
Este blogs se especializa en temas del municipio de Atoyac de Álvarez Guerrero, desde las plantas medicinales, el río, la guerrilla de Lucio Cabañas Barrientos, la guerra sucia, café, coco, mango, la fábrica de hilados y tejidos de El Ticuí, la danza de El Cortés, comidas tradicionales, la guerra de independencia y la revolución mexicana en la Costa Grande, arqueología y los atractivos turísticos de mi matria.
sábado, 15 de febrero de 2025
Xipe Tótec
viernes, 14 de febrero de 2025
Mito de El Quinto sol
martes, 11 de febrero de 2025
Los cuitlatecos
Víctor Cardona Galindo
Hace
más de mil 500 años ya había seres humanos en el territorio que ahora ocupa
Atoyac. Se encontraron registros de una etnia desaparecida a quienes les
llamaban “los cuitlatecas” o “Cuitlatecos”. Una cultura que tenía un
calendario, una lengua diferente y un Dios patrono.
Cuitlateca
significa “gente de excremento” o “gente de cieno”. Que tiene el sentido
figurado de “gente bastarda” o puede interpretarse como “gente de atrás”. El
nombre es probable que haya sido impuesto por los mexicas, quienes
acostumbraban a denominar de manera despectiva a los grupos minoritarios que
dominaban.
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Representación de Xipe Tótec en el sitio Las Granaditas. |
Siguiendo
los estudios realizados por Raúl Vélez Calvo, los Cuitlatecos vinieron del
Sureste de Michoacán y por el año 2 mil 500 a.C. se introdujeron a territorio
guerrerense. Pero fue hasta el mil 500 antes de Cristo que los purépechas
acabaron de expulsarlos de Michoacán y ocuparon el territorio que ahora es
Costa Grande, después se extendieron hasta el Río Balsas y hay quien dice que
llegaron hasta el Valle de Toluca.
Los
cuitlatecas de Atoyac sobrevivieron hasta principios del siglo XX. El lugar que
ocupaban los cuitlatecas, se llamaba Cuitlatecapan que significa “sobre los
cuitlatecas o lugar de cuitlatecas”.
Según
se desprende de las Relaciones Geográficas del Siglo XVI, la provincia
cuitlateca abarcaba la totalidad de los actuales municipios de Atoyac, Benito
Juárez, Tecpan, Petatlán y Zihuatanejo, así como la porción occidental del
municipio de Coyuca de Benítez en la Costa Grande.
En
la Tierra Caliente los cuitlatecas estaban establecidos en los municipios de
Ajuchitlán del Progreso, San Miguel Totolapan y en Tetela del Río, al norte del
municipio de Heliodoro Castillo.
Los
cuitlatecas fueron sometidos por guerreros de la Triple Alianza, formando la
provincia tributaria de Cihuatlán. Aunque de las mismas Relaciones Geográficas
del Siglo XVI, se desprende que muchos pueblos cuitlatecas, entre los que
estaban Mexcaltepec, no pagaban tributo al Tlatoani, más bien le servían de
soldados en la guerra que traían con los purépechas de Michoacán y los Yopes de
Acapulco.
Aunque
los purépechas o tarascos lograron someter a los cuitlatecas de los municipios
de Ajuchitlán y San Miguel Totolapan. Por lo que se denota que los cuitlatecas
se enfrentaron entre sí, sirviendo tanto a los mexicas como a los purépechas.
El
viajero Pedro R. Hendrichs hizo una descripción de cómo debieron ser los
cuitlatecos: “cuerpo bajo y grueso, piernas cortas y hombros anchos, sobre los
que se levantaba una cabeza grande con cara ancha y carnosa, ojos pequeños,
nariz chata y una boca que algunas veces es ancha con labios un poco abultados.
Su tez de color cobre mate. De jóvenes tenían constitución atlética”.
Los
pueblos cuitlatecos llegaron a ser muy numerosos y tenían una capital que era
Mexcaltepec. Pero las guerras, las epidemias y los maltratos de los españoles
los diezmaron. Según los cálculos de los historiadores la población cuitlateca
pudo ascender a 300 mil individuos en toda la región.
Sobrevivían
cultivando productos como: el maíz, algodón, chile, frijoles, camotes,
calabaza, chía, pepitas y quelites, que eran los mismos cultivos de toda
Mesoamérica, aunque para los cuitlatecas eran más importante el maíz, la
calabaza y el chile.
Debieron
usar como alimento a los venados, conejos, guajolotes, faisanes, palomas,
codornices y patos. Además de iguana, perdiz, chachalaca y armadillo.
Para
cazar las aves utilizaban el cacaxtle que se sigue utilizando hasta nuestros
días en la sierra. Para cazar el venado se valían de la gamitera para imitar el
sonido del venado. Los cuitlatecos de la Costa Grande se surtían de sal de las
lagunas que se formaban con agua de mar.
Los
principales traían ropas largas hasta los pies tejidas de algodón, de muchos
colores y unas capas que les llegaban hasta las rodillas, con su cabello largo
trenzado. Entre la gente común los hombres, andaban desnudos y algunos con
mantillas que les servían de capas. Las mujeres, todas, traían naguas y
huipiles de colores, con cabello largo tendido sobre los hombros.
Algunas
fuentes dicen que andaban vestidos con mantas atadas al hombro y unos pañales
para cubrir las partes nobles. Otros traían camisas largas, sin cuello que les
arrastraban. Las mujeres con sus huipiles y enaguas. La ropa y mantas eran
tejidas por las mujeres en el telar de cintura. Sus viviendas eran de
bajareque, con techos de paja.
Los
cuitlatecas sometidos por los purépechas eran regidos por un gobernador y los
que estaban en el dominio azteca por un capitán, quienes se encargaban de
cobrar tributo, había además principales que contaban con el visto bueno de los
conquistadores.
A
los adúlteros les cortaban las narices. Eso los diferenciaba en cuanto a
castigo se refiere de los demás pueblos de Mesoamérica. Los cuitlatecos adoraban
a un Dios patrono que se llamaba Nenepiltatapach Tecuhtli que según algunas
fuentes el nombre significaba “Señor de la lengua áspera” y lo pintaban en
piedras, había unos ancianos que servían de sacerdotes, de los cuales uno que
era casto y respetado, durante cuatro años no salía, todo el tiempo estaba en
el templo, al servicio del ídolo. Ofrecían a su Dios inciensos y mantas. No
está claro si había sacrificios.
Las
evidencias arqueológicas nos dicen que también tenían predilección por dioses
como Tláloc y Xipe Tópec. Lo que quiere decir que no escapaban a la cosmovisión
de toda Mesoamérica.
Tenían
su propio calendario, al parecer de 260 días, lo que quiere decir que tenían un
conocimiento avanzado de astronomía y matemáticas. Cada día del año tenía un
nombre y a los niños le daban el nombre del día en que nacían. Al nacer le
asignaban pareja, cuando crecían los llevaban ante su Dios patrono. Los
parientes llevaban regalos, el sacerdote ataba la manta del hombre con el
huipil de la mujer y quedaban formalmente casados.
Cuando
morían los enterraban en los templos, hacían hoyos redondos, los enterraban
sentados con la ropa que tenían y comida. Si era de la clase gobernante,
enterraban con él a los esclavos que tenía. Los petrograbados que están en Las
Granaditas evidencian las creencias que los antiguos cuitlatecos tenían sobre
la muerte, creían que el alma tenía que bajar los nueve niveles del inframundo
hasta llegar ante Mictlantecuhtli, donde permanecían durante cuatro años para
luego volver a la tierra convertidas en colibríes.
Según
la monografía Tecpan, historia de un pueblo heroico, escrita por Ramón
Sierra López, son derivadas del cuitlateco las palabras:
Ajá:
afirmación
Bembo:
inútil, tonto
¡Épale!:
cuidado
Memela:
tortilla
LA
TRIPLE ALIANZA
Ahuízotl
vino a conquistar a los cuitlatecas. Los nativos de ese tiempo no eran muy
poderosos, así que los mexicas los conquistaron con mucha facilidad. Formaron
una provincia tributaria a la que llamaron Cihuatlán, que quiere decir lugar de
mujeres. La cabecera de esa provincia estaba entre los pueblos de San Luis la
loma y San Luis San Pedro. Si nos fijamos, el río que divide a los sanluises se
llama Cihuatlán. Los cuitlatecas de Atoyac no se sometieron con facilidad,
pelearon hasta que los mexicas pactaron y estos se convirtieron en sus guerreros
para pelear en contra de los yopes de Acapulco y los purépechas de Michoacán.
Los
aztecas mataron dos pájaros de una pedrada. Al mismo tiempo que combatían a sus
enemigos más fuertes, mermaban las fuerzas de los cuitlatecas que en su mayoría
perecieron y quedaron muy poquitos. Los mexicas trajeron parientes suyos a
repoblar la región por eso había gente que hablaba náhuatl cuando llegaron los
españoles a conquistarnos.
AHUÍZOTL
(1486-1502)
Ahuízotl,
“El Monstruo de agua”, octavo rey de Tenochtitlan, hermano de Tizóc. Se
atribuye al año 1498 la fundación de Atoyac porque ocurrió el hecho de la
incursión de Ahuízotl, por estas tierras.
Durante
el reinado de Ahuízotl (1486-1502) fue sometida la mayor parte del territorio
guerrerense y fue quien consolidó el dominio azteca en La Costa Grande,
formando la provincia tributaria de Cihuatlán.
Ahuízotl
estableció de manera firme el dominio azteca en Guerrero. La fuerte presión
purépecha por Tierra Caliente hizo que el Tlatoani convirtiera en un centro de
operaciones la región del Balsas para poder flanquear a sus enemigos
michoacanos por la Costa del Pacífico.
Dentro
del actual territorio guerrerense estaban ubicadas seis provincias tributarias
y pequeñas porciones de otras tres según consta en el códice Mendocino y la
Matrícula de Tributos.
La
Matrícula de Tributos es un códice que consiste en el registro del pago de
tributos de los pueblos sujetos a Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan,
conquistados por los miembros de la Triple Alianza. En cada hoja aparece el
pueblo que encabeza la provincia tributaria, representado por glifos
toponímicos, así como los demás pueblos que formaban la provincia.
Aparece
la provincia de Cihuatlán en la lámina 18 de la Matrícula de Tributos. Estaba
formada por los municipios de Coahuayutla, La Unión, José Azueta, Petatlán,
Tecpan y parte de Atoyac.
Cihuatlán
tributaba pieles, animales vivos y fauna marina para ofrendas ceremoniales o
para la alimentación. Según la matrícula de tributos, el 4% de los productos
agrícolas recibidos en México-Tenochtitlán procedían de Cihuatlán y
Tepecoacuilco, al igual que el 60% de la miel, el 18% del algodón, casi el 7%
de la ropa de mujer, el 99% del incienso llamado ecozahuitl y el 50% del copal.