Número 2, de la que es director a las 21:05 horas”, informaba El Universal en su edición del 8 de
enero. En ese tiempo la Preparatoria 2 estaba sobre la avenida Universidad.
“Eran cuatro hombres, uno de ellos con sombrero de palma y con tipo costeño, lo
sujetaron y lo subieron a un vehículo”.
Según
el Excélsior se lo llevaron cuatro
sujetos armados, cuando salía del plantel “lo obligaron a subir a un automóvil
y enfilaron hacia la costera Miguel Alemán”.
“Los
Comandos Armados de Guerrero y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento del
Partido de los Pobres, pidieron tres millones de pesos, la publicación de un
documento y la devolución del cincuenta por ciento de las cuotas que cobra la Preparatoria
local por inscripción del alumno, a cambio de la libertad del ingeniero Jaime
Farill Novelo”, escribió Enrique Díaz Clavel.
Arturo Miranda Ramírez y Carlos G.
Villarino en su libro El otro rostro de
la guerrilla 40 años después, consideran: “El secuestro del Dr.
Jaime Castrejón Diez en la UAG, por el
ACNR y la del Ing. Jaime Farill Novelo, director de la Preparatoria Nº 2 de
Acapulco, por el Pdlp ya en si hacían inevitable que los jóvenes universitarios
de una u otra manera se vieran influidos por la propaganda armada que
realizaban éstas organizaciones en el campo y en la ciudad; sobre todo si
consideramos que en ocasiones eran incluidas algunas demandas muy sentidas por
los estudiantes como la planteada por el Pdlp en 1972”.
Al
saberse del secuestro de Farrill Novelo se convocó a una sesión extraordinaria
de Consejo Universitario que se realizó el 10 de enero de 1972, donde el
consejero alumno de la Preparatoria Número 2 informó del secuestro del director
y la asamblea tomó el único acuerdo de enviar un telegrama urgente al
presidente de la república, donde se solicitaba su intervención para localizar
a los plagiarios de Farill Novelo.
Luego
el 13 de enero fue convocado de nuevo el Consejo Universitario donde “El H.
Consejo Universitario decidió cumplir con la petición de los secuestradores
relativa a la devolución del 50% de las cuotas de inscripción, y se ha enviado
ya el cheque a la sociedad de padres de familia para su distribución entre los
alumnos y pide al Gobierno Estatal intervenga ante el ejército y ordene a su
fuerza de seguridad que se suspenda inmediatamente la búsqueda que se está
llevando en el puerto de Acapulco, porque consideramos que esta pone en peligro
la vida del Ing. Farill Novelo”, recogieron Miranda y Villarino, de lo
publicado en aquellas fechas.
Finalmente ese mismo 13 de enero el Ejército y la
policía rescataron a Farill, quien al regresar a su escuela personalmente
comenzó a devolver la mitad de las cuotas a los alumnos. Por
este secuestro fueron detenidos: Guillermo Bello López, José; Francisco Fiero Loza, Abel
Rodríguez; Octaviano Santiago Dionicio, Abrahan
Molina, José Albarran Pérez, Calvino
y Rubén Ramírez Lozano, La Chiquitilla.
El balance que hizo el Partido de los Pobres de esa
acción considera: “que de las exigencias que puso el comando que secuestró a
Farill sólo no se cumplió el pago de los 3 millones”, la lectura del comunicado
se hizo y la publicación también y se les devolvió el 50 por ciento de las
cuotas de inscripción a los alumnos.
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